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lunes, 30 de agosto de 2021

IBEROS. LOS INDIGETES.


PUEBLO: ÍBERO.

LENGUA: ÍBERO.

ESCRITURA: IBÉRICO NORORIENTAL.

ENTERRAMIENTO: INCINERACIÓN.

Undigesquios o indigesquios 'habitantes de Undika o Indika' (gen. untikesken) en lengua indígena, fueron un pueblo íbero establecido en lo que hoy es la provincia de Gerona, en el extremo nordeste de la península ibérica, en el golfo de Ampurias y Rhoda extendiéndose hasta el Pirineo y ocupando las comarcas del Ampurdán, La Selva y, quizá también, el Gironés, donde se encontraban los ausetanos, étnicamente relacionados.






                  Zona donde se asentaron en Cataluña.


Vista aérea de la trama urbana de la isla d´en Reixac, rodeada por el estanque y con el Puig de Sant Andreu al fondo (reconstrucción)

Estaban divididos en cuatro tribus y sus ciudades principales eran: 

  • Indika (solo mencionada por Esteban de Bizancio, no localizada, pero posiblemente la misma Ampurias, sino Ullastret),
  • Emporiae (Ampurias, donde se instaló una importantísima colonia griega, de los griegos focenses massaliotas, con su correspondiente emporio comercial), 
  • Rhode (Rosas), 
  • Juncaria (La Junquera), 
  • Cinniana (Cervià)  
  • Deciana (próxima a La Junquera). En el cabo de Creus había un templo dedicado a Venus y un pequeño puerto llamado Portus Veneris (Portvendres). Sus tierras estaban regadas por el río Clodianus (Fluvià), el Sambrocas (Muga) y el Tichis (río Ter). El distrito del golfo de Ampurias fue conocido como el Juncaris Campus.

El Castillo (Palamós)

Situado en el término municipal de Palamós (Baix Empordà), en esta pequeña península, en el siglo VI aC, los antiguos pobladores de la zona decidieron construir un poblado aprovechando las inmejorables condiciones de control y defensa que ofrecía. Pertenecían a la tribu de los indigets.

 El comercio -principalmente con la ciudad griega de Emporion ( Empúries) Fundada en el siglo VI aC- se convirtió en uno de los ejes de su economía. En este contexto se enmarca la primera urbanización del poblado fortificado de Castillo -finales del siglo V aC y finales del siglo II aC-, que se concentraría en la parte más elevada del poblado. Fuera murallas había un campo de silos para almacenar cereales. En este nuevo poblado se hizo necesario iniciar una obra de ingeniería palabra importante, que fue ganando espacio sobre las pendientes del promontorio. Se construyeron muros de contención para levantar terrazas sobre las que se construyeron las calles y las casas. Actualmente, estas terrazas sólo se pueden apreciar en la parte de levante, la de cala Foradada, ya que en la parte de cala Castillo había desprendimientos. También destaca la construcción de una gran cisterna en la parte alta que puede estar relacionada con la construcción de un templo. Este, del que conocemos los restos del pórtico de entrada y los basamentos de las columnas, tendría su origen en la sacralización de los puntos de referencia de la costa que se utilizan en la navegación de cabotaje, habitual en el mundo clásico.

Con la llegada de los romanos en Ampurias en el año 218 aC, el poblado de Castillo tuvo una evolución diferente al resto de poblados ibéricos de la zona el que, en su mayoría, son abandonados. Castillo, gracias a su importancia estratégica vivió una importante reforma urbanística y la construcción de un nuevo sistema defensivo. El poblado se amplía hacia el norte y se construyen torres que flanquean la entrada dando paso a una plaza porticada rodeada de locales comerciales. Para poder hacerlo, cubrieron el campo de silos. Las últimas reformas del poblado íbero tuvieron lugar en tiempos del emperador Augusto. El deterioro de las estructuras del poblado y la instauración definitiva de la Pax Romana hizo que Castillo dejara de ser necesario estratégicamente, lo que provocó el abandono progresivo del poblado durante el siglo I dC.

El Puig de Castellet (Lloret de Mar)

El recinto fortificado íbero de Puig de Castellet se encuentra en una colina de unos 195 m de altura. Desde el rellano donde está situado se domina la línea de costa de la desembocadura del Tordera hasta el extremo oriental de la playa de Lloret.

Las campañas de excavación y el estudio de los materiales han permitido saber que el recinto tuvo una vida aproximada de un cincuenta años durante el siglo III aC Son los momentos en los que Roma y Cartago luchan por el control del Mediterráneo occidental en las llamadas guerras Púnicas. El Puig de Castellet fue construido entre la primera y la segunda de estas guerras hacia el 250 aC y fue abandonado definitivamente poco después del final de la segunda, en los alrededores del año 200 aC Durante estos tiempos difíciles fue un punto de vigilancia sobre el mar para asegurar la defensa de los otros asentamientos cercanos, en especial del gran poblado de Montbarbat.

El recinto tiene una forma pentagonal y parece limitado por murallas en tres de sus esquinas, uno de los cuales hace ángulo obtuso, y por el otro se apoya en el promontorio. En el interior encontramos once espacios rectangulares de una, dos o tres habitaciones adosados ​​a la muralla y dejando un área central libre. De esta manera se aprovechan las condiciones de orientación y exposición solares. En el área central se excavaron un conjunto de fosas para recoger el agua de lluvia, servir de vertedero o, como pozos, captar el agua del subsuelo. Además, encontramos uno de los tres hornos con que contaba el recinto.

La comunicación con el exterior se hacía a través de una entrada principal, protegida por una torre y un pasillo en ángulo, en el lado este, ya través de la esquina oeste, abierto en un principio, y más adelante cerrado y fortificado.

Los diferentes espacios tenían diversas funciones. Podían ser casas, lugares de trabajo o almacenamiento o espacios comunitarios, de uso colectivo.

San Sebastián de la Guarda (Palafrugell)

El poblado ibérico de San Sebastián de la Guarda se encuentra en la cima de una montaña situada al este de Palafrugell, a unos 165-170 m sobre el nivel del mar. Una situación privilegiada, tanto en ámbito defensivo natural, por los diferentes acantilados, como por la buena visión panorámica de gran importancia estratégica. El yacimiento, de larga existencia, data de los siglos VI a I aC. Forma parte de un conjunto monumental del que son parte también una torre de vigilancia del siglo XV (BCIN), una ermita y hospedería del siglo XVIII y un faro del siglo XIX. Y, del recientemente abierto, Centro de Visitantes del Espacio San Sebastián un lugar de descubrimiento del patrimonio y del paisaje de la montaña.

El oppidum se puede visitar de manera libre y autointerpretable, representa, sin embargo, una parte de la superficie total del yacimiento, pues tenemos constancia de que alguna de las construcciones de época moderna y contemporánea que ocupan hoy la montaña debían destruir parcialmente el asiento . No se ha podido determinar, por tanto, los límites del poblado, pero podría haber llegado a ocupar una extensión cercana a una hectárea.

Aparte de las viviendas destaca la existencia de dos grandes agrupamientos de veinte silos, que en algunos casos tienen entre 4 y 5 m de profundidad. A pesar de que no todas las silos pertenecen al mismo periodo cronológico, el gran número y la capacidad de estas nos hacen evidente el potencial de almacenamiento de cereal que tenía la comunidad que la habitaba. Cabe destacar un hallazgo de dos estelas, probablemente funerarias con decoraciones de hileras de lanzas en registros superpuestos. Son piezas excepcionales que no se han encontrado paralelas en yacimientos ibéricos cercanos. El jefe de la Gorgona es un objeto relevante vinculado al culto de origen griego así como los cinco pocillos de cerámica de fabricación local. Se han localizado varios hornos de metal, con gran cantidad de restos que demuestran mucha actividad.

Actualmente el único sector excavado en el poblado corresponde al sector de Baldiri, donde hay localizado un barrio con una hilera de casas alineadas del siglo V al siglo III aC. Algunos de estos edificios presentan características muy típicas del mundo íbero, tanto por su estructura arquitectónica como por los materiales empleados. Se cree que la fecha de abandono del poblado fue alrededor del siglo I aC, momento en que se ocupa la llanura con villae republicana en Llafranc.

Contemporáneos en tiempo y lugar con la colonia griega de Ampurias (Emporion) –solo 25 kilómetros les separaban- la influencia entre ambas es bien reconocida.


El yacimiento ibérico del Puig de Sant Andreu d´Ullastret se considera la ciudad ibérica más grande de Cataluña de esa época. Un hecho que se corrobora con las conclusiones de las últimas investigaciones del Museu d´Arqueología de Catalunya al confirmar que a 300 metros de distancia, existía otra ciudad amurallada, la Illa d´en Reixac. En dicha isla se iniciaron las excavaciones en 1947 ignorándose que en realidad los restos de edificaciones que allí se encontraron correspondían a otra ciudad, así pues, Ullastret era una dípolis.

Habitada desde el siglo VII a. C., los dos asentamientos se desarrollaron en paralelo. La ciudad de la isla ocupa unas 5 hectáreas y la de la colina unas 15, viviendo unas 6000 personas entre la colina y la isla en los tiempos de máximo esplendor.

La organización de la ciudad es de un poblado fortificado (oppidum), con pendientes y bajadas en sus calles, algunas largas. Entre ellas encontramos cisternas de agua a semejanza de las de la colonia griega de Ampurias, más de doscientos silos tallados en la roca en los que almacenaban cereales y dos templos en la parte más alta de la colina, muestra de su organización social. Rodeando la ciudad, la muralla ibérica más grande de Cataluña y la más antigua descubierta hasta la fecha, que presenta seis torres de planta circular y una cuadrada con siete puertas. La clase aristocrática vivía en residencias organizadas entorno a dos grandes patios, algunos con dos pisos de altura.


En su territorio explotaban la agricultura, la ganadería, las canteras y minas, comerciando con fenicios, púnicos y griegos a través de la vecina ciudad griega de Ampurias.

Instrumental quirúrgico encontrado entre sus restos.

Su esplendor económico y social comenzaría a decaer con la llegada de los romanos, durante la Segunda Guerra Púnica, debiendo abandonar los indigetes sus hogares, pasando al olvido con el transcurrir del tiempo.

Los indigetes acuñaban una moneda propia que llevaba la inscripción en escritura ibérica nororiental undikesken, que en lengua ibérica se interpreta habitualmente como (moneda) de los de undika.



En el anverso, aparece la cabeza de la diosa Palas Atenea, con el casco corintio, la visera alzada y un gran penacho de plumas. En el reverso, el caballo alado Pegaso con la cabeza modificada. Estas emisiones de bronce son el nexo de unión entre las emisiones de tipo griego y las cívicas, con leyenda latina, de la creación del municipio romano, en época de Augusto.




Emporion griega


En el 575 a. C. llega a la península la última oleada colonizadora griega, la de los foceos, encaminada al comercio de larga distancia. Los focenses no creaban colonias de poblamiento sino que su objetivo era, primordialmente, comercial. La misma metrópolis, Focea, está erigida con esa finalidad.

Se establece la Palaiápolis, «ciudad antigua», como un mero puerto comercial isleño donde hacer escala frente a la desembocadura del río Fluviá. Con la llegada de los griegos, los indígenas se vuelven productores de bienes de consumo que intercambiarán con los helenos por mercancías más preciadas como el vino. En un principio depende de Masalia, como podemos observar en el gran número de ánforas masaliotas encontradas de esa época.

En el 550 a. C., según Estrabón, se establece una segunda fundación, ésta en tierra firme, en detrimento de la Palaiápolis, que experimenta un gran desarrollo urbanístico. Las palabras de Estrabón las vemos recogidas en su Geografía:

«Los emporitanos habitaban antes una islita delante de la costa que hoy se llama Palaiápolis, pero hoy viven ya en la tierra firme. Emporion es una ciudad doble, estando dividida por una muralla, teniendo antes, como vecinos, algunos indiketes (...). Pero con el tiempo se unieron en un solo estado, compuesto de leyes bárbaras y griegas, como sucede también en otras muchas ciudades»

Estrabón, Geografía, III. 4, 8.

Tras la conquista de Focea por Ciro II, emperador de Persia en 546 a. C, los foceos huyen a la nueva colonia de Alalia, en Córcega. Sin embargo, su presencia acaba incomodando a los cartagineses, que forman una coalición con los etruscos para acabar con ellos. En el 535 se produce la Batalla de Alalia. Los foceos volverán a huir, esta vez se refugiarán en Masalia y Emporion. La ciudad vio aumentada sensiblemente su población por refugiados.


En el siglo v a. C. se produce una época de gran prosperidad basada sobre todo en el comercio griego, en especial con el aprovisionamiento ateniense. Se establecieron acuerdos políticos y comerciales con la población indígena, (que fundó en las cercanías la ciudad de Indika). Debido a su situación en la ruta comercial entre Masalia y Tartesos, la ciudad se convirtió en un gran centro económico y comercial además de la mayor colonia griega en la península ibérica.


Moneda de Emporion. En el anverso vemos la cabeza de la ninfa Aretusa en el reverso la leyenda emporiton (emporitanos) en griego y un pegaso, símbolo de la ciudad.

A partir del siglo IV a. C. la ciudad ya crece de forma considerable y es conocida como Emporión, Ἐμπόριον.​ Sigue habiendo mucho comercio griego con la península y se empiezan a acuñar las primeras monedas, anepigráficas (sin inscripción), en un primer momento, y con la leyenda EM, más tarde. A finales de este siglo se emiten ya dracmas con el tipo del caballo parado, según modelo púnico, y después con el característico pegaso en el reverso y la cabeza de Aretusa en el anverso.

Continúa el periodo de esplendor hasta la llegada de los Bárcidas. La competencia crea una recesión en la economía emporitana. Los emporitanos envían una embajada a Roma pidiendo ayuda. Roma cierra el Tratado del Ebro con Asdrúbal el Bello en el 226 a. C., según el cual los púnicos no podían pasar el río. Con la segunda guerra púnica Ampurias se significa como fiel aliada de Roma. En el 218 a. C. los romanos envían un ejército, que desembarca en Ampurias, con la misión de cortar los suministros de Aníbal, que está asolando Italia. Este hecho lo vemos citado por Tito Livio:

«Mientras estas cosas ocurrían en Italia, Cn. Cornelio Escipión, enviado a Hispania con una escuadra y un ejército, zarpó de las bocas del Ródano y doblando los montes Pirineos abordó en Ampurias. Desembarcó allí el ejército, y empezando por los lacetanos, sometió a Roma toda la costa hasta el Ebro, unas veces renovando alianzas, otras estableciéndolas.»

Tito Livio, Ab Urbe condita libri, XXI. 60, 1-3.

Ampurias bajo dominio romano


La primera presencia romana en Ampurias supuso la construcción de un campamento romano estable del ejército, donde hoy en día se halla la ciudad romana, aunque la existencia de este campamento no supuso la sumisión de la ciudad griega a la República, sino que ambas eran iguales. Esto ocurrirá con la venida a Hispania del cónsul Marco Porcio Catón. Tras desembarcar en Rosas, su ejército ( estimado entre 52.000 y 70.000 hombres) se dirige a Ampurias. Tito Livio hace referencia a este hecho describiéndonos la ciudad:

«Ampurias estaba formada por dos ciudades separadas por una muralla. Una ciudad habitada por griegos de Focea, como los massaliotas, y la otra por hispanos. La ciudad griega, próxima al mar, estaba rodeada por una muralla de menos de 400 pasos. La ciudad hispana, más alejada de la costa, tenía una muralla de 3.000 pasos de perímetro (...) La parte de la muralla que miraba a tierra, bien fortificada, tenía una sola puerta vigilada por un magistrado por turno. Por la noche montaban la guardia en las murallas la tercera parte de los ciudadanos (...).»

Tito Livio, Ab urbe condita, XXXIV, 9.

En el 218 a. C. se sometieron a Roma. 

En el 195 a. C. se sublevaron contra Roma y el cónsul Marco Porcio Catón reprimió esta rebelión derrotando a los indigetes.

En torno al 100 a.c, se construyó una ciudad romana de nueva planta, que convivió en pie de igualdad con la vieja colonia focense. Con el tiempo, la presencia de Roma influyó tanto al pequeño núcleo griego que los propios griegos se fueron romanizando, hasta que durante el principado de Augusto se les fue concedida la ciudadanía romana, haciendo que el núcleo griego y el romano acabaran físicamente unidos.

Conocemos también, gracias a algunos pasajes de Estrabón y Tito Livio, sobre un núcleo indígena Indika siendo parte del complejo. Ellos explican que la comunidad grecorromana y la indígena vivían separadas por un muro.

La ciudad mantuvo sus instituciones hasta la guerra civil entre Pompeyo y Julio César, cuando el partido pompeyano gana en la ciudad, lo que supuso, tras la victoria de César, la anulación de su independencia y el establecimiento de una colonia de veteranos a su lado.

A partir del siglo I d. C., tras la conquista total de Iberia por Roma, Ampurias entró en decadencia, ensombrecida por el poder de Tarraco y Barcino. Tarraco, convertida en capital, hizo que las antiguas ciudades romanas de origen republicano entraran en un proceso de decadencia. A finales del siglo I d. C. comienza el abandono de Ampurias.


YACIMIENTOS.

Los principales yacimientos están en Ullastret (Bajo Ampurdán), Castell Fosca (Palamós, Bajo Ampurdán) y Puig Castellet (Lloret de Mar, La Selva)

RECONSTRUCCIÓN DE UN CRÁNEO.

En algún momento comprendido entre los siglos III y II a.C., el pueblo íbero de los indiketas, asentados en la actual llanura del Alto Ampurdán, en Girona, se batió en armas con una comunidad vecina. De la batalla, como símbolo del triunfo, de superioridad sobre el enemigo, se trajeron en una red o atada a las crines de los caballos la cabeza decapitada de un joven guerrero rival de unos 18 años. Tras embadurnarla con aceites y resinas la fijaron a la pared de madera del caserío de los líderes de la tribu con un clavo de 23 centímetros de longitud. Expuesto en ese lugar, el cráneo se convirtió en un trofeo de guerra, en un elemento de poder.

La cabeza del joven guerrero fue hallada en 2012 en el Puig de Sant Andreu, uno de los yacimientos ibéricos de Ullastret, y el análisis antropológico ha revelado datos curiosos sobre su fisiología: no podía tener más de 18 años porque no le habían salido todas las muelas; además, en el esmalte de los colmillos hay rastro de desequilibrio nutricional padecido durante la infancia, hacia los 4 años, por carencias en la dieta o alguna enfermedad. Pero lo que más asombra es ese clavo que le atraviesa desde la parte superior de la frente a lo que sería la nuca.


Conjunto de herramientas de bronce ibéricas formado por tres hachas, un cincel y un fragmento de hoz

Conjunto hallado en Sant Martí d’Empúries en 1998. Fue encontrado agrupado y oculto por tierra y piedras en una de las depresiones de la roca calcárea del subsuelo. El hallazgo se relaciona con la ocupación indígena del territorio durante la Edad del Bronce final, alrededor del siglo IX a. C., la más antigua documentada hasta el momento.

El conjunto estaba formado por siete piezas, algunas enteras y otras fragmentadas, destinadas a ser refundidas para aprovechar el metal. Las piezas más significativas son hachas, un cincel y un fragmento del dorso de una hoz.

Fuentes:

  • Wikipedia.
  • https://visitmuseum.gencat.cat/es/museu-d-arqueologia-de-catalunya-empuries/ambito/els-indigets-els-habitants-originaris/objeto/monedes-de-la-seca-untikesken-d-empuries
  • https://franciscojaviertostado.com/2018/11/28/ullastret-la-ciudad-iberica-capital-de-los-indigetes/comment-page-1/
  • https://www.elespanol.com/cultura/patrimonio/20190403/craneo-conservado-desvela-rostro-historia-guerrero-decapitado/387962424_0.html

viernes, 27 de agosto de 2021

MAPAS DE IBERIA ANTIGUA Y SUS CIUDADES.

 SE ESTIMA UNA POBLACIÓN DE UNOS TRES A CUATRO MILLONES EN EL ACTUAL TERRITORIO QUE HOY CORRESPONDERÍA A ESPAÑA EN ESTOS SIGLOS.



Por muy profundas que fueran las transformaciones que la romanización (y posteriormente la islamización, la Reconquista y otros grandes procesos socioculturales de las sucesivas edades históricas) impuso a la configuración histórica en la península ibérica, el sustrato previo, determinado por los siglos en que los "pueblos indígenas" ocuparon el territorio, puede detectarse en notables pervivencias. Por ejemplo, se ha comprobado que la toponimia peninsular se divide, a grandes rasgos, en tres zonas: una céltica, con predominio del sufijo -briga, una íbera, con predomino de la raíz iltir/iltur, y una tartésica, con predominio de los sufijos -ipo, -ippo y -oba, -uba.




