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viernes, 10 de noviembre de 2023

VALLIRANA.

 VALLIRANA.



Vallirana es un municipio de la comarca del Bajo Llobregat, en la provincia de Barcelona, comunidad autónoma de Cataluña, España. Se encuentra a tan solo 25 km de Barcelona. Pertenece a un extremo de la "Serra d'Ordal" y está situado en el interior del macizo del Garraf, entre los municipios del Ordal y Cervelló.

La noticia más antigua que se conserva en relación a Vallirana es un documento del año 904  que detalla la donación de la capilla de San Silvestre por parte del obispo de Barcelona Teodorico al abad de Sant Cugat. El nombre de Vallirana (Valleriana) aparece mencionado por primera vez en el Cartulario de Sant Cugat, el año 949, con motivo de la donación de unos viñedos. En aquella época, Vallirana era sólo un conjunto de terrenos agrícolas, principalmente viñedos, que formaba parte del término del castillo de Cervelló bajo la condición administrativa de cuadra (una especie de jurisdicción semiautónoma). 

En 1262, Guillem ll de Cervelló fundó el hospital de Olesa de Bonesvalls, como lugar de acogida de los viajeros que recorrían el antiguo camino de Vilafranca a Barcelona, ​​que pasaba por Olesa y Sant Boi, y lo dotó con los derechos que poseía sobre los hombres y masías de Vallirana. Durante el siglo XIV el hospital, administrado por el obispado de Barcelona, ​​adquirió la plena jurisdicción de la cuadra de Vallirana y la mantuvo durante casi 500 años. A lo largo de estos siglos la población de Vallirana era bastante escasa. El censo de 1365-1370 menciona  un total de 25 fuegos  (hogares), 17 de ellos situados en tierras de Humbert de Vilafranca, y 8 pertenecientes al monasterio de Sant Cugat.

Desde la segunda mitad del siglo XIV y todo a lo largo de los siglos XV y XVI, Cataluña sufrió los estragos de epidemias y guerras dentro de un largo período de decadencia económica y demográfica en todo el país. En el término de Vallirana, poblado por unas pocas masías dispersas, los efectos debieron ser menores. Sin embargo, el censo de 1533  contabiliza  en Vallirana sólo  11 cabezas de casa : Pedro de la Libra, Joan Campderròs, Bertomeu Bogunyà, Joan, blanco, Antoni Rovira, Matheu Muntaner, Antoni Julià, Antoni Presas, Nicolás Campenar, Bernat Romagosa y Jaume Balle. (En rojo dos de mis antepasados de esa zona).

A partir del siglo XVI empezó a afianzarse el papel de las municipalidades, a la vez que el poder señorial, a pesar de mantener la jurisdicción y el vínculo feudal, tiende a debilitarse. La organización municipal se canalizaba a través de la asamblea vecinal, presidida por el alcalde.

A partir de 1714, la nueva administración borbónica suprimió la autonomía de las municipalidades e introdujo un nuevo régimen de ayuntamientos donde el alcalde era nombrado por el titular de la jurisdicción señorial, en el caso de Vallirana, por el obispo de Barcelona como señor del hospital de Olesa de Bonesvalls. Sin embargo, es a partir de aquellos años que Cataluña inició una etapa de rápida recuperación que en Vallirana se tradujo en un progresivo aumento de la población. En 1718 se contabilizaban en el término 178 almas .

La construcción de la carretera del Ordal a partir de la segunda mitad del siglo XVIII es uno de los hechos históricos más trascendentales de la historia de Vallirana. Hasta ese momento la población se reducía a un conjunto de masías dispersas por el término, centradas por la antigua iglesia de Sant Mateu, situada cerca de la masía de Can Julià. A partir de 1776 comienzan a edificarse las primeras casas a ambos lados de la carretera y se forman las primeras calles perpendiculares como la de la Riera o la de la Iglesia. El crecimiento demográfico fue bastante intenso: en 1787 la población alcanzaba los 261 habitantes. Según datos del Ayuntamiento de la época, Vallirana contaba con  doce masías , además del pequeño grupo urbano de la carretera, dos hostales y dos molinos de harina.

La agricultura era básicamente de secano, dedicada sobre todo al trigo, la viña y el olivo. Había doce pares de bueyes y varios rebaños de cabras, cuya leche se comercializaba en Barcelona. Es curiosa la descripción que el propio Ayuntamiento hace de la gente de Vallirana, « gente medianamente acomodada (..) y quieta ». Por las visitas pastorales documentadas en el Archivo Diocesano, sabemos que había una iglesia pública dedicada a San Mateo, sufragánea de Cervelló, y dos capillas: la de San  Silvestre  y la de  San Francisco del Lledoner .

Fruto de la ola expansiva de la segunda mitad del siglo XVII, fue la construcción de un nuevo templo parroquial dentro del casco urbano, terminado en 1804, dependiente de la parroquia de Cervelló hasta 1851. Vallirana vivió con intensidad la Guerra de la independencia (1808-1814) y sus alrededores fueron escenario de diversas acciones bélicas del general Manso contra los franceses. En 1823 fue asesinado cerca de la carretera el obispo de Vic, probablemente a manos de una guerrilla liberal.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX se inicia el proceso de industrialización del municipio, cuya economía se había reducido hasta entonces en la agricultura, sobre todo la vitivinícola (337 hectáreas de viñedo en 1881). La actividad industrial se centró en el  sector textil , agrupado en las inmediaciones de la calle de la Riera, la fabricación de cal, yeso y cemento y las minas de plomo. En 1887, el censo de Vallirana alcanzaba los  1.517 habitantes.