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jueves, 14 de junio de 2012

Demografía Histórica del Paraguay.

En Paraguay al igual que en toda América hubo tres culturas: la blanca o española, los indios y los negros.

                                                                        Negra


                                                          Niña española.

Escola do Chimarrão

                                            Indios.

De estas también salen los mestizos y los mulatos y otros tantos nombres que no vienen al caso ahora en este artículo. Con estos bastan y sobran. El tráfico de esclavos fue muy bajo en Paraguay, aunque hubo, siendo pocas familias las que tenían esclavos. Por lo tanto la población negra no fue muy mayoritaria.



Comunidad Aché.

Fuente: http://portaldelsur.info/2013/08/indigenas-paraguayos-recurren-a-tribunales-argentinos-por-crimenes-de-lesa-humanidad/









Fuente: http://orekuera.blogspot.com/2011/03/los-indigenas-sojeros-de-puerto-barra.html


Chica mestiza de Paraguay.


Muchacho paraguayo.



INICIO DEL POBLAMIENTO EN PARAGUAY.

1537....................................................................................50 habitantes.

Pedro Hernández de Ludueña iba como "maestre de la gente de caballo"; Juan de Osorio, como "maestre de la infantería". Como alférez general de la misma infantería iba Alonso de Cabrera. Juan de Leiva hacía de alférez de caballería y el capitán de la guardia era Galaz de Medrano. Juan de Ayolas, Alguacil Mayor, se enroló como alguacil mayor; Gonzalo de Cuadros, como capitán de mar y Juan de Salazar de Espinoza era el capitán del galeón "Anunciada". Diego de Mendoza, hermano del Adelantado y Almirante de la Armada, Francisco Ruiz Galán, Gonzalo de Mendoza, Francisco de Mendoza, Felipe de Cáceres y Juan de Ortega. Estos son 14 de los que conocemos pero hubo muchos más, obviamente pues iban 11 naves.

Según una carta, iban 1500 personas entre hombres y mujeres, pero fue tal el hambre que en tres meses murieron 1000 de ellos.

Felipe de Cáceres fue encarcelado y depuesto por los partidarios del Obispo Fray Pedro de la Torre.

Francisco Ruiz Galán murió pronto o escapó a Brasil.

Alonso de Cabrera volvió a España enloqueció más de lo que estaba y murió en el más triste olvido.

Juan de Osorio murió pronto.

Juan de Ayolas muere en 1549 junto a otros de su expedición.

Juan de Salazar se casó con Doña Isabel Contreras, hija de Doña Mencía. Dejó descendencia mestiza que legitimó: Agustín, Hipólito y Juan de Salazar. Seguramente hubo otros muchos hijos e hijas a las que no legitimó.

Francisco de Mendoza muere en 1548.

Domingo Martínez de Irala muere en 1556 dejando nueve hijos: Diego, Antonia, Ginebra, Marina, Isabel, Martín, Úrsula, Ana y María.

                      Domingo Martínez de Irala.

De igual forma seguro que tuvo más hijos e hijas que no legitimó, pues quizás estas fueron las de su principal concubina.

1539....................................................................................350 hombres.1540.............................................Álvar Núñez de Vaca......600 hombres e indios más.


Grupo de capitanes: Nuflo de Chávez, Francisco Ortiz de Vergara, Ruy Díaz de Melgarejo, Pedro Estopiñán Cabeza de Vaca, primo del Adelantado; Alonso Riquel de Guzmán y Felipe de Cáceres, Martín Suárez de Toledo, García Rodríguez de Vergara, Pedro Dorantes, Jaime Rasquín, Pedro Segura, Pedro Esquivel y otros...

Hasta aquí sumamos 24 conocidos por nombre, sin incluir a los Adelantados.

Francisco Ortíz de Vergara casa con la hija de Domingo Martínez de Irala, Marina. Con otra hija, Úrsula, casa Alonso Riquelme de Guzmán.

Alonso Riquelme de Guzmán.

Con Ginebra casa Pedro Segura y con Isabel, Gonzalo de Mendoza (¿?-1558). Todos ellos capitanes.

Pedro Dorantes muere 1580.

Álvar Núñez de Vaca es enviado en 1545 junto a Pedro Hernández y otros a España y no vuelve más a America.

Ruy Díaz de Melgarejo(1519-1602), se casó con Elvira Contreras de Carbajal y tuvo 3 hijos antes de matarla por infidelidad. Uno de ellos fue Rodrigo Ortíz Melgarejo, Vicario General. Otra fue Isabel casada con Gonzalo Martel de Guzmán, y el tercero Francisco de Guzmán.

Hja de Isabel con Gonzalo fue Leonor de Ortega Martel de Guzmán.

Hernando Melgarejo otro hijo suyo tuvo dos hijas llamadas Isabel y Beatriz.

Nufrio de Cháves(1518-1568), se casó con Elvira de Mendoza, hija de Francisco de Mendoza y tuvo 4 hijos: Elvira Manrique de Lara, Catalina de Cháves, Francisco de Cháves y Álvaro de Escobar, además de dos hijos mestizos. Murió en 1568.

El capitán Pedro Esquivel se casó con Isabel de Guevara que vino con la Armada del Adelantado Don Pedro de Mendoza.

Martín Suárez de Toledo casa con María de Sanabria, hija de la "Adelantada" Mencía de Calderón y tienen 8 hijos:

1. El General Hernandarias de Saavedra, nacido en 1561, en la Asunción; tres veces Gobernador del Río de la Plata y uno de los mejores Gobernantes de la primera época. El y su medio hermano el Obispo, fueron los primeros criollos que alcanzaron esas dignidades en el Río de la Plata y Tucumán. Casó con Doña Jerónima de Contreras, hija del General Juan de Garay, y tuvieron descendencia femenina enlazada con la de Jerónimo Luis de Cabrera, fundador de Córdoba.

2. Doña Ana de Ocampo, casada con Antonio De Añasco.

3. Doña Juana de Saavedra, mujer que fue del Capitán Juan de Garay hijo.

4. Una niña cuyo nombre parece haber sido Francisca, casada con el Capitán Francisco González de Santa Cruz.

5. Martín Suárez de Toledo, cura

6. Doña Maria Arias y Saavedra, casó con Juan Bautista Corona.

Con Alvar Núñez Cabeza de Vaca se introducen 26 caballos y yeguas, que comforman el primer plantel de ganado, en este caso equino. Se incorporan posteriormente otros ganados como el vacuno, bovino y caprino.

1540....................................................................................950 hombres.

1541....................................................................................380 hombres. (Se pierden 630 hombres).

1543.....................................................................................350 hombres.

1544...................................................................................600 españoles.(500 arcabuceros y ballesteros).

1545....................................................................................Aquí, según algunas fuentes, ya había como 500 niños.

1555..............................................Censo.....Más de 1000 mestizas solteras y otros 4.000 muchachos más según ciertas fuentes.

                      Representación de mestiza de la época.

Aquí notamos que la población en tan solo 20 años es elevada, pues estamos hablando de unos 5000 muchachos y muchachas. Si tenemos en cuenta que las damas españolas eran poquísimas, notaremos que las madres de todos estos muchachos, obviamente eran indígenas. Según algunos, las mujeres indígenas, se contaban por decenas en algunos hombres. La descendencia obviamente, como era de los llamados mestizos y como no había muchas posibilidades de los llamados criollos, pues estos mestizos, eran considerados españoles. Ni aún con las mujeres españolas que vinieron posteriormente, daba para todos, puesto que casi todas al llegar, ya lo hacían o comprometidas en el viaje o para casarse con uno ya elegido en la travesía. Teniendo en cuenta la terrible escasez de mujeres españolas después de las últimas traídas sobre el 1550, solo había posibilidades entre los mestizos.

1556..............................................Mencia Calderón trae......60 hombres y 40 mujeres. Los capitanes Hernando de Trejo, Hernando de Salazar, Francisco Becerra y Cristóbal de Saavedra. Junto a estos y como cronista de la expedición, iba Hans Staden.

Juan de Garay en 1573 reúne a 80 mancebos de la tierra para una expedición. De esta forma notamos que en casi 40 años, podría haber centenares de mancebos, o sea de blancos nacidos en tierras paraguayas o mestizos considerados blancos.

Gobernadores en ésta época:

1. El primer Adelantado Pedro de Mendoza falleció de retorno a España, enfermo y pobre, al año de su arribo.

2. El segundo, Alvar Núñez Cabeza de Vaca fue depuesto, apresado y enviado de retorno, en menos de dos años.

3. Juan de Sanabria, el tercero, falleció antes de abandonar España. Su hijo Diego se extravió en el camino y nunca arribó al Paraguay.

4. Juan Hortiz de Zárate fue el cuarto. Llegó hasta Asunción poco menos que arrastrado, después de ocho años de iniciadas sus gestiones para ocupar el cargo. Murió al año de su arribo, enfermo, posiblemente envenenado y despreciado por toda la población.

5. A su yerno, el quinto y último Adelantado, Juan Torres de Vera y Aragón, no le fue mejor: tardó 10 años para llegar y hacerse del cargo. Con apenas un año de gobierno, fue depuesto.

Domingo Martínez de Irala.

Según documentos del Archivo Nacional de la Asunción, durante la primera época son contadas las mujeres españolas que llegaron a la colonia.

En el pleito de Juan de Osorio aparece Catalina Pérez, mujer de Hernando de Mérida, de 27 años, que se había embarcado para servir a don Pedro de Mendoza, a quien acompañaba y Almira Pineda, criada de Juan de Osorio.

Con don Pedro de Mendoza llegó María Dávila, a quien "Mendoza amaba con cariño y en su testamento la recuerda con esta expresión, la tal María".

Con la llegada del 2° Adelantado del Río de la Plata, Alvar Núñez Cabeza de Vaca, aumentaron más las mujeres blancas.

En un documento obrante en el Archivo, existe una causa seguida a Julián López, por desafío a Francisco Gambanota. Se descubre una mujer, cuyo nombre no se cita. A tenor de la declaración de Bambanota, estando en la isla de Santa Catalina ruégale a todo el mundo que dijese, a su Señoría el Adelantado Alvar Núñez. "que no podría ni servir y que si pensara estar más ocho días en dicha isla, que más tuviera por bien que se ahogara en el mar que estar allá, y que por esto el dicho Julián López tuvo el enojo con este testigo".

En otro documento se menciona a Leonor Soleto "que por otro nombre, dice su padre en su testamento, se llama ahora Teresa de Soleto". Fue desheredada en la Asunción, el viernes 30 de enero de 1542, porque se ha casado y casó escondidamente, contra su voluntad y le ha dado (a su padre) grandes trabajos y desasosiegos por cumplir la suya y en todo ha sido desobediente, por lo cual "desde ahora para siempre jamás la desheredaba y desheredó de todos los bienes que como tal su hija podrá haber y pretender".

Pero Hernández, en las declaraciones prestadas en Madrid el 7 de septiembre de 1547, con motivo del pleito y proceso de Alvar Núñez, refiere que Hernando de Sosa, que era de la guardia que le dada de comer (a Alvar Núñez, mientras éste se hallaba preso en la Asunción) él tenía a su cargo, a una mujer que le guisaba, que se dice llamarse Isabel Quirós; dijeron que habían sido rogados y requeridos por Domingo de Irala, vizcaíno que le echase poco en la comida, y la dicha Isabel de Quirós, le dejó a este testigo que por no haber querido hacer, la querían mal...".