La comprobación arqueológica es muy problemática, dada la radical transformación geográfica del entorno (el Lacus Ligustinus se colmató) y la intensa ocupación de todos los núcleos urbanos por las civilizaciones que se sucedieron. Existiera o no una ciudad de Tartesos (hoy perdida o confundida con los cimientos de alguna de las existentes) no es probable que fuera la capital de un Estado de grandes dimensiones territoriales; de serlo, es imposible determinar cuál sería su territorio efectivo, si se limitaría a las ciudades ribereñas del Lacus Ligustinus (Luciferi Fanum, Ipora –ambas en el territorio del actual Sanlúcar de Barrameda–, Asta –Écija–, Nebrisa –Lebrija–, Caura –Coria del Río–) y los núcleos urbanos, rurales y metalúrgicos del entorno del bajo Guadalquivir (Niebla, San Bartolomé de Almonte, Tejada la Vieja, Carmo –Carmona–, Ispal –Sevilla–), o extendería su influencia más al interior, hasta Corduba (Córdoba) o incluso a núcleos más alejados, como Conisturgis (Medellín) o Mastia Tarseion (Cartagena). La historiografía reciente habla más bien de un área tartésica o de un ámbito de influencia tartésica, que va desde Sierra Morena hasta el Golfo de Cádiz y desde la desembocadura del Tajo hasta la del Segura, o incluso de una especie de "confederación tartésica".

A partir de la batalla de Alalia (enfrentamiento greco-cartaginés por la hegemonía en el Mediterráneo occidental –tuvo lugar en las aguas de Córcega en el año 537 a. C.–), Tartessos desaparece de las fuentes escritas, y la cultura material de la zona de influencia tartésica entra en una etapa de decadencia. Se han aducido desde causas externas, manifestadas de forma violenta (la imposición de la colonización territorial cartaginesa, que habría destruido Tartessos, bien físicamente como ciudad, o bien en su entidad política); hasta causas endógenas, manifestadas de forma gradual (agotamiento de las vetas más fácilmente aprovechables, decadencia del comercio colonial fenicio, ruptura de la ruta terrestre del estaño –controlada ahora por los griegos de Massalia–), que habrían llevado a las culturas nativas de nuevo a una economía casi exclusivamente agrícola y ganadera, y al cambio tecnológico del bronce al hierro. No obstante, los turdetanos, el pueblo que habitaba la zona a la llegada de los romanos (finales del siglo III a. C.), seguía siendo visto como el más rico y de mayor desarrollo cultural de toda la península.


El área de los pueblos denominados íberos fue el este y sur peninsular, junto a los valles del Ebro y Guadalquivir; caracterizada por la mayor influencia de los pueblos colonizadores, lo que se ha denominado "proceso de iberización". Mantenían una explotación agropecuaria con base cerealista, que en algunas zonas se diversificaba con el olivo y que incluso incluía la irrigación. La minería era la base de una metalurgia del bronce, el hierro y los metales preciosos, muy demandada por los pueblos colonizadores. El desarrollo comercial de los excedentes, que incluyó el uso de la moneda, estimuló la jerarquización social y la formación de una élite guerrera aristocrática, que demandaba productos de lujo de importación para consolidar su prestigio. Localmente, se desarrollaron programas artísticos de cierta sofisticación, y se usaron alfabetos de origen fenicio o griego para la escritura de algunos textos. Los núcleos de población más importantes, verdaderas ciudades, localizadas en eminencias naturales, se amurallaron (la tipología que los romanos llamaron oppidum), como Asido (Medina Sidonia), Astigi (Écija), Sisapo (junto a las minas de Almadén), Castulo (Linares), Basti (Baza), Illici (Elche), Saiti (Játiva), Arse (Sagunto), Edeta (Liria), Castellet de Banyoles, Ullastret, Ilerda (Lérida), Castellar de Santisteban, Castellar de Meca o el Cerro de los Santos.

La Meseta, el oeste y el norte peninsular fue el área de un conjunto de pueblos de entorno cultural centroeuropeo que se denomina convencionalmente como "celtas", y de hecho están atestiguadas arqueológicamente varias penetraciones de población de origen centroeuropeo en la primera mitad del I milenio a. C., de un peso demográfico imposible de constatar, pero que se instalaron entre los pueblos indígenas (Cortes, Las Cogotas) y determinaron un proceso general de celtización; aunque los vascones y otros pueblos de ámbito lingüístico aquitano se interpretan como pervivencias del sustrato pre-indoeuropeo (cuya lengua evolucionó a lo largo del tiempo hasta el actual vasco).

El nivel de desarrollo cultural de este variado conjunto de pueblos era relativamente menor a los de la zona íbera; aunque con mucha disparidad entre ellos, encontrándose los denominados celtíberos en una zona de transición tanto cultural como geográfica (en torno al Sistema Ibérico –que los romanos llamaban Idubeda–). Su economía era de predominio ganadero, con una agricultura relativamente menos desarrollada que en la zona íbera (con las notables excepciones de vacceos y carpetanos, en las estepas cerealistas de la meseta central), además de una limitada actividad comercial. Sus manufacturas textiles fueron apreciadas por los romanos (en ocasiones pedían como tributo millares de prendas llamadas sago). Muchos de sus núcleos de población también respondían al concepto romano de oppidum (Aeminium –Coímbra–, Conimbriga, Egitania, Brigantia –Braganza–, Helmantica –Salamanca–, Toletum –Toledo–, Kombouto –Alcalá de Henares–, Arriaca –Guadalajara–, Segovia, Cauca –Coca–, Numancia, Segeda, Bilbilis –Calatayud–, Calagurris –Calahorra–); que en el cuadrante noroccidental de la península eran castrum de menor tamaño que definen la cultura castreña (Santa Tecla, Baroña, Coaña, Monte Cueto, Mesa de Miranda, El Raso, Ulaca, Cabeço das Fráguas). Algunos núcleos urbanos estaban ubicados con otros criterios, como Talabriga (Talavera, literalmente "ciudad del valle") o Pintia.

Ciudad de Cantabria.
Los Berones se encontraban en el Valle del Ebro preferentemente por la Rioja Alta, los Vascones por la Rioja Baja en el Ebro y en las cuencas bajas de sus afluentes, y los Pelendones en las zonas de sierra. Los principales asentamientos Berones fueron Vareia (capital de facto situada en los alrededores de Logroño), Oliva (actual Herramélluri), Tritium (actual Tricio). La principal ciudad vascona de las que se documentan en la Rioja fue Calagurris, la otra ciudad vascona fue Graccurris/Gracouri, localizada en las actuales eras de San Martín de Alfaro. Los Pelendones ocuparon entre otros el asentamiento de Contrebia Leucade, situado en la actual Aguilar del Río Alhama. La ciudad celtíbera de Cantabria es el nombre sui generis dado a un importante yacimiento protohistórico ubicado al sur del término o paraje denominado Cerro de Cantabria en Logroño.

ÍBEROS.

Aunque estos pueblos tuvieron un tronco común, estuvieron distribuidos en multitud de tribus con peculiaridades distintas los unos de los otros.

Los iberos fueron, en definitiva, los diferentes pueblos que evolucionan desde diferentes culturas precedentes hacia una serie de estructuras proto-estatales, viéndose ayudados en dicha evolución por la influencia de fenicios, primero, y luego de griegos y púnicos, que traerán consigo elementos de lujo que ayudarán, como bienes de prestigio, a la diferenciación interna de los diversos grupos sociales.

Hacia el 2000 a. E. C. se desarrolla en Andalucía oriental la civilización calcolítica, que se aprecia en los yacimientos de Los Millares (Almería) y Marroquíes Bajos (Jaén), estrechamente relacionados con la cultura portuguesa de Vila Nova y quizás (no probado) con alguna cultura del Mediterráneo oriental (Chipre).

Aumento demográfico y protourbanización de los poblados, que son más amplios y con mejores infraestructuras.
Crecimiento de la producción de alimentos debido a la intensificación agrícola y a la explotación de los productos derivados de la ganadería.
Cambios sociales que condujeron a la creación de jerarquías embrionarias que desembocaron en una sociedad de jefaturas (centralización política).
El metal debió ser un elemento más entre las numerosas innovaciones que se produjeron durante el II milenio a. C. en la Península.

Estas transformaciones se detectan inicialmente en los grupos del mediodía peninsular, pero es difícil establecer un orden de prioridad sobre dónde aparecieron por primera vez. Posteriormente, estas comunidades incorporaron el vaso campaniforme, que, tradicionalmente, ha sido utilizado para marcar un antes y un después en las periodizaciones (por ejemplo, en el sudeste: Precampaniforme o Millares I y Campaniforme o Millares II). Actualmente, y sin negar la importancia del campaniforme como fósil director del Calcolítico final, algunos investigadores muestran reticencias a la hora de establecer esta diferenciación en dos momentos entre los que no se observa ninguna ruptura. Por ello, se empieza a prescindir de esta secuenciación y a considerar el campaniforme como una simple adición artefactual, una moda.

Las viviendas

Son de planta circular con zócalo de piedra, carecen de compartimentación interior, tienen hasta 6 metros de diámetro y presentan una dispersión aleatoria. Chapman, tomando como referencia la extensión de Los Millares y el número mínimo de defensores necesarios para rentabilizar sus imponentes fortificaciones, propone la cifra de unos 1000-1500 habitantes, lo que, para él, justifica la adjudicación a este centro del calificativo de “protourbano”. Estos rasgos generales son apreciables en otros yacimientos como el Cerro de la Virgen de Orce, El Malagón, Campos y Almizaraque.





Hacia 1800 a. E. C., esta cultura se ve sustituida por la de El Argar (bronce), que se desarrolla independientemente y parece estar muy influida en su fase B (desde 1500 a. C.) por las culturas egeas contemporáneas (enterramientos en pithoi).

Aunque el Calcolítico debe su nombre y siempre se ha identificado con el uso de los primeros metales por parte de la humanidad, hay asociados muchos otros procesos de cambio que son incluso más importantes que la propia metalurgia.


El Argar es considerado un asentamiento de nueva fundación, sin antecedentes calcolíticos.​ Con una superficie de 16 000 m² y una población estimada de unos 500 habitantes, es uno de los poblados conocidos más grandes pertenecientes al grupo epónimo. En el interior de las propias viviendas se han encontrado más de mil sepulturas. Estaba estratégicamente situado sobre un cabezo amesetado y protegido también por una muralla, en cuyo interior se han excavado viviendas rectangulares de 8-10 m por 2,5 m, así como otras de planta irregular o circular. Las paredes se construían con madera y barro, levantados sobre un zócalo de piedra. El techo era de cañas o ramas y barro. Tiene un urbanismo complejo que se caracteriza por la creación artificial de terrazas, con una acrópolis situada en lo más alto del yacimiento.

Restos de un cráneo de la sepultura 62 de El Argar, con diadema de plata: «Las alhajas consisten en una diadema de plata, pendientes de oreja, de cobre y de plata, y collar, de hueso y de serpentina».

La primera fase de ocupación del poblado refleja una comunidad campesina autosuficiente que se iniciaba en la metalurgia y se enterraba predominantemente en fosas, con ajuares muy similares. En una segunda fase se produjo un importante aumento de la demografía y de las actividades metalúrgicas, enterrándose mayoritariamente en cistas, con ajuares ya diferenciados (aparecen en algunos pendientes y anillos metálicos). En la tercera existían claras diferencias socio-económicas entre los habitantes del poblado y predominaban las urnas cerámicas, en cuyos ajuares más ricos se encuentran diademas y espadas (elementos de alto contenido ideológico), mientras que muchos enterramientos carecen de cualquier tipo de ofrenda.

La ideología dominante era aristocrática y guerrera. Esto se refleja en la fortificación de los poblados, la gran importancia de las armas y la presencia de éstas en los ajuares funerarios.

La sociedad argárica desapareció hacia el 1500 a. C.




Hacia 1300 a. E. C., coincidiendo con la invasión del noroeste peninsular por los celtas, El Argar, que bien pudo haber sido un estado centralizado, da paso a una cultura «post-argárica», de villas fortificadas independientes, en su mismo ámbito. Tras la fundación de Marsella por los focenses (hacia 600 a. E. C.), los iberos reconquistan el noreste a los celtas, permitiendo la creación de nuevos establecimientos griegos al sur de los Pirineos.

A las comunidades establecidas al final de la edad del bronce se las considera sustrato indígena al hablar de la cultura íbera. Básicamente hay cuatro focos: El Argar, la cultura del Bronce Manchego, la del Bronce Valenciano y los campos de urnas del Noreste.

Fenicios

La antigua Iberia fue objeto de los intereses comerciales de los fenicios, pueblo de tradición marinera que, según los historiadores clásicos, hacia el siglo IX a. C. fundó su primera colonia ultramarina en el Atlántico, al otro extremo del Mediterráneo, Gádir 𐤀𐤂𐤃𐤓 (Cádiz) por su valor estratégico (dominio del paso del Estrecho) y comercial (riquezas minerales de la región de Huelva). También fundaron otras colonias, principalmente en el suroeste peninsular, como Toscanos (Torre del Mar), Malaka (Málaga), Sexi (Almuñécar) o Abdera (Adra), en Almería.

Mediante el trueque de productos manufacturados por materias primas, monopolizaron el comercio de metales e impulsaron la industria del salazón. Hay constancia de explotaciones mineras en la península de metales (oro, plata y estaño), en la zona de Río Tinto, y en otras de la provincia de Huelva. Estas explotaciones aportaron riqueza, no solo a los fenicios, también a las caciques de la zona, habiéndose encontrado varios «tesoros» en algunas necrópolis de la época. No hay noticias de grandes revueltas ni guerras.

Griegos

La colonización griega tuvo dos objetivos: comerciales y el paliar el problema demográfico de las polis griegas. Divulgaron el alfabeto y el uso de la moneda. También practicaron intercambios con los nativos, de vino, aceite y manufacturas (cerámicas, bronces) por materias primas (oro, plata, plomo, cereales, esparto y salazones). Los griegos focenses, procedentes del Asia Menor, fundaron asentamientos en la costa nordeste mediterránea, como Massalia (Marsella); posteriormente Rhode (Rosas), en el golfo de Rosas y Emporion (Ampurias), en la península; también núcleos comerciales, más o menos estables, como Hemeroscopio, Baria (Villaricos), Malaka, Mainake, Salauris, Portus Menesthei, Callipolis y Alonis.

Cartagineses

Los cartagineses eran un pueblo de origen fenicio que se estableció en Cartago Qart Hadašt (en el actual Túnez). Se independizaron de la metrópolis cuando Tiro declinó bajo el poder asirio. Con su inmejorable situación estratégica, en medio del Mediterráneo, lideró a todas las colonias fenicias de occidente, entre estas, las factorías de Iberia, que enviaban plata, estaño y salazones.

A raíz de la enorme deuda que contrajeron con Roma en la primera guerra púnica, Cartago emprendió la conquista de las regiones mediterráneas de la península ibérica para crear un nuevo imperio cartaginés; Amílcar Barca desde Cádiz, su única plaza, comenzó la invasión del valle del río Betis, cuyos reyezuelos se entregaron por la fuerza o la diplomacia, uniéndose al ejército invasor. Las nuevas prospecciones colmaron de plata las arcas cartaginesas y después de nueve años de guerra, había conseguido para Cartago la plata y los mercenarios de Iberia. Amílcar muere el año 229 a. C. en una escaramuza contra los oretanos.

Su yerno, Asdrúbal, continuó su labor aunque utilizando una política de alianzas con los reyes ibéricos; se fundó la ciudad de Qart Hadasht (Cartagena) y se estableció un tratado con los romanos fijando en el río Ebro los límites de influencia de los dos imperios. Los cartagineses se adueñaron de todo el sur de la península, desde el Levante hasta el golfo de Valencia y puede que dominasen también el territorio de los oretanos. Asdrúbal muere asesinado el año 221.

Aníbal Barca (Aníbal), con solo 25 años, es elegido nuevo general por su ejército; invade el territorio de los olcades y penetra en los territorios de la meseta central al año siguiente, ocupando las ciudades de Toro y Salamanca; pagados los tributos, emprende regreso a Cartago Nova con numerosos rehenes, siendo atacado por un ejército en coalición de carpetanos, vacceos y olcades, a los que derrota junto al Tajo. El ataque a la ciudad de Sagunto desencadena la segunda guerra púnica que concluye con la derrota de Aníbal, el declive del poder cartaginés y la conquista romana de la península ibérica. Durante esta época destacaron Istolacio, y su hermano Indortes, generales celtas de los ejércitos mercenarios (Diodoro 25. 10).

En sus tierras existían caminos que fueron usados por los romanos después.

Al estar desunidos eran presas fáciles para las conquistas como la púnica y la romana.

Disponían de riquezas como el oro y el estaño que fueron lo que atrajo a los fenicios y a los griegos.

Tenían fama como jinetes audaces, siendo utilizados como mercenarios.

Se les cita con estos nombres, al menos desde el siglo VI a. C.: elisices, sordones, ceretanos, airenosinos, andosinos, bergistanos, ausetanos, indigetes, castelanos, lacetanos, layetanos, cossetanos, ilergetas, iacetanos, suessetanos, sedetanos, ilercavones, edetanos, contestanos, oretanos, bastetanos y turdetanos.

La sociedad íbera estaba fuertemente jerarquizada en varias castas sociales muy dispares, todas ellas con una perfecta y bien definida misión para hacer funcionar correctamente una sociedad que dependía de ella misma para mantener a su ciudad.




La casta guerrera y noble era la que contaba con más prestigio y poder dentro de estas. Aparte de las armas, poseer caballos otorgaba también gran prestigio y reflejaba poder, nobleza, y formar parte de la clase más pudiente.

También tenían gran importancia la casta sacerdotal,[cita requerida] en la que las mujeres, como se observa en los túmulos funerarios, eran el vínculo de la vida y la muerte. Las sacerdotisas gozaban de gran prestigio, ya que eran las que estaban en continuo contacto con el mundo de los dioses, aunque también había hombres que desarrollaban una tarea mística, prueba de ello son los sacerdotes lusitanos, que leían el futuro en los intestinos de los guerreros enemigos.

Otra de las castas era la de los artesanos, apreciados porque de ellos salían los ropajes con los que se vestían y resguardaban del frío, los que elaboraban calzado, los que modelaban vasijas en las que guardar agua y alimentos y, sobre todo, por ser los que les hacían, a medida, armas y armaduras con las que se distinguían de las otras castas más bajas.

Finalmente estaba el «pueblo llano», gente de distintos oficios que se dedicaban a los trabajos más duros.

Indumentaria ibera

Los iberos se vestían con telas de distintas calidades, según su poder económico.

Guerreros: Según los textos antiguos, la prenda más habitual era un vestido de tela, como la de los romanos, con el ribete en rojo.
Sacerdotisas: Las sacerdotisas eran quizás las que más adornos tenían. De ellas vienen la mantilla y la peineta, con la que se solían cubrir la cabeza y el cuerpo, un ejemplo de ello es la Dama de Elche, y los moños que hoy se pueden ver en Castellón.
Otras prendas de vestir: Otra prenda muy valorada, era el sagum, una capa de lana, que protegía del duro frío. Otra de las prendas que aún existen hoy, es una tela que a modo de diadema utilizaban los guerreros para recogerse el pelo. Su calzado era unas alpargatas, que se ataban a la pierna y el pie, en el invierno se cubrían los pies y las piernas con unas botas de piel y pelo de animal.

El guerrero ibero




Su carácter fue descrito por los griegos, quienes se fascinaron por unos soldados que se lanzaban al combate sin miedo alguno y que resistían peleando sin retirarse aún con la batalla perdida,[cita requerida] los guerreros a los que se referían eran mercenarios iberos reclutados por los griegos para sus propias guerras.

Economía

No sabemos mucho sobre la agricultura ibérica, pero sí lo suficiente como para deducir su importancia económica. Del estudio de una buena cantidad de piezas del utillaje agrícola halladas en los poblados del área valenciana, dedujo E. Plá que se había venido en este, como en otros edificios, a una especialización adecuada, dándose con la herramienta justa que en muchos casos ha llegado hasta nuestros días.

La agricultura que se practica es la de secano, siendo los cultivos fundamentales el cereal, el olivo y la vid, para la que está atestiguada ya en el siglo VI la obtención de excedentes con destino a su comercialización, así como las leguminosas (garbanzos, guisantes, habas y lentejas). Y por otra parte, se conocen diversas especies frutales, entre las cuales destaca el manzano, el granado y la higuera.

Tuvieron también cierta importancia determinados cultivos industriales, especialmente el lino en Saitabi (Játiva). Tenemos ampliamente documentada la industrialización del esparto, especialmente en el Campus Spartarius, al norte de Cartagena, con multitud de aplicaciones, entre las cuales sobresalen los cordajes para la navegación.

Respecto a la ganadería, no parece haber tenido un papel predominante, salvo quizá en regiones específicas, limitándose al papel habitual complementario de la agricultura. Sí es necesario señalar la importancia de ciertas especies como el caballo, utilizado en la caza y la guerra y probablemente símbolo de determinado estatus social en cuanto que da acceso a estas actividades. También debió tenerse en gran estima al buey y de la abundancia de ganado bovino nos hablan las frecuentes menciones del sagum o manto de lana ibérico en las fuentes romanas.

La caza, parece haber tenido una cierta importancia, según se deduce de su frecuente representación en la cerámica pintada, aunque quizá más como actividad social que económica. El jabalí debe haber sido la pieza reina, aunque junto a él se cazan igualmente cérvidos y varias especies menores.

Arte ibérico

El arte ibérico tiene sus mejores manifestaciones en obras escultóricas de piedra y bronce, madera y barro cocido. Ofrece gran variedad regional con rasgos culturales de cada zona que se distribuye en tres zonas bien diferenciadas: Andalucía, la zona de Levante y el centro peninsular.

Escultura



La escultura ibérica aparece en torno al 500 a. C. y constituye una de las manifestaciones más importantes de la cultura ibérica en la que confluyen influjos mediterráneos (griegos y fenicios principalmente) y autóctonos. Desde los primeros descubrimientos se han planteado entre los especialistas diversas hipótesis respecto a su origen.

