Todas estas ramas de indígenas americanos, la mayoría de ellas desconocidas por no existir registros rastreables se produjeron desde los siglos XVI al XIX. En este caso, que se sepa, en dos regiones, una pequeña parte en Brasil y otra, la gran mayoría, en Paraguay.
Pero algunas de estas uniones sí fueron rastreadas y conocidas y son las que a continuación agrego. Son conocidas, pues fueron uniones de conquistadores portugueses y españoles en los primeros años de la conquista.
Sin embargo, de la que es su haplogrupo mitocondrial, B2e, solo conozco el apellido, Cháves. La mujer más antigua de este linaje sería Rosa Agustina, nacida sobre 1840. Ella era descendiente de india, quizás su madre o abuela lo era.
De la localidad de Villa Oliva, Paraguay. Ahí aparece Rosa Agustina o Agustina a secas, en otros documentos. Murió en 1884, a la temprana edad de 40 años.
En cuanto a las parejas de estas mujeres no se sabe nada. Este sería su primer nexo indígena y que además es obvio pues Paraguay fue formado por la unión de españoles con indígenas. Por lo tanto, los millones de descendientes de estas uniones tendrán este mismo haplogrupo americano. De hecho un estudio menciona que el paraguayo mantiene un 85 % de sangre guaraní. El 98 % de los paraguayos mostraron un linaje mitocondrial (del lado materno) de indígena, y solo un 17,9 % de linaje indígena del lado paterno.
Otra información establece que en Paraguay el ADN heredado de los varones, a través del cromosoma Y, es en un 66,3% de origen europeo, un 14,7% euroasiático, un 13,8% africano y un 5,2% americano”, remarca el estudio publicado en el periódico español.
De todas formas este linaje materno de mi hijo sí establece solo una rama de todo el universo de antepasados. Lo más seguro es que cada rama materna de antepasados que sea de Paraguay será indígena, bien sea del haplogrupo B2 o de los otros 3: A, C o D.
Estudios de los linajes amerindios han mostrado que además de los fundadores A2, B2, C1, D1 y X2a mencionados anteriormente, se encuentran también los haplogrupos D2a, D3, C4c y D4h3 dentro de los linajes fundadores, aumentando a 9 los reconocidos actualmente; existiendo además un gran número de subhaplotipos (Achilli et al. 2008).
B2: Exclusivo de los amerindios y extendido en Norte, Centro y Sudamérica. Alta frecuencia en la región andina sudamericana y Aridoamérica (Oeste de América del Norte).
B2a: En México y Estados Unidos.
B2b: En Sudamérica.
B2c: En México.
B2d: En Norteamérica y en los wayúu.
En Nahuas (México) un 52 % pertenecen al haplotipo B y un porcentaje de ello al B2.
El análisis de ADN de las poblaciones indígenas actuales, así como el de fósiles humanos, proporciona nuevas luces al estudio del poblamiento de América. Análisis de 42 muestras de las momias chinchorro de hasta 7000 años de antigüedad (de las más antiguas del mundo) dan como resultado A:31,2 B:21,9 C:31,2 y D:3,1% de perfil mitocondrial.
Pero la evidencia genética más antigua la constituye el análisis de coprolitos humanos de hace miles de años de las Cuevas de Paisley en Oregón (Estados Unidos), las cuales sustentan el origen paleoamericano preclovis de los amerindios y dieron como resultado A2 y B2 (ADNmt).
Es el linaje, el B2, más común en las poblaciones actuales de Andes sud-centrales, habiéndose descripto en alta frecuencia en aymaras de Perú (60%), Bolivia (22%) y Chile (28%), quechuas de Perú (22%), Bolivia (13%) y Chile (28%), bolivianos de La Paz (25%), Sucre (18%) y Co-chabamba (18%), atacameños de Chile (11%), coyas del NOA (8%), jujeños de la quebrada (24%), puna (15%) y valles (12%), etc. En nuestras poblaciones, la frecuencia es alta en La Quiaca (17%), Maimará (12%) y San Salvador de Jujuy (9%), decayendo a 3% en Tartagal y Santa María y a menos del 2% en Mendoza y Villa Tulumaya. El linaje B2146-215 también es frecuente en la región actualmente y pudo ha-ber estado presente en las muestras antiguas, pero no ha sido detectado porque estas solo fueron secuenciadas para la RHV-I.
El linaje B2 16142 está mayormente representado en la población actual de las provincias de Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca y Jujuy.
Principales haplogrupos panamericanos A2, B2, C1 y D1.
Mesoamérica y Sudamérica: A2-64, B2, C1, D1, D4h.
A2 (64): Con varios subclados presentes en América tales como A2d, A2g, A2h (Colombia), A2i (EEUU), A2j, A2k, A2n (Canadá), A2p (Ecuador) y A2r (México y Guatemala).
- Araucanía y Patagonia: Los pueblos del centro y sur de Chile y Argentina se caracterizan por el predominio del haplogrupo D, seguido de C. Se ajustan a ello los hablantes de las llamadas lenguas andinas meridionales tales como mapuches, yaganes, alacalufes y chon.
- Andes: Los pueblos de los Andes presentan gran predominio del haplogrupo B, seguido de D o A, destacando Bolivia seguida del Perú, el norte de Chile, el Ecuador y la región pacífica colombiana. B es mayoritario especialmente en hablantes de lenguas aimaras, uru-chipayas y mosetenas, un poco menos en quechuas y chocó, y no bien definido en barbacoanas.Es posible que en la prehistoria andina no siempre haya predominado B, pues la cultura Chinchorro (Arica) de hace 7000 años presentan un perfil mitocondrial más relacionado con los pueblos del este de Sudamérica.
- Este de Sudamérica: Grupo heterogéneo formado por los pueblos de las regiones de la Amazonía, Gran Chaco y Caribe, incluyendo las Antillas. Los cuatro haplogrupos panamericanos se encuentran dispersos sin que ninguno de ellos sea claramente predominante, aunque sobresale un poco el linaje C, por ejemplo en las familias arahuaca, Caribe, tucana, yanomami, pano-tacana,ticuna, cofán y movima; con una tendencia parcial hacia D en el grupo mataco-guaicurú, hacia B en ye y hacia A en guaraníes.
- Mesoamérica y Centroamérica: En Mesoamérica hay un predominio bien marcado del haplogrupo A, seguido de B, típico de los pueblos mayenses, otomangues y mixe-zoqueanos. Este perfil se extiende por Centroamérica hasta Colombia y es característico en chibchas y paez.
- Aridoamérica: El norte de México y suroeste de los EEUU conforman la región de Aridoamérica y en ella prevalece el haplogrupo B. Esta característica es propia de las familias yumano-cochimí, uto-azteca, kiowa-tañoana, caddoana y zuñi, con algunas excepciones como en el caso de los nahuas que poseen un perfil más relacionado con los mesoamericanos.
- A2 (64): Con varios subclados presentes en América tales como A2d, A2g, A2h (Colombia), A2i (EEUU), A2j, A2k, A2n (Canadá), A2p (Ecuador) y A2r (México y Guatemala).
C1b: en América
C1c: en América
C1d: en América
D1: exclusivo de América.
D4h3b: Típico de los amerindios. Se encontró en la cultura Clovis.
B (16189, 8281) En Asia Oriental. Aymaras, quechuas, atacamanos, wounaan, yuco-yupka, churuguara, xavantes, boruca, kiliwa, mojave, yavapai y en general en hablantes de lenguas yumanas, las familias yumano-cochimí, uto-azteca, kiowa-tañoana, caddoana y zuñi.
B4: Es el clado principal y está extendido en todo el Extremo Oriente, Siberia, América y Oceanía.
B4: Es el clado principal y está extendido en todo el Extremo Oriente, Siberia, América y Oceanía.
B4b: Asia Oriental, Sur de Siberia y América.
B2: Es autóctono de América. Exclusivo de los amerindios y extendido en Norte, Centro y Sudamérica. Alta frecuencia en la región andina sudamericana y Aridoamérica (Oeste de América del Norte).Quechua, Guarani, Coreguaje, Waunana, Katuena, Ache, Gaviao, Xavante, Peru, Ecuador, Colombia, Argentina, USA (Yaqui, Hispanics, etc.), Dominican Republic
B2a: En México y Estados Unidos. Northwestern Canada (Tsimshian), Mexico (Chihuahua)
B2a1 - USA (Jemez in New Mexico, Hispanics, etc.), Mexico
B2a1a - USA (Hispanics)
B2a1a1 - Mexico (Chihuahua)
B2a1b - Mexico (Chihuahua), USA (Hispanic)
B2a2 - USA (New Mexico, Colorado, Mexican)
B2a3 - Mexico (Chihuahua, Durango), USA (Mexican)
B2a4
B2a4a - Mexico (Sinaloa)
B2a4a1 - Mexico (Chihuahua, Jalisco, Durango)
B2a5 - Pima, USA (Arizona, Utah, California)
B2b: En Sudamérica. Cayapa, Pomo, Xavante, Colombia, Peru, Ecuador, Argentina
B2b1 - Venezuela, Ecuador (Shuar of Gualaceo)
B2b2 - Bolivia (Beni), Argentina (Criollo of Gran Chaco), USA (Hispanic)
B2b2a - Bolivia (Santa Cruz, Cochabamba)
B2b3 - Yanomama
B2b3a - Puerto Rico, Venezuela, Kayapo
B2b4 - USA (Mexican)
B2c: En México. Ecuador, USA (Hispanic), ancient Canada
B2c1 - Mexico (Mixe), USA (Hispanic, Mexican)
B2c1a - USA (Mexican, Hispanic)
B2c1b - USA (Hispanic, Mexican)
B2c1c - USA (Mexican)
B2c2 - USA (Mexican)
B2c2a - USA (Mexican, Hispanic)
B2c2b - USA (Mexican, Hispanic)
B2d: En Norteamérica y en los wayúu. Nicaragua (Chinandega), Ngöbe/Guaymi, Colombia, USA (Hispanic in New Jersey)
B2e - Colombia, Argentina, Waiwai (Brasil), Uruguay, Paraguay
B2e2-Brasil (Paraná, Paraíba, Ceará), Paraguay (Alto Paraná, Asunción), Uruguay, y Argentina (Santa Fe, Chubut, Corrientes, Formosa y La Pampa).
B2f - USA (Mexican)
B2g
B2g1 - Mexico, USA (Yaqui, Mexican, Hispanic)
B2g2
B2h - Ache
B2i
B2i1 - Kayapo
B2i2 - Chile
B2i2a - Mapuche
B2i2a1 - Chile
B2i2a1a - Chile, Argentina
B2i2a1b - Chile
B2i2b - Chile
B2i2b1 - Chile
B2j
B2k -Venezuela, USA (Mexican)
B2l -Venezuela, Ecuador
B2m
B2n
B2o - Colombia, Mexico (Maya), USA (Hispanic in Arizona)
B2o1 - Ecuador, Bolivia
B2o1a - Colombia, Bolivia, Peru
B2p - USA (Mexican)
B2q - Ecuador, USA (Mexican)
B2r - USA (Hispanic, Mexican)
B2s - USA (Mexican)
B2t - Guatemala (Maya, la Tinta)
B2u
B2v
B2w
B2x
B2y - South America (Andes), Peru
B2y1 - USA
Mapa de América que muestra los asentamientos
más antiguos (pre-Clovis) de acuerdo con la
evidencia arqueológica.
ESTUDIOS REALIZADOS SOBRE EL HAPLOGRUPO B2
Título:
Diversidad del Haplogrupo B2 en Argentina. ¿Extinción de haplotipos intermedios?
Autor/es:
25. GARCÍA A, PAURO M, NORES R Y DEMARCHI DA
Lugar:Buenos Aires
Reunión:Jornada; XI Jornadas Nacionales de Antropología Biológica; 2013
Institución organizadora:Asociación Argentina de Antropología Biológica
Resumen:
El haplogrupo B2 ha recibido escasa atención en los estudios realizados en poblaciones contemporáneas del centro de Argentina, debido principalmente a que se encuentra relativamente poco representado. En el presente trabajo se analizaron 64 secuencias de la Región Hipervariable I del ADN mitocondrial, pertenecientes a individuos de 20 localidades del centro de Argentina (Córdoba, San Luis y Santiago del Estero). El objetivo fue analizar los niveles de diversidad molecular y patrón filogeográfico del haplogrupo B2 en estas poblaciones. Sorprendentemente, este haplogrupo presenta los niveles de diversidad genética más altos (Π = 0,9118), en comparación con el resto de los haplogrupos de origen americano. En un trabajo recientemente publicado sobre muestras de origen arqueológico, con un rango de antigüedad entre 4525 ± 20 y 345 ± 20 años AP, se encontró una proporción mucho mayor del haplogrupo B2 (Nores y col., 2011). Puntualmente, en 21 muestras antiguas que habitaron la región serrana de Córdoba a partir del 1200 AP, se encontró un 48% de linajes B2, en contraste con el 16% observado en las muestras contemporáneas. Bajo este escenario evolutivo, es posible interpretar que la alta diversidad observada en poblaciones contemporáneas y, a la vez, la presencia de numerosos gaps genéticos en las redes de haplotipos, se deba a la existencia en tiempos prehispánicos de un mayor número y diversidad de linajes B2, pero que muchos de ellos fueron eliminados durante un periodo de reducción y extinción parcial de la población nativa, probablemente durante la conquista y la colonización española.
ESTUDIOS REALIZADOS SOBRE EL HAPLOGRUPO B2
Título:
Diversidad del Haplogrupo B2 en Argentina. ¿Extinción de haplotipos intermedios?
Autor/es:
25. GARCÍA A, PAURO M, NORES R Y DEMARCHI DA
Lugar:Buenos Aires
Reunión:Jornada; XI Jornadas Nacionales de Antropología Biológica; 2013
Institución organizadora:Asociación Argentina de Antropología Biológica
Resumen:
El haplogrupo B2 ha recibido escasa atención en los estudios realizados en poblaciones contemporáneas del centro de Argentina, debido principalmente a que se encuentra relativamente poco representado. En el presente trabajo se analizaron 64 secuencias de la Región Hipervariable I del ADN mitocondrial, pertenecientes a individuos de 20 localidades del centro de Argentina (Córdoba, San Luis y Santiago del Estero). El objetivo fue analizar los niveles de diversidad molecular y patrón filogeográfico del haplogrupo B2 en estas poblaciones. Sorprendentemente, este haplogrupo presenta los niveles de diversidad genética más altos (Π = 0,9118), en comparación con el resto de los haplogrupos de origen americano. En un trabajo recientemente publicado sobre muestras de origen arqueológico, con un rango de antigüedad entre 4525 ± 20 y 345 ± 20 años AP, se encontró una proporción mucho mayor del haplogrupo B2 (Nores y col., 2011). Puntualmente, en 21 muestras antiguas que habitaron la región serrana de Córdoba a partir del 1200 AP, se encontró un 48% de linajes B2, en contraste con el 16% observado en las muestras contemporáneas. Bajo este escenario evolutivo, es posible interpretar que la alta diversidad observada en poblaciones contemporáneas y, a la vez, la presencia de numerosos gaps genéticos en las redes de haplotipos, se deba a la existencia en tiempos prehispánicos de un mayor número y diversidad de linajes B2, pero que muchos de ellos fueron eliminados durante un periodo de reducción y extinción parcial de la población nativa, probablemente durante la conquista y la colonización española.
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Análisis de haplotipos mitocondriales obtenidos por secuenciación del D-Loop completo en Wichí, Toba y Pilagá.
Autores: Sala, Andrea | Corach, Daniel | Alechine, Eugenia | Zuccarelli, Gala | Bobillo, María Cecilia
2009
Tipo de documento: Objeto de conferencia
Resumen
En las provincias de Formosa y Chaco existen comunidades pertenecientes a diversos grupos étnicos, entre los que se encuentran: Toba, Chulupí, Mocoví, Wichí y Pilagá (restringidos estos últimos a la provincia de Formosa). El objetivo de este trabajo fue investigar los polimorfismos presentes en las tres regiones hipervariables de la Región de Control mitocondrial (HVRI, HVRII y HVRIII) y las dos Regiones Variables (HV1 y HV2) que separan a las anteriores. La investigación se basó en la secuenciación completa de la región de Control (16024-576). Se analizaron un total de 168 individuos pertenecientes a tres grupos étnicos incluidos en dos familias lingüísticas: Mataco (Wichí de Formosa, N= 48) y Guaycurú (Toba de Chaco N= 27 y Formosa N=37; Pilagá de Formosa N= 56). La secuenciación completa del D-Loop se realizó empleando diez primers diferentes lo que permitió generar haplotipos de alta calidad a partir de las muestras en estudio. De las 168 muestras se obtuvieron 59 haplotipos diferentes, todos pertenecientes a los haplogrupos Nativo-Americanos. En total se observaron 6 haplotipos pertenecientes al hg A2, 30 al hg B2, 4 al hg C1 y 19 pertenecientes al hg D (de los cuales 15 son D1 y 4 pertenecerían al hg D4). Del total, sólo dos haplotipos fueron compartidos por los tres grupos étnicos, 6 lo fueron por dos grupos étnicos y 51 haplotipos fueron observados exclusivamente en alguna de las tres etnias. La mayor diversidad haplotípica fue observada en Toba (0,9419+/-0.0113) mientras que la menor diversidad fue observada en Pilagá (0,8889+/-0.0170). La distribución de haplogrupos demostró que el hg B2 es mayoritario en Pilagá y Toba de Chaco, mientras que el hg D1 es mayoritario en Wichi y Toba de Formosa. Esta investigación será complementada mediante la detección, por PCR en Tiempo Real, de SNPs ubicados en la región codificante, permitiendo determinar la pertenencia a los diferentes sub-haplogrupos Nativo-Americanos El hallazgo de polimorfismos característicos en los grupos investigados aportará información relevante para estudios genético-antropológicos de los grupos étnicos que habitan el Gran Chaco Argentino.
Autores: Sala, Andrea | Corach, Daniel | Alechine, Eugenia | Zuccarelli, Gala | Bobillo, María Cecilia
2009
Tipo de documento: Objeto de conferencia
Resumen
En las provincias de Formosa y Chaco existen comunidades pertenecientes a diversos grupos étnicos, entre los que se encuentran: Toba, Chulupí, Mocoví, Wichí y Pilagá (restringidos estos últimos a la provincia de Formosa). El objetivo de este trabajo fue investigar los polimorfismos presentes en las tres regiones hipervariables de la Región de Control mitocondrial (HVRI, HVRII y HVRIII) y las dos Regiones Variables (HV1 y HV2) que separan a las anteriores. La investigación se basó en la secuenciación completa de la región de Control (16024-576). Se analizaron un total de 168 individuos pertenecientes a tres grupos étnicos incluidos en dos familias lingüísticas: Mataco (Wichí de Formosa, N= 48) y Guaycurú (Toba de Chaco N= 27 y Formosa N=37; Pilagá de Formosa N= 56). La secuenciación completa del D-Loop se realizó empleando diez primers diferentes lo que permitió generar haplotipos de alta calidad a partir de las muestras en estudio. De las 168 muestras se obtuvieron 59 haplotipos diferentes, todos pertenecientes a los haplogrupos Nativo-Americanos. En total se observaron 6 haplotipos pertenecientes al hg A2, 30 al hg B2, 4 al hg C1 y 19 pertenecientes al hg D (de los cuales 15 son D1 y 4 pertenecerían al hg D4). Del total, sólo dos haplotipos fueron compartidos por los tres grupos étnicos, 6 lo fueron por dos grupos étnicos y 51 haplotipos fueron observados exclusivamente en alguna de las tres etnias. La mayor diversidad haplotípica fue observada en Toba (0,9419+/-0.0113) mientras que la menor diversidad fue observada en Pilagá (0,8889+/-0.0170). La distribución de haplogrupos demostró que el hg B2 es mayoritario en Pilagá y Toba de Chaco, mientras que el hg D1 es mayoritario en Wichi y Toba de Formosa. Esta investigación será complementada mediante la detección, por PCR en Tiempo Real, de SNPs ubicados en la región codificante, permitiendo determinar la pertenencia a los diferentes sub-haplogrupos Nativo-Americanos El hallazgo de polimorfismos característicos en los grupos investigados aportará información relevante para estudios genético-antropológicos de los grupos étnicos que habitan el Gran Chaco Argentino.
A los tobas se les considera una de las más importantes etnias del grupo de los guaicurúes, voz de tono insultante que dieron los guaraníes a sus principales oponentes en el Gran Chaco.
El mayor crecimiento demográfico de los wichís hizo que estos ejercieran mayor presión demográfica para obligarlos a un desplazamiento hacia el este, territorios en los que hoy mayoritariamente habitan.
Mujer pilagá.
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La compilación y análisis de los varios miles de secuencias mitocondriales de origen nativo publicadas para poblaciones indígenas, mestizas, cosmopolitas y/o afrodescendientes de diferentes países americanos ha puesto en evidencia la existencia de grupos de secuencias que comparten una o varias mutaciones que permiten considerarlos como grupos presuntamente monofiléticos. Esta presunción se refuerza cuando la distribución de estos clados está geográfica o étnicamente restringida. Para los Andes sud-centrales de Perú, Bolivia y norte de Argentina y Chile, por ejemplo, varios estudios coinciden en señalar la existencia de una serie de linajes del hg B2 con frecuencia relativamente alta en poblaciones locales cuya distribución refleja una herencia biológica regional común (Gayà-Vidal et al. 2011; de Saint Pierre et al. 2012a; Cardoso et al. 2013).