Ana de Salazar, natural de Granada y posiblemente parienta de Hernando de Salazar, que llegó años más tarde en la expedición de Diego de Sanabria, se ahogó en el día de Todos los Santos del año 1542, cuando una parte de la barranca cayó sobre la galera en que venía Felipe de Cáceres, acompañandoa los demás bergantines de Pedro Estopiñán, Cabeza de Vaca que llegaba al Paraguay remontando el Paraná. En este naufragio, que fue comentado durante largos años por todos los pobladores de la Asunción, se ahogó también una tal Luisa de Torres "enamorada difunta que Dios Perdone".Así la recordaba nostálgicamente, el 5 de enero de 1543, en un documento del Archivo Nacional de la Asunción, el apuesto Sebastián de Valdivieso, que se presentó a reclamar algunas ropas que habría dado para lavar a esa pobre mujer".

En la expedición de doña Mencía Calderón de Sanabria, "la Adelantada", mujer de gran carácter, llegaron 250 hombres y 50 mujeres, de las cuales 20 eran doncellas que serían esposas de los españoles de estas tierras. Habían salido de España el 10 de enero de 1550, en 3 naves; sufrieron innúmeras peripecias antes de llegar acá. Al, tocar costas brasileñas, los portugueses de San Vicente les imposibilitaron la continuación del viaje. Allí fundaron, en jurisdicción española, la colonia de San Francisco; se realizaron varios matrimonios, de los que saldrían las familias más representativas de la colonia, y los hijos habidos en ellos darían lustre por su actuación, como Hernando de Trejo de Sanabria y el criollo Hernandarias. La expedición llegó por fin a la Asunción, en 1555.

Fueron recibidos los expedicionarios por el gobernador Irala y los pobladores con gran alborozo y júbilo indescriptible.

Doña Mencía recibió el sobrenombre de "la Adelantada", pues el Presidente del Consejo de Indias, al nombrar al hijo de don Juan de Sanabria, Diego, de diecisiete años, en reemplazo de su padre, dispuso que la madre tutelase sus acciones, acompañándolo ella en el viaje, como recientemente lo recordó también una escritora española, para ratificar luego esta misma escritora: "Sólo a la tenacidad y valor de doña Mencía, que en todo momento fue quien dirigió la expedición, ya que la nave de su hijo no llegó a feliz término", se debió a que el resto de esta ciclópea empresa, destrozada pero no vencida, trajera a la Asunción una substancial contribución de sangre hispana, vital y oportuna, formación de la nacionalidad paraguaya. Por algo, los portugueses trabaron en toda forma esta legendaria expedición de mujeres españolas; sabían que ellas eran, como buenas extremeñas, síntesis y expresión de la "reciedumbre castellana, la imaginativa andaluza y la testarada lusitana".

Y menos mal que, después de cuatro siglos de olvido, la Asunción bautizó una de sus calles con el nombre de Mencía de Sanabria, perpetuando también su memoria una hermosa placa donada por damas argentinas, y que se exhibe, en basamento erigido por la Comuna de nuestra capital, en uno de los nuevos barrios de la Asunción.

Existe la carta de Juan de Salazar de Espinosa del 1° de enero de 1552, que comenta: del número de hombres, mujeres, doncellas y niños que llegaron a la Isla de Santa Catalina, durante el viaje hubieron de morir unos veinte hombres y unas diez mujeres. Salazar agrega que no tenían "ningún médico, ni cirujano, ni barbero, ni medicinas, ni los sacamos de España, cada día seremos menos".

En la misma carta de Salazar consta que en el Mbiazá, antiguo puerto de Patos, un caballero llamado Hernando de Trejo se ha casado con doña María de Sanabria, y Mencía Sanabria casada con el sevillano Cristóbal de Saavedra".

Las jóvenes María y Mencía habían nacido en Medellín (Extremadura), y llegaron con su madre a nuestra colonia.

Ruy Díaz de Melgarejo, hijodalgo, hermano de Francisco Ortiz de Vergara, con quien pasó a Indias en la expedición de Cabeza de Vaca, era adversario de Irala, y cabecilla del motín que derribó a Francisco de Mendoza decapitado en la Asunción, fue preso por Irala pero logró evadirse y llegó a San Vicente. Se casó con Elvira de Contreras y Carvajal, quien tuvo un triste final. Cierto día Ruy Díaz sorprendió a su mujer con el clérigo Juan Fernández Carrillo, ex-confesor de todas aquellas damas durante la travesía del océano. Ruy Díaz lo mató a estocadas. Cuarenta años después, en Santa Fe en su testamento, fechado en octubre de 1595, recordaba con dolor a su pobre esposa, al referirse a sus hijos "mis hijos habidos con doña Elvira Carvajal, mi mujer legítima que Dios haya".

En la misma expedición llegaron doña María de Angulo, Elvira Hernández, Catalina Vadillo, María Dávila, Catalina Pérez y Elvira Pineda.

En la colonia aparece la mestiza como forjadora de nuestro pueblo. En su taller del hogar primigenio es modeladora de la estructura de su estirpe. Con su virtud, con su bondad y sin defectos, funda una unidad étnica poderosa y conquistadora. Esta mujer, base del hogar paraguayo, constituye la piedra angular de una nueva institución civilizadora. Mientras en la colonia los hombres trabajaban, ella tejía el ñandutí del espíritu popular; cultivaba la tierra; aprendió y enseñóla debida utilización de los utensilios domésticos traídos por el conquistador, y pudo así expresar los bellos sentimientos heredados de sus antepasados y honrar su memoria.

        La concubina india se quedaba con los vástagos                       mestizos enseñándoles el guaraní.

Con Irala se funda la nacionalidad, y a sus hijas les dio nombres mestizos con el título de "doña", y en su testamento del 13 de marzo de 1556, dice: "Digo y declaro y confieso que yo tengo y Dios me ha dado en esta provincia, ciertas hijas e hijos que son: Diego Martínez de Irala y Antonio de Irala, doña Genelva Martínez de Irala, mis hijos y de María mi criada, hija de Pedro de Mendoza, indio principal que fue de esta tierra, y doña Marina de Irala, hija de Juana mi criada, y doña Isabel de Irala, hija de Águeda mi criada, y doña Úrsula de Irala, hija de Leonor, mi criada, y Martín Pérez de Irala, hijo de Escolástica, mi criada; Ana de Irala, hija de Marina, mi criada y María, hija de Beatriz, criada de Diego de Villaspando, por ser como yo, los tengo y declaro por mis hijos e hijas".

       Representación de alguna de las hijas de Irala.

Las hijas de Irala contrajeron matrimonio con importantes capitanes de la conquista que, realmente por sus dotes de gran señorío, fueron sostenedores del indomable espíritu de lucha y sacrificio durante esta primera época.

En la conquista, la mujer española asumió un papel difícil y lleno de sinsabores, según se deduce de la carta que, datada en la Asunción el 2 de julio de 1.556, Isabel de Guevara envió a la Princesa Juana. Aquella vino en la expedición de don Pedro de Mendoza, y en dicha carta narra las penalidades que tu-vieron que pasar durante tres meses, tiempo durante el cual murieron más de mil hombres, v las mujeres debieron asumir entonces toda clase de responsabilidades.

Sábese de Isabel que era oriunda de España, y que se casó en América con Pedro de Esquivel, quien, en 1571 fue ejecutado por orden de Felipe de Cáceres. Cofundadora de la primitiva Buenos Aires, en febrero de 1536, y protagonista y testigo del hondo drama sufrido por sus primeros pobladores europeos, después de sufrir todas las vicisitudes que tocaron en suerte a aquellos pujantes aventureros, llegó a. la bahía de Nuestra Señora de Santa María de la Asunción.

Desde esta histórica capital de la conquista, y luego de veinte años de luchas, aquella abnegada mujer dirigió a la princesa gobernadora doña Juana la carta de nuestra referencia.

Hállase escrita la misiva en estilo sencillo, límpido y pleno de ternura, y contiene la descripción de las terribles penurias causadas por el hambre y demás calamidades sufridas por quienes echaron los cimientos de Nuestra Señora del Buen Aire, la primitiva Buenos Aires. Recuerda, asimismo, la contribución material y espiritual de la mujer en la obra gigantesca de la conquista y la colonización del continente colombino. Más aún, y esto es lo principal ahora para nosotros, dicha carta constituye, en síntesis, una protesta digna y altiva contra el régimen de inferioridad legal a que se hallaban sometidas las mujeres, protesta que puede ser tenida como punto de partida de los muy nobles y justicieros afanes de reivindicación de los derechos femeninos en el Río de la Plata, y en la quizás, en la América Latina.

Es oportuno transcribir ciertos párrafos que exaltan los méritos, aún no suficientemente reconocidos, de las mujeres que colaboraron en la tarea grandiosa de la civilización americana. Es necesario que la historia recuerde, con justicia, a las abnegadas y heroicas compañeras de los conquistadores, a las cuales, como se claramente a través de las líneas transcriptas, se debe no solamente el apoyo espiritual, que sostiene y estimula, sino también el esfuerzo material sin tregua, valiente y desinteresado.

"Ansí llegamos a esta ciudad de la Asunción -sigue refiriendo doña Isabel de Guevara-, que aunque agora está muy fértil de bastimentos entonces estaua dellos muy necesitada, que fue necesario que las mugeres bolvisen de nuevo a su trabajo, haziendo rosas con sus propias manos, rosando y carpiendo y sembrando y regando, sin ayuda de nadie, hasta tanto que los soldados guarecieron de sus flaquezas y comenzaron a señorear la tierra y alquerir yndios y yndios de su servicio hasta ponerse en el estado en que agora está la tierra". (Como se ve, conservamos la escritura original, que no está de acuerdo con la ortografía actual).

Luego de hacer esta narración sencilla pero vívida, la autora expresa que sólo traía a la memoria estas andanzas para que la destinataria de su carta supiese " la yngratitud que conmigo se ha usado en esta tierra, por el que al presente repartió por la mayor parte de los que hay en ella, ansí de los antiguos como de los modernos, sin que de mí y de mis travajos se tuviese nenguna memoria".

Hé aquí la primera voz, quizás, que se haya alzado en Hispanoamérica en favor de los derechos de la mujer. Y es precisamente de mujer, y de una valerosa mujer, esa voz que resuena en la noche de los tiempos y en el corazón del Nuevo Mundo, voz que, en nombre de la justicia, exige el tratamiento igualitario de su sexo por el derecho dictado y aplicado por los hombres.

La historia recogió también el nombre de Elvira de Mendoza y Manrique, esposa de Nufrio de Claves (1518-1568), explorador y colonizador del Paraguay, fundador de la Nueva Asunción y de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) en 1561, e introductor en el Plata de los primeros ejemplares de los ganados lanar y cabrío. El eminente historiador Efraím Cardozo afirma que en 1568, encontrándose sola en el Chaco doña Elvira, logró salvar su vida gracias a una enérgica arenga en guaraní, que dirigió a los indios chiriguanos que hablaban dicho idioma. Por eso en la guerra del Chaco, estos indios y los de otras parcialidades, como los guarayos, al llegar a sus lares los soldados paraguayos, los recibieron como hermanos y como sus libertadores.

Ana Díaz, a quien con justicia se la podría llamar la "conquistadora y colonizadora de esta tierra", era mestiza, hija de Mateo Díaz, expedicionario que llegó a nuestra colonia con el 2° Adelantado Alvar NúÑez Cabeza de Vaca. Según documentos del Archivo Nacional de la Asunción, el 7 de junio de 1576 su tutor, Tomás Hernández, solicitó venia para entregarle los bienes que fueran de su marido, Rafael Forel.

Ana Díaz participó en la expedición de Juan de Garay, para la segunda fundación de Buenos Aires, y existe un plano de repartimiento de solares dispuesto por el general Juan de Garay en 1.583, plano que en pergamino de cuero se guarda en el Archivo General de Indias en Sevilla. En él, aparece el nombre de Ana Díaz como beneficiaria del solar N° 87, que le fue adjudicado.

Daremos a conocer la situación sentimental y problemática que se suscitó a la hija del Adelantado Ortiz de Zárate, doña Juana de Zárate, quien se encontraba en Chuquisaca en casa de su tío don Fernando de Zárate, cuando éste le comunicó la muerte y disposiciones testamentarias de su padre el Gobernador.