Las diferentes influencias se ven reflejadas en las obras, algunas de estilo más orientalizante (Pozo Moro), con posibles influjos sirio-hititas, y otras de aspecto más jónico (Cerrillo Blanco, Porcuna), con algunas evocaciones del arte chipriota y etrusco. Las damas son figuras de busto o de cuerpo entero, que acostumbraban a estar de pie o sentadas (sedentes) y que son representadas portando ofrendas.

Pintura

La pintura ibérica no reúne la perfección y el interés que ofrece la escultura, pero tampoco deja de tener su importancia aún prescindiendo de que muchas interesantes pinturas de las llamadas prehistóricas pueden datar de las edades del bronce y del hierro y sean, por lo mismo, verdadera y propiamente obras de arte ibéricas. Fuera de ellas, la pintura ibérica se reduce a decoraciones de numerosas vasijas y de algún muro de cámaras sepulcrales. Su mayor antigüedad se atribuye al siglo VI a. C. como puede inferirse por comparación con los restos de cerámica griega con los cuales se halla, a veces confundida la ibérica y, sin duda, que esta fue siguiendo a través de las civilizaciones púnica y romana llegando quizá hasta la invasión de los bárbaros.


Cerámica



Con la introducción del torno rápido por los fenicios en el siglo VIII a. C. se produce un cambio en la fabricación de la cerámica en el mundo indígena, lo que permite el desarrollo de una de las manifestaciones más características de la cultura ibérica.

Etapas de la cerámica ibérica, según Ruiz-Molinos:

Ibérico I (600/580–540/530 a. C.), protoibérico, orientalizante final. Vasos trípodes, vasos con asas triples, formas de barniz rojo y ánforas fenicias.
Ibérico II (540/530–450/425 a. C.), ibérico antiguo. Urnas de orejeras (Oral), vasos con borde de cabeza de ánade, decoración con bandas. Asociada con cerámica griega de origen masaliota o de Emporiton, y cerámicas áticas de figuras rojas.
Ibérico III (450/425–350/300 a. C.), ibérico inicial-pleno. Diversificación de formas y motivos. Cerámica de barniz rojo-ibérico en el Levante y Andalucía. Apogeo de la cerámica ática de figuras rojas. Al final (350–300 a. C.) se produce un corte brusco de las importaciones de cerámica griega.
Ibérico IV (350/300–175/150 a. C.), Ibérico pleno-tardío. Máximo desarrollo de la diversificación. Aparición del estilo de Liria-Oliva. Las decoraciones son variadas e incluyen escenas con guerreros, de recolección, actividades textiles, caballeros, danzantes, músicos, animales, etc. Su final coincide con la aparición de la cerámica campaniense y el final de la segunda guerra púnica.
Ibérico V (175/150–60 d. C.), Ibérico tardío. Vinculada a las producciones romanas (campaniense A y B, sigillata). Estilo de Azaila, continuación del Elche-Archena.
Ibérico VI (60 d. C.–siglo II/III d. C.). Producción marginal con estilo ibérico en época romana.
Religión
La religión es un tema poco conocido de la cultura ibérica, pero en los últimos años se han producido importantes avances en el conocimiento e interpretación de muchos hallazgos. Las fuentes fundamentales son los materiales arqueológicos, y los escasos escritos. Entre los materiales más relevantes estarían los exvotos de bronce, terracota y piedra, la cerámica y otros objetos como falcatas votivas.

Animales sagrados

Poco se sabe del mundo de los dioses de los iberos, lo poco que se conoce es gracias a escritos de antiguos historiadores y filósofos, y a algún que otro resto arqueológico. De lo que sí se tiene constancia, es que animales como los toros, lobos, linces, o buitres, formaban parte de este mundo, ya fuese como dioses, símbolos, vínculos con el mundo mortal y sus 'espíritus', o el mundo divino.

El toro representaría la virilidad y la fuerza. El lince estaba vinculado al mundo de los muertos. Los buitres llevaban las almas de los guerreros muertos en las batallas al mundo de los dioses. No se sabe mucho más, ya que ha perdurado escasa información sobre estos asuntos.

Enterramientos

Los iberos utilizaban el rito de la incineración, conocido gracias a los fenicios o a los pueblos transpirenaicos que introducen la cultura de los campos de urnas.

Las cenizas eran guardadas en urnas cinerarias de cerámica con forma de copa, con tapa y sin decoración. Otras tenían forma de caja con patas terminadas en garras, con tapadera y decoración de animales. Las urnas se introducían en fosos excavados en tierra junto con un ajuar funerario. Los íberos, para señalizar el lugar de la tumba, construían túmulos de variadas dimensiones, aunque había enterramientos mucho más elaborados para las clases sociales más altas como ocurre en el caso de la Cámara Sepulcral de Toya, Peal de Becerro (Jaén).

Se han hallado túmulos con recipientes cerámicos a los pies de la difunta, como la Dama de Baza que está sentada en una especie de trono alado, o Dama de Elche que guarda y protege los restos y el ajuar funerario. En otros túmulos se depositaban las armas del difunto, al que se incineraba y se introducía en una vasija de cerámica ornamentada. En algunos funerales se peleaba sobre la propia tumba hasta la muerte, como en el entierro de Viriato.

Las últimas comunidades de cazadores-recolectores que ocupaban la península ibérica comenzaron a enterrar de forma sistemática en cementerios, un hábito que se vincula a la progresiva sedentarización de estas sociedades y a un cambio significativo en la relación de sus territorios con las actividades económicas. La necrópolis más antigua de la península ibérica, se halla en Oliva (Valencia).

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                          Túmulo ibérico en el Cabezo de Alcalá.

Santuarios

Se han identificado lugares de culto como santuarios urbanos, algunos de los más importantes localizados en la Contestania y área de influencia como el Santuario de la Serreta (Alcoy), famoso por sus terracotas, el Santuario del Cerro de los Santos (Albacete), el templo urbano de La Alcudia (Elche), los templos de la Isleta (Campello), el santuario de la Luz (Verdolay, Murcia), el santuario de El Cigarralejo (Mula, Murcia), el Santuario de Coimbra de Barranco Ancho (Jumilla, Murcia) y el santuario de La Encarnación (Caravaca, Murcia). También se han identificado espacios sacros como el santuario doméstico de El Oral (S. Fulgencio, Alicante), o el de la Bastida de les Alcuses (Mogente, Valencia) y depósitos votivos como el encontrado en el El Amarejo (Bonete, Albacete), o el posible santuario de Meca (Ayora, Valencia). En el ámbito rural, destaca el Santuario de El Pajarillo (Huelma, Jaén), localizado en un punto estratégico de tránsito y que exhibe una arquitectura teatral de compleja narración mitológica para la fama del príncipe ibero protagonista del conjunto escultórico. También en el ámbito rural en 2004 fue descubierto en el Cerro del Sastre (Montemayor, Córdoba) un santuario ibérico que puede considerarse único en España, por conservar gran parte de su perímetro de muro (de más de dos metros de alto) así como las escaleras de acceso al conjunto[cita requerida].

Otra característica es el empleo de grutas o cavernas a modo de santuarios, en los que se depositaban pequeñas estatuillas, llamadas exvotos, como ofrenda votiva a alguna deidad. Estas figuras son tanto de mujeres sacerdotisas como de hombres guerreros, a pie o a caballo, otras están sacrificando algún animal con un cuchillo, o mostrando su respeto con las manos en alto, o con los brazos abiertos.

Asentamientos

Las zonas que mejor se conocen son las del Alto Guadalquivir y del río Segura, donde se distinguen tres tipos de poblados:

Pequeños asentamientos, situados en zonas llanas y que carecían de fortificación;
Recintos fortificados, estructuras de dimensiones reducidas con fuertes defensas que solían estar en zonas altas.
Grandes poblados u oppida, centros que controlaban una región o un territorio, donde se situaban los distritos poblados en llano y sus recintos fortificados. Son las capitales mencionadas por Estrabón.

Las ciudades

Las ciudades iberas podían estar construidas junto a cerros, en lugares estratégicos, controlando las vías de paso, lo que les daban una importante ventaja frente a los enemigos; solían estar circundadas por muros de piedra y adobe, sobre los que se disponían torres de vigilancia y las puertas a la ciudad. Los asentamientos construidos en llano nunca estaban amurallados y tenían una funcionalidad económica, agrícola y ganadera.13​

La mayoría... no fueron concebidos para rechazar asedios formales que nunca vendrían, no solo porque las fortificaciones ejercieran un efectivo papel militar disuasorio —también—, sino porque el atacante no tendría ningún interés en asediar la ciudad. Un asalto rápido o por sorpresa a una granja, bien; una entrada en tropel por una puerta abierta cuando se perseguía a un enemigo en huida, de acuerdo... pero un asedio prolongado carecería de sentido en la forma ibérica de entender la guerra... más valdría volver a saquear los campos y buscar la sorpresa la primavera siguiente. (Fernando Quesada Sanz).

Las casas de las ciudades solían ser de planta rectangular, hechas de adobe sobre una base de piedra, a modo de cimientos, de una sola planta y, algunas veces, dos; las cubiertas tenían una estructura de madera y recubrimiento vegetal.

La principal ciudad de la Oretania, Cástulo, fue también el oppidum más extenso de la península, si bien las posteriores etapas históricas, principalmente romanas y medievales, ocultaron arqueológicamente esta fase ibera, conocida gracias a las diversas campañas de investigación.

Conquista romana

Roma decidió conquistar la península ibérica por la gran cantidad de recursos que poseía y su valor estratégico.

El proceso conquistador duró cerca de doscientos años y se hizo en varias etapas: los Escipiones (218–197 a. C.) ocuparon la franja mediterránea, el valle del Ebro y el del Guadalquivir, aunque no sin dificultades. Después, conquistaron la Meseta y Lusitania (Portugal). Los guerreros íberos preferían la muerte a tener que entregar sus armas. Los pueblos que habitaban estas zonas, ofrecieron gran resistencia, como los guerrilleros lusitanos con Viriato y los numantinos con jefes celtíberos como Retógenes el Caraunio (App. Iber. 93). Posteriormente (29 a 19 a. C.) sometieron a los cántabros y astures, dominando así toda la península, aunque la violenta resistencia requirió la presencia del emperador Augusto. Hispania fue dividida administrativamente en provincias romanas y se convirtió en fuente de materias primas con destino a la capital de Imperio romano.

viernes, 13 de agosto de 2021

LOS PRIMEROS LENGUAJES DE LA HUMANIDAD.

EL HEBREO.

El primer idioma hablado por el hombre, fue el hebreo.  Lo habló desde Adán (4026 a. E. C, hasta la gente del tiempo de Sem, Cam y Jafet y sus descendientes, hasta la confusión de lenguas sobre el 2100 a. E.C. Sem, nació en el 2468 a. E. C, y es evidente que él conservara el idioma original aún después de la confusión del lenguaje.

En el registro bíblico no se da la fecha en la que se intentó construir la Torre de Babel. Génesis 10:25 señala que la división que resultó de la confusión de lenguas ocurrió durante ‘los días de Péleg’. De esto no se infiere necesariamente que este acontecimiento ocurriera al tiempo del nacimiento de Péleg. La expresión “en sus días” indica en realidad que la división tuvo lugar, no al tiempo del nacimiento de Péleg o justo después, sino durante el transcurso de su vida, desde 2269 a 2030 a. E.C. Si cada varón postdiluviano hubiera empezado a tener hijos a los treinta años de edad a un promedio de uno cada tres años (lo que daría un hijo varón cada seis años) hasta la edad de noventa años, la población pudiera haber crecido hasta un total de 4.000 varones adultos en un período de ciento ochenta años desde el fin del Diluvio (es decir, en 2189 a. E.C.). Un cálculo moderado como el que acabamos de mencionar sería suficiente para explicar la construcción de la torre y la dispersión de la gente.

Las pruebas bíblicas e históricas muestran que Sem fue, por lo tanto, el progenitor de los pueblos semitas: los elamitas, los asirios, los caldeos primitivos, los hebreos, los arameos (o sirios), diversas tribus árabes y quizás los lidios de Asia Menor. Esto significaría que la población que descendió de Sem estaba concentrada principalmente en el ángulo sudoccidental del continente asiático, se extendía por casi toda la Media Luna Fértil y ocupaba una considerable porción de la península arábiga. 

Evidentemente los lenguajes originales que resultaron de la acción divina en Babel con el transcurso del tiempo produjeron dialectos relacionados. A menudo estos dialectos se desarrollaron hasta formar lenguajes separados. Aun los descendientes de Sem, que evidentemente no figuraron entre la muchedumbre de Babel, llegaron a hablar, no solo hebreo, sino también arameo, acadio y árabe.

Abrahán fue la décima generación desde Noé por medio de Sem, nacido en 2018 a. E. C, no debió tener dificultad alguna en conversar con el pueblo de ascendencia camítica de Canaán, pues no se menciona que en sus contactos hubiese presente un intérprete, aunque lo mismo debe decirse de su visita a Egipto. Es probable que por haber vivido en Ur de los caldeos, Abrahán supiese acadio (asirobabilonio) (Gé 11:31), un idioma que por algún tiempo fue lengua internacional. Es posible que la gente de Canaán fuese hasta cierto punto bilingüe, pues vivía relativamente cerca de las comunidades semíticas de Siria y Arabia. Además, dado que en el alfabeto se aprecian indicios claros de su origen semítico, es posible que este hecho en sí mismo haya contribuido considerablemente a que personas de otros grupos lingüísticos, en particular gobernantes y funcionarios, empleasen también las lenguas de origen semítico.

Al parecer, Jacob tampoco tuvo dificultad alguna en comunicarse con sus parientes arameos, aunque en ocasiones se aprecian diferencias en el empleo de ciertos términos.

José, que seguramente aprendió egipcio cuando sirvió de esclavo en la casa de Potifar, se valió de un intérprete la primera vez que habló con sus hermanos hebreos cuando fueron a Egipto. Moisés, educado en la corte faraónica, debió aprender varios idiomas: el hebreo, el egipcio, probablemente el acadio y algunos otros.


 La lengua sumeria.

El sumerio (autoglotónimo: 𒅴𒂠 emeg̃ir) fue la lengua del antiguo Sumer, que se habló en el sur de Mesopotamia. Fue gradualmente reemplazada por el acadio como lengua hablada hacia el siglo XIX a. E. C., pero continuó en uso como lengua sagrada y de empleo científico en Mesopotamia hasta comienzos de nuestra era. A partir de ese momento entró en el olvido hasta el siglo XIX.

Su escritura, que es llamada cuneiforme por la forma de cuña de sus trazos, se empleó más tarde para escribir lenguas muy diferentes como el acadio, el ugarítico, el elamita, etc. También se adaptó para algunas lenguas indoeuropeas, como el hitita, que además poseía una escritura propia jeroglífica como la de los egipcios, aunque independiente de esta última. También el persa aqueménida adoptó la escritura cuneiforme.

Se desarrolló una simbiosis cultural íntima entre los sumerios y los acadios de habla semítica, que incluyó un bilingüismo generalizado. La influencia entre el sumerio y el acadio (semítico oriental) es evidente en todas las áreas, desde el préstamo léxico en una escala sustancial, hasta la convergencia sintáctica, morfológica y fonológica. Esto ha llevado a los eruditos a referirse a "sumerio y acadio" en el III milenio a. C. como un Sprachbund.

La impronta que ejerció permaneció entre la clase alta, que lo mantuvo un tiempo más como lengua culta y de prestigio, de una manera similar al latín en la Edad Media europea.

Este texto fue inscrito en un pequeño cono de arcilla. Relata el comienzo de una guerra entre las ciudades-estado de Lagaš y Umma durante el III Período Dinástico Temprano, uno de los primeros conflictos fronterizos registrados.

I.1–7
𒀭𒂗𒆤 𒈗 𒆳𒆳𒊏 𒀊𒁀 𒀭𒀭𒌷𒉈𒆤 𒅗 𒄀𒈾𒉌𒋫 𒀭𒊩𒌆𒄈𒋢 𒀭𒇋𒁉 𒆠 𒂊𒉈𒋩

den-lil2 lugal kur-kur-ra ab-ba dig̃ir-dig̃ir-re2-ne-ke4 inim gi-na-ni-ta dnin-g̃ir2-su dšara2-bi ki e-ne-sur
"Enlil, rey de todas las tierras, padre de todos los dioses, por su firme mandato, fijó la frontera entre Ningirsu y Šara."
8–12
𒈨𒁲 𒈗𒆧𒆠𒆤 𒅗 𒀭𒅗𒁲𒈾𒋫 𒂠 𒃷 𒁉𒊏 𒆠𒁀 𒈾 𒉈𒆕

me-silim lugal kiški-ke4 inim dištaran-na-ta eš2 gana2 be2-ra ki-ba na bi2-ru2
"Mesilim, rey de Kiš, por orden de Ištaran, midió el campo y colocó una estela allí."
13–17
𒍑 𒉺𒋼𒋛 𒄑𒆵𒆠𒆤 𒉆 𒅗𒈠 𒋛𒀀𒋛𒀀𒂠 𒂊𒀝

uš ensi2 ummaki-ke4 nam inim-ma diri-diri-še3 e-ak
"Ush, gobernante de Umma, actuó de manera indescriptible."
18–21
𒈾𒆕𒀀𒁉 𒉌𒉻 𒂔 𒉢𒁓𒆷𒆠𒂠 𒉌𒁺

na-ru2-a-bi i3-pad edin lagaški-še3 i3-g̃en
"Arrancó esa estela y marchó hacia la llanura de Lagaš."
22–27
𒀭𒊩𒌆𒄈𒋢 𒌨𒊕 𒀭𒂗𒆤𒇲𒆤 𒅗 𒋛𒁲𒉌𒋫 𒄑𒆵𒆠𒁕 𒁮𒄩𒊏 𒂊𒁕𒀝

dnin-g̃ir2-su ur-sag den-lil2-la2-ke4 inim si-sa2-ni-ta ummaki-da dam-ḫa-ra e-da-ak
"Ningirsu, guerrero de Enlil, a su justa orden, hizo la guerra con Umma."
28–31
𒅗 𒀭𒂗𒆤𒇲𒋫 𒊓 𒌋 𒃲 𒉈𒌋 𒅖𒇯𒋺𒁉 𒂔𒈾𒆠 𒁀𒉌𒍑𒍑

inim den-lil2-la2-ta sa šu4 gal bi2-šu4 SAḪAR.DU6.TAKA4-bi eden-na ki ba-ni-us2-us2
"A la orden de Enlil, arrojó su gran red de batalla sobre él y le amontonó túmulos en la llanura."
32–38
𒂍𒀭𒈾𒁺 𒉺𒋼𒋛 𒉢𒁓𒆷𒆠 𒉺𒄑𒉋𒂵 𒂗𒋼𒈨𒈾 𒉺𒋼𒋛 𒉢𒁓𒆷𒆠𒅗𒆤

e2-an-na-tum2 ensi2 lagaški pa-bil3-ga en-mete-na ensi2 lagaški-ka-ke4
"Eannatum, gobernante de Lagash, tío de Entemena, gobernante de Lagaš"
39–42
𒂗𒀉𒆗𒇷 𒉺𒋼𒋛 𒄑𒆵𒆠𒁕 𒆠 𒂊𒁕𒋩

en-a2-kal-le ensi2 ummaki-da ki e-da-sur
"arregló la frontera con Enakale, gobernante de Umma"


                                    Idioma acadio.

Con el tiempo, el acadio dejó de ser la lengua franca o de comunicación internacional y fue sustituido por el arameo, que se llegó a usar incluso en correspondencia oficial con Egipto. Sin embargo, cuando el rey asirio Senaquerib invadió Judá (732 a. E.C.), la inmensa mayoría del pueblo de Judá no entendía el arameo (sirio antiguo), si bien sus funcionarios sí lo entendían. De modo semejante, la lengua caldea de los babilonios de origen semita que conquistaron Jerusalén en 607 a. E.C. les pareció a los judíos como quienes “tartamudean con los labios”. Aunque Babilonia, Persia y otras potencias mundiales construyeron grandes imperios y dominaron sobre pueblos de muy diversos idiomas, no pudieron eliminar la barrera divisiva impuesta por las diferencias lingüísticas.

Su estabilidad. Hay numerosísimos ejemplos en la historia de idiomas que han ido evolucionando con el transcurso del tiempo. El español que se hablaba en la época del Cid Campeador (siglo XI E.C.) hoy les parecería a la mayoría de los hispanohablantes un idioma extranjero. Por lo tanto, bien pudiera ocurrir que el idioma que Adán hablaba hubiese cambiado considerablemente para cuando Moisés comenzó la redacción de las Escrituras Hebreas. Sin embargo, la larga duración de la vida durante esos dos mil quinientos años pudo ser un factor contrario a esa evolución. Solo se necesitó un eslabón entre Adán y los sobrevivientes del Diluvio: Matusalén. Además, Sem, que fue contemporáneo de Matusalén durante bastantes años antes del Diluvio, aún vivía para el tiempo de Isaac; y entre la muerte de Isaac (1738 a. E.C.) y el nacimiento de Moisés (1593 a. E.C.) transcurrieron menos de ciento cincuenta años. El que algunos personajes separados entre sí por varias generaciones fueran contemporáneos serviría para conservar la uniformidad del idioma hablado. No obstante, no siempre es posible saber lo cerca que vivieron unos de otros los hombres que sirvieron de eslabones humanos, como Sem y Abrahán. La comunicación habitual es un factor importante en la estabilidad de un idioma.