Las frecuencias más importantes están en el Altiplano andino, con un 88% en la región del Titicaca; entre las poblaciones aymara se ha registrado una frecuencia de 74%. El haplogrupo B se registra en comunidades aymara con frecuencias entre 67% y 93,9% y en quechuas del Perú 37 a 68%. En San Pedro de Atacama (Norte de Chile) 81%. B es también predominante entre los wounaan y otras poblaciones de la región colombiana del Pacífico y en ciertas etnias en forma aislada, como en los yuco-yupka de Colombia, oriundos de Churuguara (Venezuela) y xavantes del Mato Grosso (Brasil).
Mujer del Titicaca.
Jóvenes Aymara.
Los yuco-yupka de Colombia, oriundos de Churuguara (Venezuela).
Norteamérica: Típico en el llamado lejano oeste norteamericano, especialmente en el Arizona y Baja California en nativos kiliwa, mojave, yavapai y en general en hablantes de lenguas yumanas.
B es mayoritario especialmente en hablantes de lenguas aimaras, uru-chipayas y mosetenas, un poco menos en quechuas y chocó, y no bien definido en barbacoanas. Es posible que en la prehistoria andina no siempre haya predominado B, pues la cultura Chinchorro (Arica) de hace 7000 años presentan un perfil mitocondrial más relacionado con los pueblos del este de Sudamérica. Los Ye son predominantemente B.
El norte de México y suroeste de los EEUU conforman la región de Aridoamérica y en ella prevalece el haplogrupo B. Esta característica es propia de las familias yumano-cochimí, uto-azteca, kiowa-tañoana, caddoana y zuñi, con algunas excepciones como en el caso de los nahuas que poseen un perfil más relacionado con los mesoamericanos.
Muchas de estas culturas que hemos citado son mezclas de otros pueblos que fueron o bien asimilados o bien conquistados o extinguidos y que demuestran dentro de su mismo grupo diferentes haplotipos mitocondriales, lo que quiere decir que su origen matrilineal es diferente. Por eso, dentro de los guaraníes por ejemplo encontramos diferentes haplotipos mitocondriales, mayoritariamente el A y después el B.
Según este gráfico los que más preponderancia tienen de B2 además de los Xavantes son los Coyas.
Haplotipo Mitocondrial B y B2.
Clado B2e. En algunos de estos lugares también está el clado B2e2.
Área de influencia guaraní.
Los haplogrupos A y B son más frecuentes en el norte de Colombia, y los del norte de Colombia son más parecidos a los indígenas de Panamá y Costa Rica.
Área de influencia guaraní.
Los haplogrupos A y B son más frecuentes en el norte de Colombia, y los del norte de Colombia son más parecidos a los indígenas de Panamá y Costa Rica.
Por ello se entiende que los clados B2 aunque se extendieron por un amplio territorio y se convirtieron en diferentes culturas y etnias, una pequeña rama de este subgrupo se convirtió en otro subgrupo, (B2e) que formó otras culturas o etnias separadas, diferenciadas. Otra vez dentro de este grupo surgió otro (B2e2), que se distribuyó entre Colombia, Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay y el cual es minoritario y está poco estudiado de momento.
Con bastante % del haplogrupo B: Aché, Kubenkokre, Txukanhamae, Xavante, Xicrín.
Más recientemente, el genetista estadounidense Andrew Merriwether, de la Binghamton University, quien perteneciera al equipo de Wallace, sostuvo que la evidencia genética sugiere que América fue poblada mediante una sola población proveniente de Mongolia, como sostenía Aleš Hrdlička. La razón de esto es que en Siberia los haplogrupos A y B casi no se encuentran presentes, mientras que en Mongolia se encuentran los cuatro principales haplogrupos indoamericanos (A, B, C y D), salvo el X.
Merriwether destaca que los cuatro haplogrupos se encuentran presentes en toda América, pero que dentro de ellos pueden localizarse mutaciones genéticas diferentes, según se trate de indígenas de Sudamérica o Norteamérica. Esto sugeriría que, cuando ingresaron en América, algunos grupos migraron rápidamente hacia Sudamérica, mientras que otros poblaron Norteamérica y Centroamérica. A su vez, las mutaciones genéticas muestran migraciones entre Sudamérica y el sur de Centroamérica (Panamá y Costa Rica), pero no más allá.
En 2014, el análisis del ADN mitocondrial del esqueleto de Naia, datado en el 10 900 a. C. (encontrado en México, en un grupo de cuevas submarinas de Tulum), demostró un vínculo genético entre los paleoamericanos y los modernos nativos americanos, ya que encontró que Naia tenía el haplogrupo D1, exclusivo de los actuales amerindios, especialmente de América del Sur. Los investigadores consideran que su hallazgo es una prueba de que los primeros pobladores de América llegaron provenientes de Siberia.
Una investigación dirigido por David Reich, de Harvard, también encontró evidencia de una rápida expansión desde el norte hacia Sudamérica, a la vez que estableció que la migración paleoindia asociada con la cultura Clovis, presente en América del Sur, no fue la fuente principal para los indígenas sudamericanos contemporáneos, ya que varios individuos antiguos derivan de linajes sin afinidad específica con el genoma asociado a Clovis, y se evidencia un reemplazo de la población, que comenzó hace al menos 9.000 años y fue seguido por una continuidad sustancial de la población en múltiples regiones múltiples. Además, se estableció otra corriente migratoria, a partir de una conexión entre un humano de 4.200 años en los Andes centrales y los antiguos habitantes de las Islas del Canal frente a la costa de California.
Estos estudios genéticos revelan que los primeros pobladores del continente se movieron lejos rápidamente,48 y apoyan lo que los arqueólogos han sostenido durante mucho tiempo, que América fue colonizada en varias oleadas de poblaciones que cruzaron el estrecho de Bering desde Asia, siendo el más reciente el de Ártico y grupos canadienses. Se demuestra, a su vez, que no hay conexión genética con los pobladores europeos del Paleolítico superior, de forma que este estudio se muestra como un fuerte apoyo del origen asiático de la colonización americana.
En la siguiente tabla va en negrita los haplogrupos predominantes y entre paréntesis los que tienen un probable origen en el mestizaje con otros pueblos (orden de norte a sur):
GRUPO SUBGRUPO LINAJE MATERNO LINAJE PATERNO
Esquimo-aleuta | Esquimal | A2a, A2b, D2, D3 | Q-NWT01, Q-M3 (R1). |
---|---|---|---|
Esquimo-aleuta | Aleuta | A2a, D2 | Q-M3 (R1). |
Na-dené | Na-dené del Norte | A2a (D2). | Q-M3, C-P49 (R1). |
Na-dené | Na-dené del Sur | A2a (B2, C1). | Q-M3, C-P49 |
Paleoamericano | Norteamérica | A2-64, B2, C1, D1, X2 | Q-M3 (C-P49, R1). |
Paleoamericano | Mesoamérica y Sudamérica | A2-64, B2, C1, D1, D4h | Q-M3 |
Entre los pueblos indígenas de América, son más las semejanzas que las diferencias. Según la genética autosómica, en el continente americano existe baja diversidad genética y en cambio una gran diferenciación con las poblaciones nativas del resto del mundo. Prueba de esta unidad y uniformidad genética se encuentra en que los linajes fundadores del poblamiento de América A2 (ADNmt) y Q-M3 (ADN-Y), son típicos del continente y con frecuencia predominantes; al igual que el grupo sanguíneo O+.
Las diferencias más sobresalientes serían el resultado de la relación entre las sucesivas olas inmigratorias y la introducción de nuevos linajes. Así pues durante el Paleolítico habrían llegado los primeros linajes paleoamericanos A, B, C, D1 (ADNmt), Q-M3 (ADN-Y) y posiblemente después X (ADNmt); mientras que en el Neolítico vendría C (ADN-Y) posiblemente con los pueblos na-dené, y además D2, D3 (ADNmt) y Q-NWT01 (ADN-Y) con los esquimales.
El último y más detallado estudio sobre el poblamiento de América, analiza 52 pueblos americanos, 17 siberianos y 300 000 variantes de secuencias de ADN, concluyendo en lo siguiente:
La mayoría de la población nativa americana desciende enteramente de un solo grupo de primeros migrantes que cruzó Beringia, un puente que unió Asia y América durante la era de hielo. De allí se produjo una expansión por todo el continente, seguido de múltiples divergencias y finalmente hubo poco flujo genético entre los grupos nativos americanos, especialmente en América del Sur.
Se produjeron dos migraciones posteriores que dejaron una huella genética entre los hablantes de lenguas na-dené y esquimoaleutas. Estas migraciones se mezclaron con los primeros pueblos nativos ya establecidos, de tal manera que los pueblos na-dené presentan la mayor parte del genoma de la primera migración, un 90%, mientras que en los esquimoaleutas se conservó el 50 % del mismo.
También se produjo una migración de regreso de América hacia Siberia, tal como se ve en el análisis genético de los pueblos esquimo-siberianos y en chukchis.
Paleoantropología genética
El análisis de ADN de las poblaciones indígenas actuales, así como el de fósiles humanos, proporciona nuevas luces al estudio del poblamiento de América. Análisis de 42 muestras de las momias chinchorro de hasta 7000 años de antigüedad (de las más antiguas del mundo) dan como resultado A:31,2 B:21,9 C:31,2 y D:3,1% de perfil mitocondrial.
Restos humanos de hace 10 300 años fueron encontrados en Alaska y se informó que pertenecían al haplogrupo mitocondrial D4h3 y al cromosómico Q-M3, los cuales pueden encontrarse actualmente muy extendidos, incluso hasta en Tierra del Fuego. Pero la evidencia genética más antigua la constituye el análisis de coprolitos humanos de hace 12 300 años de las Cuevas de Paisley en Oregón (Estados Unidos), las cuales sustentan el origen paleoamericano preclovis de los amerindios y dieron como resultado A2 y B2 (ADNmt).
Principales haplogrupos panamericanos A2, B2, C1 y D1
GUARANÍES.
Los guaraníes hablan variantes lingüísticas de la familia tupí-guaraní, y actualmente están clasificados en tres subgrupos: los guaraníes-kaiowa, los guaraníes-mbya y los guaraníes-ñandeva. Estos grupos se distribuyen en el sur de Brasil (Rio Grande do Sul - Mbya; Santa Catarina - Mbya; Paraná - Mbya y Ñandeva; São Paulo - Mbya y Ñandeva; Río de Janeiro y Espíritu Santo - Mbya; y Mato Grosso do Sul - Kaiowa y Ñandeva), en el Paraguay Oriental (Kaiowa, Ñandeva, Mbya), en el noreste de Argentina (Kaiowa, Ñandeva, Mbya) y el norte de Uruguay (Mbya emigrados). Estimaciones actuales de órganos federales (FUNAI - Fundação Nacional do Índio, FUNASA - Fundação Nacional de Saude) y de ONG (ISA - Instituto Sócio-Ambiental) apuntan a que hay entre 50 000 y 55 000 individuos únicamente en Brasil, donde constituyen el pueblo indígena más numeroso.
Para el investigador Dick Edgar Ibarra Grasso el solar de los guaraníes estaría en una zona circuncaribe, supone la isla de Marajó, en la desembocadura del río Amazonas y estudios hechos de la lengua guaraní la emparentarían con las lenguas de la familia Chibcha. Las causas de su migración hacia el sur fueron principalmente la necesidad de ocupar nuevas tierras aptas para el cultivo, además de creencias de su religión que impulsaban su nomadismo.
Estas poblaciones son descendientes de los grupos que habitaban las selvas tropicales situadas en las cuencas del alto Paraná, alto Uruguay y en las fronteras meridionales del altiplano brasileño. Descubrimientos en sitios arqueológicos representan un testimonio de la existencia de este grupo étnico a partir del siglo V (500 d. C.), con características que lo distinguen claramente de otros grupos de la misma familia lingüística. Los descubrimientos arqueológicos muestran también que las poblaciones que han dado origen a los guaraníes que fueron protagonistas de intensas migraciones que, a partir de territorios localizados en la parte este del Brasil actual los llevaron, ya en el siglo XII a.C., a ocupar gran parte de los territorios donde aún hoy en día se encuentran sus descendientes. En la víspera de la llegada de los europeos, los guaraníes ocupaban las amplias selvas comprendidas entre los ríos Paraná, Miranda, Tiete, Uruguay, y sus afluentes, y amplios tramos de la costa sur de Brasil, localización que los llevó a ser el primer pueblo contactado por españoles y portugueses como da cuenta, por ejemplo, Cabeza de Vaca. En la época de la conquista los guaraníes estaban divididos en seis grandes grupos, distribuidos en regiones diferentes:
Carios, localizados a lo largo el río Paraguay y la ciudad de Asunción
Tapes, en el territorio actual del estado brasileño de Rio Grande do Sul y sus alrededores
Paraná, a lo largo del curso del río homónimo
Itatim, ocupaban los territorios entre los ríos Miranda y Apa (los actuales kaiowá)
Guaira, en el Paraguay nororiental y a lo largo de los ríos Amambai, Iguatemi y sus afluentes (los actuales ñandeva)
Los guaraníes se establecieron en el territorio que actualmente pertenece al Paraguay y Argentina. La palabra Paraguay, deriva de un vocablo guaraní, paraguá-y, que significa en el idioma nativo "agua que forma un océano".
Se subdividieron paulatinamente en distintas tribus dependiendo de la zona donde habitaban. Los guaraníes chandules que habitaban las islas del delta del Paraná desaparecieron poco después de la segunda fundación de Buenos Aires por Juan de Garay, en 1580; siendo los habitantes de Asunción los que volvieron a poblar y refundar Buenos Aires.
HAPLOTIPOS VARIADOS Y OTRAS NOTAS INTERESANTES.
Haplotipos mitocondriales de matches genéticos paraguayos con mi hijo, para visualizar la diversidad existente en el país: C1b, C1c, C1d, A2, D1, D1e, D4, B2b.
Hablando genéticamente mi hijo tiene bastante similitud con Colombia (parte indígena), y más cercanía genéticamente con Mesoamérica que con norte o suramérica.
Mapa de distribución del haplogrupo C3 ADN-Y. En Norteamérica se presenta la variante característica C3b, atribuida a las migraciones na-dené.
En cuanto a la genética mitocondrial, se encontró el linaje materno A2a1 tanto en apaches (na-dené) como en selkupis (yeniseos).
Tomando en cuenta el ADN mitocondrial, los na-dené del norte, incluyendo los haida, presentan predominio absoluto del haplogrupo A (ADNmt), mientras que los na-dené del sur presentan otros grupos menores que podrían determinar que se produjo un mestizaje con pueblos amerindios de Norteamérica.
A: Originado en Asia Oriental.
- Pre-A2 (o A4): Probable origen chino.
- A2: Probable origen en Alaska
- A2a: en Norteamérica y Siberia Oriental.
- A2b: en esquimales y chukchis.
- A2 (64): Con varios subclados presentes en América tales como A2d, A2g, A2h (Colombia), A2i (EEUU), A2j, A2k, A2n (Canadá), A2p (Ecuador) y A2r (México y Guatemala).
- C: típico siberiano.
- C1:
- C1a: en Asia
- C1b: en América
- C1c: en América
- C1d: en América
- C4:
Una momia de un niño de 7 años, hace unos 500 años, víctima de sacrificio inca, en Perú, tenía un subclado del haplogrupo C, que se denominó C1bi. Hasta ahora no se ha encontrado en personas contemporáneas o sea de esa época.
- D (16189, 8281) propio del Extremo Oriente.
- D4:
- D1: exclusivo de América.
- D4e:
- D4e1:
- D2: originado al sur de Siberia.
- D2a: con la frecuencia más alta en aleutas. Propio de esquimales y chukchis. Encontrado en Saqqaq (Groenlandia).
- D2: originado al sur de Siberia.
- D4e1:
- D3 (o D4b):
- D3a (o D4b1):
- D3a2a (o D4b1a2a): En Siberia y esquimales.
- D3a (o D4b1):
- D4h: en Asia Oriental y en amerindios.
- D4h3b: Típico de los amerindios. Se encontró en la cultura Clovis.
- D4:
- X (16189, 8281) originado en el Cercano Oriente.
- X2:
- X2a'j: Además de Norteamérica, también encontrado en Irán, en Siberia (en el Podkamennaya Tunguska), Irlanda y Egipto.
- X2a: xclusivo de Norteamérica.
La recreación posible de la llamada Mujer de Naharón, encontrada en Quintana Roo, México.
La Mujer de las Palmas. Encontrada también en México.
Guaicurúes, guaycurúes o guaykurúes son los nombres que recibe un conjunto de pueblos indígenas de origen pámpido-patagónico que habita la región del Gran Chaco, en Argentina, Bolivia, Paraguay y Brasil. De esta familia forman parte los mocovíes, toba, pilagás y caduveos. En el pasado también incluyó a los ya extintos abipones, mbayaes y payaguaes. Las distintas lenguas guaicurúes habladas son muy afines entre sí.
El nombre de guaicurúes tuvo su origen en el apelativo ofensivo dado por los guaraníes a una parte de los mbayaes del Paraguay, que después se amplió a todo el conjunto. Aún hoy entre los guaraní-parlantes la palabra guaykurú tiene un significado que se traduce aproximadamente por "bárbaro" o "salvaje". Se estimaban en 150 000 al llegar los españoles. Pese al origen insultante de la palabra "guaicurú" entre los guaraníes, luego los antropólogos de principios del siglo XX y sobre todo los lingüistas han mantenido este término para clasificar a los pámpidos chaquenses y septentrionales.
A estos pueblos del Chaco Oriental, los españoles les dieron el nombre de frentones (en guaraní: toba) por la costumbre muy común entre ellos de raparse la parte anterior de la cabeza, dando la impresión de una frente más amplia de lo normal.
Son altos y de fuerte constitución física, con piernas robustas y anchas espaldas. Excelentes cazadores y recolectores.
A la llegada de los españoles, los pueblos guaicurúes estaban concentrados en la región al oeste del río Paraguay entre los ríos Bermejo y Pilcomayo (actual provincia de Formosa) y en menor medida en las áreas adyacentes a esos ríos. En su momento de máxima extensión habitaron los territorios entre Corumbá en el Mato Grosso del Sur (Brasil) en el norte pasando por el Chaco Boreal hasta la ciudad de Santa Fe al sur y desde el río Paraguay hasta las estribaciones andinas del departamento de Tarija en Bolivia, incluyendo a las provincias argentinas de Formosa, Chaco, este de Salta, norte de Santiago del Estero y norte de Santa Fe. La incorporación del caballo dio impulso a su expansión territorial.
PAYAGUAES
Los payaguaes fueron un pueblo del Chaco Boreal en el Paraguay de la familia guaycurú que en épocas coloniales vivían a lo largo del río Paraguay desde el Gran Pantanal del Mato Grosso del Sur en Brasil y Bolivia hasta la provincia del Chaco en Argentina. El nombre "payaguá" no es el que ellos mismos se daban sino el que con cierto matiz peyorativo le dieron sus rivales y enemigos: los guaraníes.
Eran cazadores nómadas y pescadores que dominaban con sus canoas el río Paraguay y hostilizaban a los guaraníes que vivían al oriente del mismo robando sus cosechas.
Su lengua formó parte de la familia lingüística mataco-guaycurú. Ha sido catalogada como un dialecto guaycurú, pero también existe la hipótesis de que haya sido de la subfamilia mataco-mataguaya.
A partir de 1719 los sarigués, cadigué, kadigué o kadigé o en portugués "caduveo" que formaban la rama septentrional de los payaguá en alianza con otros guaycurúes se dedicaron a atacar a los portugueses del Mato Grosso, desplazando a los guató (antes llamados jarayes o xarayes por los españoles) del área del Gran Pantanal. El botín obtenido junto con los esclavos capturados eran vendidos en Asunción. En 1730 atacaron la flota de Lanhas Peixoto que transportaba el quinto del rey de las minas de oro de Cuyabá hacia San Pablo y que luego vendieron en Asunción.2
El grupo meridional llamado tacumbú fue contenido hacia 1750 por el gobernador Rafael de la Moneda, quien fundó una cadena de fuertes a lo largo del río, y terminaron acordando la paz con los españoles e instalándose en las cercanías de Asunción, ciudad que se beneficiaba con la venta de esclavos que hacían los payaguaes. Posteriormente hacia 1770, los cadigué se les unieron, impedidos de atacar a los portugueses por los fuertes que estos fundaron sobre el río Paraguay.3
Utilizaban las islas del río Paraguay para enterrar a sus muertos, a los que cubrían sus cabezas con grandes vasijas en forma de campanas.
Antes de la independencia del Paraguay, los Payaguaes del sur llamados "Agaces", comenzaron a sufrir el mestizaje con los Paraguayos y con los indígenas, debido a su reducido número y más a las devastadoras epidemias, terminó diezmándolos.