No se sabe por iniciativa de quien se concertó su matrimonio con el licenciado Juan de Torres de Vera y Aragón, oidor entonces de la Real Audiencia de Charcas, persona que, por su cuna, ilustración, servicios y posición social, reunía las condiciones para que se casase con la tal dama, y sucediese en la gobernación y adelantazgo al fallecido Ortiz de Zárate.

Del Memorial y diligencias remitidos en 11 de enero y 10 de abril del año 1578 al Consejo de Indias, sobre el casamiento de doña Juana de Zárate, consta: que el licenciado Matienzo quería casar a su hijo Francisco con la rica heredera de Juan Ortiz de Zárate: que llegado Garay a Chuquisaca con la noticia de la muerte del Adelantado, el licenciado Matienzo avisó el fallecimiento al virrey Toledo, que Juan de Torres de Vera y Aragón solicitó la venia (requerida por los oidores) para casarse con doña Juana; el virrey -influido probablemente por Matienzo- ordenó, con fecha 24 de agosto de 1577, so pretexto de las condiciones que debía reunir el que se casase con la heredera de Juan Ortiz de Zárate y viniera por ende a ser gobernador de las provincias del Río de la Plata, que la joven (doña Juana que había nacido en 1553, y tenía por consiguiente 24 años), fuera conducida a Arequipa y de allí a Lima, al cuidado de los cónyuges licenciado Gómez Hernández y doña Violanle de la Cerda: la orden del virrey Toledo fue remitida a Chuquisaca por un agente del licenciado Matienzo; fue notificada doña Juana, el 1° de diciembre de 1577, en la casa de su tío don Fernando de Zárate. Al día siguiente protestó ante la Audiencia contra tal orden, y reclamó su libertad para casarse con la persona que quisiera. Estos sucesos precipitaron el casamiento, que se celebró y veló el 7 de diciembre de ese año. El fiscal pidió que el oidor Torres de Vera S. Aragón fuese separado de su empleo por haberse casado sin la requerida venia; pero él, recusando al oidor Matienzo, expuso las razones quehabía tenido para casarse sin tener, aún el permiso, y el asunto fue al fin elevado a S. M. para su real decisión.

Pedro Lozano afirma que desde el principio doña Juana "escogio" por marido al Licenciado.

El poeta Martín del Barco Centenera (1335-1605), al escribir sobre este punto dice que dos años después -y sin duda antes que escribiera el Canto XIX de su poema épico La Argentina- estaba en muy buena relación con Garay y confirma que el virrey don Francisco de Toledo quería "casar a doña Juana de su mano: que a Garay le escribió que a Lima fuera"; pero que "las cartas del Virrey fueron en vano". Cabe recordar aquí que el título del aludido poema sirvió luego para designar a aquel país.

El licenciado Juan de Torres de Vera y Aragón llegó a la Colonia en 1587. Tuvo dos hijos: Juan Alonso Vera y Zárate, más tarde gobernador de Tucumán, y Alonso Vera y Aragón, Capitán de Infantería que falleció comandando en Flandes.

Doña Isabel Bezerra y Mendoza nació en Medellín (Extremadura), hija del Capitán Francisco Bezerra, y llegó a América con la nave de doña Mencía Calderón, y contrajo matrimonio con el Capitán Juan de Garay. Tuvieron cuatro hijas, una de ellas es Jerónima Contreras, esposa del gobernador criollo Hernandarias.

La historia registra el nombre de Juan de Garay "El Mozo", hijo natural del Refundador de Buenos Aires, cuya existencia se confirma en el repartimiento de las tierras de Buenos Aires, cuando Juan de Garay lo llama "Mi hijo natural".

Este contrajo matrimonio con doña Juana de Saavedra, con la cual tuvo cuatro hijos: 1° don Cristóbal de Garay y Saavedra, general en los ejércitos deS. M. C. y jefe de la expedición contra los indios rebeldes de Caracarás; 2° don Bernabé de Garay y Saavedra, teniente gobernador de Santa Fe; 3° don Juan de Garay y Saavedra, fraile franciscano; 4° doña Isabel de Garay y Saavedra, esposa de don Hernando de Tejeda.

Jerónima Contreras, esposa del gobernador criollo del Paraguay, Hernandarias, contrajo matrimonio en abril de 1582, a los 18 años de edad en Santa Fe. El único testigo fue Felipe Suárez, quien afirma "y sabe este testigo que el dicho general está casado y sellado en faz de la Santa Madre Iglesia con la susodicha por que les vido este testigo desposar y velar en la Ciudad de Santa Fe".

Tuvieron 3 hijas: María de Sanabria, casada con Miguel Jerónimo de Cabrera; Isabel de Becerra y Saavedra, casada con Jerónimo Luis de Cabrera, y Jerónima, quien falleció soltera.

Es considerada doña Jerónima Contreras como una de las damas más ilustres del siglo XVI. Falleció a la edad de 104 años, en Santa Fe; su último codicilo fue redactado el 10 de octubre de 1668. Todos sus biógrafos recuerdan a doña Jerónima como mujer de "gran generosidad" "que adornó su alma, prestaba su amparo y mitigaba el dolor a todos los pobres".

"Esta tierra, a la cual debo amor de patria...", decía el Gobernador Hernandarias en 1604. Fue el primero en realizar ensayos de educación pública en la colonia, y fue el que logró la creación de instituciones de enseñanza.

Corresponde, pues, a Hernando Arias de Saavedra la "gloria de haber hecho los primeros ensayos de educación pública en aquellos tiempos". Muy honrado caballero, "aunque criollo, porque no hay regla sinexcepción", nos dice Eduardo Madero, se debe a su iniciativa el establecimiento de escuelas de primeras letras en la colonia.

Su celo por los jóvenes "que han de venir a gobernar esta República", no era menor que su preocupación por la educación de las mujeres. Muchas hijas de españoles, dada la vocación de éstos por la guerra y la aventura, quedaron huérfanas y expuestas a todos los riesgos morales. El gobernante entendió necesario salvaguardar la virtud y la cultura de quienes serían los puntales del futuro hogar paraguayo. Fue así como favoreció la fundación de la "Casa de Recogidas".

"En la ciudad de la Asunción -informa- están recogidas en casa de una virtuosa mujer, que se dice madre Francisca de Bocanegra, más de sesenta mujeres solteras, pobres huérfanas, hijas de nobles padres que han servido mucho a Vuestra Majestad en esta provincia; muchas de ellas están por mi mandato, y para el sustento de ellas he procurado favorecer a dicha madre todo lo posible".

Esta casa fue creada por iniciativa de un misionero ilustre, el Padre Martín Ignacio de Loyola, sobrino del fundador de la Compañía de Jesús, quien "rechazó la mitra en tierras ilustres de Europa por venir al Paraguay que visitara en años mozos. Completó sus obras cediendo mil pesos para la erección de un Hospital donde las recogidas atendían a los enfermos".

Dirigidas por la Abadesa Francisca Jesusa Pérez de Bocanegra, a la que el Padre Juan Eusebio Nieremberg, jesuita español, calificó de "mujer varonil y de gran espíritu", que veló en forma tesonera por la educación de las jóvenes, y a quien el propio Hernandarias la recuerda respetuosamente en sus prolijos y frecuentes informes a la corona, como "Mujer de mucha virtud y ejemplo", que se ocupa de tan santa obra como es recoger en su casa y enseñar cristiandady virtud a las hijas de los conquistadores pobres ..... ..................con que se evitan muchas ofensas a Nuestro Señor y se hace grandísimo servicio.

Por su devoción, la abadesa Bocanegra vestía el hábito de Santo Domingo, y fue ella la primera flor de jardín dominicano del Paraguay, según nos dice el Padre Lozano.

El encomendero García Venegas, previas las formalidades de derecho, manifiesta "que ha más tiempo de treinta años que conoce a la madre María Francisca Jesusa de Bocanegra, mujer religiosa y de vida ejemplar, y desde este dicho tiempo siempre he visto en su casa muchas doncellas pobres, hijas y nietas de conquistadores y pobladores de esta provincia, y por haberlas visto descarriadas y perdidas, sin amparo ninguno por haberlas dejado sin él sus padres y abuelos, muertos en las conquistas y descubrimientos de estas dichas provincias, las ha ido recogiendo en su casa, sólo para continuar el celo notable que tiene de servir a Dios Nuestro Señor y por evitar muchas ofensas que podrían cometer contra su Divina Majestad... "Viven las dichas huérfanas concentradas en la dicha casa con una quietud y reclusión que ponen admiración, y aunque no las ven sino es cuando todas juntas las lleva la dicha madre a la Iglesia, y a los distintos oficios a confesar y a comulgar, y con esta virtud y buen ejemplo viven con mucha devoción".

La obra de la madre María Francisca Jesusa de Bocanegra no se limitó a la preservación de la mujer desamparada de cuantos peligros la acechaban: además de su adoctrinamiento y la enseñanza de rudimentos de cultura, las habilitó para ganarse el sustento y para la conducción de un hogar cristiano. Así las recogidas aprendían a manejar el huso y el telar, y con lo obtenido de la venta de sus trabajos, formaban su dote para el oportuno matrimonio.

La casa de las doncellas no tenía carácter de convento, ni de casa religiosa. Fue simplemente un taller de trabajo, obraje de paños realizados por las jóvenes doncellas, cuyo recogimiento fue establecido para lograr independencia económica y social. Se fundó en una casa de propiedad de Hernandarias, vecina a la Iglesia y al Convento de San Francisco, adonde asistían a misa cada ocho días, y se confesaban cada 15 días rezando cada noche las cuatro oraciones principales. Dormían en las hamacas; se cubrían con frazadas hechas por ellas mismas; sus alimentos consistían en carne de vaca mezclada con maíz. El propio Gobernador proporcionaba más con limosnas, así como la población y también Buenos Aires.

Si bien las condiciones exigidas para la admisión de las jóvenes eran la orfandad y el desamparo, también se toleraba el ingreso de aquellas cuyos parientes o tutores desearan mejor crianza y “pagaran sus alimentos". Indispensable era "ser hijas de padres conocidos y honrados", y era exigencia una formal información que acreditara su limpieza de sangre. Esta selección se cumplió inicialmente, para satisfacer el carácter presuntuoso de los peninsulares; pero, pronto fueron admitidas algunas "huérfanas mulatas". quienes, aunque obligadas a servir a las demás, recibían "sustento", crianza y educación del mismo modo que todas las demás.

Conocidas doncellas se formaron en el seno de la casa de las recogidas, como Catalina de Mansilla, de 24 años de edad; Francisca Ortiz, de 18 años; Bartolina de Oliver, 21 años; Inés Díaz, de 16 años.

Catalina de Mansilla relata su llegada a la casa, en estos términos: "que la llevó su madre forzada y contra su voluntad por miedo que le ponían de parte del dicho Hernandarias, y se fue llorando", "siendo conducida en compañía de las demás jóvenes"; "dedía debía escarmentar lana (seleccionar lana) e hilar el torno, y hacer sayales en los telares; de noche hilar algodón para lienzo y hacer lazos para telares. Cada una recibía la tasa diaria de once varas de sayal y si no lo acababa de día, encendía candela v acababa de noche".

Este establecimiento era controlado por Hernandarias y su mujer, doña Jerónima de Contreras, que permaneció en la Asunción hasta 1616, para trasladarse después a Santa Fe y morir allí.

En 1612, Hernandarias informó al rey de las necesidades que sufrían las cien huérfanas y recogidas que estaban bajo la dirección de la hermana Bocanegra, y se presentó a S. M. en demanda de auxilio.