Las diferencias que fueron surgiendo entre las lenguas semíticas, como el hebreo, el arameo, el acadio y diversos dialectos árabes, hacen patente que no todos los descendientes de Sem conservaron la pureza del “un solo lenguaje” antediluviano. Ya en el siglo XVIII a. E.C. (hacia el año 1761 a. E.C.), el nieto y el sobrino nieto de Abrahán usaron términos diferentes para dar nombre al majano que sirvió de memoria o testimonio entre ellos; Jacob, el padre de los israelitas, lo llamó “Galeed”, mientras que Labán, residente en Siria o Aram (Labán no era descendiente de Aram), empleó la voz aramea “Jegar-sahadutá”. (Gé 31:47.) Ha de decirse, no obstante, que la diferencia entre estos dos términos no indica necesariamente que ya en esa época el hebreo y el arameo fuesen muy distintos, pues hay que tener en cuenta que al parecer Jacob no encontró en Siria dificultad alguna para comunicarse. Seguramente, la aparición de nuevas circunstancias y utensilios hizo que se fueran acuñando palabras nuevas para designarlos. Era de esperar que esos términos variaran de un lugar a otro entre grupos de una misma familia lingüística distanciados geográficamente, aun cuando la estructura gramatical de su idioma permaneciera más o menos igual.

Al parecer, el declive del idioma hebreo comenzó principalmente después del año 70 E.C., como resultado de la destrucción de Jerusalén y su templo y la consecuente dispersión de los sobrevivientes ocurrida en ese mismo año. No obstante, los judíos siguieron usando el hebreo en sus sinagogas en todos los lugares por donde los judíos se esparcieron. Aproximadamente desde el siglo VI E.C., doctos judíos conocidos como masoretas asumieron con gran dedicación la tarea de conservar la pureza del texto hebreo de las Escrituras. Y sobre todo a partir del siglo XVI E.C. se reavivó el interés en el hebreo antiguo. El siglo siguiente fue testigo del inicio de estudios intensivos de otras lenguas semíticas, lo que contribuyó a esclarecer el entendimiento del idioma antiguo y ha resultado en traducciones mejoradas de las Escrituras Hebreas.

 Mapa de difusión de los sistemas cuneiformes.

EL IDIOMA UGARÍTICO.

El ugarítico fue una lengua semítica que se hablaba en Ugarit (Siria) a partir del 2000 a. E. C. Se conoce gracias a la gran cantidad de restos encontrados en 1928, con tablillas de signos cuneiformes que formaban un alfabeto propio (el alfabeto ugarítico). Además de documentos comerciales e históricos, se han hallado restos literarios de gran valor. Ugarit fue una ciudad-Estado multilingüe que conquistó muchos territorios vecinos. La importancia del ugarítico se debe a su relación con la Biblia, ya que muchos de los textos encontrados han ayudado a comprender mejor el Antiguo Testamento.


El ugarítico posee unas características gramaticales muy similares a las del árabe clásico y el acadio.

IDIOMA HURRITA.

Hurrita es el nombre que se usa por lo general para el idioma de los hurritas, un pueblo que llegó al norte de Mesopotamia y que prácticamente había desaparecido hacia el 1000 a. E. C. El hurrita fue el idioma del reino Mitanni en Mesopotamia Septentrional y probablemente se habló al menos al comienzo de los asentamientos hurritas en Siria. Se cree que los hablantes de este idioma llegaron de las montañas de Armenia y se expandieron por el sureste de Anatolia y el norte de Mesopotamia a comienzos del segundo milenio antes de la era común. 

Los centros más importantes donde se hablaba era la capital Wassukanni y las ciudades Taite, Nuzi, Qatna y Alalach, así como la capital del reino hitita, Hattuša.

Los textos más antiguos que se tiene del hurrita son nombres de personas y topónimos. Los primeros textos son del tiempo del rey Tishatal de Urkesh (comienzos del segundo milenio a. E. C.). Los arqueólogos hallaron numerosas épicas, juramentos, textos de predicciones y cartas en Hattuša, Mari, Tuttul, Babilonia, Ugarit y otros sitios. Sin embargo, el texto más importante para entender el idioma ha sido una larga carta (la carta de Mitani) que se halló en Amarna, Egipto. El rey hurrita Tushratta la había escrito al faraón Amenhotep III.

A partir del siglo XIV a. E. C. comienzan a penetrar al territorio hurrita desde el norte y oeste los hititas y algo después desde el este y el sur los asirios hasta que ambas potencias terminaron por dividirse por completo el territorio hurrita. Las invasiones de los pueblos del mar en el siglo XII a. E. C. llevaron a más cambios políticos. Otros idiomas escritos como el hitita y el ugarítico se extinguieron. A partir de ese tiempo solo hay indicios del hurrita en nombres de personas y topónimos que se hallan en textos en acadio o en urarteo. Es por eso que no se sabe si el hurrita aun existió un tiempo más como idioma hablado.

El único idioma del que se conoce una conexión clara con el hurrita es el antiguo artaico, un idioma que se habló a comienzos y mitad del primer milenio antes de Cristo en un territorio que iba del lago de Sewan, al lago de Van y al lago de Urmia. Se han sugerido relaciones con otros idiomas como el eteochipriota, sobre el chipriominoico así como sobre el casita.

                            Partes de las actuales Turquía, Armenia, Iraq.

El vocabulario conocido del hurrita es muy homogéneo, es decir, contiene pocos préstamos (p.e. tuppi (tablilla de arcilla), Mizri (Egipto) ambos del acadio). Los dialectos acadios vecinos tomaron numerosas palabras del hurrita como ḫāpiru (nómada) del hurrita ḫāpiri, de donde procedería el término: 'hebreos'; el vocablo del hurrita: 'Ugri', con el significado de: 'pie', estaría vinculado al sánskrit: 'Ugra', y al francés: 'Ogre', de donde proviene el español: 'Ogro', una variante de: 'Bigfoot'. Es posible que haya préstamos en idiomas caucásicos, pero no se puede probar ya que no hay escritos en idiomas caucásicos que se remonten a los tiempos hurritas. Por eso no se puede determinar cuál es el idioma que originó estas palabras parecidas.

IDIOMA URARTEO.


Idioma semejante al hurrita.

IDIOMA CASITA.

El idioma casita fue un idioma hablado por los casitas en el norte de Mesopotamia desde el siglo xviii a. C. hasta el siglo iv. Desde el siglo siglo xvi hasta el siglo xii a. C., los reyes de origen casita gobernaron en Babilonia hasta que fueron desplazados por los elamitas.

Los casitas del estado babilonio usaban el idioma acadio como lengua de propósito general. Por esa razón, hay pocos vestigios del idioma casita: un reducido diccionario casita-acadio con términos agrícolas y técnicos, nombres de colores, etc., y listas de antropónimos, teónimos y nombres de caballos. La falta de textos casitas hace difícil la reconstrucción de una gramática casita hasta el momento.

Algunas palabras parecen préstamos de lenguas indoiranias.

No se conocen morfemas. Las palabras buri (gobernante) y burna (protegido) probablemente tenían la misma raíz.

EL ARAMEO.


En el siglo VIII a. E.C., la diferencia entre el hebreo y el arameo había llegado a ser tan grande que se les considera idiomas separados.

El arameo fue un antiguo idioma semita relacionado estrechamente con el hebreo y hablado en un principio por los arameos. Sin embargo, con el transcurso del tiempo llegó a abarcar varios dialectos (a algunos de los cuales se les considera idiomas independientes) y tuvo un uso extenso, sobre todo en el SO. de Asia. El arameo se empleó desde el II milenio a. E.C. hasta poco más o menos el año 500 E.C. Es uno de los tres idiomas en los que se escribió originalmente la Biblia. El término hebreo ʼAra·míth se emplea cinco veces en el texto bíblico y se traduce “en el lenguaje siríaco” o “en el lenguaje arameo”.

Por lo general, el arameo se divide en occidental y oriental, pero, desde un punto de vista histórico, se han reconocido los siguientes cuatro grupos: arameo antiguo, oficial, levantino y oriental. Algunos han indicado que es muy probable que durante el II milenio a. E.C., se hablaran varios dialectos arameos en la Media Luna Fértil, Mesopotamia y sus inmediaciones.

Con el tiempo, un nuevo dialecto arameo llegó a ser la lengua franca o idioma internacional auxiliar del Imperio asirio, sustituyendo al acadio en la correspondencia oficial gubernamental con las zonas remotas del imperio. Por el uso que se le dio, a esta forma de arameo se la conoce como “arameo oficial”, y se siguió utilizando durante la hegemonía babilonia (625-539 a. E.C.) y, después, bajo la dominación persa (538-331 a. E.C.). En ese tiempo en particular tuvo un amplio uso, siendo el idioma oficial del gobierno y el comercio en una extensa zona, como lo atestiguan los descubrimientos arqueológicos, puesto que aparece en los registros de tablillas cuneiformes, en ostraca, papiros, sellos, monedas, inscripciones sobre piedra y hallazgos similares. Se han encontrado estos objetos en lugares como Mesopotamia, Persia, Egipto, Anatolia, Arabia septentrional y regiones tan septentrionales como los montes Urales y tan orientales como Afganistán y el Kurdistán. El uso del “arameo oficial” continuó durante el período helenístico (323-30 a. E.C.).

¿En qué idioma habló Jesús? Existen bastantes diferencias de opinión respecto a este asunto entre los escriturarios. Sin embargo, el profesor G. Ernest Wright dice en cuanto a los idiomas que se hablaban en Palestina cuando Jesucristo estuvo sobre la Tierra: “En las calles de las ciudades más importantes se oiría hablar en diversos idiomas. Los más comunes eran, evidentemente, el griego y el arameo, y casi todos, incluso los habitantes de las ciudades ‘modernas’ u ‘occidentales’, como Samaria y Cesarea, serían capaces de entenderse en ambos, aunque el griego sería allí el más hablado. Los soldados y funcionarios romanos hablarían entre sí el latín, mientras que los judíos ortodoxos se entenderían en una variedad tardía del hebreo, un idioma que, según nuestros conocimientos, no era ni hebreo clásico ni arameo, a pesar de sus semejanzas con ambos”. A continuación, el profesor Wright pasa a comentar sobre el idioma que debió hablar Jesús: “Se ha discutido mucho en qué lengua se expresaría Jesús. No contamos con medio alguno para saber si era capaz de hablar en latín o en griego, pero en su predicación al pueblo se serviría del arameo o del hebreo popular, fuertemente teñido de aramaísmo. Cuando Pablo se dirigió al tumulto en el templo, se afirma que lo hizo en hebreo (Hch 21:40). Los investigadores, en general, entienden que se trata del arameo, pero también es muy posible que el idioma hablado por entonces entre los judíos fuese una forma popular del hebreo”. (Arqueología bíblica, 1975, págs. 349, 350.)

Por consiguiente, durante su vida humana, Jesús habló un tipo de hebreo propio de su época y un dialecto arameo.

IDIOMA EGIPCIO.


Los eruditos modernos tienden a clasificar la lengua egipcia como “semítico-camítica”. Aunque era básicamente camítica, se dice que hay muchas analogías entre su gramática y la de las lenguas semíticas, así como algunas similitudes en el vocabulario. A pesar de estas aparentes semejanzas, se reconoce que “el egipcio difiere de todas las lenguas semíticas mucho más que estas entre sí, de modo que, al menos hasta que se defina mejor su relación con las lenguas africanas, se le debe excluir del grupo semítico”. (Egyptian Grammar, de A. Gardiner, Londres, 1957, pág. 3.)

Hay muchos factores que hacen extremadamente difícil llegar a conclusiones definitivas sobre el idioma primitivo utilizado en Egipto. Uno de ellos es el sistema egipcio de escritura. Las inscripciones antiguas usan signos pictográficos (representaciones de animales, pájaros, plantas u otros objetos) combinados con algunas formas geométricas, sistema de escritura que los griegos llamaron jeroglífico. Aunque algunos signos representaban sílabas, estas solo se emplearon para complementar los jeroglíficos, nunca para sustituirlos. Además, en la actualidad se desconocen los sonidos que aquellas sílabas representaban. Algunos escritos cuneiformes de mediados del II milenio a. E.C. que hablan de Egipto han aportado datos de interés. Las transcripciones griegas de nombres egipcios y de otras palabras, de aproximadamente el siglo VI E.C., y algunas transcripciones arameas de un siglo más tarde, también han ayudado a deletrear las palabras egipcias transcritas. No obstante, la reconstrucción de la fonología del antiguo egipcio aún se basa en el copto, el egipcio hablado a partir del siglo III E.C. De modo que solo se puede tener un conocimiento aproximado de la estructura original del vocabulario antiguo en su forma más primitiva, en particular anterior a la estancia israelita en Egipto.

Por otra parte, el conocimiento de otros idiomas camíticos africanos es muy limitado en la actualidad, por lo que es difícil determinar la relación del egipcio con estos. No se conoce ninguna inscripción de idiomas africanos no egipcios anterior a nuestra era. Los hechos apoyan el relato bíblico de la confusión de las lenguas, y parece claro que los egipcios primitivos, en tanto descendientes de Cam por medio de Mizraim, hablaban un idioma separado y distinto de las lenguas semíticas.

La escritura jeroglífica se usó sobre todo para inscripciones en monumentos y pinturas murales, en las que los símbolos se trazaban con gran detalle. Aunque continuó empleándose hasta el principio de la era común, en particular en textos religiosos, los escribas idearon una escritura menos incómoda, de formas cursivas y más simplificadas, que impresionaban con tinta sobre cuero y papiro. A este sistema se le denominó hierático. Le siguió otro todavía más fácil de escribir, llamado demótico, en especial a partir de la “dinastía XXVI” (siglos VII y VI a. E.C.). No se logró descifrar los textos egipcios hasta después del descubrimiento de la Piedra Rosetta, en el año 1799. Esta inscripción, actualmente en el Museo Británico, contiene un decreto en honor a Tolomeo V Epífanes que data del año 196 a. E.C. La escritura está en jeroglífico egipcio, demótico y griego; gracias al texto en este último idioma fue posible descifrar el egipcio.

EL IDIOMA PERSA.



El persa antiguo o persa aqueménida es una lengua irania suroccidental hablada hace dos milenios y medio en el antiguo Irán, siendo el antecesor directo del persa medio o persa sasánida (pahlavi). El persa antiguo refleja arcaísmos y estructuras gramaticales típicas del antiguo iranio, también testimoniadas en el antiguo avéstico (iranio nororiental).

El idioma persa está clasificado dentro de la familia indoeuropea, y presenta pruebas de que está emparentado con el sánscrito de la India. En algún momento de su historia los persas comenzaron a utilizar un sistema de escritura cuneiforme, que tenía, sin embargo, un número muy reducido de signos, en comparación con los cientos de signos de la escritura cuneiforme de Babilonia y Asiria. Se han hallado algunas inscripciones de la época del imperio en persa antiguo acompañadas de traducciones al acadio y a un idioma que por lo general se ha denominado “elamita”. No obstante, los documentos oficiales que se utilizaban en la administración de los territorios imperiales se registraban principalmente en arameo como idioma internacional.

El persa se conoce principalmente por las inscripciones sobre tablillas de barro y sellos reales del período aqueménida (entre el 600 a. E. C. y el 300 a. E. C.). Se han encontrado ese tipo de inscripciones en Irán, Irak, Turquía y Egipto.​ Uno de los textos más importantes es la inscripción de Behistun, datada en el año 525 a. E. C.

Uso
El persa antiguo era la lengua coloquial usada en Persépolis, la capital del imperio aqueménida, y probablemente una región amplia a su alrededor, pero no era usada en todas las partes del imperio y para todos los fines. Aunque recientemente (2007) se encontraron algunas tablillas olvidadas, en los archivos del Instituto de Oriente (Oriental Institute) de la Universidad de Chicago, que al ser estudiadas sugirieron que la lengua se usaba para muchos propósitos comunes mucho más de lo que se había creído.

Origen y panorama
Como lengua escrita, el antiguo persa está testimoniado en las inscripciones reales del imperio aqueménida. El estudio de dichas fuentes muestra que se trata de una lengua irania, y por tanto una lengua indoeuropea la subfamilia indoirania. El texto más antiguo escrito en persa antigua es el texto en persa contenido en la inscripción plurilingüe de Behistun. La fecha de ese texto sitúa al antiguo persa entre las lenguas indoeuropeas antiguas más tempranamente documentadas con textos escritos.

De acuerdo a la tradición aqueménida el persa antiguo era oriundo de Fārs, en Irán suroccidental, la región de donde procedían los reyes aqueménidas. El persa antiguo se originó como lengua étnica de los parsuwaš que habían llegado desde la meseta iraní, a donde habían llegado en el I milenio a. E. C.​ Los registros asirios, que proporcionan las primeras referencias de la presencia de los antiguos iranios (persas y medos) en la meseta iraní, proporcionan una buena cronología aunque son imprecisos con respecto a la ubicación geográfica de los antiguos persas. De acuerdo a los registros asirios del siglo IX a. E. C., los parsuwaš (junto con los matai y los medos) se sitúan en el área del lago Urmia de acuerdo con las crónicas de Salmanasar III.​ La identidad exacta de los parsuwaš todavía no ha sido determinada con exactitud, aunque desde el punto de vista lingüístico parece encajar con el término pārsa usado en persa antiguo, este término se ha reconstruido como *pārćwa,​ con lo cual parece ser el origen de parsuwaš. El hecho de que el antiguo persa tenga incorporados numerosos préstamos del medo, sugiere de acuerdo con P. O. Skjærvø que ha se hubiera hablado en la parte occidental antes de la formación del imperio aqueménida y durante la primera mitad del primer milenio a. E. C.

EL IDIOMA ELAMITA.



Al evaluar la información supracitada, hay que recordar que la región geográfica en la que con el tiempo se concentraron los descendientes de Elam bien la pudieron haber ocupado otros pueblos antes de la época elamita o incluso durante ese tiempo, tal como los sumerios primitivos no semitas residieron en Babilonia. La Encyclopædia Britannica (1959, vol. 8, pág. 118) dice: “Todo el país [designado Elam] fue ocupado por varias tribus que en su mayoría hablaban dialectos aglutinantes, aunque los que ocuparon los distritos occidentales eran semitas”. 

Sin embargo, estas inscripciones halladas en Elam no prueban que los verdaderos elamitas no fuesen de origen semita, pues hay muchos ejemplos históricos de pueblos que adoptaron un idioma distinto al suyo debido a la dominación o infiltración de elementos extranjeros. Por otro lado, algunos pueblos antiguos, además de hablar su propia lengua, usaban otro idioma en sus relaciones comerciales o internacionales (como en el caso del arameo, que llegó a ser lingua franca de varias naciones). A los “hititas” de Karatepe se deben unas inscripciones bilingües (probablemente del siglo VIII a. E.C.) en escritura jeroglífica “hitita” y en fenicio antiguo. Otro ejemplo de la práctica común entre pueblos antiguos de registrar hechos y acontecimientos en más de un idioma lo hallamos en Persépolis, donde se encontraron unas 30.000 tablillas de arcilla del tiempo del rey persa Darío I. Estaban escritas en su mayor parte en el idioma “elamita”. Sin embargo, Persépolis no era una ciudad elamita.

Una prueba más de que no es apropiado considerar la mención de Elam en Génesis capítulo 10 como una referencia puramente geográfica y no genealógica la suministran las esculturas de los reyes elamitas, esculturas que datan, según los arqueólogos, del tiempo de Sargón I (cuya gobernación sitúan hacia el fin del III milenio). Estas esculturas no solo representan figuras típicamente acádicas (asirobabilonias semíticas), sino que también llevan inscripciones acádicas. (The Illustrated Bible Dictionary, edición de J. D. Douglas, 1980, vol. 1, pág. 433.)

El elamita también fue una lengua oficial del Imperio persa de siglo VI a. E. C. al siglo IV a. E. C. Los últimos textos escritos en elamita son de la época de la conquista del Imperio persa por Alejandro Magno.

A lo largo de los siglos, se desarrollaron tres escrituras sucesivas para el elamita.


El protoelamita es el sistema de escritura más antiguo de Irán. Sus primeros testimonios son realizados en Susa, capital de Elam. Se cree que la escritura protoelamita se desarrolló a partir de la escritura sumeria naciente. Las tablillas más antiguas con pictogramas elamitas proceden del nivel 16 de Susa y son contemporáneas del periodo Uruk IV de Sumer, donde se halló el primer descubrimiento de escritura. Mientras que el protocuneiforme está escrito en jerarquías visuales, el protoelamita está escrito en un estilo en-línea: signos numéricos siguen a los objetos que cuentan; algunos signos no numéricos son imágenes de los objetos que representan, aunque la mayoría son totalmente abstractos. Dicha escritura consiste en aproximadamente 1000 signos y se cree que es parcialmente logográfica. Debido a que no ha sido descifrada, no se sabe si la lengua es elamita o no.




                                        Elamita lineal.

El elamita lineal es un silabario derivado del protoelamita, llamado así a causa de sus registros similares a los del lineal cretense. Es conocida por unas 1400 inscripciones relacionadas con transacciones económicas, encontradas sobre todo en Susa. El elamita lineal solo ha sido descifrado en parte, principalmente por Walther Hinz. Consiste en unos 80 símbolos y se escribía en columnas verticales de arriba abajo y de izquierda a derecha.

