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viernes, 23 de diciembre de 2016

GANADERÍA ANCESTRAL DE NUESTROS ANTEPASADOS.

Era muy típico en la España rural de antes que casi todos los de un pueblo tuvieran, dependiendo la cantidad de la riqueza familiar, diferentes animales de cría. Solían tener conejos, cabras, ovejas, alguna vaquilla o vacas, casi siempre cerdos, de estos, hacían la matanza y disfrutaban de ello casi todo el año.


Además solían tener también gallinas, patos, ocas, pavos, gansos...

Elemento aparte lo conformaban las abejas.




















Como elemento de trabajo y transporte solían tener, caballos o yeguas, los más bienaventurados, asnos, mulas, burros.



Ahora, ¿qué diferencias hay entre asno o burro y la mula o el mulo?

El burro o asno es una especie, domesticado con origen en los asnos africanos.
Existen diferentes variedades en España hoy día.
Los burros son más longevos que los caballos, llegando a vivir hasta los 40 años. Alcanzan la madurez sexual entre los 2 y 2,5 años. El apareamiento puede producirse en cualquier época del año, aunque generalmente se produce durante la primavera. La gestación dura entre 12 y 14 meses, que producirá normalmente una sola cría, raramente dos, que será destetada cuando tenga entre 6 y 9 meses.
Los burros se adaptaron para vivir en los márgenes de los desiertos, y como resultado de ello tienen características únicas entre los équidos. Los asnos salvajes viven separados unos de otros al contrario que los caballos y cebras que viven en manadas. Los burros son capaces de emitir rebuznos a un volumen muy alto que les permite mantenerse en contacto a distancia, hasta los tres kilómetros. Sus largas orejas le sirven tanto para percibir mejor los sonidos como para poder disipar mejor su calor corporal. Los burros tienen un sistema digestivo resistente, menos propenso a los cólicos que los caballos, lo que les permite consumir mayor diversidad de plantas y extraer agua del alimento de forma muy eficiente. En promedio los burros necesitan menor cantidad de alimento que los caballos de tamaño y peso equivalente, todo ello les permite vivir en zonas inaccesibles para sus parientes más exigentes alimenticiamente.
Los burros en la naturaleza se defienden dando fuertes coces con sus patas traseras, cosa que siguen haciendo los domésticos cuando son importunados, y también pueden golpear con las patas delanteras y dar mordiscos.


Los équidos se habían extinguido del continente americano al final de la última glaciación. Los caballos y los burros fueron introducidos en América por los conquistadores españoles. La primera aparición del burro en el nuevo mundo se produjo en 1495, cuando Colón llevó en su expedición cuatro machos y dos hembras. Posteriormente los colonos europeos fueron importando burros de diversas variedades tanto de España como de Francia, principalmente con el cometido de ser usados para producir mulas. Además de su uso tradicional en la agricultura y el transporte, los burros fueron usados a partir del siglo XIX en la minería.
Con la aparición de la maquinaria agrícola y los medios de transporte modernos los burros empezaron a usarse cada vez menos desde comienzos del siglo XX en los países ricos, aunque empezaron a usarse para el turismo y como mascotas y siguen siendo usados como animales de trabajo en los países en desarrollo. Las variedades miniatura son las más apreciadas como mascotas en contra de la tendencia del pasado cuando se valoraba más a los burros de mayor tamaño que podían ser usados para producir mulas grandes y fuerte.

Los burros tienen una larga reputación por su terquedad, pero esto se debe a la mala interpretación de algunas personas de su instinto de conservación altamente desarrollado. Es difícil forzar a un burro a hacer algo que contradiga sus propios intereses. Son animales inteligentes, cautelosos, amistosos, juguetones e interesados en aprender. Una vez que se haya ganado su confianza pueden ser buenos compañeros en trabajo y recreación.

Un burro puede ser cruzado con una yegua y producir una mula (mulo si es macho), y un caballo puede ser cruzado con una burra y producir un burdégano. Ambos híbridos entre caballo y burro son casi siempre estériles porque los burros tienen 62 cromosomas mientras que los caballos tienen 64, por lo que los híbridos tienen un número impar, 63, lo que dificulta la formación de gametos funcionales.