Pero esta ayuda no se materializó por lo menos hasta cuatro años después, cuando toda la ciudad tuvo que lamentar la muerte de la abnegada educadora. Numerosas, sencillas pero sentidas honras recibieron los restos de la querida abadesa, especialmente de aquellas mujeres que, merced a su pródigo espíritu, alcanzaron una formación moral y social que sirvió de base al austero hogar paraguayo.

1575...............................................Juan Ortíz de Zárate........Algunas decenas de hombres más(400) y otras 50 damas solteras. Según Zárate había 6000 doncellas solteras.


Juan de Garay tanbién de esta época. Hacia 1565 contrajo matrimonio con Isabel de Becerra, hija de conquistadores (Francisco de Becerra e Isabel Contreras.) Con ella tuvo varios hijos y un hijo fuera del matrimonio llamado Juan de Garay "el Mozo".

Hay que tener en cuenta que, si bien, como era lógico, y como ya se ha dicho, los españoles, conforme se acercaba el siglo a su fin, no rejuvenecían; y según un cronista, hacia 1585 los primeros venidos "ya se iban acabando" tampoco quedarían para simiente de rábano las indias que fueron sus compañeras de los primeros tiempos; y que éstas se irían acabando también; el alejamiento de indígenas a raíz de la encomienda hizo que la renovación de esos que algunos han llamado "harenes" fuera siendo cada vez más difícil. A la vez que desaparecían las mujeres indígenas asimiladas, crecían en número, edad y gracia las mestizas, las doncellas de la tierra, de las cuales no pocas como ya se dijo, contraerían matrimonio con españoles (como en el caso ya mencionado de las hijas de Irala) y otras con criollos, o con mancebos de la tierra, o sea hijos de español e indígena; muchos de ellos de ilustre apellido, como muchas de ellas, ya que consta que si no siempre, en una gran mayoría de casos, los padres les reconocían, especialmente en los primeros tiempos (ejemplo capital, Irala).

                                         Mestiza.

Por lo tanto si un descendiente de los primeros conquistadores(mestizo) o de los que vinieron después quería casarse con alguien de alcurnia tendría que hacerlo solamente con hijas de los descendientes de aquellos conquistadores (mestizadas ya).

Recordemos que los españoles menguaban ya sobre los primeros años de 1600, hablamos de aquellos primeros conquistadores, si es que ya no existían. Por lo tanto, la élite o la oligarquía de aquel tiempo, o sea los que estaban en el Cabildo y en otros puestos de responsabilidad, incluidos los eclesiásticos y militares, eran descendientes de estos españoles (criollos o mestizos), y con apellidos de conquistadores.

Todos los demás, o sea, aquellos que pertenecían a hijos de españoles no legitimados, o descendientes de españoles innominados(soldados de poca jerarquía) y que después se mezclaban entre ellos llegaron a ser los no considerados españoles sino mestizos. En muchas ocasiones dependía de la piel.

Esto se demuestra en multitud de ocasiones en el Cabildo y en quienes forman parte de la sociedad del Paraguay en aquellos años coloniales, donde todo el que oliera a español tenía todo y todo el que oliera a mestizo era parte baja de la sociedad sin poder ejercer cargos importantes. Por supuesto, la parte más baja eran los indígenas y los negros. Según se iba avanzando solamente algunos se podían casar con los descendientes de los conquistadores y se abría más la brecha entre los de alcurnia y los que no lo eran.

Muchos apellidos de hoy vendrían de estos conquistadores o de otros españoles que llegaron al Paraguay al comienzo de la conquista cuyos apellidos solo se pueden enlazar mediante la genealogía. Otros, de españoles venidos a finales de 1700 que se casaron principalmente con familias ricas y de raigambre en el país.

Esta lista de nombres, no abarca ni mucho menos todos los que pudieran anotarse, de disponer de los documentos necesarios (muchos de ellos ya inaccesibles). Figuran en ella algunos de mujeres criollas es decir españolas de segunda generación y otras pocas muy pocas mestizas, por considerarlas por una u otra razón estrechamente unidas a la crónica de la construcción de un nuevo ámbito histórico y humano, en su período inicial.

ABALOS Y MENDOZA, Doña Catalina
AGUILERA, Ana de
ANGULO, Doña María de
ARANDA, Doña Beatriz de
ARCE, Doña Leonor de
ARIAS, Isabel
ARIAS, Doña Isabel
ARRIETA, Ana de
ARRIETA, Isabel de
ARRIOLA, María
AVALOS, Ana de
AVALA, Luisa de
BARRERA CONSTANZA. De la
BECERRA, Doña Isabel
BLASQUEZ, Leonor
BLASQUEZ, María
BLASQUEZ, María
BLIT, Catalina
BOCANEGRA, Doña Francisca Jesusa de
BRITEZ, Mencia de
BRITO, Doña María de
CALDERON, Doña Mencia de
CALZADA, María de la
CARDOZO, Inés
CARQUICANO, Agueda de
CARVAJAL, Doña Isabel de
COBOS, Juana de
CONTRERAS, Doña Elvira de
CONTRERAS, Elena de
CONTRERAS, Doña Gerónima de
CONTRERAS, Doña Isabel de
CORREA, Catalina
COREA, María
CHAVES, Isabel de
DABALOS, Doña Juana
DABALOS, Doña Catalina
DÁVILA, Doña María
DIAZ, María
DIAZ DEL VALLE, Doña Juana
DOMINGUEZ, Isabel
ESPINOLA, Doña Beatriz de
ESQUIVEL Y CABRERA, Doña Catalina de
FERNÁNDEZ, Ana
FIGUEROA, María de
FLORES, Beatriz
FLORES, Constanza
FLORES, MaríaGARAY, Doña Ana de
GARAY, Doña María de
GONZÁLEZ DE SANTA CRUZ, Doña Francisca
GONZÁLEZ DE SANTA CRUZ, Doña María
GONZÁLEZ DE SANTA CRUZ, Doña Mariana
GUERRERA, Elvira
GUERRERA, Inés
GUEVARA, Doña Isabel de
GUTIERREZ, VILLASANTI, Doña Úrsula
HEREDIA, Doña María de
HERNÁNDEZ, Elvira
HERNÁNDEZ, María
HIGUERA, Isabel de
HIGUERA, Juana de
HIGUERA, María de
HUARES, Francisca
IRALA, Ana de
IRALA; Doña Ginebra
IRALA; Isabel de
IRALA; María de
IRALA; Úrsula de
IRRAZABAL; Catalina de
JAQUES; Úrsula
LEON, Beatriz
LOPEZ; Doña Mayor
LUDUEÑA; Doña Isabel
LUJAN; Doña María de
MALDONADO; Pabla
MANRIQUE DE LARA, Doña Elvira
MARIANA
MARTIN, Isabel
MARTIN, Luisa
MARTIN DE PERALTA, Juana
MARTINEZ, Ana
MARTINEZ, Isabel
MARTINEZ, Juana
MENDEZ, Juana
MENDOZA, Doña Juana de
MENDOZA, Doña María de
MEZA, Ana de
MONSALVES, Beatriz de
MONSALVES, Juana de
MORALES, Doña Juana de
MORALES DE GARAY, Doña Juana
MORENO, Antonia
NIVA, Juana
MARIA DE LA O
OROZCO, Doña María Isabel de
ORTIZ, María
ORTIZ DE ZARATE, Doña
PEREZ, Margarita
PINEDA, Elvira
PINEDA, Inés de
PORTILLO, Beatriz
PRIETO, Catalina
QUIROZ, Doña Francisca de
QUIROZ, Isabel de
RASQUIN, Ana
RIQUEL, Juana
RIQUEL, María
RODRIGUEZ, Ana
RODRIGUEZ, Beatriz
RODRIGUEZ, Catalina
RODRIGUEZ, María
RUEDA, Francisca de
SAAVEDRA, Doña Juana de
SAAVEDRA, Doña Mariana de
SALAZAR, Doña Ana de
SALCEDO, María de
SAMANIEGO, María
SANABRIA, Doña María de
SANARRIA, Doña Mencia de
SÁNCHEZ, Mari
SÁNCHEZ, Mari
SANTANA, Leonor de
SEBASTIÁN, Ana
SEPÚLVEDA, María de
SEPÚLVEDA, María de (h)
SOLIS, María de
SOLORZANO, Juana de
SUÁREZ DE FIGUEROA, Doña Beatriz
TOMAS, Doña Francisca
TORRE, Doña Juana de la
TORRE, Doña Juana de la
TORRE, Doña Leonor de la
TORRES, Luisa de
TREJO Y SANABRIA, Doña María de
VADILLO, Catalina de
VALBUENA, Isabel de
VALVERDE, Doña Juana de
VÁZQUEZ, Isabel
VELÁZQUEZ, Ana
VERA, Isabel de
VERA Y GUZMÁN, Daña Catalina de
VERON, Inés
VILLAFANA, María
VILLAFRANCA, Inés de
ZALDIVAR, Doña María de

1617................................................28.200 indios guaranís.

"Hernandarias, si bien obligado por las circunstancias, viose obligado a centrar su atención a la corrupción y fraudes en el puerto de Buenos Aires". Sin embargo, no descuidó los agudos problemas sociales de su "patria asuncena". Así, en 1604, solicitó para el asilo de la madre doña Francisca Jesusa de Bocanegra, con 60 doncellas, la licencia para proveerse de esclavos negros "para que pudiesen meter por este puerto traídos de Angola cantidad de 100 esclavos con que se les diese un monasterio...". Para la compra de esclavos se recurría a "donaciones - limosnas".

En 1607, este mismo gobernador decidió reunir a las autoridades de la ciudad para pedirles sus pareceres sobre la guarda del puerto, las cajas reales, la seguridad de los navíos y, ante todo, lo que deben escribir y suplicar a la Real Persona, al Supremo Consejo de Indias y a los presidentes de la Real Audiencia. Hernandarias tenía la obligación de informar de los fraudes cometidos por portugueses y franceses con destino al Perú. El general Simón de Valdés fue el primero en opinar y dijo que para la defensa y seguridad de este puerto, era conveniente dar un buen recibimiento a los navíos que llegasen. Instó, a su vez, a dar facultad para navegar con permisiones y mercaderías y además, el ingreso de dos mil negros de Angola, con el pago de 70 pesos de derechos cada uno. Con tales recaudos se debería solicitar al Rey la autorización para fortificar la ciudad.


AQUÍ YA SE INCLUYEN A LOS CRIOLLOS Y MESTIZOS COMO ESPAÑOLES.


1650.......................................................................................4.500 personas.(Mora 1973: 67).


1680....6480 españoles; 1120 esclavos;2075 indios;11.253 indios alrededor; 19.070 indios en reducciones. Un total de 38.666 habitantes en la Provincia.


1755..........................................................................24.627 habitantes; 572 mulatos libres en Emboscada.


En la mitad del siglo XVIII se evidenció el cruce de mulatos y zambos con indios o con mestizos paraguayos, por lo que la tez negra pura iba desapareciendo. El interés de las mujeres indias en casarse con hombres libres españoles, indios o negros, pero libres de la mita, era para liberar a sus hijos, pues por medio del hombre, la mujer y los hijos eran reconocidos socialmente. En cambio, "el mulato, fruto de la mezcla del blanco con negra, quedaba marcado con el doble estigma de su origen servil y espurio... Negros y mulatos libres estaban excluidos sistemáticamente del sacerdocio y aun después de libres no podían portar armas".

Sabemos que la parroquia de San Blas estaba destinada a ‘todos los indios, mulatos y negros así esclavos como libres’ de Asunción y aledaños por lo que no tenía un territorio fijo. ‘Destinada’ tiene que entenderse como obligatoriamente han de participar ahí y no en las otras dos parroquias de la ciudad, que eran la Catedral y la Encarnación. Si una criatura es bautizada en algunas de las otras dos parroquias significa de por sí que no es mulata, ni negra, ni india. Para que esto ocurriese se necesitaba o de la complicidad del cura o de que las diferencias exteriores fueran no tan notorias, lo que nos estaría hablando ya de un tipo de sociedad particular. Una vez más, los cabildantes se quejan porque los negros y mulatos no utilizan su iglesia sino que se bautizan y casan en la de los españoles.