El elamita cuneiforme se usó desde el ¿2000? hasta el 331 a. E. C. y se adaptó del cuneiforme acadio. Consiste en unos 130 símbolos (en su mayoría silábicos) y representa una simplificación de los viejos pictogramas protoelamitas. Es principalmente un lenguaje que utiliza los ideogramas o logogramas. La polifonía estaba reducida al máximo, de tal modo que el elamita era en la práctica un sistema silábico.

LENGUA HITITA.

El luvio, el palaico y el hitita (los tres fechados antes del primer milenio 1000 a. C.), así como el lidio y el licio (éstos dos entre los años 500 y 200 a. C.) forman la subfamilia anatolia, de las lenguas indoeuropeas. Al norte de Hatti, en la región llamada Pala se hablaba el palaico; el luvio tanto en Arzawa al oeste, como en Cilicia, al sur; el lidio se hablaba al noroeste de la región de Anatolia, y el licio, que procedía del luvio, en el suroeste. Los hititas llamaron a la lengua hitita nesio, más tarde nesa, como la primera ciudad donde se asentaron, que estuvo cerca de la actual población turca de Kayseri.







El hitita es la lengua muerta hablada en la antigüedad por los hititas, pueblo que creó un imperio centrado en la antigua Hattusa (actual Bogazköy) en el norte de Anatolia central (hoy Turquía). La lengua se habló aproximadamente entre 1600 a. E. C. (y probablemente antes) y 1100 a. E. C. Hay algunos testimonios de que la lengua hitita y lenguas cercanas a ella continuaron hablándose en Anatolia durante varios siglos después de la caída del Imperio Hitita y el último de los textos hititas conocido.

El hitita es la más antigua lengua indoeuropea conocida. Debido a marcadas diferencias en su estructura y fonología, en un primer momento algunos filólogos, el más notable de ellos Warren Cowgill, argumentaron que debería ser clasificada como hermana de las lenguas indoeuropeas, en vez de como lengua hija. Sin embargo, más recientemente, muchos investigadores han llegado a aceptar al hitita como lengua descendiente del protoindoeuropeo, y algunos estudios han mostrado que sus características inusuales son fruto principalmente de innovaciones posteriores.

El material hitita antiguo se puede hallar en nombres propios y en algunos préstamos del dialecto local recogidos en las tablillas de Capadocia (correspondencia comercial en asirio de los colonos asirios que vivieron en Anatolia, especialmente en el emporio de Kültepe, cerca de la actual Kayseri, entre c. 1900 a. C. y 1720 a. C.).

Las tablillas de otros lugares fuera de la capital hitita son raras, solo algunos ejemplos se han encontrado, como en Tarso, Alalakh, Ugarit y Amarna. Esos hallazgos atestiguan el crecimiento de un gran Imperio hitita, especialmente entre c. 1400 a. C. y 1190 a. C. El antiguo hitita, el corpus de escritos más antiguos de una lengua indoeuropea, es conocido por algunas tablillas preservadas en un "antiguo ductus" de escritura que era típico de copias del Reino antiguo (c. 1700 a. C.-1500 a. C.) La etapa intermedia llamada edad oscura entre c. 1500 a. C. y c. 1400 a. C. es descrita como el periodo de la denominada lengua hitita media. La mayor parte de los textos hititas medios y antiguos están preservados en copias del periodo imperial posterior.

Los archivos de Bogazköy-Hattusa han sido descubiertos en varios lugares de la ciudadela, en el complejo del Gran Templo y en la 'Casa sobre la loma'. Aunque la mayoría de los textos tratan sobre asuntos religiosos (oráculos, himnos, oraciones, mitos, rituales y festividades) también contienen material histórico, político, administrativo, literario y legal. Aparte de esos géneros, hay un material usado por los escribas para su trabajo de enseñanza, que incluye listas de palabras, nombres y prescripciones rituales, en los que se refleja un exhaustivo conocimiento de los asuntos tratados. Los textos sumerios hallados en esos archivos pertenecen a esta clase de literatura. Para los tratados y correspondencia con potencias extranjeras, se usó el acadio como lengua diplomática del periodo, lo que significa que tanto el sumerio como el acadio fueron lenguas obligatorias de conocimiento para los escribas, siendo dos de las ocho lenguas halladas en los archivos hititas.

Al principio, la identidad indoeuropea del hitita fue oscurecida por dos factores: la presencia de un abundante número de palabras no indoeuropeas y la ausencia de inflexión que se hubiera esperado en una lengua indoeuropea más antigua que el sánscrito védico o que el griego homérico. Pero el elemento exótico en el vocabulario es fácilmente explicable como el sustrato de un periodo prolongado de exposición a un medio no indoeuropeo, aunque no hay explicación convincente para la sorprendente simplicidad del sistema morfológico.

Para escribir se utilizó el cuneiforme, lo cual ha pasado a denominarse cuneiforme hitita; es decir, el hitita se escribió en un sistema ideado para anotar un sistema fonológico radicalmente diferente. El cuneiforme adoptado por los hititas es una variante del sistema de escritura originario de Mesopotamia, que se parece mucho al ductus y forma de las tablillas del siglo xvii a. C. de Alalakh. Es posible que el cuneiforme haya sido introducido como resultado de la inducción hitita a los escribas asirios para que desarrollaran sus actividades en la capital hitita durante la primera parte del antiguo Reino, poco después de 1650 a. C. También se ha afirmado que la escritura fue usada para escribir acadio y solo luego empleado para el hitita también.

El hitita es una de las lenguas anatolias. El hitita propiamente dicho es la lengua encontrada en inscripciones cuneiformes en tablillas realizadas a instancia de los reyes hititas. Las inscripciones conocidas como "hitita jeroglífico" contienen realmente textos en una lengua con parentesco cercano, el luvio, en lugar del hitita. Las lenguas licia y lidia también se han atestiguado en territorio hitita. El licio es descendiente del luvio, mientras que el lidio es bastante distinto y no puede ser descendiente ni del hitita ni del luvita. El palaico, hablado asimismo en territorio hitita, se ha encontrado únicamente en textos rituales citados en documentos hititas. La rama anatolia incluye igualmente el cario, el pisidio y el sidético.

El profesor Daniel Schwemer, director de la Cátedra de Estudios del Próximo Oriente Antiguo de la Universidad Julius-Maximilians de Wurzburgo (Alemania), trabaja en los hallazgos cuneiformes de la excavación. Informa de que el texto ritual hitita se refiere al nuevo idioma como la lengua de la tierra de Kalašma. Se trata de una zona situada en el extremo noroccidental del corazón hitita, probablemente en la zona de las actuales Bolu o Gerede.

El descubrimiento de otra lengua en los archivos de Boğazköy-Hattusa no es del todo inesperado, como explica Daniel Schwemer: Los hititas estaban singularmente interesados en registrar rituales en lenguas extranjeras.

Estos textos rituales, escritos por escribas del rey hitita, reflejan diversas tradiciones y medios lingüísticos anatolios, sirios y mesopotámicos. Los rituales proporcionan valiosos atisbos de los paisajes lingüísticos poco conocidos de la Anatolia de la Edad del Bronce Tardío, donde no sólo se hablaba hitita. Así, los textos cuneiformes de Boğazköy-Hattusa incluyen pasajes en luvita y palaico, otras dos lenguas anatolio-indoeuropeas estrechamente relacionadas con el hitita, así como en hático, una lengua no indoeuropea. A ellas se añade ahora la lengua kalasma.

Según Rieken, a pesar de su proximidad geográfica a la zona donde se hablaba el palaico, el texto parece compartir más rasgos con el luvita.

En las lenguas hitita y luvita hay numerosos préstamos, vocabulario religioso en particular, de las lenguas no indoeuropeas hurrita y hatti. El hatti era la lengua de los hatti, los habitantes de la tierra de los hititas antes de ser absorbidos o desplazados por estos. Textos sagrados y mágicos hititas fueron escritos con frecuencia en hatti, hurrita y acadio, incluso después de que el hitita se convirtiera en la lengua habitual para otro tipo de escritos.

La lengua hitita se ha clasificado tradicionalmente en tres etapas: Antiguo Hitita, Hitita Medio, y Nuevo Hitita, correspondientes al Antiguo (1750 a. C.-1500 a. C.), Medio (1500 a. C.-1430 a. C.) y Nuevo (1430 a. C.-1180 a. C.) Reino del Imperio Hitita. Estas etapas están diferenciadas en parte por aspectos lingüísticos y en parte por aspectos paleográficos. Puesto que la noción del Reino Medio ha sido ampliamente desacreditada, Melchert (Middle Hittite revisited) sostiene que el hitita medio como término lingüístico no está claramente definido y debería entenderse como un período de transición entre antiguo y nuevo hitita.

Como la lengua indoeuropea más antigua documentada, el hitita resulta interesante en gran medida por la carencia de bastantes características gramaticales que exhiben otras lenguas indoeuropeas antiguas, como el sánscrito, latín, griego antiguo, persa antiguo y avéstico. Cabe destacar que el hitita no presenta el sistema de género indoeuropeo masculino-femenino; en su lugar, tiene un sistema de clase nominal rudimentario, basado en la oposición animada-inanimada más antigua, como el protoindoeuropeo.

La gramática hitita presenta un sistema de declinación nominal complejo y un sistema verbal altamente conservador. El idioma está documentado en cuneiforme, y es una de las lenguas indoeuropeas más antiguas en haber sido registradas, aparte del sánscrito védico.

De la numeración hitita solo se conocen cuatro números: 2 da-, 3 tri-, 4 meiu-, 7 sipta-.

Textos sagrados y mágicos hititas fueron escritos con frecuencia en hatti, hurrita y acadio, incluso después de que el hitita se convirtiera en la lengua habitual para otro tipo de escritos.

GE'EZ.

Es una lengua extinta perteneciente al grupo de lenguas semíticas meridionales. Se hablaba en la Antigüedad en el Reino de Aksum, en el norte de la actual Etiopía. La Biblia fue traducida a este idioma en el siglo IV, y durante muchos siglos, después de que dejara de ser lengua viva usada en la comunicación cotidiana, continuó siendo el idioma oficial de la Corte Imperial de Etiopía.

El ge'ez sigue siendo la lengua litúrgica de la Iglesia ortodoxa etíope, Iglesia ortodoxa de Eritrea, Iglesia católica etiópica, Iglesia católica eritrea y la comunidad judía Beta Israel. Se estudia en todos los monasterios y seminarios de las iglesias católicas y ortodoxas de Etiopía y Eritrea, del mismo modo que el latín es aprendido y empleado por el clero católico de rito latino. Asimismo, el ge'ez fue, hasta mediados del siglo xix, la principal lengua administrativa, legal y literaria de Etiopía (entonces llamada Abisinia). En este sentido, su uso como lingua franca entre las diversas etnias del Imperio Etíope también es comparable con el empleo del latín en la Europa medieval.

Los idiomas modernos más importantes que descienden del ge'ez son el tigriña (el idioma más hablado en Eritrea y en la región etíope de Tigray) y el tigré. Otras lenguas como el amárico (idioma nacional de Etiopía) o el gurage (guraguiña, el habla semítica más austral de Etiopía) están estrechamente relacionados con él, pero no son descendientes directos del ge'ez.

El ge'ez se escribe con la misma abugida que sigue utilizándose en la actualidad para todos los idiomas descendientes del ge'ez, incluidos los tres arriba mencionados.

Una de las series del Corpus Scriptorum Christianorum Orientalium está específicamente dedicada a la literatura cristiana oriental escrita en ge'ez (Scriptores Aethiopici).


                                   Génesis 29.11–16 en ge'ez.

IDIOMA LUVITA O LUVIO.


El idioma luvita o luvio forma parte de la extinta rama anatolia de la familia lingüística indoeuropea. El luvita está estrechamente relacionado con el hitita, y estaba entre los idiomas hablados en Arzawa, al oeste o suroeste del área central hitita. Los textos más antiguos, por ejemplo el Código Hitita, se referían a las zonas de habla luvita, incluidas Arzawa y Kizzuwatna, como Luvia, la región donde habitaban los luvitas. Mucho más tarde, esta misma área llegó a ser conocida como Lidia (o Ludia), la Luddu asiria o la Λυδία griega. Es o bien el directo antecesor del licio o un pariente próximo del antecesor del licio. El luvio es el candidato más probable para ser el idioma hablado por los troyanos, junto a un posible idioma tirsénico relacionados con el lemnio.

Desde su tierra de origen, los hablantes de luvita se extendieron gradualmente hacia el este por Anatolia y llegaron a ser un factor que contribuyó a la caída, alrededor del 1180 a. E. C., del Imperio hitita, donde también parece haber sido ampliamente hablado durante esta época. El luvita fue también el idioma de los estados luvio-arameos de Siria tales como Milid y Carchemish, y también del reino de la Anatolia central Tubal que floreció alrededor del 900 a. E. C.

El luvita se ha conservado en dos formas, denominadas según los sistemas de escritura utilizados para su representación:

Luvita cuneiforme

Luvita jeroglífico.

Luvita cuneiforme

El luvita cuneiforme es la forma de la lengua luvita atestiguada en los archivos de las tablillas de Hattusa; esencialmente es el mismo sistema de escritura cuneiforme utilizada en hitita. En el Catálogo de Textos Hititas del lingüista Emmanuel Laroche, su Corpus lingüístico va del CTH 757-773, en su mayoría compuesto por rituales.

Luvita jeroglífico

El jeroglífico es una forma de luvita escrito en una escritura nativa, conocida como jeroglífico anatolio.​ Antiguamente se consideraba una variedad de la lengua hitita, y se conocía como jeroglíficos hititas a la lengua de la misma inscripciones, pero este término hoy en día está obsoleto. El primer documento de una inscripción monumental es de 1850, cuando un habitante de Nevşehir informó de las actividades de socorro en Fratkin. En 1870 se encontró en Aleppo otra inscripción insertada en la pared sur de la mezquita de el-Qiqan durante su construcción. En 1884 el erudito polaco Maryan Sokolowski descubrió una inscripción cerca de Köylütolu, en Turquía occidental. La inscripción más grande conocida fue excavada en 1970 en Yalburt, al noroeste de Konya. El luvita jeroglífico pudo haber sido influido en su momento por el hitita y quizá también por el griego, que se había extendido en el período Minoico Cretense Tardío II en el siglo XV a. E. C.

Luvita en Creta

Hay pruebas escritas de que el luvita fue la primera lengua indoeuropea hablada en la isla de Creta.

IDIOMA PALAÍTA O PALAICO.

El idioma palaíta o palaico es una lengua indoeuropea perteneciente al grupo anatolio, según lo señalado por el nombre de los palaico en la zona denominada Pala por los textos hititas.

En los antiguos textos hititas, al igual que las viejas leyes hititas, la palabra Pala se utiliza para designar un área del imperio. Se encuentra ubicado en la región central del reino hitita en Anatolia, en el centro, cerca de la región de Hattusa, el Hatti. Puede corresponder a una parte de la Paflagonia. Los hablantes de la lengua palaíta vivieron en esta zona a principios del reino hitita, en los siglos XVII-XVI a. C., entonces desaparece de la documentación. Esta zona se convierte en un asentamiento de los kaskas, un pueblo no indoeuropeo.

Nuestro conocimiento de la lengua palaíta (palaumnili en hitita) es muy limitado, ya que no está bien documentado: solo se conocen unos pocos pasajes en textos escritos en escritura cuneiforme en palaíta, o pasajes en los textos hititas permiten su estudio. Todos los textos palaítas conocidos son de naturaleza religiosa (CTH 750-754 de acuerdo con la clasificación de E. Laroche), puesto que los hititas conservaron algunos rituales de los pueblos vecinos en sus tradiciones de culto. Por lo general dichos textos son fragmentarios, el texto más largo se dedica a un antiguo dios del ritual Hatti, Ziparwa (CTH 750).

Muchos pasajes en idioma palaíta se caracterizan por contener préstamos léxicos de la lengua hática, lengua no indoeuropea, y no podemos saber si se trataba de la misma lengua. Por lo que conocemos, el palaíta se ajusta claramente a las características típicas de las lenguas indoeuropeas, y en general es cercano a su vecinos y contemporáneos, los idiomas hitita y luvita.

IDIOMA LICIO.

El licio era un idioma indoeuropeo, una de las lenguas anatolias, habladas durante la Edad del Hierro en la antigua región de Licia, en Anatolia, la actual Turquía. Algunos especialistas creen que se trata de una lengua descendiente del luvita (a su vez emparentado con el hitita). Hacia el siglo I a. C. fue reemplazado por el griego.

El licio fue la lengua autóctona de la región histórica de Licia (griego Λυκία [lü'kia]), durante el I milenio a. C. y posiblemente antes. Durante el II milenio a. C. los textos cuneiformes hititas se referían a la región como el territorio de los Lukka, aunque sin evidencia textual directa no puede saberse si el licio o un antecesor del mismo ocupaba ya ese territorio.

Existen unas 150 inscripciones epigráficas y unas 200 inscripciones monetales (muchas todavía inéditas), así como algunas inscripciones más sobre objetos. La gran mayoría de los textos conocidos son estelas funerarias, altamente formularias y repetitivas. Además existen algunos decretos administrativos generalmente en mal estado de conservación. La estela de Janto (Xanthos) y la inscripción trilingüe licio-griego-arameo de Létôon son dos textos importantes excepcionalmente conservados. Este último texto registra el inicio del culto a la diosa Leto por parte de los ciudadanos de Janto en un templo unas pocas millas al sur de la ciudad. Está formado por 41 líneas y su descubrimiento permitió un avance sustancial en la comprensión de la gramática del licio. Por el contrario, la estela de Janto sigue siendo de difícil comprensión ya que en ella aparece vocabulario muy específico relacionado con las hazañas militares y las infraestructuras construidas por una dinastía local.

Dialectos y variantes

El licio se conoce a través de algunas inscripciones de cierta longitud, que se dividen en Licio A y B según su gramática. Este idioma tenía su propio alfabeto, que era muy parecido al alfabeto griego, pero incluía al menos un carácter tomado del alfabeto cario.

Las inscripciones han permitido a los estudiosos identificar al menos dos dialectos: uno se considera el licio estándar (Licio A); el otro, encontrado en la cara D de la estela trilingüe de Letoon, se denomina milio (Licio B).

IDIOMA CARIO.

El cario es un lengua indoeuropea, de la rama luvita, perteneciente al extinto grupo anatolio, hablada en la región de Caria, en el sur de Anatolia (la actual Turquía). Hacia el siglo II a. C. o un poco más tarde esta lengua habría sido sustituida en la zona por el griego.

La región de Caria estaba situada entre Licia y Lidia. El cario parece haber sido la lengua autóctona de Caria (gr. Καρία Karía) y cario se debió hablar en ella durante el I milenio a. E. C.; los textos documentados abarcan cuatro siglos, del IV a. E. C. al II a. E. C. Es posible que todavía algún tiempo después se siguiera hablando en la región.

Existen una docena de inscripciones en alfabeto epicórico, la mayor parte cortas o fragmentarias, encontradas en Caria o en objetos procedentes de esa región. La mayor parte están datadas entre los siglos IV y III a. E. C. Existe además una inscripción bilingüe en cario y griego procedente de Atenas, datada en el siglo VI a. E. C. Sin embargo el mayor número de textos en cario proceden de epitafios y grafitis dejados por mercenarios carios en Egipto, datados entre los siglos VII y V a. E. C. El descubrimiento de una larga inscripción bilingüe en 1996 en el sitio de Kaunos revolucionó el conocimiento que se tenía de esta lengua.

El cario usaba un alfabeto propio, con algunas semejanzas con el griego. Como muchas escrituras antiguas, se escribía indiferentemente de derecha a izquierda o de izquierda a derecha, sin separación de palabras como norma. El desciframiento, después de los trabajos de Ray (1981), Adiego y Schürr está casi completado.


IDIOMA LIDIO.

El idioma lidio fue una lengua indoeuropea​ del grupo anatolio hablada en Lidia, antiguo reino de Anatolia occidental. Utilizaba un alfabeto específico considerado de base griega. Su estudio es complicado, ya que sólo se ha encontrado una escasa serie de 64 inscripciones (unas pocas en verso) y grafitis datados entre los siglos VI y IV a. E. C., la mayoría en una necrópolis cercana a Sardes, además de las leyendas en diversas monedas.​ A pesar de todo, el idioma ha podido ser traducido en gran parte. Utilizado entre los siglos VIII y II a. E. C., Estrabón escribió que en el s. I a. E. C. ya apenas quedaban trazas residuales de su existencia.​ Se conservan una serie de textos bilingües de la Antigüedad que ayudaron en gran medida a descifrarlo.

Los lidios escribían con un sistema de escritura alfabético derivado del alfabeto griego, si bien los símbolos griegos no significaban los mismos sonidos que los lidios. La mayoría de los textos lidios conservados están escritos de derecha a izquierda, mientras que otros lo están a la inversa, por lo que ambos métodos debieron de ser válidos. Los textos posteriores muestran exclusivamente este último. El uso de palabras-divisores es variable. Los más de 100 textos de Lidia se encuentran principalmente en la antigua capital de Sardis. Incluyen decretos y epitafios, algunos de las cuales fueron compuestos en verso; la mayoría fueron escritos durante los siglos quinto y cuarto a. E. C., aunque algunos pueden haber sido creados ya en el siglo VII a. E. C.