En cambio los Sarigüé, durante la Guerra de la triple alianza se tenían registros de 500 individuos que vivían en Asunción, de los cuales solo 17 habían sobrevivido al conflicto, entre ellos se encontraba el sargento Cuatí que es conocido por salvar la vida al general Jose Eduvigis Díaz de ahogarse; la última Payaguá era María Domínguez Miranda que falleció en 1942; sin embargo los mestizos que forman parte de sus descendientes Sarigüé y Agacé llegarían a las 3000 personas, que viven en las localidades ribereñas como Chaco´í, San Antonio, Nanawa y en mayor número en Ricardo Brugada.
La antropóloga Branislava Susnik afirma que:
"Los motes payaguá y guaicurú siguen siendo despectivos, y nadie quiere confesar que desciende de estas parcialidades, o de otras no-guaraníes".
Los agaces fueron un pueblo indígena del río Paraguay cuyos descendientes actuales viven en su costa oriental, principalmente en Asunción o en la parte chaqueña de Presidente Hayes en Paraguay. Los agaces eran la rama más austral de los payaguaes.
Los agaces son los habitantes más antiguos de los barrios actuales Itá Pytã Punta, Sajonia o San Antonio (solo en la parte ribereña), que más tarde serían sometidos por los guaraníes, los paranaés o los españoles, siendo estos últimos quienes casi los llevó a la extinción. Su economía se basaba principalmente en la horticultura o con la pesca con el cual incluso subsisten sus descendientes actualmente. A finales del siglo XIX tuvieron que mezclarse con los colonos para evitar ser víctimas de los guaraníes pero al mismo tiempo muchos de ellos fueron aculturados por estos últimos. Durante la guerra del Chaco muchos agaces fueron obligados a luchar contra los bolivianos y con los ayoreos, quienes robaban a los soldados paraguayos sustento. A finales del siglo XX los agaces se instalaron en los pueblos de Itá Pytã Punta, Chaco´í, Nanawa, siendo la última agacé María Domínguez Miranda que falleció en 1942 en lo que hoy en día es Ricardo Brugada.
La región anasazise extiende por los cuatro estados del suroeste norteamericano. Colindante con las culturas: Hohokam y Mogollón. Los emplazamientos arqueológicos más importantes son Mesa Verde, Cañón del Chaco y Acantilado Gila.
Hallado en 1996 en el río Columbia, estado de Washington, pertenece a un hombre indígena nativo americano de hace miles de años.
LOS GUARANÍES OTRAS ETNIAS.
Actualmente en Paraguay existen 19 pueblos indígenas pertenecientes a cinco familias lingüísticas:
- GUARANÍ (aché, avá guaraní, mbya guaraní, paï tavytera, guaraní ñandeva, guaraní occidental).
- MASKOY (toba maskoy, enlhet norte, enxet sur, sanapaná, angaité, guaná).
- MATACO MATAGUAYO (nivaclé, maká, manjui).
- ZAMBUCO (ayoreo, yvytoso, tomáraho).
- GUACURÚ (qom o Toba). Los Mbayá-Eyiguayegi, extinguidos. Payaguá, extinguidos, la última mujer murió en 1931.
Los indígenas del Paraguay se distribuyen entre tres tipos humanos:
- Láguido-melanesio: en el Paraguay Oriental sobre el alto y medio río Paraná, antes de la invasión guaraní estaban representados por los *káingangs y los gé.
Los láguidos o lágidos son un gran conjunto étnico oriundo de Sudamérica según la clasificaciones de José Imbelloni y de Salvador Canals Frau. La mayoría de ellos vive en la cuenca del Río de la Plata. Estos, junto con los pámpidos y los Guaraníes, conforman los tipos de humanos del subcontinente sudamericano.
En verde claro muestra su máxima extensión en el pasado, verde oscuro actual.
Los láguidos fueron considerados los primeros pueblos en instalarse a orillas del río Paraná y Paraguay. Algunos registros recientes indican que fueron los primeros pueblos que se asentaron en el actual territorio del Paraguay y que hasta ahora persisten (los achés).
A comienzos del siglo XV d. C. llega un pueblo amazonido originario del actual río Amazonas llamados guaraníes quienes los habían sometidos para quitarles sus tierras. Solo los achés fueron "guaranizados", siendo este el último pueblo láguido que aún vive en Paraguay.
Los restos más antiguos de láguidos fueron encontrados en Lagoa Santa.
El cráneo más antiguo encontrado de los láguidos y posiblemente el más antiguo del continente es Luzia. Murió a la edad de 25 años probablemente por el ataque de un animal, posiblemente un megatherium. Aunque quizá puedo haber muerto por enfermedad, lucha con otros humanos o por un accidente. Estudios recientes indican que la teoría de Ales Hrdlicka (camino a Beringia) es en realidad la razón del origen de los láguidos porque recientes pruebas genéticas indican que provienen de Siberia y posiblemente de China, también se sabe que los indios surui son los descendientes de los cazadores que vivieron con Luzia ya que llevan el 2% de su genoma.
Algunas etnias láguidas:
Kaingang (Brasil)
Achés (Paraguay)
Terenas (Brasil)
Guatatá (Paraguay)
Xokléng (Brasil)
Paranaés (Paraguay)
Guató (Brasil)
Guekalayos: aún existen teorías si se tratan de láguidos o pampídos ya que presentan características de ambos pero con piel blanca.
Agaces: aún existen teorías si se tratan de láguidos o pámpidos.
*Según Metraux, el término caingang o kaingang comenzó a ser introducido a partir de 1882 por Telémaco M. Borba como gentilicio para designar todo indio no guaraní que habitaba en los Estados brasileños de São Paulo, Paraná, Santa Catalina y Río Grande do Sul, el Oriente del Paraguay y las provincias argentinas de Misiones, Corrientes y Norte de Entre Ríos.
Lingüística y culturalmente formaban la rama meridional de la familia “Ge” o “Jé”.
Los guaraníes, que en migraciones posteriores ocuparon la misma región -posiblemente entre los siglos XIII y XIV-, denominaban a estas parcialidades con el nombre de ka’aygua (que habita en el monte) de donde los portugueses habrían tomado el término “kaingang”.
Canals Frau en su libro “Prehistoria de América”, ubica a los kaingang como pertenecientes al tronco de los “láguidos”, una de las formas humanas más antiguas del continente y que se la conocía hasta hace poco como “raza paleoamericana”.
Descendiendo del tronco de los láguidos, Bartolomeu Meliá los emparentó con la familia “xavantes” y para Serrano, los guaianas misioneros fueron sus antepasados más recientes, al igual que los “tupí” de Azara, los “ka’aro” y los “kaigua”.
En la actualidad, los “bugres” y “coroados” del Brasil y los “kayngua” de Misiones (Argentina), son los restos vivientes de uno de los grupos étnicos más primitivos de Sudamérica.
Siguiendo a Canals Frau, el grupo kaingang tuvo sus orígenes, posiblemente, en la Gran Meseta Oriental del Brasil, alcanzando su máxima expansión desde las sabanas del Orinoco hasta la Mesopotamia argentina.
Las diferentes cronologías sitúan a los kaingang en la región desde hace aproximadamente 2.500 años, hecho que los convierte en los habitantes más antiguos de la Mesopotamia, aunque estudios antropológicos recientes dan cuenta de restos de culturas paleolíticas de una antigüedad que se remonta a 6.000 años a de C.
La penetración de los kaingang en la Mesopotamia se verificó probablemente por las nacientes del río Uruguay. Siguiendo luego su curso, sus asentamientos alcanzaron hasta la región ubicada al sur de Yapeyú. Ruta que repetirán más tarde los guaraníes.
En Corrientes ocuparon la región comprendida entre el río Uruguay y la laguna Iberá, llegando en sus periplos de caza hasta la margen oriental del Paraná.
Su completa desaparición de la Provincia de Corrientes -ya en el siglo XIX-, ya sea su causa su aislamiento en los montes misioneros o su mestización con grupos étnicos diferentes, dificulta el estudio de sus asentamientos en tierras correntinas.
Pero gracias a las investigaciones realizadas por cronistas, antropólogos e historiadores, especialmente en el siglo XX, sobre las parcialidades existentes en territorio misionero y Brasil, podremos reconstruir en parte las principales características de estos primitivos dueños del suelo correntino.
Era evidente, que pese a su antigüedad en suelo correntino, el hábitat kaingang era marginal y su posición a la llegada de los españoles se tornaba ya insostenible.
Primero, posiblemente en los siglos XIV y XV, los guaraníes comienzan a compartir el hábitat marginal de los kaingang. Al principio como clientes o como cuña étnica, más tarde librarán violentas batallas por la supremacía del territorio.
Minuanes y charrúas frenarán su avance hacia el Sur y en el Paraná deberán enfrentar a los feroces guaycurúes. La llegada del conquistador español en el siglo XVI y de los misioneros jesuitas en el siglo XVII, asestarán el golpe definitivo a la más antigua cultura del territorio correntino.
Fue la de los kaingang la cultura más primitiva de la provincia de Corrientes y tal vez del continente.
Perteneciente al grupo lingüístico “Ge”, el término kaingang sirvió para designar a los grupos étnicos no guaraníes que poblaron la meseta brasileña, el Oriente paraguayo y la Mesopotamia argentina.
De esta última región desaparecieron en el siglo XIX, salvo algunas regiones de la selva misionera. Su cultura fue netamente recolectora-cazadora.
Su primitivismo no le permitió crear ciudades y monumentos, tampoco un rico idioma como los guaraníes y si bien se extinguieron en las regiones marginales, existen reductos kaingang en los “matos” brasileños.
En Argentina, los “kayngua” de la provincia de Misiones son los descendientes de esta “raza paleoamericana” que, por antigüedad y permanencia fue, sin duda, la de los primitivos dueños de la tierra correntina.
Fuente de información: (http://descubrircorrientes.com.ar/2012/index.php/historia-desde-el-origen-hasta-1814/antes-de-la-historia/2952-prehistoria-sudamericana/una-cultura-preguarani-los-kaingang/158-una-cultura-preguarani-los-kaingang).
- Pámpido-australiano: en el Chaco Boreal, excepto los chané.
Según la clasificación de José Imbelloni el término pámpido es un nombre genérico referente a los tipos de humanos de Sudamérica que habitaban la región chacopampeana, la Patagonia oriental y desde el siglo XIV el norte y centro de la isla Grande de Tierra del Fuego Los pámpidos figuran en la clasificación de Salvador Canals Frau -más reciente que la de Imbelloni- con el nombre de patagónidos.
Tras la conquista española iniciada hacia 1530 los pámpidos fueron territorialmente divididos en dos por una cuña que separaba las zonas de bosques y parques chaqueños por el norte y la parte sur de la región pampeana y toda la Patagonia por el sur, y a los charrúas de la Banda Oriental por el este.
Entre los inicios del siglo XVI y el siglo XVIII gran parte de los pámpidos fueron casi aniquilados al contagiarse de viruela, sarampión y ciertas cepas de gripe o influenza contra las cuales carecían de inmunidad.
Dentro de los pámpidos estarían los:
Los hets o "pampas antiguos" (incluyendo a los querandíes [comedores de grasa según los guaraníes]), y a los charrúas (muy influenciados culturalmente en el siglo XVI por los invasores amazonidos guaraníes que ocupaban la Pampa húmeda).
Los "patagones" del norte o gününa-këna, gennakenk (desde el centro sur de la actual provincia de Buenos Aires) o luego llamados por los mapuches como puelches (hombres del este) propiamente dichos, que habitaban en la Pampa seca.
Los patagones del sur: o tehuelches o tsonk subdivididos dentro del área continental americana en tsonk (luego apodados por los mapuches como "tehuelches" [gente arisca]) septentrionales o teushen y meridionales o aonikenk.
Un conjunto diferenciado de los aonikenk fueron los sélknam (vulgarmente apelados onas, por eso al territorio fueguino que habitaban se le llamó ocasionalmente Onishim) que se establecieron desde el siglo XV en las llanuras y estepas septentrionales de la isla de Tierra del Fuego e incluso llegando a avanzar hasta las zonas extremo sudorientales de bosques y turberas de tal gran isla en donde quizás con pueblos fueguinos preexistentes desde hacia miles de años crearon la etnia mixogénica de los aush o mannekenk.
En la región chaqueña, de sur a norte, se encontraban los:
Sanavirones (o salavinones) que llegaron a invadir poco antes de la conquista española gran parte de los territorios de los henia-kamiare (vulgarmente llamados comechingones) y parte del norte de la región pampeana húmeda aunque su etnogénesis procedía del interfluvio río Dulce (o Petri) y río Salado del Norte, zona en donde recibieron muchos influjos culturales desde la región andina, influjos que se reforzaron lingüísticamente tras la invasión quechua (ándida) del siglo XV.
Los mokoit o mocovíes (aproximadamente en el sureste de la actual provincia de Santiago del Estero y noroeste de la provincia de Santa Fe y extremo noreste de la provincia de Córdoba);
Los abipones (que parecen haber recibido muchos influjos culturales y genéticos amazonidos) en el noreste de la provincia de Santa Fe y en el este de la provincia del Chaco.
Los qom o tobas, en la mayor parte de la región hoy llamada Chaco Austral y en parte del Chaco Central.
En cuanto a las etnias intermedias entre el Chaco Austral y los Andes motejadas por los invasores quechuas con el apodo de surí y por esto luego llamadas por los europeos xuries y juríes, parecen haber sido hacia la época de la conquista española (siglo XVI) muy mixogénicas de pámpidos, ándidos, huarpidos e incluso amazónidos, aunque también entre sus integrantes se destacaban los individuos de (para la época) elevadas tallas (más de 170 cm de altura) como ocurría con los tonocotés (que habitaban en el centro y oeste de Santiago del Estero y el este de la provincia de Tucumán) e incluso los lules), en todo caso los toconotés como los lules parecen evidenciar muchos rasgos o influencias culturales ándidas y amazónidas pese a su origen pámpido.
Los llamados por los guaraníes como payaguás hacia el siglo XVI habitaban aún en las confluencias de los ríos Paraguay y Pilcomayo, aunque superados numéricamente por los amazónidos agricultores (horticultores) avá (o guaraníes) tendían a retroceder hacia el interior de la región chaqueña).
Los agaces aún no están bien clasificados etnográficamente aunque parecen haber sido una etnia mixogénica de pámpidos sobre sustratos yes o láguidos, que habitó gran parte del hoy llamado Paraguay Oriental hasta que fueron exterminados, o absorbidos o transculturados por los guaraníes.
En líneas generales los pueblos llamados por los guaraníes con el nombre insultante de guaykurús o guaicurúes (entre los que se incluyen a los ya citados qom y payaguás) pese a tener en gran medida idiomas que son asociados con la de los llamados insultantemente por los quechuas "matacos" (wichís) suelen ser pámpidos (lo cual no es estrictamente el caso de los wichís aunque sí el de los qom) y así muchos de los apodados por los guaraníes con el mote peyorativo de mbayás (palabra que se traduce del aváñeé o guaraní aproximadamente como "salvajes"). Entre los más septentrionales de los pámpidos se consideran a los kadiwéu o caduveos pueblo que habitó el Chaco Boreal y que luego de invadir territorios al este del río Paraguay, se encuentra (muy mezclado con gentes de otros linajes) en las fronteras actuales de Brasil con Paraguay.
Dado que las grandes llanuras septentrionales del Chaco no formaban un límite demasiado concreto, la presencia de los pámpidos incluyó las zonas de Chiquitanía donde ya se mezclaban con amazónidos.
- Amazónido: en la Región Oriental, representado por los guaraníes.
A la llegada de los españoles la región en donde se halla actualmente Asunción, la capital del Paraguay, y sus vecindades estaba habitada por carios y demás etnias consanguíneas como los itatines, guarambarenses y paranaenses. Más al norte se encontraban otras familias guaraníes denominados chiriguanos. Eran pueblos seminómadas repartidos en forma desigual por el extenso territorio. Estos serían esencialmente los antecesores de grupos familiares conocidos por los etnólogos contemporáneos con diferente nomenclatura:
Paî taviterâ
Avá
Mbyá
Aché
Guaraní ñandeva
La convivencia hispano-guaraní respondió a un mecanismo de mutuo provecho. Los carios, ubicados sobre el río Paraguay y próximos a la taba del cacique Cara Cará, vivían amenazados por el permanente asedio de sus enemigos naturales, los guaicurúes y payaguás de allende el río que asolaban sus ranchos apropiándose de sus alimentos y de sus mujeres. El apoyo militar de los españoles fue oportuno e imprescindible para combatirlos. A su vez, los europeos debieron echar mano del trabajo del guaraní, para hallar los medios de subsistencia en los que el aporte de la mujer indígena fue esencial. Esa colaboración, forzada o voluntaria, fue fundamental: ella procreaba y cuidaba los hijos del señor español, confeccionaba su vestimenta hilando el algodón, proveía los alimentos primarios y prestaba todo tipo de servicios personales. Este, por su parte debió adaptarse a la vida indígena, adoptando su idioma, sus comidas y sus hábitos naturales.
En la ribera occidental del río Paraguay:
Guaicurúes-payaguás y agaces-mbayás: que migraron en tiempos coloniales más al norte del territorio del actual Chaco paraguayo. Eran cazadores y depredadores, de cultura paleolítica. Eran nómadas y afectos a la violencia. Por más de doscientos años estas tribus resistieron con encono al sometimiento y a la evangelización. Guerreaban tanto a españoles como a portugueses, pirateando sus expediciones para secuestrar sus caballos y sus armas.
Los payaguás, dueños de los ríos, eran temerarios y proverbiales remadores. Con sus ligeras canoas mantuvieron en permanente zozobra a los que se aventuraban a navegar sus aguas.
Los guaicurúes, una vez que conocieron el valor del caballo como elemento de guerra, se constituyeron en una pesadilla constante para los conquistadores, en sus rápidos e impredecibles desplazamientos por las costas chaqueñas del río Paraguay.
Ambos pueblos prefirieron sufrir la extinción progresiva a renunciar a sus hábitos naturales. guaicurúes y payaguás deben ser considerados como verdaderos baluartes de la resistencia aborigen al haber enfrentado tenazmente a conquistadores y padres doctrineros.
GUAICURUES
El nombre de guaicurúes tuvo su origen en el apelativo ofensivo dado por los guaraníes a una parte de los mbayaes del Paraguay, que después se amplió a todo el conjunto. Aún hoy entre los guaraní-parlantes la palabra guaykurú tiene un significado que se traduce aproximadamente por "bárbaro" o "salvaje". Se estimaban en 150 000 al llegar los españoles. Pese al origen insultante de la palabra "guaicurú" entre los guaraníes, luego los antropólogos de principios del siglo XX y sobre todo los lingüistas han mantenido este término para clasificar a los pámpidos chaquenses y septentrionales.
A estos pueblos del Chaco Oriental, los españoles les dieron el nombre de frentones (en guaraní: toba) por la costumbre muy común entre ellos de raparse la parte anterior de la cabeza, dando la impresión de una frente más amplia de lo normal.
Son altos y de fuerte constitución física, con piernas robustas y anchas espaldas. Excelentes cazadores y recolectores.
A la llegada de los españoles, los pueblos guaicurúes estaban concentrados en la región al oeste del río Paraguay entre los ríos Bermejo y Pilcomayo (actual provincia de Formosa) y en menor medida en las áreas adyacentes a esos ríos. En su momento de máxima extensión habitaron los territorios entre Corumbá en el Mato Grosso del Sur (Brasil) en el norte pasando por el Chaco Boreal hasta la ciudad de Santa Fe al sur y desde el río Paraguay hasta las estribaciones andinas del departamento de Tarija en Bolivia, incluyendo a las provincias argentinas de Formosa, Chaco, este de Salta, norte de Santiago del Estero y norte de Santa Fe. La incorporación del caballo dio impulso a su expansión territorial.
PAYAGUAES
Los payaguaes fueron un pueblo del Chaco Boreal en el Paraguay de la familia guaycurú que en épocas coloniales vivían a lo largo del río Paraguay desde el Gran Pantanal del Mato Grosso del Sur en Brasil y Bolivia hasta la provincia del Chaco en Argentina. El nombre "payaguá" no es el que ellos mismos se daban sino el que con cierto matiz peyorativo le dieron sus rivales y enemigos: los guaraníes.
Eran cazadores nómadas y pescadores que dominaban con sus canoas el río Paraguay y hostilizaban a los guaraníes que vivían al oriente del mismo robando sus cosechas.
Su lengua formó parte de la familia lingüística mataco-guaycurú. Ha sido catalogada como un dialecto guaycurú, pero también existe la hipótesis de que haya sido de la subfamilia mataco-mataguaya.
