Haplogrupos mitocondriales.
Entre los pueblos indígenas de América, son más las semejanzas que las diferencias. Según la genética autosómica, en el continente americano existe baja diversidad genética y en cambio una gran diferenciación con las poblaciones nativas del resto del mundo. Prueba de esta unidad y uniformidad genética se encuentra en que los linajes fundadores del poblamiento de América A2 (ADNmt) y Q-M3 (ADN-Y), son típicos del continente y con frecuencia predominantes; al igual que el grupo sanguíneo O+.
Las diferencias más sobresalientes serían el resultado de la relación entre las sucesivas olas inmigratorias y la introducción de nuevos linajes. Así pues durante el Paleolítico habrían llegado los primeros linajes paleoamericanos A, B, C, D1 (ADNmt), Q-M3 (ADN-Y) y posiblemente después X (ADNmt); mientras que en el Neolítico vendría C (ADN-Y) posiblemente con los pueblos na-dené, y además D2, D3 (ADNmt) y Q-NWT01 (ADN-Y) con los esquimales.
El último y más detallado estudio sobre el poblamiento de América, analiza 52 pueblos americanos, 17 siberianos y 300 000 variantes de secuencias de ADN, concluyendo en lo siguiente:
- La mayoría de la población nativa americana desciende enteramente de un solo grupo de primeros migrantes que cruzó Beringia, un puente que unió Asia y América durante la era de hielo. De allí se produjo una expansión por todo el continente, seguido de múltiples divergencias y finalmente hubo poco flujo genético entre los grupos nativos americanos, especialmente en América del Sur.
- Se produjeron dos migraciones posteriores que dejaron una huella genética entre los hablantes de lenguas na-dené y esquimoaleutas. Estas migraciones se mezclaron con los primeros pueblos nativos ya establecidos, de tal manera que los pueblos na-dené presentan la mayor parte del genoma de la primera migración, un 90%, mientras que en los esquimoaleutas se conservó el 50 % del mismo.
- También se produjo una migración de regreso de América hacia Siberia, tal como se ve en el análisis genético de los pueblos esquimo-siberianos y en chukchis.
El análisis de ADN de las poblaciones indígenas actuales, así como el de fósiles humanos, proporciona nuevas luces al estudio del poblamiento de América. Análisis de 42 muestras de las momias chinchorro de hasta 7000 años de antigüedad (de las más antiguas del mundo) dan como resultado A:31,2 B:21,9 C:31,2 y D:3,1% de perfil mitocondrial.
Restos humanos de hace 10.300 años fueron encontrados en Alaska y se informó que pertenecían al haplogrupo mitocondrial D4h3 y al cromosómico Q-M3, los cuales pueden encontrarse actualmente muy extendidos, incluso hasta en Tierra del Fuego. Pero la evidencia genética más antigua la constituye el análisis de coprolitos humanos de hace 12 300 años de las Cuevas de Paisley en Oregón (Estados Unidos), las cuales sustentan el origen paleoamericano preclovis de los amerindios y dieron como resultado A2 y B2 (ADNmt).
La evidencia genética refuerza esta tesis, pues relaciona los nativos americanos con los pueblos indígenas de Siberia. Los cuatro haplogrupos panamericanos A, B, C y D (ADNmt) se encuentran bien extendidos en todo el sur de Siberia y marcadamente en buriatos y tuvanos. En los tuvanos por ejemplo se presentan los cuatro grupos sumando un 72% y estableciendo una probable conexión entre los primeros americanos y el sur de Siberia. Sin embargo en el norte de Siberia, donde A y B son escasos, los haplogrupos C y D llegan a sumar 86% en yakutos y evenkis orientales.
Por otro lado, el linaje patrilineal Q (ADN-Y), que es el más común entre todos los pueblos indígenas americanos, tiene en el viejo mundo la mayor frecuencia en Siberia Occidental en los pueblos yeniseos, tales como los ket y selkup.
En conclusión se puede afirmar que si bien hay una conexión entre Siberia y América, no existe en la actualidad una región específica en Eurasia que se relacione absolutamente con el poblamiento de América.
ORIGEN DE LOS ANCESTROS SIBERIANOS.
Se considera que los primeros emigrantes siberianos que poblaron América tenían a su vez un origen dual, es decir que eran mestizos descendientes de hombres caucásicos y mujeres mongólicas. Pueblos con estas características habitan la Siberia Central en la actualidad.