Una inscripción en lidio-arameo, que estuvo entre las primeras de las encontradas por investigadores estadounidenses a comienzos del siglo XX, proporcionó un equivalente limitado de la Piedra de Rosetta y permitió una primera penetración del idioma. La primera línea fue destruida, las ocho restantes son:

[o]raλ islλ bakillλ est mrud eśśk [wãnaś]

laqrisak qelak kudkit ist esλ wãn[aλ]

bλtarwod akad manelid kumlilid silukalid akit n[ãqis]

esλ mruλ buk esλ wãnaλ buk esνaν

laqirisaν bukit kud ist esλ wãnaλ bλtarwo[d]

aktin nãqis qelλk fẽnsλifid fakmλ artimuś

ibśimsis artimuk kulumsis aaraλ biraλk

kλidaλ kofuλk qiraλ qelλk bilλ wcbaqẽnt

Ejemplos de palabras

 - ora - mes

 - laqrisa - muro

 - - bira - casa

 - qira - tierra, suelo, bien inmuebles

Palabras lidias todavía en uso

Una palabra lidia que entró en la terminología internacional moderna podría ser labrys, "doble-hacha'", una palabra no griega no atestiguada aún en cualquiera inscripción lidia pero en el tema de que Plutarco declara: «Los lidios llaman al hacha labrys». Otro préstamo lidio ahora usado internacionalmente podría ser tirano "mezquino gobernante", primero utilizado en fuentes de la Antigua Grecia, sin connotaciones negativas, para finales del VIII-VII a. C. El rey Giges de Lidia, fundador de la dinastía mermnada. El nombre se deriva posiblemente de su ciudad natal, llamado Tyrrha en la antigüedad clásica (actual Tire en Turquía).

También otro es el elemento molibdeno, tomado del griego antiguo mólybdos, "plomo", del griego micénico mo-ri-wo-do, presumiblemente un préstamo lingüístico del lidio mariwda- "oscuro".

IDIOMA PISIDIO.


El pisidio es una lengua muerta de la familia indoeuropea. Era hablada en la región de Pisidia, en Anatolia, en la Antigüedad. El pisidio pertenece a la rama de las lenguas anatolias y es conocido por una treintena de inscripciones funerarias (nombres propios) de los siglos III y II a. E. C.. Estaría cercanamente al sidético y en menor medida al licio.

IDIOMA SIDÉTICO.

El sidético es una lengua muerta de la familia indoeuropea, de la rama de las lenguas anatolias, del siglo III a. E. C., muy mal conocida (únicamente por seis inscripciones). Se hablaba en la antigua Panfilia, región de la actual Turquía.

El nombre actual de este idioma proviene de la ciudad de Side, cuyo nombre en sidético se ignora.


El alfabeto sidético es uno de los más divergentes de entre los alfabetos de Asia Menor y se halla en su mayor parte sin descifrar.

IDIOMA HATTI.


El hatti o hático fue una lengua no indoeuropea hablada en Asia Menor probablemente en el segundo milenio a. E. C., antes de la aparición de los hititas. En tiempos de los hititas siguió siendo usada como lengua sacra en textos de tipo religioso.

Los hititas, que hablaban una lengua indoeuropea (ver idioma hitita), finalmente absorbieron o reemplazaron a los hablantes de hatti, pero continuaron usando la lengua en asuntos religiosos.

Los nombres "hatti" e "hitita" son modernos, y ambos derivan de la misma palabra: el antiguo nombre de la región en la que ambas culturas florecieron, que ha sido reconstruido como Hatti en la lengua hitita. El término "hitita", tomado del hebreo de la biblia, le fue dado a principios del siglo XX (de forma correcta o no) a la cultura más reciente y su lengua indoeuropea; el nombre de "hatti" se comenzó a emplear décadas más tarde para la cultura más antigua y su lengua no indoeuropea. Aún se desconoce como se llamaban los hatti a sí mismos o a su lengua.

Pueden encontrarse raíces de origen hatti en los topónimos referidos a montañas, ríos, ciudades y dioses. algunos otros antropónimos hatti pueden encontrarse en textos mitológicos. El más importante de esos textos es el mito de "el dios lunar que cayó desde el cielo", escrito tanto en hatti como en hitita.

Textos

No existen documentos escritos íntegramente en hatti, en que sus hablantes escribieran su propia lengua. Todos los testimonios de esta lengua se encuentran como parte de inscripciones más amplias en idioma hitita, en medio de las cuales aparecen algunos textos en hatti. Por esa razón la lengua se conoce sólo fragmentariamente, y los textos en hatti son predominantemente de temática religiosa escritos por sacerdotes hititas, entre los siglos XIV a. E. C. y XIII a. E. C. Estos pasajes generalmente van acompañados de la explicación "el sacerdote habla ahora en hattili".

Entre los documentos procedentes de Hattusa los que contienen textos o fragmentos en hatti son los catalogados entre CTH 725 y CTH 745. DE estos CTH 728, 729, 731, 733 y 736 son textos bilingües en hatti y en hitita. CTH 737 conjuro en hatti usado para la festividad de Nerik. Un texto importante es la historia bilingüe de "El dios lunar que cayó del cielo". Además existen textos en Hatti procedentes de Sapinuwa, que en 2004 aún permanecían inéditos.

Entre las palabras conocidas en lengua hatti están las siguientes:


alef = 'palabra'

ašaf = 'dios'

fa-zari = 'humanidad, población'

fel = 'casa'

*findu = 'vino' (palabra reconstruida, no atestiguada, encontrado en el compuesto findu-qqaram 'cucharón para el vino')

fur = 'tierra'

Furun-Katte = 'Rey de la tierra', dios hatti de la guerra

Furu-Semu = Diosa solar

Hanfasuit = Diosa del trono

hilamar = 'templo'

Kasku = Dios lunar

katte = 'rey'

-nifas = 'sentarse'

pinu = 'niño'

zari = 'mortal'

-zi = 'poner'

Los hititas usaron una escritura cuneiforme sumero-acadia para su propia lengua, y aplicaron el mismo sistema a los fragmentos escritos en hatti. En esta versión hitita de escritura cuneiforme todas las sibilantes se escriben mediante el fonograma acadio usado para Š7​.

La opinión menos especulativa sostiene que el hatti es una lengua aislada sin parentescos probados. La propia estructura revela que no está relacionada con las lenguas indoeuropeas o semíticas habladas históricamente en Anatolia y las regiones adyacentes. Aunque se han señalado ciertas características similares a las encontradas en las lenguas caucásicas noroccidentales (familia circasiana) y las lenguas caucásicas meridionales (familia kartveliana), no existen pruebas incotrovertibles de parentesco. De la misma manera que los intentos de relacionar el idioma hurrita con las lenguas caucásicas son inconcluyentes.

IDIOMA AVÉSTICO.

El avéstico es una de las lenguas más antiguas de la familia indoeuropea. El material textual se divide en dos clases: el que contiene textos religiosos del zoroastrismo, que datan de mediados del primer milenio antes de Cristo, y el que contiene el cuerpo poético que engloba la mitología y las tradiciones del antiguo Irán; algo de este último material es prezoroástrico. Curiosamente, ninguna de estas dos clases de material fue registrado en escritura avéstica hasta que la lengua avéstica desapareció, lo cual ocurrió entre los siglos IV y VI de la Era Cristiana.

Para registrar estas tradiciones literarias se recurrió al alfabeto pahlavi, adaptándolo y ampliándolo para recoger la riqueza fonológica de la antigua lengua avéstica. A esta codificación se le dio el nombre de avesta. El alfabeto pahlevi tenía 16 letras, que con las adiciones y modificaciones se convirtieron en las 48 del avéstico, si bien algunas de las grafías son variantes posicionales. Hay 14 signos vocálicos, siendo el resto consonantes. Algunas ligaduras pahlevi fueron adoptadas.

Pahlaví, pahlevi, pehlvi o pelvi ​son términos que provienen de pahlawīg (parto), se refiere a una forma escrita del idioma persa, principalmente de la época sasánida, con las siguientes características esenciales:

uso del alfabeto arameo,

gran incidencia del idioma arameo expresado como logogramas e ideogramas.

Las composiciones en pelvi se han hallado para dialectos del parto, persa, sogdiano, escita y saka. Independientemente de la variante lingüística para la que se use, la forma escrita solo califica como pelvi si se dan las características ya indicadas.

Pahalavi es en consecuencia una mezcla de:

Escritura aramea, de la que derivan su alfabeto, ideogramas y algo de su vocabulario.

Habla irania, de la que derivan sus terminaciones, reglas simbólicas y la mayor parte de su vocabulario.

El avéstico es una de las dos antiguas lenguas iraníes mejor atestiguadas junto con el antiguo persa, pues otras como el medo o el escita son conocidas solo por palabras ocasionales y nombres trasmitidos en otras lenguas. El material textual en avéstico se puede dividir en dos categorías por su contenido:

Los textos religiosos del zoroastrismo, que proceden en parte de mediados del primer milenio a. E. C.

El corpus de textos poéticos impregnados de mitología y tradiciones épicas del antiguo Irán, siendo algo de este material anterior al zoroastrismo.

Ninguna de estas dos partes fue recogida por escrito hasta mucho después de que el avéstico había dejado de ser una lengua viva, siendo trasmitidos ambos cuerpos de literatura por vía oral hasta su codificación por escrito entre los siglos IV al VI a. E. C., durante el período sasánida. Con el fin de registrarlos se usó el alfabeto pahlevi, si bien con adaptaciones y amplificaciones para acomodarlo a los sonidos de la lengua avéstica. A esta codificación se le dio el nombre de Avesta, mientras que a la traducción que la acompañaba y al comentario se le dio el nombre de Zand-avesta. Es muy posible que todo este material fuera más extenso de lo que actualmente es, debido a la pérdida de una parte del mismo durante las invasiones musulmanas. El contenido del Avesta tal como ahora es conocido comprende:

El canon zoroástrico: el Yasna, incluyendo los Gathas y los Homyašt. El Yasna, 'ofrecimientos (oblation)',1​2​ o adoración es la principal pieza litúrgica del canon. Consiste de alabanzas y oraciones donde van insertadas los Gathas o 'himnos', que contienen enseñanzas y doctrinas de Zoroastro.

El Vispered, que consiste de adiciones al Yasna y contiene invocaciones y ofrendas de adoración a 'todos los señores' (vispe ratavo), de ahí el nombre vispered.

Textos menores, Nyaishes, Gahs, Sirozahs, Afringans, que consisten de porciones breves, alabanzas y bendiciones para ser recitadas diariamente o en ocasiones especiales.

El Vendidad o 'ley contra los daevas o demonios' (vidaeva data). El primer capítulo contiene un relato dualista de la creación, el segundo el relato de Yima, la edad dorada, y la venida de un viento destructivo, el diluvio iranio. El resto de los capítulos tratan mayormente sobre cuestiones ceremoniales, rituales y legales.

Los Yašts (yešti, 'adoración por la alabanza') contienen himnos de alabanza y adoración a las divinidades o ángeles (yazatas).

Además hay un número de fragmentos, citas y glosas.

IDIOMA EBLAÍTA.





El eblaíta es un extinto idioma semítico oriental que se habló en el segundo milenio a. E. C. en la antigua ciudad de Ebla, en Siria. Está considerado uno de los idiomas semíticos más antiguos.

El idioma, estrechamente relacionado con el acadio, es conocido por las aproximadamente 17.000 tablillas escritas en escritura cuneiforme y que fueron encontradas entre 1974 y 1976 en las ruinas de la ciudad de Ebla. Las tablillas fueron descifradas en primer lugar por el italiano Giovanni Pettinato.

En 1964, arqueólogos italianos de la Universidad de Roma La Sapienza, dirigidos por Paolo Matthiae comenzaron a excavar en Tell Mardikh. En 1968 recobraron una estatua dedicada a la diosa Ishtar portando el nombre de Ibbit-Lim, un rey de Ebla. Esto identificó la ciudad, largo tiempo conocida por las inscripciones egipcias y acadias.

En la siguiente década el equipo descubrió un palacio de aproximadamente del 2500–2000 a. E. C. Unas 20.000 bien preservadas tablillas cuneiformes (denominadas “textos de Ebla”) fueron descubiertas en las ruinas. Las tablillas estaban escritas en la escritura sumeria del período dinástico arcaico IIIA, si bien inicialmente no parecía sencillo traducirlas. Tras meses de investigación pudo aclararse que estaban escritas en un dialecto semítico llamado desde entonces “eblaíta”, además del sumerio, manifestando las estrechas relaciones de Ebla con el sur de Mesopotamia, donde fue desarrollada la escritura. Una lista de vocabulario fue hallada con las tabillas, permitiendo traducirlo.

No era la biblioteca del palacio, la cual no ha sido descubierta, sino un archivo de provisiones y tributos, casos legales y diplomáticos y contactos comerciales, y un scriptorium con textos copiados por aprendices. Las tablillas fueron originalmente almacenadas en estantes, pero cayeron al suelo cuando el palacio fue destruido. La ubicación donde las tabillas fueron descubiertas permitieron a los excavadores reconstruir su posición original en los estantes: fueron colocadas en los estantes según el tema.

En el archivo se han encontrado los primeros tratados diplomáticos internacionales de la historia. Un ejemplo es el Tratado de Ebla - Abarsal. Este tratado se encontró en los archivos de las tablillas de Ebla, datados en el III milenio a. C., que sobrevivieron al incendio del palacio real. 

IDIOMA MARIOTA.

Idioma hablado en algunas partes de Mesopotamia, pero que rivalizaba minoritariamente con el acadio.

IDIOMA MEDO.


                                 Sobre el 600 a. E. C.

El idioma medo fue la hablada por los medos en la meseta iraní.​ Es una lengua irania antigua clasificada como parte de la subfamilia noroccidental, que incluye a muchas otras lenguas como el antiguo azerí, guilakí, mazandaraní, zazaki, gorani, kurdo, y baluchi.

El medo está atestiguado solo por numerosos préstamos en persa antiguo. No se sabe nada de su gramática, pero comparte isoglosas fonológicas importantes con el avéstico, en lugar del persa antiguo. Bajo el dominio medo, el medo debe haber sido hasta cierto punto la lengua irania oficial en el oeste de Irán.​

No se han conservado documentos que datan de la época media, y no se sabe en qué escritura podrían haber estado estos textos ". Hasta ahora, solo se ha encontrado una inscripción de la época pre-aqueménida (una placa de bronce) en el territorio de Media. Este es una inscripción cuneiforme compuesta en acadio, quizás en el siglo VIII a. E. C., pero no se mencionan nombres medos en ella ".

Algunas investigaciones modernas sugieren que el llamado elamita lineal, que aún no ha sido descifrado, puede haber sido escrito en el idioma de los medos, asumiendo que Kutik-Inshushinak era el nombre iraní original de Ciáxares el Grande y no un rey elamita mucho anterior.

IDIOMA PARTO.

El idioma parto, también conocido como pahlavi arsácida, es una lengua extinta del grupo noroccidental de la familia irania cuyo origen se sitúa en el Imperio parto (ubicado en el actual noreste de Irán, más en concreto en la provincia de Jorasán y otros territorios limítrofes como el sur de Turkmenistán). Este idioma fue la lengua oficial de este imperio bajo la dinastía arsácida (248 a. E. C.-224 d. E. C.)

El idioma parto era el más oriental de las lenguas iranias noroccidentales. Este hecho provocó que retuviera muchos arcaísmos propios de las lenguas iranias orientales, a lo que también ayudó que la dinastía fuera fundada por la tribu parni que había migrado desde las estepas de Asia central a Partia. En un principio los parni hablaban una lengua irania nororiental relacionada con otras de la misma zona como el escita y el bactriano. El estudio de las tribus indoiranias desvela que no era inusual que al migrar adoptaran la lengua local además de las costumbres y creencias de los pueblos en los que se asentaban, ya fuera por mera migración o conquista.

En el 224 d. E. C., Ardashir I, el soberano local de Pars depuso y sustituyó a Ardaván IV, el último emperador parto, fundando al mismo tiempo la cuarta dinastía irania, y la segunda dinastía persa, la dinastía sasánida. En muchos usos el idioma parto substituido por el persa medio, que en su forma escrita fue conocido como pahlavi sasánida. El parto no desapareció de inmediato, y siguió estando testimoniado por unas pocas inscripciones bilingües de la era sasánida.

El parto es una lengua del grupo iranio noroccidental del periodo iranio medio, que como lengua por contacto de lenguas, tiene algunas características típicas del grupo iranio oriental, esta influencia se hace más notoria en ciertos préstamos léxicos. Algunos restos de la influencia oriental sobreviven en préstamos del parto al armenio.

Taxonómicamente, el parto es una lengua irania noroccidental mientras que el persa medio de los sasánidas pertenece al grupo suroccidental.

El idioma parto fue escrito mediante escritura pahlavi, que tiene dos características definitorias. En primer lugar, esta escritura deriva de la escritura aramea, el tipo de escritura usada durante la cancillería aqueménida. En segundo lugar, tiene una alta incidencias de palabras arameas, representadas como ideogramas o logogramas, es decir, se escribían palabras arameas pero eran leídas como palabras partas.

El idioma parto era la lengua de la antigua satrapía de Parthia y se usó en la corte de la dinastía arsácida. Las fuentes principales de conocimiento de esta lengua son las pocas inscripciones procedentes de Nisa y Hecatómpolis (Hecatompylos), los textos maniqueos, las inscripciones multilingües sasánidas, y algunos restos de literatura parta conservados en textos en persa medio. Entre estos, los textos maniqueos, compuestos poco tiempo de la caída de la dinatía arsácida tienen un papel destacado en la reconstrucción del idioma parto. Estos textos maniqueos no contienen ideogramas.


IDIOMA ESCITA.


Distribución aproximada de las lenguas iranias orientales hacia el año 100 a. C. (en naranja).

Las lenguas escitas o escito-sármatas incluyen varias lenguas iranias del grupo nororiental habladas desde Europa Oriental hasta el norte de India desde la antigüedad tardía hasta finales de la Edad Media en esa área. El territorio histórico comprende la región llamada Escitia que se extendía desde el río Vístula en Europa oriental al Sakastán y Mongolia en Asia Central. Actualmente queda sólo el osetio, que es hablado en el Cáucaso y es un moderno superviviente de las lenguas escitas.

Los iranios orientales primigenios se pueden identificar con los artífices de la cultura yaz (c. 1500-1100 a. E. C.) en Asia central. Se estima que los escitas migraron desde Asia central a Europa oriental entre los siglos VIII y VI a. E. C.​ ocupando el sur de Rusia y Ucrania, así como la cuenca carpática y partes de Moldavia y Dobruja. Los escito-sármatas serían el resultado del desarrollo autóctono de esos pueblos iranios asentados en Europa oriental.

Los griegos denominaron como skythai (escitas) a los hablantes de algunas de estas lenguas que habitaban Europa oriental. Además de los escitas, los sármatas, los sakas de la India y los kushán de Asia Central también hablaban lenguas de este grupo. El modo de vida de estos pueblos variaba desde grupos sedentarios que practicaban la agricultura a otros nómadas de pastores que eran guerreros y mercaderes.

Los escitas occidentales parecen haber desaparecido como unidad étnica en Europa oriental tras las invasiones de los hunos, ávaros, pechenegos y de eslavos que tuvieron lugar a partir del siglo V d. E. C. Sin embargo, en el Cáucaso sobrevivieron grupos de hablantes de lenguas escitas que son el origen del moderno idioma osetio. Los escitas orientales, denominados śakas o kuṣāṇas, llegaron a formar un imperio de corta duración. En esa región es posible que las lengua escitas estuvieran en uso hasta tal vez el siglo IX d. E. C y más tarde, tal como evidencia la presencia del idioma sogdiano en la región hasta por lo menos esa época.

Testimonios

Se conservan testimonios de estas lenguas en inscripciones y palabras citados por autores antiguos, además numerosos topónimos y antropónimos han permitido clasificar estas lenguas dentro de las lenguas iranias, más específicamente las lenguas escitas se clasifican dentro del iranio nororiental. Alexander Lubotsky resume las evidencias conocidas como sigue:

Desafortunadamente, no conocemos casi nada sobre el escita del período iranio antiguo -conocemos un par de nombres personales y nombres tribales por las fuentes griegas y persas de que disponemos- y no podemos determinar con seguridad hasta qué punto era una única lengua.

Clasificación

La gran mayoría de los especialistas coinciden en que las lenguas escito-sármatas (y el osetio) pertenecen a las lenguas iranias orientales, como el extinto idioma sogdiano. Esta conjetura de filiación descansa en el hecho de que las inscripciones giregas de la costa norte del Mar Negro contienen centenares de nombres sármatas mostrando claras afinidades con el moderno osetio, que es claramente una lengua irania oriental.

Algunos especialistas postulan la existencia de una división de las lenguas escito-sármatas en dos variedades:​ una variedad occidental más conservadora y una variedad oriental más innovadora (el escita sería la variedad conservadora y el sármata la variedad más innovadora). Los historiadores normalmente clasifican las lenguas escito-sármatas conforme a parámetros cronológicos, en vez de utilizar criterios geográficos. Los grupos serían los siguientes:

Escito-sármata occidental: estos grupos habrían migrado desde Asia central al sur de Rusia y Ucrania entre los siglos VII y VIII a. E. C. las variedades derivadas de estos grupos serían:

Escita (c. 800-300 a. E. C.), documentado sobre todo en autores griegos.

Sármata (c. 300 a. C.-400 d. E. C.), documentado en inscripciones romanas y helenísticas.

Alánico (c. 400-1000 d. E. C.), documentado sobre todo en los autores bizantinos.

Moderno osetio, esta lengua está claramente emparentada con la lengua de las inscripciones escito-sármatas, aunque podría derivar de una variedad históricamente diferente de las variedades antiguas documentadas.