A partir de 1719 los sarigués, cadigué, kadigué o kadigé o en portugués "caduveo" que formaban la rama septentrional de los payaguá en alianza con otros guaycurúes se dedicaron a atacar a los portugueses del Mato Grosso, desplazando a los guató (antes llamados jarayes o xarayes por los españoles) del área del Gran Pantanal. El botín obtenido junto con los esclavos capturados eran vendidos en Asunción. En 1730 atacaron la flota de Lanhas Peixoto que transportaba el quinto del rey de las minas de oro de Cuyabá hacia San Pablo y que luego vendieron en Asunción.2
El grupo meridional llamado tacumbú fue contenido hacia 1750 por el gobernador Rafael de la Moneda, quien fundó una cadena de fuertes a lo largo del río, y terminaron acordando la paz con los españoles e instalándose en las cercanías de Asunción, ciudad que se beneficiaba con la venta de esclavos que hacían los payaguaes. Posteriormente hacia 1770, los cadigué se les unieron, impedidos de atacar a los portugueses por los fuertes que estos fundaron sobre el río Paraguay.3
Utilizaban las islas del río Paraguay para enterrar a sus muertos, a los que cubrían sus cabezas con grandes vasijas en forma de campanas.
Antes de la independencia del Paraguay, los Payaguaes del sur llamados "Agaces", comenzaron a sufrir el mestizaje con los Paraguayos y con los indígenas, debido a su reducido número y más a las devastadoras epidemias, terminó diezmándolos.
En cambio los Sarigüé, durante la Guerra de la triple alianza se tenían registros de 500 individuos que vivían en Asunción, de los cuales solo 17 habían sobrevivido al conflicto, entre ellos se encontraba el sargento Cuatí que es conocido por salvar la vida al general Jose Eduvigis Díaz de ahogarse; la última Payaguá era María Domínguez Miranda que falleció en 1942; sin embargo los mestizos que forman parte de sus descendientes Sarigüé y Agacé llegarían a las 3000 personas, que viven en las localidades ribereñas como Chaco´í, San Antonio, Nanawa y en mayor número en Ricardo Brugada.
La antropóloga Branislava Susnik afirma que:
"Los motes payaguá y guaicurú siguen siendo despectivos, y nadie quiere confesar que desciende de estas parcialidades, o de otras no-guaraníes".
Los agaces fueron un pueblo indígena del río Paraguay cuyos descendientes actuales viven en su costa oriental, principalmente en Asunción o en la parte chaqueña de Presidente Hayes en Paraguay. Los agaces eran la rama más austral de los payaguaes.
Los agaces son los habitantes más antiguos de los barrios actuales Itá Pytã Punta, Sajonia o San Antonio (solo en la parte ribereña), que más tarde serían sometidos por los guaraníes, los paranaés o los españoles, siendo estos últimos quienes casi los llevó a la extinción. Su economía se basaba principalmente en la horticultura o con la pesca con el cual incluso subsisten sus descendientes actualmente. A finales del siglo XIX tuvieron que mezclarse con los colonos para evitar ser víctimas de los guaraníes pero al mismo tiempo muchos de ellos fueron aculturados por estos últimos. Durante la guerra del Chaco muchos agaces fueron obligados a luchar contra los bolivianos y con los ayoreos, quienes robaban a los soldados paraguayos sustento. A finales del siglo XX los agaces se instalaron en los pueblos de Itá Pytã Punta, Chaco´í, Nanawa, siendo la última agacé María Domínguez Miranda que falleció en 1942 en lo que hoy en día es Ricardo Brugada.
MBAYÁS
Los mbayás o mbayaes fueron una etnia del grupo de los guaicurúes que vivió a ambos lados del río Paraguay, en el norte y noroeste de Paraguay y de Argentina, alcanzado por el sur el río Bermejo. También vivieron en áreas adyacentes del estado brasileño de Mato Grosso del Sur, en donde hoy a sus descendientes se los conoce como caduveos o kadiwéus.
El etnónimo mbayá les fue dado por los guaraníes, a quienes atacaban frecuentemente, y significa ‘terribles’, ‘malos’ o ‘salvajes’.
Su lengua formó parte de la familia lingüística mataco-guaicurú.
El adelantado Alvar Núñez Cabeza de Vaca, junto con guaraníes, realizó una incursión contra ellos en 1542 derrotándolos merced al terror que les produjo la utilización de caballos y armas de fuego.
Lo mismo que otros guaicurúes, adoptaron el caballo, por lo que también fueron conocidos como caballeros por los españoles. Durante dos siglos atacaron los establecimientos españoles y las misiones.
El grupo de los apacachodegodegi se trasladó hacia 1670 desde el Chaco Boreal a la región del río Apa, desde donde atacó a los establecimientos ubicados hasta los ríos Ypané y el Jejuí.
El sacerdote Pedro Lozano (1697-1752) distinguió tres grupos mbayaes: epicuá-yiquí (o epiguayegí) al norte, napin-yiquí en el oeste y taquí-yiquí en el sur.
Entre 1844 y 1854 atacaron a los fortines paraguayos en la zona de los ríos Aquidabán y Apá.
Reducciones jesuitas
En diciembre de 1609 los jesuitas Roque González de Santa Cruz y Vicente Grifi cruzaron el río Paraguay y se internaron en el país de los guaicurúes que vivían entre el río Confuso o Yabebyry y el río Pilcomayo en el Chaco Boreal. En 1610 fundaron la reducción de Nuestra Señora María de los Reyes en el lugar llamado Yasocá, ubicado a una legua del río Paraguay frente a Asunción, poco después González de Santa Cruz fue enviado hacia la misión del Paraná. En 1611 los misioneros fueron enviados a las regiones de Guarambaré y Pitun, quedando sin sacerdotes la reducción. En 1613 fueron enviados allí Pedro Romero y Antonio Moranta, fundando Romero junto al Pilcomayo la reducción de Guazutinguá, que duró hasta 1626. Alonso Rodríguez y José Oreghi se unieron luego a Romero. Tras 17 años de estériles intentos, la misión de los guaicurúes fue abandonada por los jesuitas.
En 1759 el cacique Lorenzo Mbayá firmó un efímero tratado de paz en Asunción, lo que permitió el establecimiento de misiones jesuitas. El jesuita Joseph Sánchez Labrador fue enviado a misionar entre los mbayaes y otros guaicurúes, fundando el 23 de agosto de 1760 la reducción de Nuestra Señora de Belén al este de la actual Concepción en Paraguay y sobre el río Ypané. Al ser expulsados los jesuitas en 1768 la misión tenía 260 indígenas reducidos.
También en 1760 el jesuita Manuel Durán fundó la reducción de San Juan Nepomuceno al oeste del río Paraguay con indígenas guanás que se hallaban sometidos a los mbayaes, que al momento de la expulsión de los jesuitas contaba con 600 indígenas.
Caduveos
Se considera a los actuales kadiwéu, caduveo, cadiuéu, kadigüegodís, mbayá-guaycurú o ediu-adig del Mato Grosso del Sur en Brasil, como los descendientes actuales de los mbayaes. En 1995 eran unos 1200 distribuidos en tres comunidades alrededor de la sierra de Bodoquena al oeste del río Miranda en la reserva indígena Kadiwéu. Los grupos beaquéo, cataguéo y guatiedéo que también habitaron el territorio brasileño se hallan extintos.
Enemigos acérrimos de los guaraníes estos mabayaes hicieron alianzas con los bandeirantes portugueses y pasaron al este del río Paraguay en el valle del Mbotetey (o río Miranda) destruyendo a fines del siglo XVIII gran parte de las misiones y pueblos del Itatín. Fueron aliados de Brasil en la guerra de la Triple Alianza, realizando en 1865 una cruenta razzia que entre otros efectos tuvo la destrucción de la población paraguaya de San Salvador. Los territorios caduveos fueron transferidos al Brasil al finalizar la guerra.
GUANÁS
Los guanás, enlhet, kaskihá o cashquiha, son un pueblo indígena del Chaco Boreal en Paraguay. El etnónimo guaná proviene de los mbayaes, quienes los habían sometido y denominaban guaná-niyolola. Ellos se autodenominan enlhet, nombre que también utilizan los lenguas del sur.
En 1760 el jesuita Manuel Durán fundó la reducción de San Juan Nepomuceno al oeste del río Paraguay con guanás que se hallaban sometidos a los mbayaes. Al momento de la expulsión de los jesuitas en 1768 contaba con 600 indígenas reducidos.2
Otra reducción también denominada San Juan Nepomuceno fue fundada por el gobernador del Paraguay Lázaro de Rivera el 20 de noviembre de 1797 en Caazapá. Los reducidos fueron guanás de la parcialidad de los charavanás del Alto Paraguay, que para realizar tareas temporarias en Asunción y escapar de los mbayes se habían asentado en la zona de los ríos Ipané y Aquidaban. Su primer cura doctrinero fue Antonio Bogarín. Se guaranizó poco después por mestizaje con mujeres guaraníes.
REDUCCIONES JESUÍTICAS DE PARAGUAY
Las misiones jesuíticas guaraníes o reducciones jesuíticas guaraníes fueron un conjunto de treinta pueblos misioneros fundados a partir del siglo XVII en llamada Provincia Paraguaria (jurisdicción situada en Virreinato del Perú y que abarcaba regiones de los actuales Paraguay, Argentina, Uruguay y partes de Bolivia, Brasil y Chile)2 por la orden religiosa católica de la Compañía de Jesús entre los aborígenes guaraníes y pueblos afines, con el objetivo de evangelizar a dichos pueblos.
Quince misiones se ubicaron en las actuales provincias de Misiones y Corrientes (Argentina), ocho en el Paraguay y las siete restantes en las denominadas Misiones Orientales, situadas al suroeste del Brasil.
En 1603, el vigésimo séptimo gobernador de Nueva Andalucía del Río de la Plata Hernandarias modificó la legislación sobre el trabajo de los aborígenes, promoviendo la supresión de las mitas y encomiendas, por las cuales los españoles gozaban de los frutos del trabajo de los nativos a cambio de su evangelización, en la práctica inexistente. Obtuvo la aprobación de esta reforma por parte del rey Felipe III, y en 1608 se dispuso la creación de las reducciones jesuíticas y franciscanas en la región del Guayrá (actual estado de Paraná, Brasil).
Las misiones o reducciones que los jesuitas crecieron con los años entre los guaraníes, guaicurúes y pueblos afines y legaron a ubicarse en las regiones del Guayrá, Itatín, Tapé (las tres en el actual Brasil), Uruguay (Brasil, Argentina y Uruguay actuales), Paraná (Argentina, Paraguay y Brasil actuales) y las áreas guaycurúes en el Chaco (Argentina y Paraguay contemporáneos), fueron establecidas en el siglo XVII dentro de territorios pertenecientes al imperio español en la Gobernación del Río de la Plata y del Paraguay y sus gobernaciones sucesorias a partir de su división en 1617: la Gobernación del Paraguay y la Gobernación del Río de la Plata, todas dependientes del inmenso Virreinato del Perú y fundadas con el fin de evangelizar a los indios.
Eclesiásticamente formaban parte de los obispados católicos de Buenos Aires y de Asunción e integraban la Provincia Jesuítica del Paraguay.
Los milicianos guaraníes participaron también de las numerosas campañas de castigo contra otros indios como los guaycurúes, payaguás y mbyás, feroces tribus del Gran Chaco que lanzaban frecuentemente ataques contra las haciendas y pueblos del Paraguay. En 1702, además, derrotaron a los charrúas con los que habían entrado en conflicto por extensos territorios de la Banda Oriental aptos para que pastaran sus ganados. Sin embargo, la mano de obra guaraní no sería tan solo usada para apoyar en las campañas militares. Altamente cualificados fueron solicitados para ayudar en la construcción de fortalezas, destacando en especial las murallas de Montevideo.
Pero los años inmediatamente posteriores a la expulsión la emigración de indios se multiplicó. Grupos de guaraníes ya habían empezado a buscar refugio en Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, la Banda Oriental y Buenos Aires de los ataques de españoles y criollos y las malocas de los paulistas. En 1801, cuando los lusitanos ocuparon definitivamente las Misiones Orientales un importante contingente de sus habitantes se refugió en el actual territorio uruguayo, especialmente su campiña. Otros volvieron a sus selvas mientras algunos se sirvieron del entrenamiento como artesanos que habían aprendido en las reducciones para vivir en las ciudades. Hubo una rápida disminución de la población.
HAPLOGRUPOS EN PARAGUAY. ALGUNAS MUESTRAS.
- M.A-C1d
- M.N-A2
- A.P-A2
- S.B-B2b
- R.S-B2
- E.B-D1
- J.G-B2
- C.S-B2
- A.R-B2
- C.R-B2b
- M.C-B2
- L.G-A2
- J.B-D1
- A.R-B2
- L.R-D1e
- N.B-C
- I.V-B2e
- S.Y-B2e
- A.M-A2
- D.F-A2
- J.V-D1F1
- J.B-B2
- J.W-B2
- F.M-A2
- R.G-C1
- L.A-B2
- J.S-D4
- I.A-B2
- I.P-B2
- J.M-C1b
- M.C-C1
- I.F-C1c
- E.L-B2
- A.W-A2
- K.G-B2b
- A.B-B2
- M.P-C1
De 37 individuos con abuelas maternas del Paraguay o paraguayos:
- A: 7 (18.9% de la muestra)
- B: 18 (48.6% de la muestra)
- C: 7 (18.9% de la muestra)
- D: 5 (13.5% de la muestra)
De forma mayoritaria el grupo que predomina es el B. Siendo 2 del Haplogrupo B2e y 3 del B2b. Los demás B2, sin definir. Por lo tanto, solo el 5.4% del total definido, corresponde a B2e.
RESTOS PALEOINDIOS
Los análisis de ADN mitocondrial realizados hasta ahora en huesos humanos en otros restos paleoindios, pero no en los restos de Luzia, han probado sin embargo el origen asiático de los mismos, a pesar de la morfología de los cráneos. Por ejemplo, los restos de Arroyo Seco 2 (Argentina) y la mujer del Peñón (México), presentaron haplogrupos amerindios fundadores, C, B y A, todos procedentes de Asia, lo cual sugiere que los patrones craneofaciales diferentes (como los que presenta Luzia)10 podrían ser vistos como extremos de una variación morfológica continua de poblaciones provenientes de Asia nororiental y no como expresión de migraciones australianas, melanesias, africanas o europeas.
Cráneo de Luzia.
Aunque dos estudios publicados, en Science y Nature, revelan fragmentos de ADN en poblaciones nativas modernas y paleoindias de origen australo-melanesio, como algunas poblaciones amazónicas, como los surui, con una coincidencia de ascendencia de hasta el 2 % con las actuales poblaciones nativas australianas, de Nueva Guinea o de las islas Andamán. Las hipótesis aun en estudio son diversas.
En noviembre de 2018, científicos de la Universidad de São Paulo y la Universidad de Harvard publicaron un estudio que contradice el supuesto origen australiano-melanesio de Luzia. Los resultados mostraron que Luzia era completamente amerindia, genéticamente hablando. Fue publicado en la revista Cell.13 Utilizando la secuenciación de ADN, los resultados mostraron que los restos de Lagoa Santa, de un sitio cerca de los restos de Luzia, llevan ADN nativo americano. Dos de los individuos de Lagoa Santa llevan el mismo haplogrupo de ADNmt (D4h3a) también portados por *Anzick-1, unos restos de más de 12 000 años que se encontraron en Montana. Otras personas de Lagoa Santa son del haplogrupo de ADNmt A2, B2, C1d1 y tres de los individuos de Lagoa Santa tienen el mismo haplogrupo de cromosomas Y Q1b1a1a1- M848 que se encuentra en el genoma de la momia de 10 600 años de Spirit Cave.
El busto recreando a Luzia que muestra características australo-melanesias/africanas estaba mal, fue creado en 1999. André Strauss, del Instituto Max Planck, uno de los autores del artículo de Journal Science, comentó: «Sin embargo, la forma del cráneo no es un marcador confiable de ancestralidad u origen geográfico. La genética es la mejor base para este tipo de inferencia» explicó Strauss. Los resultados genéticos del nuevo estudio muestran categóricamente que no hubo una conexión significativa entre la gente de Lagoa Santa y los grupos de Australasia. Entonces, la hipótesis que Luzia y su gente derivaron de una ola migratoria anterior a los antepasados de los amerindios de hoy en día, han sido desaprobados. Por el contrario, el ADN muestra que la gente de Luzia era completamente amerindia. El estudio más grande y completo realizado sobre la base del ADN fósil extraído de restos humanos antiguos encontrados en el continente americano ha confirmado la existencia de una única población ancestral para todos los grupos amerindios, pasados y presentes.
*El análisis genético también reveló que el niño está menos relacionado con los nativos del norte de america que con los nativos americanos del centro y del sur, como los mayas de América Central y el Karitiana de Brasil. Eso se puede explicar mejor, dicen los científicos, si consideramos a Anzick-1 como un individuo perteneciente a una población que directamente ancestral de las tribus de América del Sur.
El análisis de ADN mitocondrial de los restos encontrados, indicó que Anzick-1 pertenecía a lo que se conoce como el haplogrupo o linaje D4h3a.1 Este hallazgo es importante porque la línea D4h3a se considera como un linaje "fundador", que pertenece a las primeras personas en llegar a América. Aunque es poco frecuente en la mayoría de los nativos americanos actuales en los EE.UU. y Canadá, los genes D4h3a son más comunes que en las personas nativas de América del Sur, lejos del acantilado Montana debajo de la cual Anzick-1 fue enterrado. Esto nos sugiere una mayor complejidad genética entre los nativos americanos de lo que se creía anteriormente, incluyendo una divergencia temprana en el linaje genético hace 13.000 años. Una teoría había sugerido que después de cruzar a América del Norte desde Siberia, un grupo de los primeros americanos, con el linaje D4h3a, se trasladó al sur a lo largo de la costa del Pacífico y, finalmente, a través de miles de años, a América Central y del Sur; y otros grupos pueden haberse movido hacia el interior, al este de las Montañas Rocosas.
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POBLAMIENTO DE AMÉRICA. PUEBLOS MÁS IMPORTANTES.
CIVILIZACIÓN CARAL. PERÚ.
En América, es la más antigua de las civilizaciones prehispánicas, superando en 1500 años a la civilización Olmeca, otro importante foco civilizatorio situado en Mesoamérica.
Estrechamente relacionada con la ciudad de Caral se hallaba Áspero o El Áspero, situado en el litoral cercano a la desembocadura del río Supe, y que, según todos los indicios, fue su ciudad pesquera. Allí es donde se han hallado restos de sacrificios humanos (dos niños y un neonato), y más recientemente (2016), de una mujer, que presumiblemente perteneció a la elite local de hace 4500 años. Otros sitios situados en el valle de Supe y que formaban parte del núcleo de la civilización caral son Miraya, Lurihuasi, Chupacigarro, Allpacoto, entre otros.
Reconstrucción facial de la Dama de los Cuatro Tupus.
Fin de Caral
Todo indica que hacia el 1800 a. C. todos los asentamientos de la cultura caral en el valle de Supe fueron abandonados. Se ignora las razones exactas, pero se presume que fue a consecuencia de eventos naturales, como terremotos y el Fenómeno de El Niño, que obligaron a los pobladores a emigrar a otros lugares.
Efectivamente, se han hallado indicios de fuerte actividad sísmica en diversos templos monumentales, como en la Huaca de Sacrificios de Áspero y el Templo Piramidal Mayor de Caral. Muestran grandes grietas y desniveles entre los pisos que posteriormente fueron cubiertos por nuevas construcciones. Esos sismos debieron ser de una magnitud de 7 a 8 grados en la escala de Richter.
Pero posiblemente lo que más afectó fue uno o varios eventos catastróficos de El Niño, caracterizado por lluvias torrenciales y desbordes de ríos, que causarían sin duda un gran colapso en la economía agrícola, al quedar convertidos en ciénagas y pantanos las zonas dedicadas al cultivo; otra consecuencia sería el arenamiento de las playas. También los vientos inusitados por El Niño ocasionarían grandes tormentas de arena que cubrirían los campos de cultivo del valle de Supe.
Los pobladores se verían así obligados a emigrar a otros lugares donde construyeron sin duda nuevos asentamientos y aplicaron sus tecnologías. Coincidentemente, surgieron por esa época otros templos y centros administrativos en los valles costeros cercanos a Caral, así como más al norte y en la sierra. Entre ellos están Sechín, La Galgada y Huaricoto (Áncash), y Kotosh (Huánuco). Estos centros demuestran, efectivamente la continuidad de la civilización andina, cuyo foco primigenio es indudablemente Caral.
ANASAZI. ESTADOS UNIDOS.
La palabra «anasazi»
La civilización de los anasazis desapareció completamente antes de la llegada de los europeos a América. Se ignora, ya que no hay pruebas escritas, con qué nombre se designaban a sí mismos, y su posible conexión étnica con los pueblos modernos es materia de debate. De hecho, el término anasazi es sólo el nombre que le dan los navajos contemporáneos al antiguo pueblo constructor de ciudades. La palabra anasazi significa «antiguos enemigos», y con toda probabilidad no habría estado relacionado étnicamente con los navajos sino con los indios pueblo. Se usa el término "indios pueblo" para referirse a todas las civilizaciones indias autóctonas con una arquitectura típica en pequeños pueblos, presumiblemente descendientes de los anasazi. Los indios hopi utilizan más bien la palabra Hisatsinom, ya que consideran la palabra anasazi como despectiva. Por último, los historiadores reagrupan bajo la designación anasazi a distintas culturas similares que residieron en la misma zona: los hohokam, los mogollón y los pataya, desaparecidos todos antes del siglo XVI.