Sin embargo, la vía de acceso más utilizada por los miembros de la población parda para pasar a ser considerados como ‘españoles’ fue la de las milicias. Este ‘paso’ lo podemos ver reflejado en la historia de Tomás Sosa. Luego de casado, la familia de su consorte quiso anular el matrimonio alegando desigualdad de sangre (y ya estamos en 1822). El cura de Capiatá, Pedro José Moreno, replica que ya le había comentado a la familia de la novia, previo a la boda, que la bisabuela de Tomás había sido parda, pero que su “sucesión había sido procreada de hombres blancos”. Y agrega como dato probatorio que los “varones de la expresada sucesión por la relatada cualidad habían servido en lo político y militar entre los blancos”. De parecida manera le ocurrió a Pedro Juan Ortiz, a quien en 1832 el cura de Yuty, Julián Curtido, no le permitía casarse, “porque dicen que el abuelo de mi pretendida es pardo, y que por esto ella mi pretendida me es desigual. En lo que juzgo (salvo meliori) que nuestro cura no tiene razón de excusarse: lo primero por que el padre legítimo de mi pretendida fue hombre blanco sin disputa ni duda alguna, y la madre, aunque haya sido mestiza o tercerona, por el matrimonio se hizo de la misma condición que su legítimo marido como se deduce de la Ley 7, tit. 2 Part. 4. Lo segundo porque fuese lo que fuere mi pretendida, es reputada por blanca en el público, pues que un hermano suyo entero es soldado urbano, que está sirviendo en la clase y compañía de blancos”.

Son precisamente los sistemas de la encomienda yanacona y de la naboria los grandes vehículos de la fusión de razas. Tapúa (hoy distritos de Luque, Limpio y Mariano Roque Alonso), Campo Grande (hoy parte de los distritos de Santísima Trinidad, Luque, San Lorenzo y Fernando de la Mora), La Frontera (hoy Ysaty, Lambaré, Ñemby, San Antonio y Villa Elisa), Tapyhipery (hoy zona urbana de San Lorenzo), Capiatá y Pirayú, y otros valles y cañadas, son las zonas de mestizaje durante los siglos XVII y XVIII.
Por las especiales características del régimen a que se hallan sometidos, los indios mitayos, reducidos a pueblos y de menos frecuente comunicación con los criollos, participan de manera mucho más atenuada de este proceso.


Tanto Tomás Sosa como Pedro Ortiz, continuaron su matrimonio sin ningún impedimento posterior.

1760.....................................................................................39.739 habitantes.(Maeder 1975: 81).

Según la visita del Obispo La Torre había 85.138 almas en Paraguay. 32.645 españoles. Indios encomendados a franciscanos 2.304. Indios encomendados a clérigos,3.054. En Emboscada 572. Indios encomendados a jesuítas, 46.563. Siendo 51.921 los indios totales.

Familias Almas Familias Almas

Pueblos de ‘españoles’ Pueblos de Indios encomendados a clérigos

Catedral 674 2.354 Tobatí (1699) 155 683

Encarnación 217 1.223 Atyrá (1672) 153 661

San Blas 314 2.898 Altos (1580) 230 527

(Asunción, 1537) 1.205 6.475 Guarambaré (1682) 41 210

Ypané (1682) 40 137

Piribebuy (1636/40) 984 5.574 Yaguarón (1586) 250 836

Carapeguá (1725) 935 4.564

Villeta (1714) 290 1.904 total parcial clérigos 869 3.054



Luque (1635) 700 2.312 Emboscada (1741) 112 572

Capiatá (1640) 879 3.795

Pirayú (1760?) 174 551 Pueblos de Indios encomendados a jesuitas

Itauguá (1728) 171 1.006

La Frontera (1717/18) 213 1.334 Santa María (1651) 1.103 4.195

Santa Rosa (1698) 852 3.024

total parcial 5.551 27.515 San Ignacio Guazú (1609) 711 2.293

Santiago (1657) 1.287 4.246

Villa Rica (1682) 583 2.302 San Cosme (1634) 511 1.626

Ajos (1758) 95 634 Itapúa (1615) 1.075 3.891

Trinidad (1706) 624 2.622

Curuguaty (1715) 484 2.194 Jesús (1685) 547 2.140

Candelaria (1627) 717 2.552

total de pueblos de

españoles 6.713 32.645 San Ignacio Mini (1611/1632) 831 2.829

Santa Ana (1615) 1.536 5.751

Pueblos de Indios Loreto (1610/1632) 992 4.199

Corpus (1622) 1.171 4.971

Pueblos de Indios encomendados a franciscanos

San Joaquín (1746) 268 1.257

Caazapá (1607) 300 735 San Estanislao (1750) 271 967

Yuty (1611) 235 800

Itapé (1673) 13 46 total parcial jesuitas 12.496 46.563

Itá (1585) 282 723

total parcial franciscanos 830 2.304

Total de pueblos de indios 14.195 51.921

TOTAL PARAGUAY 21.020 85.138

FUENTE: Tabla preparada a partir de la Visita del Obispo la Torre, con el agregado de la fecha de fundación, creación o re-locación del lugar. Cuando el obispo se refiere a ‘almas’ aclara más de una vez que son ‘almas de comunión y confesión’.

EN 1768 SE EXPULSA A LOS JESUÍTAS DEL PARAGUAY.

A comienzos del siglo XVIII el número de cabildantes regulares en Asunción era de 12 personas. De ellos nueve eran Regidores propietarios, es decir, cabildantes que habían obtenido sus cargos por transferencia o los habían comprado y que lo poseían hasta su muerte o renuncia. Las tres restantes plazas las ocupaban los alcaldes de pirmer y segundo voto así como el alcalde Provincial.


Rodrigo Rojas de Aranda: Durante mas de cuarenta años ejerció como alférez real propietario. Regidor electo en 1640, alcalde ordinario en 1650 y 1677, y desde noviembre de 1656 fue el regidor propietario mas antiguo, ejerciendo hasta marzo de 1688. En setiembre de 1677 fue reconocido como familiar y alguacil mayor del santo oficio de la inquisición en el Paraguay. Su hijo José Rojas de Aranda también fue parte del Cabildo de Asunción.

Descendientes del Conquistador Juan de Rojas de Aranda, Francisco García de Acuña y Bartolomé González.

Élite asuncena en el Cabildo(1690-1731):

  • Andrés Benítez
  • Juan Caballero de Añasco
  • Francisco de Agüero
  • Gabriel Riquelme de Guzmán
  • Pedro Vallejo Villasanti
  • Francisco de la Mora (Español).
  • Antonio González Freyre
  • Antonio Caballero de Añasco
  • Dionisio de Otazú (Español).
  • José de Ávalos y Mendoza
  • José de Urrúnaga (Español).
  • Pedro Domínguez de Ovelar
  • Pedro Valdivia y Brizuela
  • Juan de Olazar (Español).
  • Gabriel de Herrera y Abreu
  • Francisco Venegas de Guzmán
  • Juan Méndez de Ávalos
  • José Franco de Torres
  • Manuel Servín
  • Juan Silvestre de Benavides
  • Juan Duarte
  • José de Yegros
  • Lucas Gonzáles Bersa
  • Lázaro Vallejo Villasanti
  • Franco Gómez Rovanol
  • Salvador Marecos
  • Juan de Garay y Añasco
  • Pedro Vitoria de Andora
  • Juan Ortíz de Zárate
  • Juan de Córdoba
  • Nicolás de Valdivia y Brizuela
  • Francisco de Ledesma Valderrama
  • Francisco Caballero Bazán
  • Juan Blazquez de Valverde
  • Francisco de Vergara
  • José de Rojas Aranda
  • Manuel Báez
  • José de Urrúnaga
  • José de Yegros
  • Luis de Escobar y Gutiérrez
  • José de Garay y Añasco
  • Gerónimo de Escobar y Gutiérrez
  • Sebastián Fernández Montiel
  • Luis de Veitia (Español).
  • Diego Yegros
  • Juan Silvestre de Benavides
  • Diego de los Reyes Bamaceda
  • Andrés Benítez
  • Alonso González de Guzmán
  • Juan Blazquez de Valverde
  • Felipe Cabañas Ampuero
  • Ramón Caballero Bazán
  • Martín de Chavarri
  • José de Amendaño
  • Agustín de Insaurralde
  • Esteban de Salas
  • Simón de Escurra
  • Francisco de Rojas Aranda
  • Juan de Mena (Español).
  • Diego Vallejo Chacón
  • Pablo de Cárdenas
  • José de Cazal y Sanabria
  • Miguel de Torres
  • Sebastián Fleitas
  • Pedro de Cazal
  • Diego de Yegros el mozo
  • Antonio Ruiz de Arellano (Español).
  • Antonio González García
  • Juan de Orrego y Mendoza
  • Miguel de Garay
  • Ramón de las Llanas
  • Joaquín Ortíz de Zárate
  • José Luis Bareiro
  • Pedro Bogarín
  • Fernando Curtido
  • Gerónimo de Flecha
  • Juan Francisco Báez
  • Juan Gonzáles Freire
  • Bartolomé de Galván


Desde el 1750(no están todos):

  • Antonio de Ver y Mújica
  • Francisco de Monforte
  • Sebastián Félix de Mendiola
  • Juan Rodríguez Cota
  • Antonio de Escobar y Gutiérrez
  • Baltasar García Ros
  • Manuel de Robles Lorenzana
  • Juan Gregorio Bazán de Pedraza
  • Andrés Ortíz de Ocantos
  • José de Antequera
  • Martín de Barúa
  • Ignacio Soroeta
Yegros y Rojas de Aranda junto con los anteriores estuvieron íntimamente vinculados al Cabildo asunceno desde su creación hasta la Revolución de los Comuneros.

La mayoría de los cabildantes de esta época, así como sus padres habían nacido en Asunción.

Un ejemplo ilustrativo de que la élite la formaban en mayoría los descendientes de conquistadores sería Gabirel Riquelme de Guzmán quien es descendiente de Domingo Martínez de Irala. Otro, José de Ávalos y Mendoza descendía de otro conquistador, Martín Suárez de Toledo.

Pedro Vallejo Villasanti y Lázaro, así como Martín de Chavarri Vallejo son descendientes del Conquistador Esteban de Vallejo.

Diego de Yegros fue descendiente del Conquistador Garci Venegas.

El fundador de la familia de cabildante de los Caballero de Añasco fue el español Antonio de Añasco, conquistador del Guairá quien desposó a Ana de Ocampos y Saavedra hija de Suárez de Toledo.. El padre fundador de la familia Caballero de Bazán, representado por generaciones en el Cabildo asunceno fue Juan Caballero Bazán, originario de Extremadura, quien tomó por esposa a la hija del conquistador Francisco de Sierra. Andrés Benítez, un nombre que figurará igualmente hasta 1745 en las listas del Cabildo, llega ya con Cabeza de Vaca al Río de la Plata. Como la mayoría de los conquistadores de la primera época, él también se unió con una india que le dio una hija mestiza, Isabel Martínez.

El XVIII ha sido un siglo de intenso mestizaje y de acelerada integración social. La decadencia de la encomienda, que se extinguió en 1803 y la expulsión de los jesuitas en 1767, aportaron a la población paraguaya un nuevo grupo social, los denominados "indios criollos", que fugados de sus pueblos de origen fueron liberándose de su condición de tales, tanto por vía del mestizaje como por la pérdida de su identidad en el seno de una población rural dispersa.