Escito-sármata oriental:

Śaka o escito-khotanés hablado en el reino de Khotán (localizado en lo que actualmente es Xinjiang en China). Incluye como variedades el khotanés de Khotan y el tumshuqés de Tumshuq.

IDIOMA SOGDIANO.

El sogdiano fue una lengua irania media, hablada en Sogdiana, en el valle del río Zarafshan, en lo que hoy en día es Tayikistán y Uzbekistán.


El sogdiano es una de las más importantes lenguas iranias, junto con el persa medio y el parto, y posee un amplio corpus literario. Pertenece a la rama nororiental de las lenguas iranias, y aunque no existe evidencia directa de un antiguo sogdiano, se cree por alusiones epigráficas en antiguo persa que pudo existir desde la época aqueménida. Su gramática y morfología es más conservadora que la del persa medio.

Durante la dinastía Tang, el sogdiano fue la lingua franca a lo largo de la Ruta de la Seda, y su importancia política y económica garantizó su supervivencia hasta el siglo IX, al tiempo que muchas palabras de este idioma entraron en el persa moderno, al escribirse muchas obras persas durante la época samánida en Sogdiana.

Diversos documentos cristianos y maniqueos, hallados en Turfán, se encuentran en sogdiano. Un dialecto del sogdiano, el idioma yagnobi ha llegado hasta la actualidad, en las montañas de Tayikistán.

La escritura sogdiana (llamada también abyad sogdiano o alfabeto sogdiano, ya que posee también algunos elementos propios para un alfabeto) fue un sistema de escritura utilizado originalmente para el idioma sogdiano, una lengua de la familia iraní hablada por las gentes de Sogdia. El alfabeto deriva del alfabeto siríaco, un descendiente del alfabeto arameo. Este sistema es uno de los tres utilizados para el idioma sogdiano, los otros dos son: el alfabeto siríaco y el alfabeto maniqueano. Fue utilizado en los terrenos del Asia Central en los años 100-1200 d. E. C.

Estructura

La escritura sogdiana, igual que los sistemas de escritura de los que deriva, es un abyad, aunque también muestra algunos elementos propios para un alfabeto. El sistema constistía de 17 consonantes, muchas de ellas tenían formas distintas dependiendo de la posición dentro de la palabra donde aparecían.2​ Igual que en el alfabeto arameo, las vocales largas eran generalmente escritas utilizando matres lectionis, las consonantes alef, yod y waw. Sin embargo, estos símbolos podían también representar a veces vocales cortas (al contrario que en el alfabeto arameo y otros abyades. Para diferenciar las vocales cortas y largas se podía escribir una letra alef adicional. El sistema también incluía varios símbolos diacríticos. La dirección de escribir era de la derecha hacia la izquierda.

Los logogramas arameos también aparecían en este sistema como restos de intentos de adaptar el alfabeto arameo al idioma sogdiano. Estos logogramas eran utilizados principalmente para palabras funcionales como pronombres, artículos, preposiciones, y conjunciones.

IDIOMA SAKA O JOTANÉS.

El jotanés fue una lengua hablada en el reino budista de Jotán hacia el siglo VIII. Es una de las lenguas indoeuropeas de la familia indo-aria, concretamente de la rama iránica, y se calcula que se extinguió desde el año 1000. Se conoce por manuscritos religiosos encontrados en la zona de Xinjiang.

Los documentos en madera y papel se escribían en escritura Brahmi modificada con la adición de caracteres adicionales a lo largo del tiempo y conjunciones inusuales como la y para la z. Los documentos datan del siglo iv al xi. El tumshuqés era más arcaico que el jotanés, pero es mucho menos conocido porque aparece en menos manuscritos en comparación con el jotanés. Se cree que el dialecto jotanés comparte rasgos con la moderna Wakhi y el pashto. Saka era conocido como "Hvatanai" en documentos contemporáneos.​ Muchos términos prakrit fueron tomados prestados del jotanés a las lenguas tocarias.

Historia

Los dos dialectos conocidos de Saka están asociados a un movimiento de los escitas. No se registra ninguna invasión de la región en los registros chinos y una teoría es que dos tribus de los Saka, que hablaban los dos dialectos, se asentaron en la región en torno al año 200 a. E. C. antes de que comenzaran los relatos chinos.

El dialecto jotanés está atestiguado en textos entre los siglos VII y X, aunque algunos fragmentos están datados en los siglos V y VI . El material del dialecto tumesco, mucho más limitado, no puede datarse con precisión, pero se cree que la mayor parte data de finales del siglo VII o del VIII.


La lengua saka se extinguió después de que los musulmanes turcos invasores conquistaran el Reino de Khotan en la islamización y turquización de Xinjiang.

En el siglo XI, se observó por Mahmud al-Kashgari que la gente de Khotan todavía tenía su propia lengua y escritura y no conocía bien el turco.​ Según Kashgari algunas lenguas no turcas como el kanchaki y el Sogdiano todavía se utilizaban en algunas zonas.​ Se cree que el grupo lingüístico Saka era al que pertenecía Kanchaki. Se cree que la cuenca del Tarim se turquizó lingüísticamente a finales del siglo XI.

LENGUA AMORREA.



El amorreo es una lengua semítico-occidental que se conoce únicamente a través de nombres propios no acadios transmitidos por escribas acadios durante la época de dominio amorrita en Mesopotamia.

Se trata de un idioma de gran semejanza con las lenguas cananeas. Además de ser poco conocida, fue una lengua de escasa importancia ya que los amorritas con el tiempo usaron el acadio, que en aquella época se parecía mucho a su idioma y era el idioma principal de Mesopotamia.

Esto queda demostrado en unas tablillas encontradas en la ciudad de Mari fechadas entre el 1800 y el 1750 a. E. C., en las que los amorreos hablaban un dialecto del acadio y mostraban muchas formas y construcciones semitas del noroeste.

En el año 2022, se publicaron dos grandes tablillas bilingües amorrita-acadio de 3.800 años de antigüedad, lo que produjo el primer ejemplar escrito en la lengua amorrita. El texto destaca por presentar similitudes con el hebreo clásico, y muestra que a principios del segundo milenio a. E. C., ya existía una lengua hablada muy cercana al hebreo, que hasta ahora solo se ha atestiguado a partir del siglo X a. E. C.

IDIOMA MOABITA.

El moabita fue un antiguo dialecto hebraico utilizado por los moabitas. Se ubicaban al oeste de la actual Jordania. Se escribía mediante una variante del alfabeto fenicio.

Aspectos históricos, sociales y culturales

La principal fuente de conocimiento sobre el moabita proviene de la estela de Mesa,​ que es el único texto extenso conocido en este idioma. Además, se halló una inscripción de tres líneas en El-Kerak, así como unos cuantos sellos.

Descripción lingüística

Las principales características que distinguen al moabita de otras lenguas cananeas como el hebreo son: marca de plural en -în en lugar de -îm (p. ej. mlkn, «reyes» para el hebreo bíblico məlākîm), como ocurre en arameo y árabe; retención de la marca de femenino -at que en hebreo bíblico se reduce a -āh (p. ej. qryt, «ciudad» para el hebreo bíblico qiryāh, que no obstante la retiene en el estado constructo nominal: p. ej. qiryát yisrael, «ciudad de Israel»); y retención de una forma verbal con -t- infija, también encontrada en árabe y acadio (p. ej. w-’ltḥm, «comencé a luchar», de la raíz lḥm).

De acuerdo con Glottolog no era un idioma diferenciado del hebreo.

IDIOMA AMONITA.

El amonita fue un antiguo dialecto hebraico utilizado por los amonitas. Se ubicaban al norte de la actual Jordania (cuya capital, Amán, ha tomado de ellos su nombre).

Aspectos históricos, sociales y culturales

Del idioma amonita sobreviven solo algunos fragmentos. Destaca sobre todo la inscripción de la ciudadela de Amán, del siglo XI a. C.,​ la botella de bronce de Tell Siran (siglo VII-VI a. C.) y unos pocos óstraca.

Descripción lingüística

Hasta donde puede determinarse en función del reducido corpus hallado, el amonita era extremadamente similar al hebreo bíblico, con ciertas posibles influencias arameas. Estas incluirían el uso del verbo ʿbd (עבד) en lugar del más común ʿśh (עשה). La única diferencia notable con el hebreo bíblico es la retención esporádica de la marca -t de femenino singular (p. ej. ʾšħt, «cisterna» pero ʿlyh «elevada»).

De acuerdo con Glottolog no era un idioma diferenciado del hebreo.

IDIOMA EDOMITA.

El edomita fue un antiguo dialecto hebraico utilizado por los edomitas, ubicados al sudoeste de la actual Jordania y parte de Israel. Se escribía originalmente mediante una variante del alfabeto fenicio y en el siglo VI a. E. C. adoptó el alfabeto arameo.

Aspectos históricos, sociales y culturales

El idioma edomita se conoce solo por un pequeño corpus, mayormente formado por breves inscripciones y óstraca.​

Descripción lingüística

La principal característica que distingue al moabita de otras lenguas cananeas como el hebreo es la retención de la marca de femenino -at que en hebreo bíblico se reduce a -āh (p. ej. qryt, «ciudad» para el hebreo bíblico qiryāh, que sin embargo la retiene en el estado constructo nominal: p. ej. qiryát yisrael, «ciudad de Israel»), como ocurría también en moabita. Con el tiempo, influencias arameas o árabes como el verbo whb («dar») o el término tgr («mercader») se introdujeron en la lengua, siendo whb un término especialmente común en nombres propios.

De acuerdo con Glottolog no era un idioma diferenciado del hebreo.

IDIOMA BACTRIANO.


Bactria, hoy ese territorio corresponde a varias naciones, el norte de Afganistán, el sur de Uzbekistán y Tayikistán.

El idioma bactriano es una extinta lengua irania oriental que fue hablada en la región del Asia Central de Bactriana. Lingüísticamente, es clasificada como perteneciente al periodo medio de las lenguas iranias nororientales.

Debido a que el bactriano fue escrito predominantemente con el alfabeto griego, es a veces señalado como "grecobactriano", "kushán" o "kushano-bactriano". En épocas medievales, Bactriana fue también conocida como Tocaristán, luego de su conquista por tribus tocarias, y hasta mediados de los años 1970, el idioma bactriano fue a veces llamado "eteo-tocario", pero en la actualidad resulta claro que el bactriano no está relacionado con las lenguas tocarias, las cuales no pertenecen al grupo iranio de lenguas. Una antigua idea de que el idioma avéstico representaba al antiguo bactriano ha caído en el descrédito desde finales del siglo XIX.

Después de la conquista de Bactriana por Alejandro Magno en el 323 a. E. C., el griego fue utilizado como idioma administrativo de sus sucesores seléucidas y grecobactrianos por cerca de dos siglos. En algún momento posterior al 124 a. E. C., Bactriana fue invadida por las tribus tocarias y, posteriormente, alguna de estas crearon el Imperio kushán en el siglo I a. E. C.

IDIOMA SUTEANO.

El idioma suteo ( Sutû ) es una lengua mencionada en una tablilla de arcilla del Imperio Asirio Medio , presumiblemente originaria de la ciudad de Emar en lo que ahora es el noreste de Siria , entre una lista de idiomas que se hablan en la región. Los otros idiomas son el acadio , el amorreo , el gutian , el " subareano " ( hurrita ) y el elamita . El pueblo Sutean pudo haber vivido en la región de Suhum . Su idioma solo se conoce por nombres, la mayoría de los cuales son acadios o amorreos. Los pocos que tampoco lo son también parecen serlo semíticos ; es posible que fuera un arameo temprano .

IDIOMA AMALEQUITA.

Idioma hablado por los habitantes de la región. Muy parecido al hebreo al igual que los otros ya citados.

LENGUA GUTIANA.

Gutian ( / ˈ ɡ uː ti ən / ;) es un idioma extinto no clasificado que fue hablado por el pueblo gutian , que gobernó brevemente Sumeria como la dinastía gutian en el siglo XXII a. Los gutianos vivían en el territorio entre las montañas Zagros y el Tigris . No se sabe nada sobre el idioma excepto su existencia y una lista de nombres de gobernantes gutianos en la Lista de reyes sumerios , que pueden reflejar elementos del idioma.

El idioma gutiano carece de un corpus textual y las fuentes contemporáneas brindan pocos detalles sobre el idioma, brindando solo una lista de nombres.

Diferentes manuscritos registran diferentes reyes gutianos en diferentes órdenes. Algunos nombres pueden ser de otros grupos y la transmisión de los nombres no es confiable. 

Thorkild Jacobsen sugirió que la terminación recurrente -(e)š puede haber tenido una función gramatical en gutian, quizás como un marcador de caso .

El gutian está incluido en una lista de idiomas que se hablan en la región que se encuentra en la tableta Sag B, un texto educativo del período babilónico medio que posiblemente se originó en la ciudad de Emar . Este texto también enumera el acadio , el amorreo , el suteano , el " subareano " ( hurrita ) y elamita . También hay una mención de "un intérprete de la lengua gutea" en una tablilla de Adab .

IDIOMA CARTAGINÉS.



La inscripción púnica inferior procede de una tumba y su traducción dice: "Tumba de Shibbolet, mercader de la ciudad".




El idioma púnico o cartaginés (en púnico 𐤃𐤁𐤓𐤉𐤌 𐤊𐤍𐤏𐤍𐤉𐤌, dabarīm kanaʿnīm o 𐤃‏𐤁‏𐤓‏𐤉‏𐤌‏ 𐤐‏𐤍‏𐤉‏𐤌‏, dabarīm pōnīm)1​ fue una lengua semítica hablada en el Norte de África, sur de la península ibérica y algunas islas del Mediterráneo de la zona controlada por la antigua ciudad de Cartago. Filológicamente es considerado un dialecto del fenicio.


Las fuentes para el estudio del púnico, al igual que del fenicio, se basan principalmente en las inscripciones que se han conservado, dado que la mayor parte de la literatura fenicio-púnica se ha perdido.​ La obra Poenulus de Plauto contiene unas cuantas líneas en púnico que han sido intensamente estudiadas porque, al contrario que las inscripciones realizadas con el alfabeto fenicio, contienen las vocales.

Se suele considerar a Agustín de Hipona como el último escritor importante de la Antigüedad que tuvo conocimientos de púnico. De acuerdo con sus comentarios, el púnico todavía se hablaba en su región (Norte de África) en el siglo v y sus hablantes todavía se referían a sí mismo como chanani («cananeos», es decir, «fenicios, cartagineses)».​ Alrededor del año 401, Agustín escribía en una de sus cartas:

Quae lingua si improbatur abs te, nega Punicis libris, ut a viris doctissimis proditur, multa sapienter esse mandata memoriae. Poeniteat te certe ibi natum, ubi huius linguae cunabula recalent.

Si rechazas esta lengua, estás negando lo que han admitido muchos hombres eruditos: son muchas las cosas que han sido sabiamente preservadas del olvido gracias a libros escritos en púnico. Hasta avergonzado debieras estar de haber nacido en el país en que la cuna de este idioma todavía sigue caliente.

Epistola XVII

La idea de que el púnico ejerció cierta influencia en el idioma maltés se propuso por primera vez en 1565. Esta teoría se considera totalmente desacreditada; las principales teorías lingüísticas defienden que el maltés deriva del árabe sículo, con gran cantidad de préstamos del italiano. Con todo, es seguro que el púnico se habló en Malta durante parte de su historia, como demuestran los Cipo de Melqart y otras inscripciones halladas en el archipiélago.

El púnico es en principio el dialecto fenicio de las colonias occidentales, destacando la de Cartago por su papel centralizador. Desde aproximadamente el siglo v a. C. siguió evolucionando con cierta independencia de los dialectos orientales. Sus principales divergencias, no obstante, pueden deberse a la interacción del elemento fenicio con el sustrato lingüístico de los pobladores originales: bereber, ibero, etc.​ Una de las diferencias entre el fenicio y el púnico es el artículo, 𐤄‏𐤀‏ (ha-) en fenicio y 𐤀‏ (ʿa) sin aspiración, en púnico.9​ Sin embargo, las diferencias fonéticas tendían a no representarse en la escritura, más conservadora que la lengua oral, por lo que son en gran medida desconocidas. Morfológicamente, destaca el pronombre de 3.ª persona singular en 𐤌‏- (-im) a diferencia del pronombre fenicio, sin reflejo en la escritura pero pronunciado (o(:) en masculino y -a(:) en femenino); también se da el uso del pronombre determinativo -𐤔‏ (ši-), desconocido en fenicio estándar, que indicaba el genitivo indirecto y en el constructo 𐤔‏𐤋‏𐤉‏ (šillī) tomaba el carácter del pronombre posesivo independiente («mío»).​ También existían diferencias de tipo sintáctico, sobre todo en la formación de los diversos tiempos verbales.

Tras la caída de Cartago se desarrolló el llamado «neopúnico» o «púnico tardío» que, ya sin la influencia cultural conservadora de la capital ni de las metrópolis fenicias, evolucionó más rápido y acusando muchas veces influencias locales no semíticas.

LENGUA HARAPANA.

Diez caracteres jarapanos (del 2000 a. E. C. aprox.), descubiertos cerca de la entrada norte de la ciudad de Dholavira.

Durante su apogeo, se estima que el lenguaje de la civilización del valle del Indo (Oriente Medio) pudo ser hablado por más de 5 millones de personas. Esta sociedad sorprendentemente avanzada existió aproximadamente desde el 2.100 a. E. C. aproximadamente hasta el 1.300 a. E. C.

El idioma, así como la civilización del valle del Indo, entraron en un periodo de decadencia sin explicación aparente, haciendo que su idioma desapareciera de la faz de la tierra para siempre.

El idioma harapano (también conocido como idioma protoíndico o idioma de Mohenjo-Daro) es un idioma desconocido de la cultura del valle del Indo (cuyas ciudades más conocidas son Harapa y Mohenjo-Daro (civilización del valle del Indo), de la Edad del Bronce (en el II milenio a. E. C.). El idioma no se encuentra atestiguado en ninguna fuente contemporánea legible. Las hipótesis en cuanto a su naturaleza se reducen a supuestos préstamos y la influencia del sustrato, sobre todo el sustrato en el sánscrito védico y unos pocos términos registrados en cuneiforme sumerio (como la región que los sumerios llamaban Meluja, que podría tratarse de la cultura del Indo), junto con el análisis de los signos indos, aún sin descifrar.

Hay una serie de hipótesis sobre la naturaleza de este idioma desconocido:

Podría tratarse de un idioma indoeuropeo, cercano o idéntico a los idiomas protoindoiraníes; sugerido por Shikaripura Ranganatha Rao.

La hipótesis elamo-drávida lo coloca en la vecindad ya sea del elamita o del drávida, quizás idéntico al propio protodrávida. Esto es respaldado por Iravatam Majadevan, Asko Parpola y Kamil Zvelebil.

Michael Witzel (2001), como una alternativa a la hipótesis elamo-drávida sugiere un idioma subyacente, prefijado, que sería similar al austroasiático, en particular el khasi, al que él llama paramunda (es decir, un idioma relacionado con el subgrupo de los idiomas munda u otros idiomas austroasiáticos, pero no estrictamente descendientes del último antecesor común de la familia contemporánea munda).

Un "phylum perdido", es decir, un idioma sin continuantes vivos (o tal vez el último reflejo del moribundo idioma nijali). En este caso, el único rastro dejado por el lenguaje IVC sería la influencia en el sustrato histórico, en particular, el sustrato en el sánscrito védico (mediados del II milenio a. E. C.).

Un idioma semítico: Malati Shendge (1997) identificó la cultura harappa con un imperio asura, y éste con los asirios.

LENGUA ETRUSCA.

El último hablante fluido de la lengua etrusca fue Claudio César. Aunque se preocupó de compilar la historia de los etruscos, su trabajo se perdió en algún momento de la historia y desgraciadamente no podemos disfrutar de él a día de hoy. Fue un final triste pero adecuado para el idioma que había dominado el centro de Italia durante siglos en una feroz competencia con el latin.

Resulta muy difícil reconstruir esta lengua dado su aislamiento y la escasez de textos que tenemos a nuestro disposición, los cuales solo recogen meras inscripciones. El texto más completo encontrado hasta la fecha corresponde a un par de libros de lino que fueron reutilizados para vendar a una momia.


Lo que sí sabemos es que los etruscos desarrollaron su propio alfabeto basándose en el de los habitantes de la isla de Eubea.

El etrusco era un idioma hablado y escrito en la antigua región de Etruria (la actual Toscana) y en algunas partes de las actuales Lombardía, Véneto, y Emilia-Romaña (donde los etruscos fueron desplazados por los galos), en Italia. Sin embargo, el latín reemplazó totalmente al etrusco, dejando solo unos pocos documentos y unos pocos préstamos lingüísticos en latín (e.g., persona del etrusco phersu), y algunos topónimos, como Parma.

Los etruscos son uno de los pueblos indígenas de Italia, y vivían allí antes de la migración indoeuropea y de la llegada de los latinos alrededor del 1000 a. E. C. Heródoto (Historias I.94), sin embargo, describe a los tirrenos (en época de Heródoto, el nombre griego para los etruscos) como inmigrantes de Lidia al oeste de Anatolia, quienes, escapando de la hambruna, fueron conducidos a occidente por su líder Tirreno, para establecerse en Umbría.​ La alfabetización era bastante corriente, como puede verse por el gran número de cortas inscripciones (dedicatorias, epitafios etc.). Aunque, en el siglo I a. E. C., el historiador griego Dionisio de Halicarnaso destacó que el idioma etrusco era diferente a cualquier otro y que los etruscos tenían una rica literatura, lo cual fue destacado por los autores latinos.