El análisis genómico de un niño del sur de Siberia de hace 24 000 años confirma esta dualidad, el mestizaje de poblaciones del este de Asia y Eurasia Occidental formó parte del acervo ancestral de los indígenas americanos.
Subgrupos mitocondriales y familias lingüísticas.
Diferentes regiones geográficas presentan una correlación con la forma de distribución de los grandes haplogrupos A, B, C, D y X, los cuales corresponden a su vez con las familias lingüísticas más reconocidas. Las siguientes regiones son las más representativas (de sur a norte):
Araucanía y Patagonia: Los pueblos del centro y sur de Chile y Argentina se caracterizan por el predominio del haplogrupo D, seguido de C. Se ajustan a ello los hablantes de las llamadas lenguas andinas meridionales tales como mapuches, yaganes, alacalufes y chon.
Andes: Los pueblos de los Andes presentan gran predominio del haplogrupo B, seguido de D o A, destacando Bolivia seguida del Perú, el norte de Chile, el Ecuador y la región pacífica colombiana. B es mayoritario especialmente en hablantes de lenguas aimaras, uru-chipayas y mosetenas, un poco menos en quechuas y chocó, y no bien definido en barbacoanas. Es posible que en la prehistoria andina no siempre haya predominado B, pues la cultura Chinchorro (Arica) de hace 7000 años presentan un perfil mitocondrial más relacionado con los pueblos del este de Sudamérica.
Este de Sudamérica: Grupo heterogéneo formado por los pueblos de las regiones de la Amazonía, Gran Chaco y Caribe, incluyendo las Antillas. Los cuatro haplogrupos panamericanos se encuentran dispersos sin que ninguno de ellos sea claramente predominante, aunque sobresale un poco el linaje C, por ejemplo en las familias arahuaca, Caribe, tucana, yanomami, pano-tacana, ticuna, cofán y movima; con una tendencia parcial hacia D en el grupo mataco-guaicurú, hacia B en ye y hacia A en guaraníes.
Mesoamérica y Centroamérica: En Mesoamérica hay un predominio bien marcado del haplogrupo A, seguido de B, típico de los pueblos mayenses, otomangues y mixe-zoqueanos. Este perfil se extiende por Centroamérica hasta Colombia y es característico en chibchas y paez.
Aridoamérica: El norte de México y suroeste de los EEUU conforman la región de Aridoamérica y en ella prevalece el haplogrupo B. Esta característica es propia de las familias yumano-cochimí, uto-azteca, kiowa-tañoana, caddoana y zuñi, con algunas excepciones como en el caso de los nahuas que poseen un perfil más relacionado con los mesoamericanos.
Amerindio del norte: El haplogrupo A es mayoritario en todo el este de Norteamérica, norte de Estados Unidos y Canadá. Esto es característico en álgicos, iroqueses, siux, muskogui, salishanos y wakash. Sin embargo lo más particular de esta región es la presencia del haplogrupo X, el cual no tiene una distribución uniforme, pues de lejos su mayor frecuencia y diversidad está en los pueblos algonquinos. La diferencia entre la distribución de X con la del conjunto A-D puede interpretarse como una posible evidencia del origen dual de estos pueblos, en donde X habría arribado posteriormente siendo absorbido por la población inicial.
HAPLOGRUPO B.
En rojo donde es más fuerte el haplogrupo B.
El haplogrupo B (16189, 8281-8289d) presenta 3 clados: B4, B5 y B6 (o B7).
Este haplogrupo como vemos en el mapa de abajo se origina en Asia. Es el que es llamado solo B. Este, viene de Oriente Medio, sobre el año 2000 a. E. C. El antecesor o los antecesores del B, serían probablemente los descendientes de Jafet mediante uno de sus hijos. Ellos fueron los que originaron los diferentes pueblos asiáticos.
América
Sudamérica: El haplogrupo B1 es típico de la zona andina quechua-aymara en una región equivalente a lo que fue el Imperio incaico. Las frecuencias más importantes están en el Altiplano andino, con un 88% en la región del Titicaca; entre las poblaciones aymara se ha registrado una frecuencia de 74%. El haplogrupo B se registra en comunidades aymara con frecuencias entre 67% y 93,9%9 y en quechuas del Perú 37 a 68%.10 En San Pedro de Atacama (Norte de Chile) 81%. B es también predominante entre los wounaan12 y otras poblaciones de la región colombiana del Pacífico y en ciertas etnias en forma aislada, como en los yuco-yupka de Colombia,oriundos de Churuguara (Venezuela) y xavantes del Mato Grosso (Brasil).