Otra característica de este siglo fue la aparición de los "foráneos"; constituidos por aquellos criollos y mestizos pobres, que se instalaron en los pueblos de indios en busca de tierras agrícolas. Acudían a las celebraciones religiosas de las reducciones, se vinculaban con los naturales, los contrataban y generalmente los engañaban y daban hijos a sus mujeres. Así surgieron entre otros: Bobí (General Artigas) en la reducción de Yuty; Tapequezá, en la de Altos y Aparipy, en Tobatí. En el censo de Azara de 1793, los foráneos constituyeron el 6 % de la población total del Paraguay; ellos no sólo usufructuaron indebidamente las tierras de los naturales, sino que lograron romper el aislamiento de sus comunidades incorporándolas al proceso del mestizaje.

Aunque la inmigración europea siguió siendo casi nula, desde fines de 1770, tras la apertura del puerto de Buenos Aires, llegó un reducido número de mercaderes vascos, catalanes y de otras procedencias, los que se convirtieron en una acaudalada burguesía mercantil que se posesionó del Cabildo de Asunción, sin identificarse con los ideales del pueblo paraguayo, a tal punto -dice Rafael Eladio Velázquez- que fueron los únicos "realistas" en 1811.

1775...........................................................................................280 españoles; mestizos más de 10.000.


Con respecto a los esclavos, ya más tarde, era usual la venta de esclavos a cambio de la yerba mate por comerciantes particulares, a fin de evitar el pago de impuestos. Así vemos que en 1756 el capitán Juan Antonio de Acosta, vecino de Villarrica del Espíritu Santo, vendió a la esclava Ascencia en cuatrocientos arrobas de yerba de palos, de la que se trafica en la provincia. María Julia Caballero, residente en Villarrica, vendió una esclava, Teresa, de 21 años, que obtuvo por herencia materna por 200 pesos de plata y 100 arrobas de yerba, libres de impuesto de alcabala.

Al tener en cuenta la condición jurídica del esclavo, "en nuestro país, al igual que en otros, constituía un bien o cosa valiosa, por lo tanto eran factibles de operaciones comerciales. La venta, la transmisión por herencia y la hipoteca de esclavos eran corrientes y se hacían con todas las formalidades de la ley".

En el año 1801, en Villarrica, don Isidro Álvarez Mendoza y doña María Marcelina del Villar, marido y mujer, vendieron un esclavo menor de edad como de seis años, de color pardo. La esposa declaró que le pertenecía por recompensa de sus bienes dotales y autorizó al marido a invertirlo en sus negocios, y este lo hizo con un mercader residente en la suma de 100 pesos de plata corriente.


AQUÍ SE NOTA LA POCA CANTIDAD DE PENINSULARES QUE HABÍA. SOLO 280. Todos ellos venidos sobre esas fechas desde España. De los antiguos Conquistadores solo quedaban sus hijos mestizos que portaban con honor sus apellidos.

1787......................................................................................En un censo realizado en la época se verificó la existencia de "...52.496 españoles y 10.510 pardos


1796......................................................................................97.480 habitantes. (7.088 en Asunción).

1799.....el 68,6 por ciento de una población total de 89.597 se diga española, apareciendo sólo el 1,2 por ciento como mestizo y el 16,2 por ciento como indio, siendo pardos el resto. (cfr. Maeder 1975: 82).

Según Acevedo, Edberto, La Intendencia del Paraguay en el Virreinato del Río de la Plata, Ciudad Argentina, España, 1996, pp. 64 y ss:

"La población blanca, constituida por casi 60.000 personas, incluyendo en ella a peninsulares, criollos y mestizos, era el 55 % del total. La población indígena estaba conformada por un universo de 25.000 a 30.000 habitantes, es decir, un 35 % aproximadamente y un 8 ó 9 % de negros y pardos, más el 1% de extranjeros".

INDEPENDENCIA DE PARAGUAY.


1811.....................................................................................120.000 habitantes.


Rodríguez de Francia (6/01/1766-20/09/1840).


En 1828, el Dr. Francia prohibió a los extranjeros contraer matrimonio sin su expresa anuencia. Esta disposición afectó a todos los no nativos de la República de cualquier color, clase o condición. El mandato fue comunicado al párroco del partido del Campo Grande y los demás distritos. Durante el gobierno de don Carlos se prosiguió con la misma modalidad. En las fuentes se puede notar la cantidad de pedimentos y licencias entre castas diferentes, acentuándose el mestizaje.

Durante el gobierno del Dr. Francia la clase distinguida fue afectada por medidas tomadas por el Dictador. "Con el rompimiento del poder económico de los Yegros, Montiel, Caballero y otras familias, el mercado principal de esclavos disminuyó".

Por disposición del gobierno consular los jueces estaban obligados a inflamar acerca de todas las causas atendidas cada determinado tiempo. En el año 1843 se dan estos casos: Felipe Ávalos, pardo libre, vecino de Villarrica, preso por ladrón incorregible, logró escalar el techo de la cárcel con el fin de fugarse; el reo recibió como castigo 200 azotes y luego fue destinado al obraje público.

Pedro Nolasco, esclavo del suprimido convento de San Francisco, actual sirviente del Estado, preso por robar un estribo de plata, fue deportado a la Villa del Salvador.

Al pardo libre Manuel Antonio Saucedo, de Itauguá, detenido por ladrón y huidor, por suprema orden lo exportaron al Fortín Gabilancué, de donde se fugó; más tarde fue prendido en Guarambaré y se le aplicaron 100 azotes, para luego remitirlo al obraje del Estado.

Francisco Antonio Sugasti, pardo libre, vecino de Itauguá, soltero, labrador, acusado de ladrón ratero desde su infancia, fue condenado a 50 azotes y a trabajos públicos por espacio de un año.

Rosario Carvallo, parda libre asuncena, privada de libertad por ladrocinia, fue depositada en la vivienda de Juan José Jiménez "para que la contenga de sus excesos".
Con la extinción de conventos bajo el gobierno del Supremo, la estancia de Tabapy de los dominicos pasó a ser propiedad estatal. Según el informe del jefe urbano en 1848, existían 634 esclavos, excluyéndose 189 libertos y algunos inválidos. El valor total de esclavos se estimaba en 23.400 pesos, puestos todos en venta con pregón y remates, pero abundaban las quejas de los postores por la calidad y precio. Para instalar esclavos sobrantes voceaban día tras día hasta encontrar el mejor ponedor. Durante el gobierno de don Carlos, las esclavaturas del Estado, especialmente de Tabapy, constituyeron "un mercado de esclavos", cuyo estado remanente depositaban en la caja estatal; claro que el Estado daba cierta ventaja: "La tasación era más baja que la particular".

El decreto de la Libertad de Vientres, vigente a partir de 1843, "señaló la gradual extinción de la esclavitud en un futuro cercano; pero, claro, un liberto no valdría igual que un esclavo perpetuo, y año tras año los esclavos disponibles serían más viejos con menos años de utilidad". Era notable la baja de precios durante el siglo XVIII, y quizás hasta 1820 se pagaban 500 pesos por un esclavo bueno, sano, fuerte e inteligente; pero entre 1850 a 1860, tal esclavo hubiese costado menos de la mitad. Los documentos atestiguan que varios esclavos fueron adquiridos por la familia López, como también por personas acaudaladas, para destinarlos a las estancias; como ejemplo, Benigno López solicitó comprar un esclavo, Serapio Cabañas, de 34 a 35 años, para el servicio de su estancia de Catiguá, y ofreció pagar 100 pesos metálicos. En 1861, Francisco Solano López propuso comprar al Estado dos esclavas que fueron de los suprimidos conventos de los dominicos y franciscanos: una de 24 años, con un hijo liberto de 5 años, y otra de 23, con una hija de 2 años, dando 150 pesos por cada una de las esclavas y 35 pesos por el liberto de 5 años.


Carlos Antonio López se percató de la "gran angustia económica que seguiría a una liberación total de aquellos. Comprendió también que la abolición de la esclavitud, por decreto, tendría el mismo significado que una ley confiscatoria contra todos los terratenientes importantes del Paraguay. Además, su ley de creación de salarios estaba todavía a prueba y no podría sobrevivir un repentino aumento de trabajadores con derecho a ser remunerados"

Fue así como el 24 de noviembre de 1842 decretó la "Libertad de Vientre de las esclavas", con la tácita prohibición del tráfico de esclavos. El contenido de sus determinaciones daba a entender un cierto arrimo temporal: los nacidos a partir de esa fecha tendrían el status de "libertos" de la República; sin embargo, los varones estaban obligados a servir hasta los 25 años y las mujeres hasta los 24, dependiendo así de sus tutores o patrones, y "si los tutores no cumplen con la educación, ejemplo y moral, perderían el derecho de patronato, quedando los libertos en depósito judicial". Además, "prohibía sacar esclavos o libertos menores de edad y no se admitían los esclavos prófugos de otras provincias (...) Los extranjeros no tenían derecho a la compra de tierra y de esclavos; todo esclavo que se hallare en poder de un transeúnte quedaría liberado siempre que fuera natural del Paraguay". En el período de López, "... el Paraguay inicia la expansión de la industria bélica, apoyada en el desarrollo de una infraestructura, en donde el país hasta ayer era puramente agrario. Este resurgimiento de la técnica y la industria promueve un gran movimiento de esclavos locales".


                                        Esclava negra.

A su vez, la nueva ley contemplaba la devolución de esclavos fugitivos a sus dueños. A través de ella, el gobierno buscó y obtuvo algunos reconocimientos de nuestra independencia, especialmente del Brasil, para quien el tema de los esclavos huidos representaba una importancia capital. Sin embargo, el gobierno de Buenos Aires durante el gobierno de Juan Manuel Rosas, desconocía al Paraguay como Estado independiente y recién en 1853 suprimió la esclavitud constitucionalmente.

Don Carlos, más práctico que humanitario, en el artículo 60 de la libertad de Vientres prohibía a los amos la tasación de niños lactantes menores de tres años, dejando la misma a criterio del interesado. De esta forma la ley prevenía un problema social y económico: niños menores desamparados, lo que implicaría una carga económica para el Estado, aunque el precepto constituyó un avance jurídico en materia de protección al menor, por lo menos en forma temporaria.

Sobre este fenómeno, podemos ver en la época, dos ejemplos diferentes: la Colecturía General recibió de Francisco Solano López la suma de 150 pesos por compra de una esclava, Ramona Martínez, y más 35 pesos por el hijo, llamado Eugenio del Pilar, liberto de la República; y por Vicencia Inés Carvallo también abonó la suma de 150 pesos, mientras que la hija liberta en edad de lactancia no fue separada de la madre, beneficiándose el comprador.

En 1866, esclavos y libertos fueron reclutados para el ejército, "mostrándose el Mariscal siempre reticente a esta integración, lo que significaba también una tácita liberación del status del esclavo (...) En el barrio de La Encarnación, 28 dueños entregaron a sus esclavos para el ejército, pero cobraron indemnización por la liberación según la misma propuesta del gobierno, aunque simultáneamente proseguía la venta de esclavos en posesión de las particulares. Un esclavo joven, de unos 20 años, sin enfermedades ni vicios conocidos, valorábase entonces en 100 a 200 pesos".

Iniciada la guerra con el Brasil, "las considerables pérdidas humanas del ejército paraguayo en el primer año de la contienda motivaron un primer enrolamiento de esclavos en 1865 (...) Una segunda leva precedida de una ley que autorizaba la donación o la venta de esclavos por particulares al gobierno se dio a mediados de 1866 (...) Unos seis mil esclavos provenientes de las estancias del Estado y establecimientos de particulares fueron distribuidos en los distintos cuerpos del ejército (...) El censo de esclavos aptos para llevar las armas había elevado el número a 10.000 en mayo de 1866, y luego de la batalla de Curuzú (1867) el Mariscal ordenó la emancipación en masa".