Fuentes
Se dispone de distintas fuentes para reconstruir la existencia de los anasazis:
Los relatos tradicionales de los pueblos amerindios transmitidos oralmente. La artesanía y las creencias de los descendientes de los anasazis permiten formular una serie de hipótesis serias.
El testimonio de los conquistadores españoles que exploraron la región a partir del siglo XVI. La expedición más importante fue la de Francisco Vázquez de Coronado, que buscaba la ciudad de oro de Cibola. Las crónicas y cartas enviadas por los exploradores son una fuente muy importante de informaciones siempre que se tomen con precaución.
A finales del siglo XIX, los granjeros Charley Mason y los hermanos Wetherill descubrieron los principales emplazamientos anasazis. Las excavaciones arqueológicas empezaron realmente con el sueco Gustav Nordenskjöld.2 El clima árido de la región permitió una buena conservación de millares de objetos en fibra vegetal (lanzaderas —atlatl— de madera, flechas de caña, tejidos de algodón) o animal (tendones, cueros). Varios esqueletos han sido estudiados por los antropólogos, lo que ha proporcionado datos sobre la salud, la alimentación y la morfología de los anasazi.
Cronología
Contexto general
Según las últimas teorías existentes, los primeros asentamientos humanos en América datan de al menos veinte mil años. Los paleoindios se sedentarizaron en el suroeste de Estados Unidos hace unos doce mil años. Los arqueólogos han desenterrado herramientas líticas de esta población en el asentamiento de Clovis. Cazaban grandes animales que se extinguieron rápidamente (mamuts). Tras la última glaciación, el clima se hizo más seco y caluroso. En México los Olmecas practicaban las plantaciones de maíz desde el segundo milenio antes de Cristo. Fueron sustituidos por las sucesivas civilizaciones de Teotihuacán, zapotecas y aztecas. Estos últimos eran contemporáneos del apogeo de la civilización anasazi. Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, las culturas amerindias sufrieron mutaciones radicales. Los grandes imperios desaparecieron y las distintas tribus Pueblos sustituyeron a los anasazis.
Historia de la cultura anasazi
La historia de los anasazis sigue siendo un misterio debido a la ausencia de rastros escritos. La arqueología permite sin embargo establecer unas fases cronológicas de fechas aproximativas. La región del suroeste de los Estados Unidos fue ocupada por poblaciones de tradición Sohara (5500 a. C. - siglo IV). Los Basketmakers —cesteros— se implantaron en los territorios montañosos y semiáridos poco antes de la era cristiana. Los anasazis sucedieron a los Cesteros hacia el siglo VIII. La sedentarización progresiva de los cazadores-recolectores asociada al desarrollo de la agricultura, produce la emergencia de una nueva cultura llamada de los Pueblos, en referencia a las poblaciones construidas con ladrillos que los anasazis de Mesa Verde instalan abrigándose en los acantilados de los grandes cañones de Colorado. El inicio de esta cultura (periodo Pueblo I, del 700 al 900) se caracteriza por pequeñas casas solitarias y el cultivo del algodón. El periodo Pueblo II (del 900 al 1100) marca el apogeo de la cultura anasazi, firmado por un enriquecimiento de los adornos. El periodo Pueblo III (del 1110 al 1300) marca el deterioro de la cultura y su repliegue a Mesa Verde con unos poblados trogloditas rudimentarios.
A partir del año 1300, los anasazis se refugian en el valle de Río Grande y en el centro de Arizona. Se pierden sus huellas poco antes de la llegada de los españoles. Las razones de este éxodo no son conocidas. Existen varias hipótesis: un cambio climático que amenazó las cosechas, un medio deteriorado que redujo las tierras cultivables disponibles, sobrepoblación, problemas políticos, tal vez guerras. No obstante, dada la ausencia de documentos escritos y la limitación de los conocimientos actuales no es posible probar ninguna de dichas hipótesis.
Las culturas vecinas
Los anasazis estaban en contacto con otras culturas amerindias próximas. Los hohokam y los mogollón son los más conocidos. Compartían, hasta el punto que los científicos los reagrupan en una sola categoría, varios rasgos comunes: irrigación; caza; pueblos en adobe, ladrillo o piedra; cerámica decorada; relaciones comerciales con Mesoamérica. Se diferencian en aspectos tales como que los hohokam incineraban a sus muertos y los mogollón eran sobre todo cazadores.
Civilización o pueblo prehistórico
Cañón Chaco.
Para Jerry J. Brody, la cultura anasazi es «de la que tenemos mayor constancia de las culturas prehistóricas del suroeste estadounidense».10 Parece probado que los anasazis no tenían escritura, ni rueda, ni moneda. Tampoco conocían la metalurgia.
Sin embargo, el desarrollo textil, algodón, el dominio de la irrigación, de las construcciones en piedra con varios pisos (en Pueblo Bonito, por ejemplo, las había hasta de cinco) y los conocimientos de astronomía dan testimonio de una cultura rica y dinámica. Si se considera que existe una civilización cuando existe cierto grado de urbanización, los anasazis lo eran, ya que ciertos pueblos podrían haber contado hasta con seis mil habitantes. Los pueblos de Cañón del Chaco estaban tan próximos que habrían formado una aglomeración de quince a treinta mil habitantes.
Los anasazis consiguieron la proeza de edificar en lugares inaccesibles sin fuerza animal ni herramientas metálicas. Las grandes casas de Cañón del Chaco necesitaron para su construcción de millones de bloques de gres y varias centenas de millares de vigas. Por todo ello, cabe considerar que aún no se han revelado todos los misterios sobre la civilización de los anasazis.
Fin de la cultura anasazi
Si bien muchos aspectos de la historia de los anasazis no son conocidos debido a la inexistencia de fuentes escritas, existe evidencia material de que ejercieron una presión excesiva sobre el ambiente. Esto podría haber provocado un "colapso" ecológico provocado por la sobreexplotación de los bosques cercanos, lo cual a largo plazo podría haber tenido efectos adversos en el clima de la región y el nivel de erosión del terreno. De hecho el caso de la cultura anasazi es uno de los ejemplos arquetípicos tratados por Jared Diamond en su libro Colapso: por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen dedicado al colapso societal de diversas culturas antiguas por problemas de falta de sostenibilidad ecológica.
CULTURA OLMECA. MÉXICO.
El Período Formativo comienza con el desarrollo de la CULTURA OLMECA en Mesoamérica, a la que se atribuyen ofrendas masivas de arena de diferentes colores y así como cabezas monumentales de piedra en San Lorenzo Tenochtitlán y Tres Zapotes, ambos sitios al Sur del Estado de Veracruz.
Se estima que los indicios más antiguos de la cultura olmeca son de alrededor de 1200 a. C., y los más recientes son aproximadamente del año 400 a. C. La civilización olmeca se constituyó principalmente alrededor de 3 centros ceremoniales: San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes, además de manifestarse en otros sitios como Laguna de los Cerros.
Comercio
La economía de los olmecas estaba basada en los productos agrícolas, con los que comerciaban, tanto entre ellos como con otros pueblos vecinos, sobre todo con los pueblos nómadas, o con pueblos tan alejados geográficamente de ellos, como pueden ser pueblos del país de Guatemala o de México central, los objetos de intercambio principalmente eran el cultivo del maíz, además del frijol, calabaza, cacao, entre otros. Además de que estos formaban parte de su dieta y se incluían la carne de pescado, tortugas, venados y perros domesticados. El comercio se basó en lugares apartados como Guerrero, el valle de México, Oaxaca y la zona maya. Los olmecas llevaban y traían diferentes mercancías para intercambiar con los demás grupos mesoamericanos, entre ellos el hule de Tabasco y Veracruz.
Estas influencias no son especulaciones, sino que hoy en día tenemos conocimiento de las mismas, por los hallazgos encontrados en los restos arqueológicos de las distintas culturas, apareciendo en los mismos motivos típicos de la civilización olmeca. La cual tuvo como base la agricultura llamada de Roza, que consistía en tomar una superficie y tomarla para sembrar de manera semiuniforme. Obtenían buenas cosechas en los márgenes de los ríos; además practicaban la caza, la pesca y la recolección. Por la ubicación de esta cultura la cual era muy húmeda y llena de pantanos, era muy favorable para la agricultura, ya que las lluvias abundantes permitían la crecida de los ríos, de los cuales fertilizaban las tierras.
Establecieron rutas de comercio y así obtuvieron materias primas de gran valor, como el jade, el cristal de roca, la obsidiana y la magnetita; los que transformaron en deslumbrantes máscaras, figurillas con sus características deformaciones, ornamentos y espejos.
Por lo tanto podemos deducir que los olmecas fueron una civilización que sobrevivía gracias a la agricultura como una base de economía muy importante.
Fue una referencia y un legado para todas las culturas posteriores de América Central —toltecas, zapotecas y hasta los aztecas— siendo ejemplo la escritura maya, que tiene sus raíces en el primer sistema glífico desarrollado por los olmecas.
Siglos más tarde los olmecas tienen un segundo apogeo, centrado en el sitio de La Venta, Tabasco, que no obstante resulta simultáneo a los más antiguos estratos de Izapa Chiapas, y desde donde su influencia cultural irradia hacia el Altiplano central mexicano y hasta los actuales Estados de Morelos y Guerrero. También aparecen entonces las primeras sociedades jerarquizadas con formas de gobierno relativamente complejas; en Sudamérica la cultura Chavín tiene un itinerario semejante, llegando a proyectar su influencia cultural sobre extensos territorios y edificando importantes centros urbanos en torno a santuarios dedicados al dios Jaguar. Es el preludio del período de las grandes civilizaciones, que en Mesoamérica inicia con la construcción del centro urbano de Teotihuacán (150 d. C.-700 d. C.) (aunque en Sudamérica el sitio ya mencionado de Caral da un referente muy anterior). Más tarde aparecen las primeras formas de escritura como la de los antiguos zapotecos y mayas, aunque ya hay posibles antecedentes olmecas. Otras culturas reseñables son las de los anasazis y sus similares (Arizona), así como los constructores de Montículos de Norteamérica. La existencia de grandes áreas de terra preta sugiere también la presencia de una extensa civilización amazónica.
TOLTECAS.
Los toltecas inician su peregrinación desde un sitio que llaman Huehuetlapallan (Vieja tierra roja), país del reino de la antigua Tollan, en el año de Técpatl 511 d. C. y vagan durante 104 años, guiados por siete señores: Zacatl, Chalcatzin, Ehecatzin, Cohualtzin, Tzihuacoatl, Metzotzin y Tlapalmetzotzin. Finalmente llegan a Tollantzinco, pero lo abandonan 20 años después, retirándose catorce leguas al poniente donde fundan Tollan (Tollan-Xicocotitlan) o Tula, del nombre de su patria. Su monarquía inició en el año acatl 667 d. C. y duró 384 años, teniendo 8 gobernantes o tlahtoques.
Lista de Gobernantes
Chalchiutlanetzin 667-719 d. C.
Ixtlicuechahuac 719-771 d. C.
Huetzin 771-823 d. C.
Totepeuh 823-875 d. C.
Nacaxxoc 875-927 d. C.
Mitl 927-976 d. C.
Xiuhtzatzin (reina) 976-980 d. C.
Tecpancaltzin 980-1031 d. C.
Tōpīltzin 1031-1052 murió el año 2 Tecpatl.
Los toltecas alcanzaron su apogeo durante este periodo, entre los años 900 y 1200 d. C. Fueron el grupo dominante de un estado cuya influencia se extendía hasta el actual estado de Zacatecas, y al sureste en la península de Yucatán. La relación entre los toltecas y los mayas del período posclásico ha sido objeto de controversias. Mucho tiempo después de la caída de Teotihuacan, hacia el año 700, hubo en Mesoamérica varios siglos de tinieblas y confusión, cambió la índole de su civilización, las ciudades sin fortificaciones y gobernadas por élites religiosas se desmoronaron, y dieron lugar a ciudades guerreras y a religiones más belicosas.
Si bien es cierto que los toltecas tuvieron una gran influencia entre los mayas, no está comprobado que hubiera una presencia militar en la península de Yucatán. Ni viceversa, aunque algunos autores pensaron que Tula había sido fundada por mayas de Yucatán. Se puede hablar de una gran influencia comercial y político-religiosa de los toltecas en Chichén Itzá, influencia que se refleja básicamente en la arquitectura de muchas estructuras como son el Castillo, el Templo de los Guerreros (que muestra una fusión del estilo Puuc (seguramente influida por Uxmal) con diseño tolteca, así como en la presencia del llamado chac-mool típico de Tula. La incursión de Quetzalcóatl como deidad es otro elemento tolteca importante reflejado en Kukulkán entre los mayas: Tuvieron mucho talento para construir, y su influencia se extendió a gran parte de Mesoamérica en el período Posclásico. Entre los pueblos nahuas de la época de la conquista, la palabra tolteca significaba alguien sabio que dominaba las artes y artesanías. Y la palabra "toltequidad" equivalía a lo que llamaríamos, alta cultura.
En 1941 un grupo de antropólogos mexicanos designó a la ciudad de Tula, en el estado de Hidalgo, como Tollan, la mítica capital de los Toltecas, pero algunos arqueólogos, como Laurette Séjourné criticaron la decisión, señalando que después de varias etapas de excavación no se había revelado una ciudad suficiente para justificar la leyenda de los toltecas, señalando que el origen de Tollan y de la leyenda debería ubicarse en Teotihuacán, siendo el pueblo de Tula uno de los refugios de los sobrevivientes de Teotihuacán, que por ello se ostentaban como Toltecas.
El historiador mexicano Enrique Florescano, del Instituto Nacional de Antropología e Historia ha retomado esta interpretación, basándose en la mención de textos mayas anteriores a Tula, que se refieren a Teotihuacan como Tollan. Algunos afirman que la ciudad de Tula es un mapa de la traslación de Venus, es decir, de su recorrido alrededor del sol. Cerca de la ciudad está una montaña llamada Xicuco (Shicuco) que en náhuatl significa "ombligo".
Estos ciclos hacen referencia a las etapas de Quetzalcóatl para poder ser hombre – dios, que representan las etapas de los humanos (en el catolicismo, nacimiento – vida – resurrección). Esta cultura fue muy especial, ya que en el traje de los Atlantes se encuentran representadas todas estas etapas, como el espejo negro que hace que Quetzalcóatl vea sus errores para purificarse. Otra pieza importante es el Chacmool, que representa al mismo Quetzalcóatl saliendo de la etapa del fuego,, escondido debajo de la tierra. Aparece representado mientras entrega él mismo el fuego a la superficie, que es cuando Venus no aparece en el horizonte para luego resurgir en el horizonte. Se dice también que esta ciudad fue una de las más difíciles de convertir al cristianismo. Sahagún era el encargado de hacerlo, ya que tenían muy bien arraigadas sus creencias. Por ello, Sahagún aprovechó el significado de la montaña Xicuco y el Sol sobre la misma, lo cual era una de las etapas de Quetzalcóatl surgiendo como sol y Dios. Esto Sahagún lo representó como una flor, para que los toltecas asimilaran y pudiesen ser cristianizados.
Esta ciudad era envidiada por los aztecas que en contraste con los toltecas tenían otra visión de Quetzalcóatl les había enseñado. Esto provocó un desorden de ideas haciendo que pasaran a haber más sacrificios humanos que los Aztecas creían que era lo mejor. Con la invasión de los españoles los aztecas confundieron a Cortés como la resurrección de Quetzalcóatl esto provocó la anulación de guerreros sobre ellos quedando confundidos. También se dice en Tula (Tollan, ciudad de los Toltecas) se fueron a enterrar las galletas rancias que Cortes dio como intercambio del oro.
Ubicación geográfica de los toltecas
Los toltecas fueron un pueblo nómada que también había incluido a los antepasados de los chichimecas. Los toltecas conquistaron la ciudad de Teotihuacan en el año 750 d. C. aproximadamente y luego asentaron en esta, su población y su cultura. Se establecieron en la meseta central (en la zona que ahora abarcan los Estados mexicanos de Tlaxcala, Hidalgo, Ciudad de México, Estado de México, Morelos y Puebla), donde una casta militar reemplazaría a los religiosos en la administración formándose un gobierno militarista. Su capital, Tollan-Xicocotitlan, sería conquistada por los Chichimecas en el año 1168 d. C.
Estructura social
La sociedad tolteca se dividió en dos clases:
El grupo privilegiado: integrado por jerarcas, militares, funcionarios, el supremo gobernante y los sacerdotes, quienes estuvieron al servicio de la casta militar y se encargaban de atender el culto, los calendarios y la cuenta del tiempo.
La clase servil: integrada por los trabajadores agrícolas y artesanos: albañiles, alfareros, carpinteros, hilanderos,ovejeros,agrícolas, lapidarios, pintores y tejedores, entre otros.
ZAPOTECAS.
La palabra zapoteca proviene del náhuatl tzapotécatl, que significa pueblo del Zapote. Sin embargo, cada región tenía su propia autodenominación. Por ejemplo, los zapotecos de la región Istmo, una de las cuatro regiones reconocidas1, se autodenominaban "ben´zaa" o "binizá" que significa en idioma zapoteco "gente de las nubes". Entre los mitos que existen se dice que son descendientes de la roca, la arena y las nubes. Según algunas de sus pocas leyendas. Poco se sabe sobre el origen de los zapotecas. A diferencia de la mayoría de los indígenas de Mesoamérica, no tenían ninguna tradición o leyenda sobre su migración, sino que ellos creían que nacieron directamente de los robles, tal y como si fueran hijos legítimos de los dioses. De ahí el nombre que ellos mismos se atribuían: be´neza (gente del roble).
Se desarrollaron en los años 500 a.C.-950 d.C., durante el horizonte Preclásico, los zapotecos se establecieron en los valles centrales del actual estado de Oaxaca. Así, mientras Teotihuacan florecía en el centro de México y las ciudades mayas en el sureste, Monte Albán, centro ceremonial construido en lo alto de un cerro, era la ciudad más importante de la región oaxaqueña.
Los primeros zapotecos eran sedentarios, vivían en asentamientos agrícolas, adoraban un panteón de dioses encabezados por el dios de la lluvia, Cocijo -representado por un símbolo de la fertilidad que combinaba los símbolos de la tierra-jaguar y del cielo-serpiente, símbolos comunes en las culturas mesoamericanas. Una jerarquía de sacerdotes regulaba los ritos religiosos, que a veces incluyeron sacrificios humanos. Los zapotecas adoraban a sus antepasados y, creyendo en un mundo paradisíaco, desarrollaron el culto a los muertos. Ellos tenían un gran centro religioso en Mitla y una magnífica ciudad en Monte Albán, donde prosperó una civilización altamente desarrollada, posiblemente hace más de 2000 años. En el arte, la arquitectura, la escritura (jeroglíficos), las matemáticas, y la astrología (calendarios), los zapotecas parecen haber tenido afinidades culturales con los olmecas, los antiguos mayas, y más adelante con los toltecas.
Dejaron evidencias arqueológicas en la antigua ciudad de Monte Albán; en forma de edificios, estadios para el juego de pelota, de tumbas magníficas y de valiosas mercancías, incluyendo la orfebrería. Monte Albán era la ciudad principal del hemisferio occidental y el centro de un estado zapoteca que dominó una gran parte de lo que ahora conocemos como el estado actual de Oaxaca.
Los zapotecas desarrollaron una agricultura muy variada. Ellos cultivaron varias especies de chile, fresa, calabaza, cacao y, el más importante de todos: el maíz que a principios del periodo clásico daba sustento a numerosas aldeas. Para tener buenas cosechas rendían culto al sol, la lluvia, la tierra y el maíz.
Las mujeres y hombres del pueblo, que vivían en las aldeas, estaban obligados a entregar como tributo: el maíz, los guajolotes, la miel y el frijol. Además de agricultores los zapotecos destacaron como tejedores y alfareros. Son famosas las urnas funerarias zapotecas que eran vasijas de barro que se colocaban en las tumbas. Los zapotecos alcanzaron un elevado nivel cultural y fueron, junto con los mayas, el único pueblo de la época que desarrolló un sistema completo de escritura. Por medio de jeroglíficos y otros símbolos grabados en piedra o pintados en los edificios y tumbas, combinan la representación de ideas y sonidos.
Las grandes ciudades que construyeron los pueblos agrícolas de Mesoamérica, crecieron y estuvieron habitadas durante varios siglos. Sin embargo, entre los años 700 y 800 d. C., casi todas ellas fueron abandonadas. Primero en Teotihuacan, después en la zona maya y luego en Monte Albán. A pesar de eso, florecieron nuevos centros ceremoniales como Cacaxtla y El Tajín. Durante este periodo también subsistieron señoríos avanzados en el Altiplano, como los de Cholula y Xochicalco; y en los estados de Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco, Nayarit, Sinaloa, Guanajuato, Aguascalientes y Querétaro, se desarrollaron las culturas de Occidente.La mayor parte del tiempo, se dedicaban a la agricultura.