Históricamente se han producido muchos más mulos que burdéganos, en primer lugar porque los mulos son mayores y más fuertes que los burdéganos, por lo que interesaba más producirlos, ya que nacen más grandes al ser las yeguas mayores y tener mayores placentas que permiten crecer más a los embriones. También es debido a que los mulos se producen con mayor facilidad porque la tasa de fecundación de una yegua con un burro es mayor que la contraria. Como se ha comprobado en los cruces de los felinos, cuando en el número de cromosomas es mayor en el macho la fertilidad interespecífica bajaba, al igual que ocurre entre caballo y burra. Además los burros se muestran más dispuestos a montar a las yeguas que los caballos a las burras por diferencias en su comportamiento de apareamiento.
Los mulos son extraordinariamente dóciles (al contrario que las mulas, que generalmente son más ariscas), fuertes y resistentes por lo que se consideran unos animales particularmente valiosos a la hora de llevar cargas pesadas durante largas distancias desde la antigüedad, sobre todo en terrenos montañosos y desérticos; antiguamente solían transportar el agua usada por el servicio de bomberos para apagar los incendios, ya que su desarrollado sentido de la obediencia prevalece incluso sobre el miedo natural al fuego; a esta característica de ser más resistentes que sus progenitores, los cuales son en este caso especies distintas, se la denomina vigor híbrido.

 Se parece al burro en que tiene cabeza gruesa y corta, orejas largas, miembros finos, pezuñas estrechas y pequeñas, melena corta, ausencia de las castañas (crecimientos córneos) dentro de los corvejones , y cola sin pelo en su raíz. Sin embargo posee algunas características equinas, como su altura y cuerpo, la forma del cuello y de la grupa, la uniformidad de su pelaje, y los dientes.
Su voz no es exactamente como la del burro (rebuzno) ni como la del caballo (relincho); la mula emite un sonido similar al del burro, pero también tiene los característicos relinches del caballo. A veces gime.


La mula ha sido muy utilizada en tareas que requieren de fuerza o resistencia, como medio de transporte, y en la agricultura, para arar los campos y en otras tareas, como sacar agua de los pozos mediante una noria. Actualmente, en los países desarrollados ha sido sustituida por maquinaria agrícola, por lo que resulta díficil de encontrar en las labores que tradicionalmente se le asignaban.
Sus pezuñas son más duras que las de los caballos y demuestran una resistencia natural a muchas enfermedades y a los insectos. Muchos granjeros norteamericanos de zonas de suelo arcilloso han encontrado que las mulas son superiores como animales del arado, especialmente en el estado estadounidense de Misuri, en donde se originó la expresión «stubborn as a Missouri mule», equivalente al español «terco como una mula (de Misuri)».
Las mulas son generalmente menos tolerantes hacia los perros que los caballos y son capaces de defender a su jinete contra ellos; incluso son capaces de enfrentarse a un león de montaña. Son también capaces de patear con cualquiera de sus pezuñas en cualquier dirección.

                                  Mulo.

                                  Burdégano.

Razas españolas:
Existen cuatro razas de burros reconocidas en España:

El burro andaluz-cordobés (el burro majorero es su variante de Canarias).


El burro catalán (la raza mallorquina es una variante de Baleares).








                                               Variedad Mallorquina.

El burro de las Encartaciones (en el País Vasco).

El burro zamorano-leonés.

Además de los campos de cultivo, George Washington tenía en Mount Vernon una granja con caballos, ovejas, cerdos, vacas, pollos, patos, pavos, ciervos… y hasta un camello -en 1787 lo adquirió para entretener a sus invitados-. Sus trabajos en este campo se centraron en mejorar las condiciones de los animales para aumentar el número de crías y… en las mulas (animal estéril que resulta del cruce entre un burro y una yegua). Él sabía que las mulas eran mucho más fuertes y resistentes que los caballos, que vivían más y costaba menos mantenerlas, así que eran idóneas para el trabajo en el campo. Pero George Washington quería para su nueva nación las mejores y, por ello, decidió criar sus propias mulas (además del Padre de la Patria, algunos lo consideran también el Padre de la Mula Americana). Virginia tenía excelentes caballos, incluyendo purasangres (cruce de yegua inglesa y semental árabe) y de raza árabe, pero los burros y las mulas de las colonias no eran de la misma calidad. Había que encontrar el mejor burro del mundo para cruzarlo con sus yeguas y eso suponía… conseguir un burro español.