Centroamérica: Destacan los boruca de Costa Rica con 71%.
Norteamérica: Típico en el llamado lejano oeste norteamericano, especialmente en el Arizona y Baja California en nativos kiliwa, mojave, yavapai y en general en hablantes de lenguas yumanas.
B2: Exclusivo de los amerindios y extendido en Norte, Centro y Sudamérica. Alta frecuencia en la región andina sudamericana y Aridoamérica (Oeste de América del Norte).
B2a: En México y Estados Unidos.
B2b: En Sudamérica.
B2c: En México.
B2d: En Norteamérica y en los wayúu.
En fecha indeterminada pasan al continente americano. De ahí, se subdivide en el llamado B2.
Aquí, vemos el haplogrupo B en algunos pueblos norteamericanos.
Aquí en verde, el haplogrupo B de toda América. Hay más por la zona oeste de norteamérica y hacia el sur. termina abundando en la zona oeste central de sudamérica.
SUBGRUPO B2.
Cuadro del Haplogrupo B hasta B2e:
B-B4-B4a-B4b'd'e-B4b-B2-B2e
El subgrupo B2 se encuentra sobre todo en Colombia, Argentina, Brasil y Paraguay.
Notamos la prevalencia geográfica del grupo B2.
Se da en pueblos como los waiwai al norte de Brasil.
Indígenas de los waiwai en Brasil.
Relacionados también con la genética indígena de mi hijo (karitiana y Surui).
Indígenas Karitianos.
Tribu Surui.
El haplogrupo materno de mi hijo es B2e. Al parecer, desde América del Norte fue bajando hacia abajo y se da mucho en Colombia, México. De allí partió hacia la Amazonia y bajó al Paraguay sobre el 1000 o 1200, convirtiéndose en nativos de este país ignorándose en qué año antes de la conquista española.
"Branislava Susnik hace referencia a dos desplazamientos prehispánicos diferentes efectuados por los guaraní a la cuenca rioplatense. El primero de ellos se asentó en las cercanías del río Paraguay en grandes casas comunales, eran los carió o cario. El número de sus habitantes tuvo que haber sido elevado debido a la propensión de agruparse en extensas sociedades familiares. El otro desplazamiento migratorio según la citada autora es el de los mbyás, moradores de pequeñas comunidades establecidas en las zonas aledañas al río Paraná.
http://www.portalguarani.com/672_mary_monte_de_lopez_moreira/18989_la_gente_del_xvi_habitantes_del_paraguay_durante_la_conquista_2012__por_mary_monte_de_lopez_moreira.html.
Se cree que en la etapa previa a la conquista pudieron vivir unos 500.000 indígenas guaraníes.
Fuente: http://www.portalguarani.com/742_jose_zanardini/11487_los_pueblos_indigenas_del_paraguay_texto_los_guarani_prehistoricos_.html
Después ya fueron asimilados la gran mayoría con los mestizos de Paraguay y solo encontrándose algunos aún todavía separados de la población local.
De hecho, mi hijo tiene en la zona de Centroamérica muchos matches genéticos que evidencian el parentesco lejano. Además tiene coincidencia genética con los indígenas nativos de América y un pequeño tanto por ciento de indígenas de la Amazonia que de nuevo evidencian el camino recorrido hasta llegar a Paraguay.
Tengo el dato de la mujer que naciendo sobre 1840, en la zona de Villa Oliva, Paraguay, transmitió ese haplogrupo a sus descendientes, entre ellos a mi hijo. Se llamaba Rosa Agustina Chaves (está citada, pero su registro hasta ahora no se encuentra). Quizás su madre pudo ser una tal Rosa Dominga Chaves de Luque. Se nos dice en su registro de nacimiento en la iglesia que *María Manuela Chaves, china (indígena) que "el 12 de febrero de 1816 bautiza a una hija suya, natural, llamada Rosa Dominga".
Puede ser que de Luque hayan ido hacia Villa Oliva en 1845, año de su fundación por el sacerdote Fidel Maíz.
Situación de Villa Oliva, en el suroeste, perteneciente al departamento de Ñeembucú.
*María Manuela Chaves podría haber nacido sobre 1795 o 1800.
Indígenas guaraníes.