Monte Albán dominó los valles hasta fines del Período Clásico mesoamericano y, al igual que otras ciudades mesoamericanas, entre los años 700 y 1200 d. C. terminó su esplendor; pese a ello, la cultura zapoteca continuó en los valles de Oaxaca, Tabasco y Veracruz.
Viniendo del norte, los mixtecas sustituyeron a los zapotecas en Monte Albán y posteriormente en Mitla; los zapotecas capturaron Tehuantepec de los zoques y los huaves del golfo de Tehuantepec. Para la mitad de siglo XV, los zapotecas y mixtecas lucharon para evitar que los mexicas ganaran el control de las rutas comerciales hacia Chiapas, Veracruz y Guatemala. Bajo el mando de Cosijoeza, los zapotecas soportaron un largo sitio en la montaña rocosa de Guiengola, manteniendo la vista sobre Tehuantepec. Finalmente, para conservar su autonomía política, establecieron una alianza con los mexicas, misma que se vería rota con la llegada de los españoles y la posterior caída de Tenochtitlan.
Monte Albán es un conjunto arquitectónico sagrado que se suma a las costumbres religiosas de los pueblos mesoamericanos. Fue construida con varias plataformas escalonadas como pirámides de diferentes alturas. Dentro de la misma se llevaba a cabo el juego de pelota. La diferencia de otros complejos es la inclusión de edificios dedicados, probablemente, al culto funerario. También figuran relieves labrados en losas de piedra que representaban a individuos con deformidades en el cuerpo, conocidos como los danzantes. Los códices mixteco-zapotecas permiten conocer la vida y costumbres de la región. Estos documentos fueron escritos en jeroglíficos y sobre piel de venado y fueron pintados con gran colorido. Además existen inscripciones epigráficas datadas entre el 400 a. C. y el 900 d. C. En Mitla, otro lugar con testimonios de este pueblo, subsisten pinturas murales plasmadas sobre fondo rojo que representan el águila, los dioses nocturnos y a Cocijo. En Hierve el Agua, los zapotecas crearon un sistema de riego artificial único en Mesoamérica.
Los zapotecos desarrollaron un calendario y un sistema logofonético de escritura que utilizaba un carácter individual para representar cada sílaba del lenguaje. Este sistema de escritura es considerado como la base de otros sistemas de escritura mesoamericanos desarrollado por los olmecas, los mayas, los mixtecas y los mexicas. En la capital azteca de Tenochtitlán, habitaban artesanos zapotecas y mixtecas, cuyo desempeño era confeccionar joyería para los tlatoque o emperadores aztecas, entre ellos, el famoso Moctezuma.
Las relaciones con el imperio azteca en el centro de México se dieron desde mucho tiempo atrás, así como es atestiguado por las ruinas arqueológicas del vecindario zapoteca dentro de Teotihuacan y por una casa en Monte Albán. Otras ruinas precolombinas importantes incluyen Lambityeco, Dainzu, Mitla, Yagul, San José Mogote, y Zaachila. Los tehuanos (personas de Tehuantepec), se aliaron con los españoles, para luchar contra los juchitecos, de ahí que naciera un cierto distanciamiento entra las dos ciudades que aún hoy perdura.
LOS MAYAS. (250 d. E. C - 1500 D. E. C) MÉXICO.
Los mayas son un pueblo milenario habitante de Mesoamérica y muy particularmente de Guatemala y de los estados mexicanos de Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Chiapas y Tabasco. Se desarrollaron también en Belice, El Salvador y Honduras y en la actualidad son los descendientes directos de los creadores de la portentosa cultura maya que ha existido desde hace aproximadamente cuatro mil años.
Una civilización mesoamericana que destacó a lo largo de más de dos milenios en numerosos aspectos socioculturales como su escritura jeroglífica, uno de los pocos sistemas de escritura plenamente desarrollados del continente americano precolombino, su arte, la arquitectura, su mitología y sus notables sistemas de numeración, así como en astronomía, matemáticas y comprensión de la ecología. Se desarrolló en Guatemala y el sureste de México, también en Belice, la parte occidental de Honduras y en El Salvador.
Para diferenciar las diversas etnias que integran a este pueblo, a un gran grupo se le denominamaya yucateco o maya peninsular (en relación con la península de Yucatán habitada por ellos). Otros grupos vinculados lingüística, antropológica y culturalmente son los tojolabales, los mames, los tzotziles, los tseltales, los lacandones, entre otros grupos de México; así como como diversas etnias guatemaltecas, de Belice y de El Salvador.
El idioma hablado por el grupo indígena mayoritario de esta familia de etnias es el denominado maya yucateco aunque cada etnia en lo particular ha desarrollado su propia lengua.
El origen de los primeros asentamientos en la Península de Yucatán no han sido confirmados científicamente a cabalidad, aunque la presencia de los primeros humanos en el área data del Pleistoceno tardío o la edad de hielo (alrededor del año 1000 AC) dato obtenido de hallazgos osteo-arqueológicos en las cavernas de Loltún y Tulum.
Los primeros mayas (culturalmente hablando) se trasladaron a la península alrededor del año 250 dC, desde el Petén (hoy norte de Guatemala), para instalarse en Bacalar, Quintana Roo. En 525, los Chanés (tribu maya que precedió a los itzaes), se mudaron al este de la península, fundando Chichén Itzá, Izamal, Motul, Ek 'Balam, Ichcansihó (actualmente Mérida) y Champotón. Más tarde, los Tutul Xiúes (gente con ascendencia mixta Maya tolteca que venía de la costa del Golfo de México) se asentaron en la región causando el desplazamiento de los Itzaes y Cocomes (una rama diversificada de los Itzáes) y finalmente, después de años y muchas batallas se formó la liga de Mayapán (compuesta por Itzaes, Xiues y Cocomes), que finalmente se desintegró alrededor de 1194; dando paso a un período de anarquía y fragmentación en pequeños señoríos; los mismos que fueron encontrados por los conquistadores españoles en el siglo XVI.
Costumbres, lenguaje y religión
A pesar de los embates de los siglos de dominación española y de la explotación y abuso de este pueblo por parte de los hacendados mexicanos durante la época porfiriana,5 el pueblo maya aún conserva en gran medida sus costumbres ancestrales, vestido y tradiciones.
En Guatemala los pueblos mayas usan vestimenta maya, las mujeres por su parte elaboran a mano su huipil, el cual utiliza como vestimenta del diario, también en los estados de Yucatán, Quintana Roo y partes de Campeche,7 reservando el uso de una versión más elaborada del mismo, para ocasiones especiales. Los hombres por su parte no usan su traje típico (pantalón blanco de corte recto con valenciana, que lleva a los lados las bolsas verticales y en su parte trasera horizontales, Guayabera, pañuelo rojo, sombrero de jipi y un tipo especial de alpargatas) más que para ocasiones especiales o fiestas denominadas Vaquerías.
La lengua hablada en la península de Yucatán es el maya-yucateco, que es parte de el más amplio grupo de lenguas mayenses que se hablan en Mesoamérica, particularmente en Guatemala, Belice y la parte sur/sureste de México.
Los Mayas actuales practican una religión sincrética, en la que Mezclan rituales ancestrales como la ceremonia del cha chaac o el ritual del Het'z Mek con las creencias cristianas católicas impuestas a ellos por los españoles en la conquista.
LOS AZTECAS.
Los mexicas (del náhuatl mēxihcah Acerca de este sonido [meː'ʃiʔkaʔ] (?·i), «mexicas»1) —llamados en la historiografía tradicional aztecas2— fueron un pueblo mesoamericano de filiación nahua que fundó México-Tenochtitlan. Hacia el siglo XV, en el periodo posclásico tardío, se convirtió en el centro de uno de los Estados más extensos que se conoció en Mesoamérica, asentado en un islote al poniente del lago de Texcoco, sobre los márgenes centro y el sur de los lagos, como en Huexotla, Coatlinchan, Culhuacan, Iztapalapa, Chalco, Xico, Xochimilco, Tacuba, Azcapotzalco, Tenayuca y Xaltocan, hacia finales del Posclásico Temprano (900-1200),3 hoy prácticamente desecado. Sobre el islote se asienta la actual Ciudad de México, y que corresponde a la misma ubicación geográfica. Aliados con otros pueblos de la cuenca lacustre del valle de México —Tlacopan y Texcoco—, los mexicas sometieron a varias poblaciones indígenas que se asentaron en el centro y sur del territorio actual de México, agrupados territorialmente en altépetl.
Los mexicas son caracterizados por la explotación de cultivos altamente simbióticos (dependencia a la manipulación humana,4556 como maíz, chile, calabaza, frijol, etc.), el uso extensivo de plumas para la confección de vestimentas, el uso de calendarios astronómicos (uno ritual de 260 días y un civil de 365), una sofisticada metalurgia prehispánica ornamental y militar basada principalmente en el bronce, oro y plata; una escritura en forma de pictogramas el cual era usado para la documentación de hechos y el cálculo de obras arquitectónicas el cual estaba basado en un sistema métrico propio, que para mediciones de terrenos es comparable con otros sistemas de medida de la Edad Moderna, el uso extensivo de productos derivados de las cactáceas y agraves, y el uso de cerámico ígneo (obsidiana) para fines quirúrgicos y bélicos.
Los mexicas fueron el último pueblo mesoamericano que formó una rica y compleja tradición religiosa, política, cosmológica, astronómica, filosófica y artística aprendida y desarrollada por los pueblos de Mesoamérica a lo largo de muchos siglos. Junto con los mayas son el tema más estudiado de la historia mesoamericana, dado que se conservan fuentes documentales y arqueológicas, así como numerosos testimonios hechos en su mayoría de forma posterior por sobrevivientes de la Conquista de México.
Antecedentes
El período mexica o azteca fue una fase más de otras culturas y períodos arqueológicos, entre los que destacan:
Olmecas (2 500 a.C-200 d.C): constructores de pirámides, los jefes eran los reyes-sacerdotes;
Teotihuacan (400 a.C-800 d.C): se encuentran el templo de la luna y la pirámide del sol; su dios principal fue Quetzalcóatl;
Toltecas (900 d.C-1168 d.C): tuvo como capital Tula (Tollan-Xicocotitlan).
Filogenéticamente, está claro que los nahuas hablan lenguas relacionadas con los pueblos uto-aztecas del norte de México y sur de Estados Unidos, y existen diversas evidencias de que migraron hacia el final del I milenio d. C. hacia el sur hasta alcanzar el centro de México. Los propios mexicas recogen esta migración en diversos relatos legendarios, que pueden contener algún elemento histórico real, que explican las fases de su migración hacia el sur.
La mitología mexica, siendo muy diversa, pero reforzada bajo el mandato virtual de Tlacaélel, situó el origen mítico en Chicomóztoc (en náhuatl: chicome-oztotli-co, ‘Lugar de las siete cuevas’)?, sitio relacionado con Aztlán —de donde viene el gentilicio azteca—, aunque no existe consenso sobre el punto exacto donde se encuentre el sitio por tratarse de un sitio mítico. La lengua de los mexicas era el náhuatl clásico, que actualmente es la lengua indígena con la mayor comunidad lingüística en México.
El etnónimo azteca fue popularizado por investigadores muy posteriores a su tiempo. Sin embargo, cabe mencionar que los mexicas no se llamaban a sí mismos de esa forma, y que fue resultado de una mala designación posterior; y que las crónicas posteriores los nombraron en todo momento como «mexicanos» o «los de México».
A la llegada de los españoles, los mexicas mantenían relaciones de tensión con los altépetl sometidos, a los que les imponían fuertes cargas tributarias. Esta situación fue aprovechada por los recién llegados en 1519, que rápidamente establecieron alianzas con los zempoaltecas y los tlaxcaltecatl.
Tras la caída de México-Tenochtitlan, la élite gobernante mexica fue sometida e integrada gradualmente a la sociedad colonial, recuperando muchos de ellos cargos y privilegios. El resto de la sociedad mexica sufrió una serie de colapsos -principalmente el demográfico- en todas sus estructuras, pero fueron muchas las continuidades y resistencias que permanecieron por mucho tiempo y hasta nuestros días en los pueblos indígenas de México, aunque el grueso de la población entró en un proceso de una caída demográfica histórica en menos de un siglo sufrida por todos los pueblos indígenas por las nuevas enfermedades europeas y la explotación española.
Terminología
Año "2 Calli" (1325), Fundación de México-Tenochtitlan. Códice Mendoza.
En la historiografía de Mesoamérica, aparecen los términos nahuas, mexicas y aztecas como vagamente equivalentes. Sin embargo, no deben ser tomados como sinónimos. Estos tres términos aparecen cuando se habla de los habitantes que se situaron en el Valle de Anáhuac, principalmente en el islote de Tenochtitlan durante el siglo XVI:10
El término nahua se refiere a todos aquellos que hablaron o actualmente hablan la lengua nahua (náhuatl). Durante la invasión, los habitantes de la Gran Tenochtilan eran en su mayoría nahuas; sin embargo, no eran los únicos de Mesoamérica. Y existían enclaves nahuas en todo el centro de México e incluso tan al sur como El Salvador (señorío de Cuzcatlán) y Nicaragua (Nicaraos).
Los nahuas que habitaban en las zonas de Tenochtitlan y de Tlatelolco eran conocidos como mexicas debido a que se autodenominaban a sí mismos mexihcah. Las crónicas españolas del siglo XVI modificaron la palabra y los nombraron "mexicanos". Así es como aparecen en la historia colonial. Sin embargo, los nahuas de Texcoco y de Tlacopan que participaron como aliados de los mexicas y que a veces son considerados parte de los aztecas por tener el mismo origen se denominaban a sí mismos acolhuas y tepanecas, respectivamente.
Finalmente, desde el siglo XIX en adelante, la mayoría de los historiadores fuera de México han usado el nombre o la denominación azteca para referirse a los mexicas (y frecuentemente también a sus aliados de la Triple Alianza). El nombre azteca se refiere al mito narrado por las crónicas coloniales, según el cual «los mexicas, los acolhuas[cita requerida] y los tepanecas[cita requerida] habían salido de un lugar llamado Aztlán».
En 1427 los mexicas eligen un nuevo rey, Izcóatl, que era hijo de Acamapichtli, el primer rey mexica, y de una esclava. Este es el único caso en el que subió al trono un hombre que no tuviera por madre una mujer de sangre tolteca; la elección se debió seguramente a las cualidades del candidato, cuyo genio militar y cuya habilidad política debían, en los trece años de su reinado, transformar el destino de su pueblo.
Con motivo de la querella entre los hijos de Tezozómoc, los diferentes "gobiernos en exilio", causados por las conquistas de aquel, comprendieron que era el momento de volver a sus diferentes países y de liberarse del yugo de Azcapotzalco. Entonces se forma una alianza entre los mexicas y varios otros grupos. De estos, con mucho el más importante es el que representaba a la antigua dinastía chichimeca que había reinado sobre Texcoco hasta la derrota de Ixtlilxóchitl, que ya hemos relatado. Los aliados obtienen la neutralidad de algunas de las ciudades tepanecas y, después de una guerra en extremo difícil, Azcapotzalco mismo fue tomado en 1428. Esto no marca el fin de la contienda, ya que Maxtla se refugió en Coyoacan y en sitios más lejanos, hasta que por fin es derrotado definitivamente en 1433. Entonces, Nezahualcóyotl puede regresar a Texcoco e inicia el largo reinado que no había de terminar sino con su muerte en 1472.
Historia
Orígenes
Coatlicue, la madre de los dioses mexicas. (Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México).
El origen de los mexicas se sitúa entre los grupos hablantes de náhuatl del norte del actual México y antecesores de los asentados durante la llamada etapa chichimeca. Tradicionalmente se pensó que hubo una división de raza entre Aridoamérica —con grupos cazadores-recolectores principalmente— y Mesoamérica, con pueblos sedentarios y agricultores. Por los estudios más recientes se sabe que no fue así y que la diversidad étnica permitió a muchos grupos de origen chichimeco poseer diversos grados de estratificación y sedentarismo, según las variantes regionales y las condiciones ambientales donde se asentaron. Por ello al tener un contacto mayor con grupos mesoamericanos adoptan modos y usos civiles que tenían ya de alguna forma en el norte del actual México.
Los mexicas se consideran la última gran migración chichimeca al Altiplano Central, lo cual se dice ocurrió entre los siglos XII y XIII. El mito mexica oficial enuncia su origen mítico en Aztlán, una isla originaria de donde partieron por designios divinos. La evidencia histórica muestra —a excepción de las hipótesis de Wigberto Jiménez Moreno y Paul Kirchhoff que las sitúan en la isla de Mexcaltitlán Nayarit o en el sur de Guanajuato, respectivamente— que la idea de Aztlán responde como muchos otros simbolismos y difrasismos mexicas, a una concepción mítica y arquetípica del islote de México-Tenochtitlan, en el que el mito se fraguó ya con el esplendor de dicha urbe, además de que las fuentes documentales mencionan una asimilación de lo mesoamericano desde las primeras etapas de la migración. Según la visión mítica mexica, la salida de la isla se hizo en cuatro o siete grupos calpulli del que era el más fuerte los huitznahuaque, que tenían como dios tutelar a Huitzilopochtli, acompañados de los teomamaques o sacerdotes que portaban los diversos tlaquimilolli (bultos sagrados), que contenían reliquias de los antepasados o diversos objetos muy sagrados para los grupos.
El Códice Boturini enuncia la ruta oficial hecha por los mexicas, que incluyó sitios de Hidalgo y México; hay más de 30 fuentes que aparentemente señalan particulares itinerarios, estos a través del análisis se reducen a tres principales rutas, por lo que es necesario tomar en cuenta además del Boturini esas otras dos grandes tradiciones. La segunda deriva del Códice Mexicanus y la tercera del Códice Telleriano-remensis.
La tradición mítica oficial debe verse a través de la manera en que los antiguos mexicanos creaban y escribían su historia, a la cual intentaban de insertar elementos religiosos y políticos, por lo que hay que separar sus componentes y discernir buscando los hechos históricos más plausibles.
Llegada a la Cuenca de México
Primera página del Códice Boturini
Al arribar a la Cuenca de México los mexicas encontraron un panorama político complejo y asentado, así como el sometimiento por parte de los tepanecas de Azcapotzalco a casi todos los altepetl; podemos considerar por las fuentes que su arribo es al momento de asentarse en la región de Xaltocan-Tzompanco, lo más probable entre 1226 y 1227. Este parece ser el momento histórico más firme del cual parte su difusión hacia la orilla occidental del Lago de Texcoco, hasta asentarse en Chapultepec aproximadamente en 1280. Luego de salir expulsados de Chapultepec (1299) por los altépetl de Azcapotzalco, Xaltocan, Culhuacan y Xochimilco, se asientan en Tizaapan, dominio territorial de Culhuacan, el cual abandonan por la dureza de las condiciones y un enfrentamiento con los culhuas, yendo hacia la región de Texcoco antes de elegir un islote donde ya existían asentamientos previos, según evidencias arqueológicas.
Según la historia oficial aceptada, en un islote al poniente del lago de Texcoco, fundaron los mexicas México-Tenochtitlan en el año 2 Calli o 1325 en donde se cumplió, según el mito oficial, la profecía de un águila devorando una serpiente sobre un nopal. Ahora se sabe que los mexicas se establecieron previamente en diversas poblaciones, incluso fundaron algunas ciudades (como ejemplo Huixachtitlán), la información codificada en los documentos revela que ya habitaban el islote desde 1274. El asentamiento final incluyó la aceptación de Azcapotzalco como altepetl supremo, tributándole periódicamente y una condición general de obediencia. El islote estaba crecido de tulares, carrizos y una rica diversidad acuática que les permitirá la subsistencia así como una posición militar estratégica, si bien los primeros años sus condiciones de vida serán precarias.
Los mexicas y la guerra
La religión mexica enseñó que era necesario apaciguar a los dioses con sacrificios humanos. Por eso, explica el historiador Víctor W. von Hagen:
"La guerra y la religión, al menos para los aztecas, eran inseparables. Pertenecían la una a la otra. ... Con el fin de obtener apropiados prisioneros-víctimas que sacrificar a los dioses, había incesantes guerras pequeñas e incluso su armamento estaba dispuesto para incapacitar, no para matar, todo para obtener el alimento para los dioses: la sangre y el corazón.”
Territorio
La Cuenca de México en el Posclásico tardío.
México-Tenochtitlan estaba ubicado sobre un islote al occidente del Lago de Texcoco, en la zona lacustre de la Cuenca de México. La cultura mexica ocupó la mayor parte del centro y sur de la actual República mexicana, se extendía, desde el poniente del valle de Toluca, abarcando casi todos los estados de Veracruz, Puebla, en el centro, Hidalgo, México, Morelos y en Michoacán solo lo que hoy es el Municipio de Zitácuaro ya que ahí hubo una importante frontera entre los Tarascos y los Mexicas, en el sur; gran parte de los estados de Guerrero y Oaxaca, así como la Costa de Chiapas hasta la frontera con Guatemala. Sin embargo, quedaban fuera de su dominio los señoríos de Meztitlán (en Hidalgo), Teotitlán y Tututepec (en Oaxaca), purépechas (en Michoacán), Yopitzingo (en Guerrero) y Tlaxcala.