Sin embargo, la adquisición de un burro español resultó más difícil de lo que se había imaginado. El transporte de los animales era caro y, además, estaba prohibido sacarlos de España sin el permiso directo del rey. Después de varios intentos, y cuando ya casi George Washington había desistido, William Carmichael, el encargado de negocios en la corte española, consiguió hacer llegar la petición al Conde de Floridablanca, Secretario del Despacho de Estado. El rey de España, Carlos III, ordenó enviar dos de los mejores ejemplares como muestra de respeto -recordemos que Carlos III había apoyado la independencia de las Trece Colonias frente a nuestro común enemigo-.
El 7 de octubre de 1785 llegaba a Glocester (Massachusetts) el preciado regalo. Pero no fueron dos los burros que arribaron a puerto, solamente lo hizo Royal Gift (Regalo Real), que así fue como le pusieron, porque el otro burro murió durante la travesía. Washington envió a su capataz John Fairfax para supervisar el viaje y acompañar al burro hasta a Mount Vernon con instrucciones muy precisas de que recibiese todas las atenciones posibles y que no recorriese más de 25 km. al día. El 5 diciembre George Washington veía por primera vez a Royal Gift, que por las descripciones que de él hizo en sus cartas se podía tratar de un burro andaluz. Washington quería empezar de inmediato a criar las mulas, de hecho al poco tiempo de llegar envió a Royal Gift a un gira por los estados del Sur para generar interés entre los demás agricultores e incluso publicó anuncios en los periódicos ofreciendo los servicios del burro para cubrir yeguas durante la primavera siguiente. El problema es que nuestro querido burro era un poco terco y cuando llegó el momento de cubrir a las yeguas… no había forma. Eso sí, con las burras no había problema. Así que, Washington dio instrucciones para que pusiesen dos burras para estimularlo y cuando estuviese bien excitado metiesen a la yegua. El truco funcionó y Royal Gift comenzó a ganarse el pan con el sudor de su… comportándose como un campeón.


Por desgracia, la gloria de Royal Gift como semental fue corta. Durante un viaje a Carolina del Sur en 1793 quedó “desfallecido” y se temió por su muerte. Tal y como estaban las cosas, y ante la posible incapacidad de cumplir con sus servicios como semental, George Washington decidió que se quedase en Carolina del Sur donde vivió el resto de sus días, ya sin el estrés de tener que estar dando la talla día tras día, hasta que murió en julio de 1796. Washington entonces se centró en dos vástagos de Royal Gift: los burros Compound y Knight of Malta (como he dicho también cubría a las burras). Cuando Royal Gift llegó a Mount Vernon había 132 caballos/yeguas y ningún burro ni ninguna mula; en 1799, cuando falleció George Washington, había 27 caballos/yeguas, 20 burros/burras y 63 mulas.
Por supuesto que había mulas en las colonias antes de llegar Royal Gift, pero George Washington mejoró la raza y popularizó su uso en las plantaciones agrícolas. Hasta tal punto que muchos de los burros y mulas que hay en EEUU hoy en día descienden de aquel burro español.




A todo esto, en la localidad burgalesa de Quintanilla del Agua, a principios de 1700 vivía la familia Romero. Matías Romero, mi ascendiente, casado con Martina Alonso. En aquella época, un pueblo muy rural y atrasado, quizás con unos 400 o 500 habitantes, casi todos jornaleros o labradores.

Mi antepasado tenía según el Catastro de la Ensenada de 1752 en adelante, 50 ovejas, 4 corderos, 2 burros, 7 cabras, 5 cabritos, 2 ¿no se lee?, 1 novilla, cría de la vaca que tiene dos o tres años, 1 yegua y 1 cerda.

                                  Quintanilla del Agua, Burgos, España.


Fuentes:
  •  http://historiasdelahistoria.com/2016/12/15/george-washington-y-un-burro-espanol-los-padres-de-la-mula-estadounidense.
  • Wikipedia.




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