La madre del Dictador Francia fue María Josefa Fabiana Velasco y Yegros, sobrina del antiguo gobernador y capitán general de la provincia Fulgencio Yegros y Ledesma. También descendía de Domingo Martínez de Irala, y por lo tanto emparentaba con Fray Roque González de Santa Cruz.


Gobernó el Paraguay desde casi comienzos de la Independencia hasta su misma muerte.


A partir de 1844, su sobrino, Carlos Antonio López (4/11/1792-10/09/1862), tomó las riendas del poder.

Carlos Antonio López.


Quizás deseando emular un reinado propio, dejó sentadas las bases para que su propio hijo, Francisco Solano López gobernará el país, haciéndolo así a su muerte.

Francisco Solano López (24/07/1827-1/01/1870).


Gobernó desde 1862 hasta 1870 donde según sus simpatizantes murió de forma valerosa convirtiéndose en héroe patrio y según sus detractores huyendo de forma cobarde después de haber arrastrado al país a la bancarrota y casi a su propio genocidio.

Al terminar la Guerra de la Triple Alianza, se forma un comité de gobierno.

1846.....................................................................................238.862 habitantes.

En 1854, don Carlos se vio obligado a emitir la siguiente circular: "Los extranjeros residentes en la capital deberán presentarse a la Colecturía General dentro del plazo de tres días de la publicación del dictamen, con sus respectivos esclavos...", documentándose, de tal suerte, que el Estado cancelará y otorgará la libertad al siervo; mientras, los extranjeros de zonas rurales contaban con 15 días a partir de la publicación del decreto.

Y por último dice la circular: "Aquellos extranjeros transeúntes que tuvieren también esclavos, si no acataren tal disposición, esos mismos esclavos tendrán derecho a presentarse a la Colecturía General, pero siempre acompañados de la policía, y en este caso el esclavo se beneficiaba con la carta de libertad, mientras el amo pierde el derecho a la indemnización".

1864.....................................................................................450.000 habitantes.

GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA.



1870............................160.000 habitantes.(Casi todos mujeres, niños y viejos).

1886.....................................................................263.751 habitantes.


Para comienzos del siglo XIX el proceso del mestizaje había avanzado notablemente; casi el 60 % de su población tenía status de española y se hallaba dispersa en zonas rurales. Salvo las áreas más alejadas del este y del norte, la región oriental del país se hallaba ya poblada, aunque no muy densamente.

1911.....................................................................529.127 habitantes.

1914......................................................................635.571 habitantes.


Desde la segunda mitad del siglo XVIII llegó una nueva migración española que desplazó a las viejas familias patricias al interior del país, a sus estancias. Este desplazamiento se vivió con conflictos y disgustos. Todos los cargos públicos fueron reservados para los recién llegados, incluido El Cabildo, máxima autoridad de ordenamiento legislativo. Esta situación despertó el encono de toda una generación de jóvenes paraguayos, descendientes de los primeros conquistadores y aborígenes guaraníes, cuya cosmovisión estaba permeada por la lengua y cultura autóctonas, hegemónicas en el país. La mayoría de los patriotas provenían del interior y fueron la base del ejército que combatió a los ingleses en Buenos Aires, en 1808, y que defendió al Paraguay de la invasión porteña, en febrero y marzo de 1811.

Desde finales del siglo XVIII existían cuatro curatos en los partidos de la capital: Capiatá, Pirayú, Piribebuy y Carapeguá, de los que dependían 14 tenientazgos, entre ellos: Luque, Itauguá, Caacupé, Barrero Grande, Quiindy, Ybycuí y Quyquyó.

En 1848 se extinguieron los 21 pueblos de indios y a sus integrantes se les concedió la ciudadanía paraguaya a cambio de la pérdida de sus tierras y bienes comunales. A partir de entonces surgió igual número de pueblos mestizos cuyos habitantes se irían diluyendo aceleradamente en la gran masa de vecinos.

Estos 21 pueblos eran Ypane, Guarambaré, Ita, Yaguarón, Atyrá, Altos, Tobatí, Itapé, Caazapá, Yuty, Belén, San Estanislao, San Joaquín, Santa María, Santa Rosa, San Ignacio, Santiago, San Cosme, Trinidad, Jesús y el Carmen –antigua comunidad de Encarnación o Itapúa–. Diez de ellos habían sido fundados por los conquistadores o por los franciscanos, los otros once eran de creación jesuítica, pero los padres jesuitas habían sido expulsados ya en 1768, y entonces se habían producido cambios notables en su gobierno y organización.

La densidad poblacional paraguaya, estimada en 800.000 habitantes al iniciarse la Guerra Grande (1865-1870), quedó reducida a 231.196, incluidos 31.296 extranjeros (censo de 1782). La escasa o nula población rural se vio menoscabada aún más con la venta de tierras públicas. Un siglo después, en 1960, la población ascendía a 1.768.448 habitantes, de los cuales sólo 610.462 era urbana. Recordemos que hubo otra guerra internacional, la del Chaco (1932-1935), en la que el Paraguay perdió más de 30.000 soldados. Hoy la población paraguaya está por encima de los 5.000.000 de habitantes.


(1) Velásquez, Rafael Eladio. Indígenas y españoles en la formación social del pueblo paraguayo. Separata de Suplemento Antropológico. Revista de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción. Año 1981 (Extracto).




Fotografía de ambiente paraguayo a mediados de 1960.

Gobernadores:

GONZALO DE MENDOZA (1556/1558). Interino. Asume al morir Irala, designado por éste en sus disposiciones finales. Había sido segundo de Salazar y con él, co-fundador de Asunción.

FRANCISCO ORTÍZ DE VERGARA (1558/1564). De las originarias huestes de Alvar Núñez, es electo por votación popular a muerte de Gonzalo de Mendoza.

JUAN DE ORTEGA (1564/1568). Se hallaba en el cargo al arribo de Felipe de Cáceres; como representante del Cuarto Adelantado, Juan Hortíz de Zárate.

FELIPE DE CÁCERES (1569/1572). Designado por el Cuarto Adelantado, Hortiz de Zárate. Fue depuesto y preso.

MARTÍN SUÁREZ DE TOLEDO (1572/1575). En el cargo al arribo del Adelantado Hortiz de Zárate. Este anuló -bando mediante- todo lo actuado por él.

DIEGO ORTÍZ DE MENDIETA (1576/1577). Los vecinos de Santa Fe lo apresaron y lo enviaron a España. En el camino, fue muerto por los indios.

JUAN DE GARAY (1578/1583). Fundador de la "segunda Buenos Aires", estuvo en el gobierno de la provincia mientras se esperaba el arribo del Quinto Adelantado Torres de Vera y Aragón. Fue muerto por los indígenas.

FERNANDO DE ZÁRATE (1592/1595). Designado por el Virrey del Perú, el 29 de Diciembre de 1593, renunció el 1° de julio de 1595, al ver la miseria que imperaba en los dominios adjudicados. "..Esto es un destierro y una soledad muy grande", habría dicho al llegar a Asunción.

BARTOLOMÉ SANDOVAL Y OCAMPO (1595). Provisorio. Sucesor y Teniente de F. de Zárate.

JUAN RAMÍREZ DE VELASCO (1595/1598). Sucedió a Zárate. Sus "Ordenanzas de Velasco", dictadas en 1597, fueron las primeras disposiciones oficiales de protección al indígena. Y las primeras incumplidas.

HERNANDO ARIAS DE SAAVEDRA (1598/1599; 1602/1609 Y 1615/1618). Mejor conocido como Hernandarias. Designado a la muerte de Ramírez de Velazco, "... tanto por elección popular, como por una provisión expedida por el Virrey de Lima". Primer Gobernador criollo de la Provincia. Nacido en Asunción en 1561, fueron sus padres el capitán Martín Suárez de Toledo y Doña María de Sanabria, viuda de Hernando Trejo. Hernandarias contrajo nupcias con Doña Jerónima de Contreras, también asuncena, hija de Don Juan de Garay y de Doña Jerónima Becerra y Mendoza. Después de su primer mandato, volvió al poder de la Provincia en 1602 y en 1615. Este nombramiento fue firmado por el Rey el 7 de Septiembre de 1614. Murió en Santa Fe, el 21 de Diciembre de 1631 con 71 años de edad. Estaba ya "sordo y cojo, con el rostro desfigurado por honrosas cicatrices de guerra".

DIEGO RODRÍGUEZ VALDEZ Y DE LA VANDA (1599/1600). Tras su muerte en Santa Fé, el pueblo volvió a elegir a Hernandarias como Gobernador.

FRANCÉS DE BEAUMONT Y NAVARRA (1600/1602). En 1602, entregó el poder a Hernandarias por " ...virtud de una real provisión".

DIEGO MARÍN (MARTÍN O MARTÍNEZ) DE NEGRÓN (1609/1615). Durante su gobierno se presentó Francisco de Alfaro, autor de las célebres "Ordenanzas de Alfaro". Don Diego murió en Buenos Aires en 1615.

FRANCISCO GONZÁLEZ DE SANTA CRUZ (1615). Sucede al anterior mientras Hernandarias retoma el gobierno de la provincia.
MANUEL DE FRÍAS (1618/1627). Durante el último gobierno de Hernandarias se había producido la separación de la provincia del Paraguay de la del Río de la Plata, por la Real Cédula del 16 de Diciembre de 1616. Nefasto procedimiento que condenó definitivamente al Paraguay a la mediterraneidad pero fundamentalmente, al aislamiento. Por lo mismo, sujeto a los caprichos de los gobernantes de Buenos Aires a partir de entonces.

Durante el gobierno de Frías, se consolidaba igualmente en la provincia, el mundo de los Jesuitas y sus reducciones. El gobernador no estuvo en ejercicio del poder sino hasta 1621 y en cuanto se hizo del mismo, enfrentó al obispo Fray Tomás de Torres en una larga disputa hasta que por ese motivo, fue convocado por la Audiencia de Charcas. Restituido en el cargo y cuando regresaba a Asunción para asumirlo, de Frías falleció en Salta, en 1627.

DIEGO DE REXE (O REGE) Y MENDOZA. Interinó el cargo mientras de Frías estuvo en Charcas.

LUÍS DE CÉSPEDES XERIA (1630/1633). Casado con la portuguesa Victoria de Saa. Asumió el gobierno con una disposición favorable a los mamelucos, compatriotas de su esposa. Por este motivo fue preso, procesado y condenado.
MARTÍN DE LEDESMA Y BALDERRAMA (1633/1636). Fundó la nueva Villarrica.

PEDRO LUGO DE NAVARRA (1636/1641). Enviado a reprimir a los paulistas con un ejército de indios, los abandonó aunque éstos resultaron finalmente resultaron vencedores. Convocado a España para responder por la acción, murió en el viaje.

JUAN DE VELASCO VILLASANTI (1641). Interino por pocos meses.

GREGORIO DE HINOSTROSA (1641/1647). Se enfrascó en una "ruidosa" disputa con el obispo Bernardino de Cárdenas.
DIEGO ESCOBAR OSORIO (1647/1649). Admitió el retorno del obispo Cárdenas. Murió en 1649, se presume que envenenado.

FRAY BERNARDINO DE CÁRDENAS (1649). Nacido en el pueblo perulero de Chuquiabo, nombre con que se conocía entonces a La Paz. Produce la primera expulsión de los Jesuitas. Pero el mismo Cárdenas fue expulsado de la provincia, en dos ocasiones

SEBASTIÁN DE LEÓN Y ZÁRATE (1649/1650). Enviado por la Audiencia de Charcas, restituye los bienes confiscados a los Jesuitas y Cárdenas es expulsado, por tercera vez.

ANDRÉS DE LEÓN Y GARABITO (1650/1653). Apresó a su antecesor y " ...lo arrojó a la cárcel", donde aquel falleció en 1672.