La Cuenca de México es una entidad geográfica de más de 7800 kilómetros cuadrados de superficie que se localiza en la parte meridional del Altiplano Central en la República Mexicana. Se trata de una cuenca limitada por cadenas de altas montañas en forma de anfiteatro, que tenía en medio un sistema lacustre integrado por los lagos Zumpango, Xaltocan, Texcoco, Xochimilco y Chalco. Donde el nivel era bajo y las aguas dulces, como en los lagos de Xochimilco y Chalco, era posible el cultivo chinampero. Entre los 2270 y los 2750 metros sobre el nivel del mar está comprendida la zona de somonte, cuyas tierras fértiles son propicias para el desarrollo de bosques así como para la práctica agrícola extensiva. A partir de los 2750 metros sobre el nivel del mar las laderas están dominadas por bosques de coníferas y pobladas por fauna mayor. Pese a estar situada al sur del Trópico de Cáncer, la cuenca de México contaba en la época prehispánica con un clima templado con precipitaciones medias de 700 milímetros anuales.
Estado
Sus armas eran: Lanza de madera con punta de obsidiana, el arco y la flecha con punta de obsidiana, y la macana llamada macuahuitl que era un barrote o garrote de menos de un metro de largo con afiladas hojas de obsidiana incrustadas (capaces de matar o herir gravemente) y el átlatl, palanca para arrojar jabalinas tan efectiva que incluso podía atravesar mallas de acero (como lo experimentaron los españoles). Para defenderse tenían un escudo llamado chimalli hecho de madera y reforzado con tela o pieles ricamente pintadas y decorados con plumas; yelmos de madera zoomorfos cubiertos con cuero también decorados y como armaduras cotas de algodón acolchado, de un tejido tan apretado que las flechas no lo atravesaban.
Los altépetl sometidos por el pueblo mexica no formaban un sistema político unificado sino, mejor dicho, un sistema de tributo a Tenochtitlan. Entre los pueblos nahuas, el dirigente más importante era llamado huey tlatoque ('gran jefe'), también conocido como huey tlatoani ('el que habla').
Después de la formación de la Triple Alianza, el modelo político mexica se asentó definitivamente como una monarquía electiva. Un consejo se encargaba de elegir al huey tlatoani, el cual, ya elegido, le daban facultades absolutas y sin restricción. Sin embargo, se sospecha que un huey tlatoani, Tízoc, fue envenenado por el consejo, por ser considerado inepto y débil. Es destacable que factores religiosos y cosmogónicos incidan en la formación de un gobierno tripartita como el de la Triple Alianza (donde México-Tenochtitlan llevaba el mayor poder y la mayor parte proporcional de tributos) luego de la derrota del poderío tepaneca y el sometimiento del altepetl de Azcapotzalco, ya que no fue la primera vez en formarse gobiernos de ese tipo.
Al momento de gobernar Moctezuma Xocoyotzin tributaban otros 38 altépetl (según el Códice Mendoza), en donde el tributo era el elemento central de sometimiento así como la cesión de tierras donde trabajaban labriegos de paga (mayeques) y el producto obtenido iba directamente al tlatoani; la aceptación de la deidad principal mexica, el suministro de hombres a los contingentes militares, el avituallamiento de los mismos al paso hacia una campaña de conquista y dirimir asuntos políticos y jurídicos en Tenochtitlan. Por ello es impreciso hablar de un imperio, dado que Tenochtitlan no buscaba una extensión geográfica per se o una unidad estatal o nacional sino un mayor allegamiento de recursos y obediencia al huey tlatoani. Fueron los más los altepetl que prefirieron tributar en lugar de recibir una expedición militar que quemara su templo principal y arrojara su deidad por las escalinatas (símbolo incluso representado iconográficamente en los códices de sometimiento de un altepetl).
En los altepetl más importantes residía además un calpixque o recaudador que centraba su actividad en la tributación. Los altepetl que aceptaban de forma expresa el dominio mexica les era permitido mantener sus formas y organizaciones administrativas y políticas así como deidades siempre y cuando fueran debajo de Huitzilopochtli. Solo en regiones importantes, de contención a otras etnias o donde había una rebelión abierta residían funcionarios mexicas con atribuciones de tlatoanis. Por más de 50 años y hasta la tasación hecha por el oidor Valderrama esta estructura se mantendrá con pocos cambios en los pueblos indígenas del centro de la Nueva España.
Originalmente, Tenochtitlan fue construido en un pequeño islote en el lago de Texcoco primitivo que de forma sucesiva fue ampliado artificialmente hasta quedar unido a los islotes de Tlatelolco, Nonoalco, Tultenco y Mixhuca, mediante una ingeniería hidráulica de rellenos, pilotes y canales internos, así como diques contenedores de aguas y puentes hasta alcanzar unos 13.5 kilómetros cuadrados. No existe un consenso sobre la población de Tenochtitlan, la mayor parte de los historiadores dan un valor conservador entre 80 000 a 230 000 habitantes, más grande que la mayor parte de las ciudades europeas de su época, Constantinopla (con 200 000 habitantes), París (con 185 000) y Venecia (con 130 000). Otros historiadores dan otras estimaciones: Eduardo Noguera, basándose en mapas antiguos, calcula 50 000 casas y 300 000 habitantes; Soustelle calcula 700 000 habitantes al incluir la población de Tlatelolco y la de las isletas y ciudades satélites de la zona. Tlatelolco originalmente era una ciudad independiente del poder mexica, pero eventualmente fue sometida y convertida en un suburbio de Tenochtitlan.
Pendiente de oro mixteca representando a una concha de caracol, ca. 900-1520 d. C.
Organización política
Instituciones de gobierno
La autoridad suprema en la ciudad de México-Tenochtitlan era un tlatoani (en náhuatl tlahtoani 'orador'). El "imperio mexica" llamado por sus súbditos Triple Alianza fue inicialmente una alianza militar de tres ciudades: Texcoco, Tlacopan y Tenochtitlan. Al frente de cada una de estas había un tlatoani que era la máxima autoridad en esa ciudad. Con el paso del tiempo la ciudad de Tenochtitlan fue prominente y de hecho las otras dos pasaron a estar sometidas de facto a las órdenes del tlatoani de Tenochtitlan que por eso se denominó huēy tlahtoani ('gran orador') para señalar su posición por encima de los otros dos. Este es el cargo al cual la historiografía europea llama "emperador mexica".
Todos los puestos de tlatoanis (náhuatl tlahtoqueh o tlahtoanih) eran cargos hereditarios. Además de los tlatoanis existían los "nobles" (náhuatl pīpiltin) con muchos de los cuales el tlatoani tenía relaciones de parentesco. A esa clase pertenecía frecuentemente la esposa del "emperador". El resto de la sociedad estaba formada por guerreros, sacerdotes y los plebeyos (náhuatl macehualtin).
Métodos de medición
Usando los códices Acolhua-Mexica con matemáticas modernas se evaluó la precisión de los valores de área, donde se comprueba la validez matemática de los registros en los códices. Los métodos Acolhua-Mexica de cálculo tenían un error menor al 5 % en el 75 % de los terrenos medidos, mientras que el 85 % de las mediciones tenían solo un error menor al 10 %. En los códices se detectaron cinco algoritmos recurrentes que reproducían exactamente el área en el 78 % de los terrenos registrados.
Estos resultados indican que las áreas fueron calculadas y no medidas físicamente. La aritmética Acolhua-Mexica era funcionalmente precisa en su contexto cultural, y precisión fue comparada con métodos actuales de medición probando así una gran exactitud de los resultados con un margen de error muy bajo en la mayoría de los terrenos analizados. El margen de error en el 60 % de los terrenos estudiados es despreciable (<1 %).
Herrero Azteca/Mexica avivando el fuego para retirar impurezas Códice Mendoza.
Mediciones y cálculo avanzados
Otros métodos de cálculo más avanzados se desconocen aún, ya que solo sobreviven códices referentes a terrenos de bajo valor económico donde el área era para la asignación de impuestos. Se sospecha que métodos más precisos[cita requerida] eran usados para las obras de ingeniería mexicas, como los diques, acueductos, templos, etc. Estos métodos desconocidos fueron necesarios para la construcción de elementos estructurales los cuales requerían de un cálculo avanzado de sus capacidades, como columnas, muros, cañerías, escalinatas, plazas, entre otros. Sin embargo mediciones más precisas con unidades más pequeñas se utilizaron para la creación de las esculturas más importantes del centro ceremonial de Tenochtitlan. Estudios realizados sobre el Monolito de Tlaltecuhtli muestran un patrón de diseño el cual sigue estas unidades.
Exactitud de los cálculos mexicas
Aparte de la regla de lado por lado, se utilizaba ampliamente la regla del topógrafo (Surveyer's Rule), desarrollada también por los sumerios y usada por los romanos1213 donde el área es el producto de dos lados promediados opuestos.
A = (a + c)/2 x (b + d)/2.
De acuerdo a los estudios que usaron esta regla del topógrafo, la gran cantidad de cuadriláteros con Ac (Área registrada en los códices) y Am (Área calculada) similares indica que los tlacuilos escogieron algoritmos para aproximar el área más grande posible en los límites de un terreno dado. Esta característica indica que para reducir los la carga impositiva los Tlacuilos pudieron intencionalmente producir mediciones imprecisas al sistemáticamente registrar valores menores en sus medidas lineales y áreas. Otros errores sistemáticos fueron encontrados al compararlos con una base 20, ya que esta era la base del sistema numérico mesoamericano.9
Lectura de milcocollis y tlahuelmantlis
Tlahuelmantli (códices de áreas) mostrando áreas de terrenos (símbolos alineados en el centro) por un Tlacuilo Acolhua-Mexica, glifos edafológicos (tipo de suelo) de Tezontle representados por un tetl (piedra) atravesado por un teconi (Uictli o coa)(Símbolos centrales en cada polígono), Códice Santa María Asunción
Para obtener los valores de los milcocollis (códices de perímetros) se sumaba simplemente los valores de los costados de los terrenos medidos, la unidad que se utilizaba era el tlalcuahuitl (T). En el caso de los tlahuelmantlis (códices de áreas) la lectura es más compleja. Los glifos centrales se multiplican por el valor 20 (ya que las áreas eran registradas comúnmente en unidades de 20) a este resultado se le suma un valor adicional el cual se indica en la parte superior derecha del polígono del terreno; el resultado es el valor del área del terreno en tlalcuahuitl cuadrados (T2). Algunos tlalhuemantlis mostraban dentro de los polígonos del terreno un glifo de maíz, el cual indicaba que el terreno era menor a 400 T2.
Metalurgia en el Imperio Mexica
El uso de los metales en Mesoamérica se cree que inicia en el 800 a. C. con la mayor parte de la evidencia de ello en el oeste de México. Muy similar como en el caso de Sudamérica, los metales preciosos se encuentran de manera más abundante en las élites. En esta zona se desarrolló una tradición especializada en la aleación de metales que incluía además de los metales puros a las aleaciones de metales preciosos con metales estructurales. Se desarrollaron herramientas de alta dureza por medio de aleaciones de bronce con diversos metales, utilizando el trabajo en frío para incrementar su dureza. También utilizaron la aleación del oro y la plata añadidos al bronce para darles tonalidades ornamentales, así como para modificar sus propiedades sonoras en los diversos instrumentos metálicos que utilizaban los mesoamericanos.
El intercambio de tecnología y artículos entre los pueblos de Ecuador y Colombia con el oeste de México potenció el desarrollo e investigación en ambas civilizaciones. Artefactos metálicos similares se han encontrado en estas dos regiones: anillos, agujas, pinzas, hachas, punzones, cuchillos y escudos los cuales fueron fabricados en forma similar y en contextos históricos contemporáneos en ambas zonas.
Además de todos estos artefactos, de los cuales sobreviven especímenes, hay muchos otros objetos y herramientas que se encuentran solo en los códices. Entre estos se encuentran el Tepoztli, el Amamalócotl y la versión metálica de la Coa o Uictli. No obstante, del uictli y el Tepoztli sobreviven especímenes, pero solamente las puntas y cabezas de estos respectivamente; dichos objetos se encuentran en el Museo Regional de Guadalajara.
Imperio Purépecha
El contacto continuo entre estas civilizaciones mantuvo el flujo de ideas fomentando el desarrollo de las líneas comerciales andinas de larga distancia, influencia de zonas más al sur parece que alcanzaron la región y llevaron a un segundo periodo (1200-1300 a. C. hasta la llegada de los españoles). Para este entonces, aleaciones de bronce ya eran ampliamente utilizadas por los metalurgistas del oeste de México, especialmente el Imperio Purépecha, parcialmente porque se necesitaban propiedades mecánicas específicas para las herramientas, armas y decoraciones. En algunos casos la introducción de diferentes metales a la aleación era con el objetivo de cambiar la tonalidad del objeto o cambiar la resonancia de este para mejorar su calidad musical.
Los objetos y las técnicas fueron importados de Sudamérica, pero los metalurgistas del oeste de México empezaron a trabajar los minerales de los metales que abundaban en depósitos locales, el metal no era importado de Sudamérica. Esta tecnología se dispersó también al resto de Mesoamérica dónde el oeste de México tenía la mejor manufactura de la zona. Estudios de procedencia en algunos artefactos del sur de Mesoamérica fabricados por medio de la técnica de cera perdida han mostrado que eran disimilares a los artefactos del oeste, por lo que se pudo haber tenido un segundo punto de desarrollo metalúrgico ya que no se ha podido identificar la fuente.
Imperio mexica
Herrero Azteca/Mexica avivando el fuego para retirar impurezas Códice Mendoza.
Los mexicas (aztecas) en su inicio no utilizaron de manera masiva los metales, aun cuando adquirían objetos de otras civilizaciones. Sin embargo durante su expansión militar, la tecnología metalúrgica presente en las diversas zonas dominadas empezó a dispersarse en el imperio. Para el tiempo de la conquista española, se cree que el uso de las aleaciones de bronce eran tan comunes que en parte de la vida cotidiana de los ciudadanos de Tenochtitlan se acostumbraba regalar hachas de bronce como una muestra de estatus social y para ganar favores dentro de la estructura jerárquica del gobierno Mexica.
Instrumentos musicales
Se han encontrado una gran cantidad de campanas, sonajas y sobre todo cascabeles, donde estos últimos eran fabricados por medio de la técnica de fundición de cera perdida como se ha visto en Colombia y también en la mayor parte de México.Durante este periodo se utilizaba casi exclusivamente el cobre.
CULTURA CHAVÍN
Cronología Aproximadamente
1200-400 a. C.
Localización Andes centrales. En el actual Perú.
Chavín de Huántar o cultura chavín es una cultura arqueológica del Antiguo Perú que se desarrolló durante el Horizonte Temprano (1200 a. C.-400 a. C.)12 Tuvo su centro de desarrollo en la ciudad de Chavín de Huántar, que está ubicada a 2 km de la confluencia de los ríos Huachecsa y Mosna, en la cuenca alta del río Marañón (en el actual departamento de Áncash).
Tradicionalmente, el desarrollo principal de Chavín se considera como un «horizonte cultural» debido a sus influencias artísticas y religiosas presentes en otras culturas contemporáneas a ella. Gran parte de aquel desarrollo histórico corresponde al Periodo Formativo específicamente al Formativo Medio y al Formativo Superior que tiene como características la intensificación del culto religioso, la aparición de la cerámica estrechamente relacionada con los centros ceremoniales, la intensificación del cultivo del maíz y la papa, el perfeccionamiento de las técnicas agrícolas y el desarrollo de la metalurgia y la textilería.
Fue el arqueólogo Julio César Tello quien la descubrió y consideró como la «cultura matriz» o «madre de las civilizaciones andinas»,3 y que eran de origen amazónico. Sin embargo, descubrimientos recientes sugieren que la civilización de Caral ―del periodo Precerámico Tardío― es más antigua que Chavín.4
Tello planteó que la cultura chavín2 fue de origen amazónico debido a las múltiples representaciones de la iconografía selvática en sus manifestaciones artísticas, especialmente en la cerámica. En su máximo apogeo Chavín de Huántar, centro principal chavín, actual Patrimonio Cultural de la Humanidad,5 fue un importante centro ceremonial y centro de irradiación cultural cuya influencia se extendió por gran parte de la costa y sierra de los andes peruanos.
Organización sociopolítica
De acuerdo a algunas teorías, en el estado teocrático, chavín, los más hábiles por sus conocimientos astronómicos, ambientales del tiempo y del clima se destacaron en su comunidad y terminaron convirtiéndose en sacerdotes y jefes. Se distinguen tres clases bien diferenciadas:
Los sacerdotes: La casta sacerdotal, la clase dominante, poseía conocimientos de la astronomía, del tiempo y del clima lo que les proporcionaba gran influencia y poder, también eran grandes técnicos agrícolas, ingenieros y especialistas en las artes.
El pueblo: La clase dominada, conformaba la masa popular, es decir, los agricultores y ganaderos, al servicio de la casta sacerdotal.
Nobleza Guerrera: Fue el encargado de contener los disturbios en las regiones de la cultura Chavín.
Ganadería
Desarrollaron la ganadería a base de los camélidos sudamericanos (llamas y alpacas), así como la crianza de cuyes.
Manifestaciones culturales
La cultura chavín desarrolló una expresión artística propia que se manifestó en la arquitectura, escultura, cerámica y orfebrería. Representa el primer estilo artístico generalizado en los Andes, pero sin duda se beneficiaron de las innovaciones aportadas por culturas anteriores, como Sechín, Las Haldas, Pampa de las Llamas-Moxeke, y, más atrás en el tiempo, Caral. Un estilo estrechamente relacionado con el chavín es el de Cupisnique, que se difundió por los valles de la costa norte, y que parece ser más antiguo que la cultura de Chavín, según lo sostuvo Rafael Larco Hoyle.
Los chavines trabajaron algunos metales como el oro, la plata y el cobre, así como la piedra, la madera, el hueso y las piedras preciosas. Con los metales preciosos fabricaron ornamentos de uso personal. La piedra fue empleada en la construcción de viviendas, esculturas y la fabricación de utensilios como vasijas, batanes y morteros. Usaban la madera y el hueso en la fabricación de lanzas, espátulas, puñales y armas arrojadizas. Y con las piedras preciosas como el cuarzo, el lapislázuli y el azabache, hacían espejos y multitud de objetos de adorno.
El arte chavín es básicamente naturalista, y los temas principales son los seres humanos, aves, serpientes, felinos, otros animales, plantas y conchas.
Culturas de la América precolombina
En la América precolombina se desarrollaron cientos de culturas y decenas de civilizaciones originales a lo largo de todo el continente. Las consideradas altas culturas precolombinas surgieron en Mesoamérica y los Andes. De norte a sur podemos nombrar las culturas Anasazi, Misisipiana, Mexica, Tolteca, Teotihuacana, Zapoteca, Olmeca, Maya, Muisca, Cañaris, Moche, Nazca, Chimú, Inca y Tiahuanaco entre otras. Todas ellas elaboraron complejos sistemas de organización política y social y son notables por sus tradiciones artísticas y sus religiones.
En el resto del continente el desarrollo cultural no fue menos importante, desarrollándose avanzados sistemas de gestión ambiental como en el Amazonas, en Beni e incluso en una de las primeras sociedades democráticas constitucionales como Haudenosaunee.
En los asentamientos humanos no alcanzaron un nivel cultural tan elevado como en las civilizaciones antes señaladas, en parte por su menor densidad de población y, sobre todo, por sus actividades seminómadas (caza de varios animales, etc.). Podemos citar entre los grupos étnicos preponderantes de Norteamérica a los yaquis, seris, apaches, mohicanos, navajos, cheyennes, algonquinos, esquimales, siuxs, etc
Las civilizaciones americanas descubrieron e inventaron elementos culturales muy avanzados como calendarios, complejos sistemas de mejoramiento genético como el que generó el maíz y la papa, sistemas de construcción antisísmicos, así como un dominio en el trabajo de la piedra, sistemas de gestión ambiental de amplias zonas geográficas, sistemas de riego, nuevos sistemas de escritura, nuevos sistemas políticos y sociales, una avanzada metalurgia y producción textil.
Las civilizaciones precolombinas también descubrieron la rueda, que no resultó de utilidad productiva debido en parte a las cordilleras y selvas donde se encontraban, pero fue utilizada para la fabricación de juguetes.
Otro de los elementos comunes de las culturas precolombinas que alcanzó un alto grado de desarrollo fue la edificación de templos y monumentos religiosos, siendo claros ejemplos las zonas arqueológicas de Caral, Chavín, Moche, Pachacámac, Tiahuanaco, Cuzco, Machu Picchu y Nazca, en los Andes Centrales; y Teotihuacan, Templo Mayor, Tajín, Palenque, Tulum, Tikal, Chichén-Itzá, Monte Albán, en Mesoamérica.
Norteamérica septentrional
Inuits, Tlingit, Haudenosaunee (Confederación Iroquesa), cultura misisipiana.
Aridoamérica y Oasisamérica
Anasazi, indios pueblo, cultura mogollón, Hohokam, Chichimecas, Seris, Yaquis, Rarámuris, kumiai, Nahuatlacas (Náhuatl), Paquimés, Tepehuanes.
Mesoamérica
Véase también: Mesoamérica
Civilizaciones altamente avanzadas como los Olmecas, Toltecas, Mayas, Teotihuacanos, Aztecas, Zapotecos, Tarascos, Mixtecos, entre otros.
Centroamérica y Caribe
El señorío de Cuzcatlán (en Idioma náhuat Kuskatan) fue una nación precolombina del período posclásico mesoamericano que se extendía desde el río Paz hasta el río Lempa (correspondiendo en la actualidad a la mayor parte de las zona occidental y central de El Salvador); está nación era dominada por los Náhuas de Kuskatan y cubría un territorio de aproximadamente 10 000 km².
Los Tainos fueron un conjunto de pueblos originarios procedentes del actual territorio de Venezuela, aunque a lo largo de los siglos fueron poblando las distintas islas del arco antillano. Entre ellos se pueden distinguir entre los taínos clásicos y los taínos occidentales (o taínos-ciboney).
Caribes, también llamados caríbales o galibi en algunos documentos históricos, denominaciones derivadas del proto-caribe *karipona: 'hombre(s)'— eran un conjunto de pueblos que, en el momento del contacto colombino en el siglo XVI, ocupaban el noreste de Venezuela y varias Antillas Menores. En las islas del Caribe desaparecieron como etnia independiente como consecuencia de la colonización europea, aunque en las Guayanas, Venezuela y Brasil continuaron dando lugar a los galibis (kari'ñas) modernos y otros pueblos.
El territorio de Costa Rica estuvo ocupado por diversos pueblos aborígenes que reflejan el papel de puente cultural que tuvo el país: la cultura de Nicoya, en la actual provincia de Guanacaste, de influencia mesoamericana, se destacó por la calidad de la cerámica y la talla del jade; y dos culturas del Área Intermedia: la cultura de Línea Vieja-Huetar, que agrupó a varios grupos del Valle Central, el Pacífico central y el Caribe, como los huetares, suerres, pococes, bribris y cabécares, distinguidos principalmente por su trabajo en piedra, cerámica y oro; y la cultura del Díquis, en el Pacífico sur, que elaboraron las esferas de piedra y gran cantidad de trabajos metalúrgicos en oro.
Sudamérica
Caral, Paracas (Perú, 700 a. E. C -200 d. E. C), Nazca (Perú, 100 d. E. C - 800 d. E. C), Tiahuanaco (Bolivia, 1500 a. E. C - 1000 d. E. C), Chimú (Perú, 1000 d. E. C - 1470 d. E. C), Confederación Muisca (Colombia, 1450 d. E. C -1537 d. E. C), cultura mollo (Perú, 700 d. E. C - 1400 d. E. C), Imperio Inca (Perú, 1200 d. E. C - 1572d. E. C) entre otros.
Paracas. Cráneos deformados.
Escultura muisca de un Zipa sin identificar (Museo del Oro de Bogotá).
Recipiente antropomorfo,
encontrado en Tihuanaco.
LOS INCAS.
Machu Picchu.
El Imperio incaico o inca (en quechua: Tawantin suyu, lit. ‘las cuatro regiones o divisiones’) fue el mayor imperio en la América precolombina.
Al territorio del mismo se denominó Tahuantinsuyu o Tahwantinsuyo y al período de su dominio se le conoce, además, como incanato y/o incario. Floreció en la región andina del subcontinente entre los siglos xv y xvi, como consecuencia del apogeo de la civilización incaica. Abarcó cerca de dos millones de kilómetros cuadrados entre el océano Pacífico y la selva amazónica, desde las cercanías de Pasto (Colombia) al norte hasta el río Maule (Chile) al sur.
Los orígenes del imperio se remontan a la victoria de las etnias cuzqueñas (Región Sur del actual Perú), lideradas por Pachacútec, frente a la confederación de estados chancas en 1438. Luego de la victoria, el curacazgo incaico fue reorganizado por Pachacútec, con quien el Imperio incaico inició una etapa de continua expansión, que prosiguió con su hermano Cápac Yupanqui, luego por parte del décimo inca Túpac Yupanqui, y finalmente del undécimo inca Huayna Cápac, quien consolidó los territorios. En esta etapa la civilización incaica logró la máxima expansión de su cultura, tecnología y ciencia, desarrollando los conocimientos propios y los de la región andina, así como asimilando los de otros estados conquistados.
La Civilización incaica surgió de las tierras altas del Perú en algún momento a principios del siglo xiii. Su último bastión fue conquistado por los españoles en 1572.
Luego de este periodo de apogeo el imperio entró en declive por diversos problemas, siendo el principal la confrontación por el trono entre los hijos de Huayna Cápac: los hermanos Huáscar y Atahualpa, que derivó incluso en una guerra civil. Entre los incas la viruela acabó con el monarca Huayna Capac, provocó la guerra civil previa a la aparición hispana y causó un desastre demográfico en el Tahuantinsuyu. Finalmente Atahualpa vencería en 1532. Sin embargo su ascenso al poder coincidió con el arribo de las tropas españolas al mando de Francisco Pizarro, que capturaron al inca y luego lo ejecutaron. Con la muerte de Atahualpa en 1533 culminó el Imperio incaico. Sin embargo, varios incas rebeldes, conocidos como los «Incas de Vilcabamba», se rebelaron contra los españoles hasta 1572, cuando fue capturado y decapitado el último de ellos: Túpac Amaru I.
Mapa del imperio incaico:
Chinchaysuyo Antisuyo Contisuyo Collasuyo
Los incas consideraban a su rey, el Sapa Inca, como el "hijo del sol". Muchas formas locales de adoración persistieron en el imperio, la mayoría de ellas relacionadas con las sagradas Huacas locales, pero los líderes incas alentaron el culto al sol de Inti - su dios del sol - e impusieron su soberanía por encima de otros cultos como el de Pachamama.
La economía inca ha sido descrita de manera contradictoria por los eruditos: como "feudal, esclavo, socialista. El imperio Inca funcionó en gran parte sin dinero y sin mercados. En cambio, el intercambio de bienes y servicios se basó en la reciprocidad entre individuos, grupos y gobernantes incas. 'Impuestos' consistía en una obligación laboral de una persona para el Imperio. Los gobernantes incas (que teóricamente poseían todos los medios de producción) correspondieron al otorgar acceso a la tierra y los bienes y proporcionar alimentos y bebidas en las celebraciones de sus súbditos.
El Imperio incaico abarcó los actuales territorios correspondientes al extremo suroccidental de Colombia en la frontera, pasando por Ecuador, principalmente por Perú, el oeste de Bolivia, la mitad norte de Chile y el norte, noroeste y oeste de Argentina.
El imperio estuvo subdividido en cuatro suyos: el Chinchaysuyu (Chinchay Suyu) al norte, el Collasuyu (Qolla Suyu o Kolla Suyo) al sur, el Antisuyu (Anti Suyu) al este y Contisuyu (Kunti Suyu) al oeste.
La capital del imperio fue la ciudad de Cuzco, en el actual Perú.
El total del territorio se estima en unos 10.000.000 a 16.000.000 millones de habitantes.
La primera imagen del Inca en Europa. Pedro Cieza de León. Crónica del Perú, 1553.
Cuadro cusqueño del siglo XVII con los linajes incas mentados por las crónicas coloniales y su relación con las reinas reales del Cusco, que esconden tras de sí una compleja representación de la organización social incaica.
Lenguas preincaicas en el siglo XVI.
Los incas en Argentina
Según las fuentes históricas en el territorio de Argentina, entre 1479 y 1535, el imperio incaico conquistó las partes occidentales de la actuales provincias de Catamarca, Tucumán, Salta, Jujuy, La Rioja, San Juan, y el extremo noroeste de Mendoza incorporándolas al Collasuyo. Algunas investigaciones sugieren la influencia incaica en parte de la Provincia de Santiago del Estero (zona interfluvial en donde está la ciudad de Santiago del Estero), pero la incorporación de esa zona al imperio no ha sido probada. Tradicionalmente se atribuye la conquista al inca Túpac Yupanqui. Los pueblos que entonces habitaban esa región, los omaguacas, los diaguitas (incluidos los calchaquíes), los huarpes y otros, intentaron resistir pero los incas lograron dominarlos, trasladando a sus territorios a los mitimaes o colonos deportados de las tribus de los chichas, que habitaban en lo que es el suroeste del actual territorio boliviano.
Los incas construyeron caminos (el Camino del Inca), centros agrícolas y de producción de tejidos, asentamientos (collcas y tambos), fortalezas (pucarás) y numerosos santuarios en lo alto de las montañas en donde realizaban sacrificios humanos especialmente de jovencitas y de niños tal como lo demuestran las momias de Llullaillaco, utilizando también construcciones preexistentes.
Entre los establecimientos incaicos más importantes en Argentina, se encuentran el Potrero de Payogasta en Salta, la Tambería del Inca en La Rioja, el pucará de Aconquija y el Shincal de Londres, ambos en Catamarca, el pucará de Tilcara en Jujuy y las ruinas de Quilmes en Tucumán, la mayoría de las cuales eran preincaicos y fueron organizados en una red urbana dentro de su imperio, estableciendo en ellos puestos de control militar.
Las provincias (wamanis) incaicas en el actual territorio argentino fueron cinco:
Humahuaca', con probable cabecera en Tilcara, llegando por el norte hasta Talina, actualmente en el Sur de Bolivia. Habitada por mitimáes chichas.
Chicoana o Sikuani, habitada por los pulares, se extendía por el piso de puna de Atacama y la parte septentrional de los valles Calchaquíes hasta cerca de Seclantás y abarcaba probablemente desde las Salinas Grandes de Jujuy hasta el sur de La Paya en Salta, donde estaba su capital la antigua Chicoana.
Quire-Quire o Kiri-Kiri, que comprendía el resto de los valles Calchaquíes comenzando en Pompona (hoy La Angostura), todo el valle de Santa María y los valles de Andalgalá, Hualfín y Abaucán. Habitada calchaquíes y yocaviles y por un gran número de mitimáes, tenía dos asientos principales en Shincal y en Tolombón.
Tucumán o de Tucmua, comprendía los valles orientales y las sierras subandinas.
La provincia más meridional, probablemente se extendía desde La Rioja hasta las montañas del Cordón de Plata, alcanzando el cerro Tupungato en Mendoza y quizás formaba parte, con el nombre de Cuyo o Kuyun de la provincia de Chile o Chili.
Los incas en Bolivia
En el territorio de Bolivia, luego de que en torno al 1100 a. C. Tiwanaku desapareció, se produjo una lucha entre los diferentes grupos que habitaban la región: aimaras, collas, lupacas y pacajes. Los aimaras establecen un dominio que abarca Arequipa y Puno en el Perú, La Paz y Oruro, que perduró hasta que, en 1438, el Inca Pachacútec derrotó al último soberano colla, Chunqui Cápac, incorporando el altiplano boliviano al imperio incaico, como parte de la provincia del Collasuyo, e imponiendo el quechua como lengua oficial, aunque el aimara se continuó hablando regularmente. Además el imperio incaico adoptó los estilos arquitectónicos tiwanakotas y otros conocimientos. Posteriormente el Inca Huayna Cápac mandó levantar fortalezas en la frontera oriental para detener el avance de los chiriguanos.
Según una leyenda, los fundadores del imperio incaico, Manco Cápac y Mama Ocllo nacieron de la espuma del lago Titicaca en la Isla del Sol), entre Perú y Bolivia.
Los incas en Brasil
En el territorio del Brasil, existen dos caminos que los incas habrían construido, en el noreste desde Quito llegando al actual estado de Roraima en el límite de las Guayanas, que según el investigador chileno Roland Stevenson surge de un mal pronunciamiento del nombre quechua ''Guayna'' Capac, padre de Huáscar y Atahualpa, y el llamado camino de Peabiru (pea-camino; Biru-Perú) que conecta las costas del Océano Atlántico, en el actual estado de São Paulo, con la ciudad del Cuzco en los Andes por el cual el portugués Aleixo García habría incursionado llevándose metales preciosos de la actual Bolivia, antes de la invasión española.[cita requerida]
Los incas en Chile
En el territorio de Chile, durante el reinado de Túpac Yupanqui, se produjo la conquista de los diaguitas y aconcaguas de los valles transversales del Norte Chico de Chile y Zona Central de Chile por parte de las poblaciones ubicadas en el norte y centro, quienes habitaban el «valle de Chile» (actual valle del Mapocho), y algunas comarcas ubicadas al sur de él, fijándose así los límites del Imperio inca en una zona que los historiadores y la arqueología reciente extienden convencionalmente en algún lugar entre los ríos Maule y Maipo. De ese modo, ese territorio quedó dividido en dos wamanis o provincias: el del Valle de Elqui (Coquimbo) en el norte, presidido por Anien, y el Valle del Mapocho (Santiago) en el sur, encabezado por Quilacanta.14
Los incas en Colombia
En el territorio de Colombia, hacia 1492 el imperio incaico dominó transitoriamente la región habitada por los pueblos aborígenes denominados los pastos y levantaron una fortaleza aún en dos caminos visible, en Males (hoy municipio de Córdoba). Sin embargo los pastos se refugiaron en la Cordillera Occidental y lograron expulsar a los ocupantes. Los Incas prefirieron entonces avanzar por el piedemonte amazónico, a través del territorio de los cofán, pero finalmente fueron los españoles los que controlaron la región y fueron los Awá quienes lograron preservarse de la dominación en las selvas de la vertiente del Océano Pacífico.
Los incas en Ecuador
En el territorio de Ecuador, en el siglo XV, los Incas Túpac Yupanqui y Huayna Cápac conquistaron el territorio y lo incorporaron a su imperio.
A mediados del siglo XV la zona fue invadida por las fuerzas del Inca Túpac Yupanqui, quien al mando de un poderoso ejército se encaminó desde el sur para ampliar sus dominios. Al principio la campaña le resultó relativamente fácil pero luego debió enfrentar a los Bracamoros, siendo este el único pueblo que pudo obligar al Inca a abandonar sus tierras sin poder incorporarlo al imperio.
Cuando el Inca empezó a avanzar sobre los cañaris, fue aún más difícil para ejércitos incaicos, pues estos los rechazaron luchando con bravura, obligándolos a replegarse hacia tierras de lo que hoy es Saraguro, donde debieron esperar la llegada de refuerzos para poder iniciar la campaña. Esta vez considerando la inmensa superioridad de los Incas, los Cañaris prefirieron pactar y someterse a las condiciones impuestas por estos. Después de esto Túpac Yupanqui fundó la ciudad de Tomebamba, actual ciudad de Cuenca, ciudad donde se discute que pudo haber nacido Huayna Cápac.
Los incas en el Perú
El Imperio incaico se originó en el territorio del Perú ocupando la costa, sierra y selva alta del territorio peruano (abarcando aproximadamente la mitad de su actual superficie).
A comienzos del siglo XIII inicia la historia inca desde el Cuzco como capital teniendo a Manco Cápac como fundador. Los Incas tuvieron desde entonces tres expansiones siendo la tercera la mayor pues se desarrolló primero hacia el norte empezando con el centro-oeste de Perú hasta el sur de Colombia, y después hacia el sur empezando con el sur de Perú hasta el centro de Chile. En el siglo XV el Sapa Inca Pachacútec dividió Tawantinsuyo tomando la capital como punto de referencia en cuatro suyos: Chinchaysuyo, Contisuyo, Antisuyo y Collasuyo.
En 1525 se inicia una guerra civil entre Huáscar y Atahualpa por la sucesión al trono, ganando esta disputa Atahualpa, pero quedando el imperio enfrentado e inestable. En estas circunstancias llegan los españoles quienes en Cajamarca capturan sorpresivamente a Atahualpa en una entrevista en 1532.
Territorio del Imperio Incaico
Representación de las cuatro divisiones del Imperio Incaico o Tahuantinsuyu, que partían del Cuzco, la ciudad capital con forma de puma.
Los cuatro suyos en su conjunto se extendían a lo largo de más de dos millones de kilómetros cuadrados y llegaron a abarcar, en su período de apogeo (hacia 1532), parte de las actuales repúblicas de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Poseían aproximadamente cuatro mil kilómetros de costa en el océano Pacífico. La expansión se inició con el Inca Pachacútec y llegó a su apogeo con el Inca Huayna Cápac. Se atribuye la máxima expansión al Inca Túpac Yupanqui.
Hacia el norte, el Imperio Incaico se extendía hasta el río Guáitira, al norte en la frontera entre Colombia y Ecuador. En Ecuador, llegaron a abarcar una zona que incluiría las actuales ciudades de Quito, Guayaquil, Cuenca y Manta.
Hacia el noreste, se extendía hasta la selva amazónica de las actuales repúblicas de Perú y Bolivia. Son muy poco nítidos sus límites con esta debido a las esporádicas expediciones de exploración de la selva por parte de los habitantes del imperio debido a la gran cantidad de enfermedades y el miedo que los nativos poseían a esas zonas, pero se sabe que dominaban las actuales ciudades de Potosí, Oruro, La Paz y Cochabamba en Bolivia y prácticamente toda la sierra peruana.
Hacia el sureste, el imperio incaico llegó a cruzar la cordillera de los Andes (lo que en geopolítica moderna se conoce como encabalgarse), llegando un tanto más allá de lo que ahora se conoce como las ciudades de Salta y Tucumán en Argentina. El territorio incaico de la actual Argentina, conformó una zona especial que se denominó Tucma o Tucumán, que abarcaba las actuales provincias de La Rioja, Catamarca, Tucumán, Salta y Jujuy.
Hacia el sur, existen pruebas de que el Imperio incaico llegó a abarcar hasta el Desierto de Atacama (actual III Región de Atacama) en dominio efectivo, pero con avanzadas hasta el río Maule (actual VII Región del Maule de Chile), donde debido a la resistencia de los purumaucas (o picunches, pertenecientes a la etnia mapuche) no pudo seguir avanzando.
Hacia el oeste, si bien el Imperio Incaico limitaba con el océano Pacífico, hay quienes además postulan que los Incas habrían incluso llegado a mantener, a pesar de las limitaciones navales de la época, una cierta relación comercial con algún pueblo desconocido de la lejana Polinesia (Oceanía). El tema ha sido estudiado por José Antonio del Busto en una reciente publicación. Una de las personas que defendió esta teoría fue el difunto explorador difusionista noruego Thor Heyerdahl.
Su capital se encontraba en la ciudad del Cuzco —que, según la Constitución peruana, es la "capital histórica" de Perú—, en donde los cuatro suyos se encontraban.
Los cronistas afirmaron que el imperio incaico estuvo dividido en cuatro distritos conocidos como suyos (del quechua suyu): Chinchaysuyo, Antisuyo, Collasuyo y Contisuyo. El centro de esta división era el propio Cuzco. Se ha atribuido al inca Pachacútec la creación de este sistema de organización del territorio; sin embargo sabemos que se trataba de una práctica que antecedió al gobierno de este gran reformador. Antes de consolidarse el dominio incaico en el Cuzco, el espacio en torno de esta ciudad estuvo también dividido en cuatro partes. Las divisiones entonces correspondían a los territorios de los señoríos del área. Cuando Manco Cápac y sus clanes se establecieron en la zona, crearon los cuatro suyus incaicos a partir de esta división.
Un tema que aún es motivo de discusión entre los investigadores es aquel de la extensión y los límites de cada suyu. Como hemos visto, la expansión incaica se inició con Pachacútec, quién conquistó los curacazgos del área cercana al Cuzco: los soras, lucanas y tambos. Otros líderes militares como su hermano Cápac Yupanqui, y posteriormente Túpac Yupanqui y Amaru Túpac, continuaron las conquistas, mientras Pachacútec permanecía en el Cuzco. Por ejemplo, Cápac Yupanqui habría reconocido y visitado en la costa los valles de Chincha y Pisco, mientras que en la sierra central llegaría hasta Jauja. Túpac Inca continuó la conquista del Chinchaysuyu hasta la región de los cañaris (Tumibamba); mientras que Amaru Túpac y otros líderes militares conquistaron el Collasuyu hasta Chincha y el Contisuyo hasta Arequipa. Sin embargo, aún no sabemos si la franja costera entre Ica y Tarapacá fue conquistada en esta época o después, luego de que Túpac Yupanqui asumiera el mando supremo del Estado incaico. Por otro lado durante los tiempos de Túpac Yupanqui la frontera norte se estableció cerca de Quito; mientras que la frontera sur se fijó en el río Maule, 260 km al sur de Santiago de Chile. Durante el gobierno de Huayna Cápac se conquistaron nuevas regiones en el Ecuador y el extremo suroeste de Colombia (cercanías de Pasto). Estos son en general los límites conocidos del imperio. El punto menos preciso es el relativo a la región amazónica, donde es difícil precisar los alcances que tuvieron las incursiones incas.
DIFERENTES MAPAS DE INDÍGENAS CENTRO Y SUDAMERICANOS.