CRISTÓBAL GARAY Y SAAVEDRA (1653/1656). Nieto de Hernandarias.

JUAN BLÁZQUEZ DE VALVERDE (1656/1659). La Audiencia lo envió al Paraguay como Oidor e informar sobre las Misiones del Paraguay. Organizó el primer Congreso de expertos en el idioma Guaraní.

ALONSO SARMIENTO DE SOTOMAYOR Y FIGUEROA (1659/1662). Recorrió los pueblos fortificados. En uno de ellos, Arecayá, fue sitiado con sus 42 soldados durante cinco días. Finalmente venció a sus sitiadores y regresó a Asunción con más de 600 prisioneros. Pero por este hecho fue destituido el 25 de Agosto de 1662.


JUAN DIEZ DE ANDINO (1662/1671 - 1681/1684). Venció en cinco ocasiones a los Guaycurúes y Pajaguáes. Acudió personalmente a la defensa de Buenos Aires, cuando ésta fue atacada por corsarios franceses. En 1679 volvió al gobierno aunque lo asumiría recién en 1681. Falleció en 1684.

FRANCISCO REXE CORVALÁN (1671). Durante su inepto gobierno, los Guaycurúes asolaron los territorios de la provincia y cercaron Villarrica. La Audiencia de La Plata envió a Don Juan Arias de Saavedra en inspección. Éste apresó a Rege y le envió a Charcas.

DIEGO IBÁÑEZ DE FARÍAS (IRALA?) (1673). Sucedió a un breve gobierno del Cabildo de Asunción hasta que fue repuesto Rege Corvalán. Este permaneció en el cargo hasta el segundo gobierno de Andino, iniciado en 1681.

ANTONIO DE VERA MUGICA (1684). Maestre de Campo del anterior, inició una acometida al Chaco, vía Tucumán.

ALONSO FERNÁNDEZ MARCIAL (1684/1685). Interinó brevemente el cargo.

FRANCISCO DE MONTFORT (1685/1691). Interino de Vera Mugica hasta que falleció en Asunción, en 1691. Edificó una nueva catedral.

SEBASTIÁN FÉLIX DE MENDIOLA (1692/1696 -1705/1706). Otro de los gobernadores depuestos por la población debido a sus arbitrariedades. Fue enviado preso a Buenos Aires aunque la Audiencia de Charcas lo restituyó en su puesto. En su segundo gobierno, reemplazó a los hermanos Escobar, pero murió en Febrero de 1706.
JUAN RODRÍGUEZ COTA (1696/1702). Venció a los Guaycruúes, pero en despotismo no le iba en zaga a Mendiola.

ANTONIO ESCOBAR GUTIÉRREZ (1702/1705). Fue acusado de demencia. Además de que "... vivía entregado a los placeres". Fue depuesto y reemplazado por un hermano suyo.

BALTAZAR GARCÍA ROS (1706/1707). Cuando se aprestaba a gobernar, luego de visitar las reducciones Jesuíticas, fue relevado.

MANUEL DE ROBLES LORENZANA (1707/1712). En combinación con el gobernador de Tucumán intentó una entrada al Chaco.

GREGORIO BAZÁN DE PEDRAZA (1713). Maestre de Campo del anterior, no pudo concluir el período y lo sustituyó el general Ortiz de Ocampo.

ANDRÉS ORTÍZ DE OCAMPO. Gobernó brevemente entre el gobierno de Pedraza y la llegada de Diego de los Reyes Balmaceda.

DIEGO DE LOS REYES BALMACEDA (1717/1721). Obtuvo el título de Gobernador por compra a Antonio Victoria de los derechos al cargo. Todo con aprobación del Rey y "... con escándalo y disgusto de las personas principales". Desairado por los asuncenos, inició una serie de tropelías y arbitrariedades que motivaron el envío de un oficial pesquisidor desde la Audiencia de Charcas.

JOSÉ DE ANTEQUERA Y CASTRO (1722/1724). Natural de Panamá. Llega a Asunción el 27 de julio de 1721, enviado por la Audiencia de Charcas. Pone en prisión al Gobernador y resuelve el embargo de sus bienes. Desde Buenos Aires, el Virrey envía a Baltazar García Ross para reponer a Reyes y avisa a Antequera que se presente en Lima. Pero el Cabildo de Asunción ratifica a Antequera como Gobernador y se inician las hostilidades. Al frente de los comuneros de Asunción, Antequera triunfa en el Tebicuary.
Por orden del nuevo Virrey del Perú, el marqués de Castelfuerte, el propio gobernador de Buenos Aires, Bruno Mauricio de Zabala, entra en Asunción sin resistencia alguna, libera a Balmaceda e instala a Martín de Barúa en el Gobierno.

MARTÍN DE BARÚA (1725/1730). Antequera había salido de Asunción, preso en Charcas, fue conducido a Lima. Barúa se instaló en Asunción y en buenas relaciones con el Cabildo, resistió varios intentos del Virrey que quería suplantarlo. Cuando enviado por el Virrey arribaba a Asunción Ignacio de Soroeta en 1730, el pueblo vuelve a sublevarse negándose a aceptar otro gobernador que no sea Barúa. Este se niega a seguir en el cargo y se crea una junta presidida por Alonso Reyes.

IGNACIO DE SOROETA (1731). Más que gobernar, se limitó a viajar a Lima al ser expulsado de Asunción. Su informe agravó la situación de Antequera y el alguacil de éste, Juan de Mena. Ambos son condenados a muerte.

AGUSTÍN DE RUYLOBA Y CALDERÓN (1733). Era maestre de campo del Callao cuando fue nombrado Gobernador del Paraguay. Entró en Asunción el 27 de Julio de 1733, pero casi en seguida enfrentó una nueva sublevación y fue muerto en la batalla de Guajaibity, el 15 de Septiembre de 1733. El pueblo nombró gobernador al Obispo de Buenos Aires, Fray Juan de Arregui quien declinó el nombramiento en favor de Cristóbal Domínguez de Obelar.

BRUNO MAURICIO DE ZAVALA (1735). En vista de los graves acontecimientos generados por los Comuneros, Zavala volvió al Paraguay en los inicios de 1735. Con un ejército de 6000 veteranos venció a los rebeldes en Tavapy. Entró en Asunción hacia finales de Marzo, abolió la Real Cédula del 12 de Septiembre, repartió condenas y restableció bienes y privilegios a los jesuitas.

MARTÍN DE ECHAURI (1735/1736). Se encargó de calmar los ánimos en la provincia y combatir a los indios.

RAFAEL DE LA MONEDA (1740/1747). Como el sargento mayor Juan de Vergara no había aceptado el cargo, fue nombrado Rafael de la Moneda en 1738. Pero éste recién asumiría en 1740. A pesar de quedar ciego, "...fue querido por su honradez y celo".

MARCOS JOSÉ LARRAZÁBAL (1747/1749). Mantuvo "..14 presidios; fabricó 8 embarcaciones para la vigilancia del río".

JAIME SANJUST (1749/1761). Venció a los Pajaguáes por lo que logró cinco años de paz. Con colonos traídos del Brasil introdujo al Paraguay el tabaco negro.

JOSÉ MARTÍNEZ FONTES (1761/1764). Su principal tarea fue combatir a los indios.

FULGENCIO YEGROS Y LEDESMA (1765/1766). Al producirse el fallecimiento de Martínez del que era Maestre de Campo, asumió el gobierno. Durante el mismo, los vecinos de Curuguaty "...mataron ahogados y sin dejarles confesarse" a su Teniente de Gobernador, Bartolomé Larios Galván y a dos de sus regidores. Se hizo famosa su expresión: "Para gobernar el infierno es preciso ser Lucifer".

CARLOS MORPHI (1766/1771). Irlandés, criado en España. Durante su gobierno se produjo la orden de expulsión de los jesuitas. Pero los religiosos habían sido sus protectores y por gratitud hacia ellos, les permitió "...ocultar sus papeles y poniendo otros embarazos al cumplimiento de la voluntad real". Fundó varios pueblos.

AGUSTÍN FERNANDO DE PINEDO (1772/1778). Fundó varias ciudades por lo que su gobierno puede considerarse fructífero. Durante su mandato fue creado el Virreinato del Río de la Plata del que pasó a depender el Paraguay como una de las nueve intendencias juntamente con La Paz, Santa Cruz, Mendoza, La Plata, Potosí, Tucumán, la Banda Oriental y la misma Buenos Aires.

PEDRO MELO DE PORTUGAL (1778/1787). Otro de los gobiernos progresistas de la Colonia. En un censo realizado en la época se verificó la existencia de "..52.496 españoles y 10.510 pardos".

JOAQUÍN ALÓS Y BRU (1787/1796). Fundó el fuerte de San Carlos de Borbón en 1792 y como sus antecesores, combatió a los indios.

LÁZARO DE RIBERA Y ESPINOSA (1796/1806). Un nuevo censo determinó la existencia de 97.480 habitantes. Impulso la construcción de embarcaciones pero tanto él como su "servil auxiliar", el coronel Pedro Espínola y Peña, se hicieron odiosos a la población.

MANUEL GUTIÉRREZ (1807/1809)

EUSTAQUIO GIANNINI (1809) Ambos designados para cubrir la ausencia de Velasco mientras su permanencia en Buenos Aires para su defensa contra los ingleses.

BERNARDO DE VELASCO (1806/1807 - 1809/1811). Trató de reparar los desaciertos de su predecesor Ribera y Espinosa. Acudió por dos veces a la defensa de Buenos Aires con algunos de los que después serían factores de la Independencia del Paraguay. En la segunda parte de su mandato y aunque prestigiado por una buena gestión, su actuación durante la invasión de Belgrano fue decepcionante. El 15 de Mayo de 1811 se rindió a los patriotas para producir la Independencia del Paraguay e integrar la Primera junta de Gobierno.



Ejemplo de mestizaje en Paraguay.


Fuentes:

http://www.abc.com.py/edicion-impresa/suplementos/cultural/la-constitucion-de-cadiz-de-1812-y-el-paraguay-382625.html Wikipedia.
Fotografías: http://silviapaezmonges.blogspot.com/2011/02/lanzamiento-coleccion-la-mujer.html
http://hypatia2012.blogspot.com/2012/06/las-residentas-valientes-mujeres.html
http://www.facebookmujeres.com/fotos/mujeres-de-paraguay-brenda/
http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=16259
http://www.portalguarani.com/detalles_museos_otras_obras.php?id=16&id_obras=1367&id_otras=234
http://www.portalguarani.com/detalles_museos_otras_obras.php?id=27&id_obras=2135&id_otras=116
http://www.portalguarani.com/2016_olinda_massare_de_kostianovsky_/18183_las_pioneras_en_la_conquista_y_la_colonia_1981__por_olinda_massare_de_kostianovsky_.html
http://www.portalguarani.com/759_jorge_rubiani/8463_adelantados_y_gobernadores_1536_a_1811__por_jorge_rubiani.html
https://www.portalguarani.com/759_jorge_rubiani/18458_los_gobernadores_desde_domingo_martinez_de_irala_a_bernardo_de_velazco__por_jorge_rubiani_.html
http://www.portalguarani.com/381_julio_cesar_chaves/16402_descubrimiento_y_conquista_del_rio_de_la_plata_y_el_paraguay_1968__por_julio_cesar_chaves_.html
Crónica Histórica Ilustrada del Paraguay I Paraguay Colonial, Distribuidora Quevedo de Ediciones, II Edición 1998.
El Cabildo de Asunción, estructura y función del Cabildo Colonial. Hildegard Thomas de Krüeger, Traducción: Lorenzo N. Livieres B. Instituto Cultural Paraguayo-Alemán, Junio 1996
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Inmigrantes españoles en la Provincia del Paraguay. 1776-1811 DianaDurán Universidad Católica de Asunción http://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/26020/Documento_completo.pdf?sequence=1
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