Con el ascenso de la Antigua república romana, que conquistó Etruria, la hegemonía del latín aceleró el declive de la civilización etrusca, y hacia el 200 a. E. C., el etrusco ya había sido reemplazado por el latín, excepto quizás en alguna montaña aislada o zonas pantanosas.

Al final de la República, solo unos pocos romanos educados interesados en la antigüedad (como Varro) podían leer etrusco. La última persona conocida que, o bien era capaz de leer etrusco o bien recurrió a alguien que podía, fue el emperador romano Claudio (10 a. E. C.-54),​ quien escribió una historia etrusca,​ hoy perdida, y mencionó (en la inscripción de Lyon4​) algunas influencias del etrusco sobre el latín. No existe, sin embargo, una prueba contundente de ello.

Tito Livio y Cicerón eran entendidos en los altamente especializados ritos religiosos etruscos que estaban codificados en varias colecciones de libros escritos en etrusco bajo el título latino genérico de Etrusca Disciplina. Los Libri Haruspicini trataban de la adivinación con las entrañas de animales sacrificados, los Libri Fulgurales exponían el arte de la adivinación mediante la observación de los rayos. Una tercera colección , los Libri Rituales, podía haber proporcionado la llave de la civilización etrusca: su amplio ámbito que abarcaba la vida política y social así como las prácticas rituales. Según el escritor latino del siglo iv Servio, existía una cuarta colección de libros etruscos, que trataba de dioses animales. Las autoridades cristianas recogieron obras del paganismo y las quemaron durante el siglo V; el único libro superviviente, Liber Linteus Zagrabiensis, fue escrito en lino, y sobrevivió únicamente al ser utilizado para envolturas de momias.

El etrusco tuvo alguna influencia sobre el latín. Una escasa docena de palabras fueron tomadas prestadas por los romanos y algunas de ellas pueden hallarse en los idiomas modernos.

El interés por las antigüedades etruscas y el misterioso idioma etrusco tuvieron su origen moderno en un libro del fraile dominico, Annio da Viterbo, quien inspiró los frescos alegóricos de Pinturicchio para los apartamentos vaticanos del Papa Alejandro VI. En 1498 Annio publicó su miscelánea de titulada Antiquitatum variarum (en 17 volúmenes), donde expuso la teoría de que los idiomas hebreo y etrusco procedían de una única fuente, un supuesto aramaico hablado por Noé y sus descendientes, fundadores de Viterbo. Annio empezó a excavar tumbas etruscas, desenterrando sarcófagos e inscripciones, e hizo un audaz intento de desciframiento del etrusco.

El etrusco no muestra parentescos evidentes con otras lenguas mayores de la antigüedad, como el latín o el griego. Durante cierto tiempo se le consideró una lengua aislada como el vasco. Actualmente se cree que junto con otras lenguas menores forma la llamada familia tirrénica.6​ Desde Rix (1998) es ampliamente aceptado que el rético y el lemnio junto con el etrusco son parte de esta familia tirrénica.

En su Naturalis Historia (siglo I), Plinio escribió sobre los pueblos alpinos: «Los retios y los vindelicios fronterizas con la de los nóricos, todos distribuidos en numerosas ciudades. Los galos mantienen que los retios descienden de los etruscos, por su líder Reto». Basado en esto y en datos lingüísticos está claro que el etrusco está relacionado con el rético. Sin embargo, más allá de estos hechos conocidos, hay un amplio debate.

Algunos eruditos actuales (Steinbauer 1999) han afirmado que el etrusco es parte de la gran familia tirrena y está remotamente relacionada con la familia indoeuropea, y citan similitudes en los finales gramaticales y el vocabulario. Nada puede ser determinado considerando la escasez de textos en general en etrusco. Por ahora muchos se muestran conservadores y consideran al tirreno aislado.

Idiomas relacionados
Un idioma muy relacionado con el etrusco fue el que se habló en la isla de Lemnos antes de la invasión ateniense (siglo VI a. E. C.), acertadamente llamado lemnio. Una tabilla de piedra llamada estela de Lemnos fue encontrada allí con una escritura emparentada con el etrusco y datada sobre el 600 a. E. C. Se sabe que los lemnios hablaron este idioma debido a las piezas de cerámica con inscripciones escritas con este mismo alfabeto. Sin embargo, se desconoce cuándo o cómo, hablantes de este dialecto llegaron a esta isla.

Es probable que el rético, un idioma atestiguado en el norte de Italia, esté también emparentado con el etrusco, compartiendo con él algunas características comunes como inflexiones gramaticales y vocabulario, aunque el número de inscripciones en este idioma es pequeño.

La más notable inscripción en un idioma conocido por los lingüistas como el eteochipriota es el Amathus Bilingual, así llamado porque en ella aparece, parcialmente una versión traducida de un texto eteochipriota en el antiguo dialecto ático. Como el lemnio, guarda similitudes en el vocabulario y en la gramática con el etrusco y es probable que sea parte de la misma familia.

Cautelosamente, alguno nota una posible relación del minoico con el etrusco de la escritura Lineal A. Mientras que esto puede parecer atrevido para algunos, esta opinión podría estar perfectamente en consonancia con lo que cuenta Heródoto en Historias de que los etruscos procedían de Asia Menor, sugiriendo que una familia entera de idiomas extinguidos pudo haber existido otrora en la región que se extiende entre Grecia y las cercanas islas al oeste de Turquía. Ciertamente, esto vuelve a recordar la teoría propuesta por Beekes de un sustrato pregriego presente en algunas palabras griegas de oscuro origen "no indoeuropeo".

Con todo, la antigua opinión de que el etrusco es una lengua aislada puede tener apoyo. En la actualidad se clasifica frecuentemente al etrusco como parte de la familia lingüística tirrena, basada en el nombre griego para los etruscos, "Tyrrhenoi".

IDIOMA LEMNIO.


El lemnio fue una lengua hablada en el siglo VI a. E. C. en la isla de Lemnos. Su principal testimonio es una inscripción encontrada en una estela funeraria, conocida como estela de Lemnos, descubierta en 1885 cerca de Kaminia; en 2009 se hizo pública otra inscripción de Hefestia.​ Además, los fragmentos de inscripciones en cerámica local muestra que era la lengua de la comunidad local. El lemnio es académicamente aceptado como una lengua estrechamente relacionada con el etrusco. Después de que Atenas conquistara la isla en la segunda mitad de ese siglo, fue sustituido por el griego ático.

Las inscripciones están escritas en un alfabeto similar al utilizado para escribir el idioma etrusco y al de antiguas inscripciones frigias, todos los derivados modelos eubeos (alfabeto griego occidental, alfabetos de Asia Menor). Estos modelos son en última instancia de origen semítico occidental y fueron adaptados por varios pueblos desde antes del siglo VIII a. E.  C.

La relación entre el lemnio, el etrusco y el rético (agrupadas como lenguas tirsénicas) es ampliamente aceptada dadas las pruebas de los estrechos vínculos en el vocabulario y la gramática. Por ejemplo,tanto el etrusco como el lemnio comparten dos casos dativo, masculino *-si y feminino-colectivo *-ale, mostrado tanto en la estela de Lemnos (Hulaie-ši "para Hulaie", Φukiasi-ale "para los foceos") como en inscripciones escritas en etrusco (aule-si "Para Aule" en el cipo de Perugia así como en la inscripción mi mulu Laris-ale Velχaina-si "Fui bendecido por Laris Velchaina").

También comparten el genitivo masculino en *-s y un pasado simple en *-a-i (Etrusco <-e> como en ame "era" (<*amai); lemnio <-ai> como en šivai "vivo").


La estela fue hallada incrustada en la pared de la iglesia en Kaminia y ahora se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. La datación del siglo VI a. E. C. se basa en que en el 510 a. E. C. el ateniense Milcíades invadió Lemnos, helenizando la isla. La estela muestra un bajorrelieve con un busto de un hombre con casco y la inscripción está escrita en un alfabeto similar al alfabeto griego occidental (calcídico). La inscripción asimismo está escrita a modo bustrofedon y había sido transliterado, pero no fue traducido con éxito hasta un análisis lingüístico serio comparándolo con el etrusco en combinación con los avances en la propia traducción de los textos etruscos.

La inscripción consta de 198 caracteres, formando entre 33 y 40 palabras, indicándose la separación de palabras con tres puntos en algunas ocasiones. El texto consta de tres partes, dos escritas en vertical y una en horizontal. Es comprensible es la frase avis sialchvis ("sesenta años", B.3), que recuerda al etrusco avils maχs śealχisc (tenía sesenta y cinco años").

Frente:

A.1. hολαιεζ:ναφοθ:ζιαζι (hulaieš:naφuθ:šiaši)
A.2. μαραζ:μαϝ (maraš:mav)
A.3. σιαλχϝειζ:αϝιζ (sialχveiš:aviš)
A.4. εϝισθο:ζεροναιθ (evisθu:šerunaiθ)
A.5. ζιϝαι (šivai)
A.6. ακερ:ταϝαρζιο (aker:tavaršiu)
A.7. ϝαναλασιαλ:ζεροναι:μοριναιλ (vanalasial:šerunai:murinaic)
Lateral:

B.1. hολαιεζιφοκιασιαλε:ζεροναιθ:εϝισθο:τοϝερονα (hulaieši:φukiasiale:šerunaiθ:evisθu:tuveruna)
B.2. ρομ:hαραλιο:ζιϝαι:επτεζιο:αραι:τιζ:φοκε (rum:haraliu:šivai:eptešiu:arai:tiš:φuke)
B.3. ζιϝαι:αϝιζ:σιαλχϝιζ:μαραζμ:αϝιζ:αομαι (šivai:aviš:sialχviš:marašm:aviš:aumai)

IDIOMA RÉTICO.

El rético es una lengua de la antigua Italia testimoniada epigráficamente en la provincia romana de Recia o Rética (Rhaetia o Rhaetica), limitada por los Alpes al sur, el alto Danubio al norte, el Rin al oeste, la provincia del Nórico al este y el río Eno. Su territorio coincidía aproximadamente con el cantón de los Grisones (Suiza), Baviera y el Tirol. Los romanos llamaron a sus pobladores rhaetii, que nos dejaron numerosas inscripciones en su lengua.

Sobre los pueblos de los Alpes, Plinio el Viejo escribió, que vecinos de los nóricos eran: «los retos y los vindélicos (...) Se cree que los retos son descendientes de etruscos expulsados por los galos; su caudillo se llamaba Reto».​ E incluye entre las poblaciones réticas a los tridentinos, feltrinos y beruenses,​ venonnenses y sarunetes, y añade que estos dos últimos pueblos vivían en el nacimiento del Rin.

Desde un punto de vista lingüístico la lengua de los retos o rético, parece compartir algunas terminaciones con el etrusco y probablemente pueda considerarse una lengua emparentada con él. De hecho algunos autores han propuesto una familia tirsénica o etrusco-rética que englobaría tanto a los varios dialectos etruscos, como al lemnio (testimoniado en una sola inscripción en la isla de Lemnos) y a la lengua de las inscripciones réticas.

Históricamente, la región de Rhaetia fue conquistada por Roma en tiempos de Augusto (del 16 a. E. C. al 15 a. E. C.). Tras las expediciones del cónsul Publio Silio Nerva, del futuro emperador Tiberio y de Druso el Joven, se convirtió en provincia romana.

Las inscripciones proceden del siglo V a. E. C. al año 15 a. E. C., fecha en que Roma conquista los Alpes como se ha dicho. Disponemos solo de unos pocas inscripciones en rético escritas en un alfabeto derivado del etrusco, y solo han sido interpretadas de manera fragmentaria. La mayoría de estos textos parecen ser solo breves inscripciones votivas: dedicatorias y ofrendas en las que aparece el nombre de la divinidad a la que se dirigen y el nombre del oferente, y algunas estelas funerarias. Un ejemplo de inscripción es la siguiente breve inscripción de tres líneas:

1) kastri esi eunin lape [?]
2) ritali esi kaszrinia pet
3) esi mnesi kaszrinia up[e?]
Las pocas huellas de la lengua se encuentran casi exclusivamente en la toponimia, pero ni en este campo son identificables con precisión.

Aunque no disponemos de muchos datos, tanto la formación de palabras como la inflexión de las palabras en esta lengua sugieren que existe cierto parentesco con el etrusco. También se ha identificado un cierto número de palabra que parecer tener correspondencias en etrusco (aunque algunas de ellas podrían ser simplemente préstamos lingüísticos). El lemnio, que ciertamente está emparentado con el etrusco, podría ser también un miembro de esta familia etrusco-rética. La evidencia actual permite afirmar que estas tres lenguas (rético, etrusco, lemnio) comparten algunas características comunes así como algunas terminaciones comunes, tales como: -s' (que podría ser un genitivo), y la terminación -sl (tal vez genitivus genitivi), que aparece en las tres lenguas. Otras terminaciones verbales comunes serían -eis', -s'i, -ai, -aith, -ke /-ake, cuyos significados no se entienden del todo pero su uso es similar.

IDIOMA FRIGIO.


El idioma frigio fue la lengua de los frigios, pueblo que migró desde Asia Menor hasta Tracia alrededor del 1200 a. E. C.

Para el siglo VI, ya estaba extinto, pero podemos reconstruir algunas palabras con la ayuda de algunas inscripciones grabadas con una escritura similar a la del griego.

Se cree que tenía similitud con el tracio y el armenio, y que a la vez habría tenido algunas características del griego, idioma con el que estuvo en contacto algún tiempo.

Los historiadores de la antigüedad y los mitos asocian en ocasiones el frigio con el tracio, e incluso con el armenio en algunas fuentes clásicas. Heródoto recoge el relato macedonio que cuenta que los frigios emigraron a Asia Menor desde Tracia (7,73). Más adelante en el texto (7,73), Heródoto afirma que los armenios fueron colonizados por los frigios, ocurriendo esto en la época de Jerjes I. La primera mención del frigio en las fuentes griegas, en el Himno homérico a Afrodita, que lo describe como diferente del troyano. Del troyano, lamentablemente, se sabe poco aunque ciertas evidencias han conducido a especular su posible relación con el luwita.

El frigio está atestiguado por dos corpus lingüísticos, uno de alrededor de 800 a. E. C. y posterior (paleofrigio), y posteriormente, después de un período de varios siglos, al comienzo del siglo I d. E. C. (Neo-Frigio). El corpus palaeo-frigio se divide (geográficamente) en las inscripciones de la ciudad de Midas de la ciudad (M, W), Gordión, Central (C), Bitinia (B), Pteria (P), Tyana (T), Daskyleion (Dask), Bayindir (Bahía), y "varios" (Dd, documentos diversos). Las inscripciones misias parecen estar en una lengua relacionada el idioma misio (en un alfabeto con una letra adicional, "s misia").

Sobrevivió al menos hasta el siglo VI d. E. C. Podemos reconstruir algunas palabras con la ayuda de algunas inscripciones con textos bilingües al griego.

Clasificación
El idioma frigio estaba probablemente emparentado con el tracio, armenio o griego. En la mayoría de los casos el idioma frigio usaba un alfabeto derivado de los fenicios. Las inscripciones disponibles en el idioma frigio todavía no se han traducido. Las inscripciones que utilizan una escritura cercana a la griega han sido traducidas, y parte del vocabulario frigio ha sido identificado.

Gramática
Respecto a su estructura, lo que puede recuperarse a partir de él, es claramente indoeuropeo, con nombres declinados en casos (al menos cuatro), de género (tres) y el número (singular y plural), mientras que los verbos se conjugan por tiempo, la voz, el modo, persona y número. No hay una sola palabra que atestigüe todas sus formas de flexión.

Muchas palabras del frigio son muy similares a la reconstruida lengua Proto-indoeuropea (PIE). El frigio parece presentar un aumento, al igual que el griego y el armenio, cf Eberet, probablemente correspondiente a PIE *e-bher-et (griego, epheret).

Vocabulario
Muchas palabras frigias son teóricamente conocidas, sin embargo, el significado y etimologías e incluso la epigrafía de muchas palabras frigias (en su mayoría extraídas de inscripciones) son todavía objeto de debate.

Entre los rasgos conocidos del frigio se cuentan:

Ensordecimiento de las oclusivas sonoras indoeuropeas (*b, *d, *g, *g̑, *gw) en oclusivas sordas (p, t, k):
- PIE *d(e)iwos > tios 'dios' - PIE *bhh1g̑os > bekos 'pan' - PIE *g̑enh1sa > kena 'generación' (cfr, griego génea) - PIE *gwneh2ika > knaika 'esposa'.

Como en griego, triple vocalización de las laringales indoeuropeas en *h1 > e (o i ante nasal), *h2 > a y *h3 > o:
- PIE h1newn > inn 'nueve'
- PIE h1regw-o > erek 'tarde' (griego érebos 'oscuridad')
- PIE h2ster > astel 'estrella'
- PIE h3neh3mno > onoman 'nombre' (latín nomen< h3neh3mno)

Una famosa palabra frigia es bekos, que significa "pan". Según Heródoto (Historias 2,9) el faraón Psamético I quería establecer el idioma original de la humanidad. A tal efecto, ordenó que dos niños fuesen criados por un pastor, que prohíbe dejarles escuchar a los niños una sola palabra, y encargándole de informarle de las primeras palabras de estos. Después de dos años, el pastor informó que al entrar en su habitación, los niños llegaron hasta él, y extendiendo las manos, dijeron bekos. Investigando, el faraón descubrió que se trataba de la palabra frigia para decir "pan de trigo", después los egipcios reconocieron a los frigios como una nación más antigua que la suya. La palabra bekos se ponían también de manifiesto varias veces en las inscripciones Paleo-frigias en estelas funerarias. Muchos estudiosos modernos sugieren que se trata de afines al inglés bake, hornear (PIE *bheHg-).

De acuerdo con Clemente de Alejandría, la palabra frigia bedu (βέδυ) significa "agua" (PIE * Mié) aparece en ritual Órficos. En la misma fuente, los macedonios decían que adoraban a un dios llamado Bedu, que se interpreta como "aire".

IDIOMA ARMENIO.

El idioma armenio (en armenio, Հայերեն լեզու, AFI: [hɑjɛɹɛn lɛzu], hayeren lezu «lengua armenia», abreviado como hayeren «armenio») es una lengua indoeuropea hablada por los armenios. Es lengua oficial en Armenia y en la república de Artsaj, además de contar con una importante presencia en países circundantes como Rusia, Siria, Líbano, Turquía, Irán o Georgia.

El alfabeto armenio fue creado por Mesrob Mashtots en el año 406 d. E. C. La dirección de la escritura armenia es en horizontal, de izquierda a derecha.


                   Manuscrito armenio del siglo V o VI d. E. C.

Los primeros escritos de los armenios en la historia se encuentran en una inscripción del siglo VI a. E. C. en Behistún correspondiente a Darío I. También son mencionados con menor detalle en la Historia de Hecateo de Mileto. No se conocen muchos detalles de la Armenia del período clásico, salvo por las alianzas políticas con romanos y partos. El historiador armenio Movses Khorenatsi proporciona algunas historias, leyendas y relatos mitológicos de la era de los héroes armenios. La historia política estuvo muy condicionada por las guerras entre imperios occidentales y orientales. Primero por la guerras entre griegos y persas y posteriormente entre romanos y partos y persas sasánidas.

A partir del siglo V d. E. C. las élites armenias trataron de formar una Iglesia litúrgicamente independiente de las Iglesias griega y siríaca. Eso pasaba por crear una lengua litúrgica propia, razón por la cual se desarrolló un alfabeto propio creado por Mesrop Mashtots. A partir de las traducciones de textos cristianos surgió una historiografía propia. El armenio clásico usado como lengua literaria parece haber sido una especie de koiné compromiso entre una diversidad de dialectos ya diferenciados. Yeznik Koghbatsi menciona que junto con el dialecto usado por él otro dialecto meridional diferente. También se conservan testimonios de otros dialectos antiguos diferentes del grábar, entre los siglos VII y VIII.

El armenio moderno está formado por un número de variantes dialectales derivadas del armenio clásico o grábar que está documentado desde el siglo V d. E. C. hasta pasado el siglo XIII d. E. C. y hasta siglo XIX d. E. C. como una lengua "escrita". Paralelamente el armenio medio se extiende entre los siglos XIII y XVIII d. E. C. período en el que se diversifica dividiéndose varios bloques dialectales, agrupados más modernamente en un bloque occidental y otro bloque oriental. El armenio moderno, de hecho, es una lengua policéntrica que tiene dos variedades estandarizadas: el armenio oriental y el armenio occidental. La característica más distintiva del armenio occidental es que ha sufrido numerosas fusiones fonémicas, tal vez por la proximidad con comunidades arabófonas y turcófonas.

El moderno armenio estándar de Armenia es una variante de armenio oriental. La primera clasificación de los dialectos del moderno armenio se debe a Hrachia Adjarian (1909) que propuso tres grupos basándose en criterios morfológicos, Ararat Gharibian (1941) distinguió cuatro grupos basándose en criterios fonológicos. La clasificación más extensa y más precisa se debe a Gevork B. Djahukian (1972) que bajo una amplia serie de criterios clasificó al armenio moderno en dos bloques dialectales: el occidental (donde se distinguen 7 dialectos) y el oriental (donde se distinguen 4 dialectos).

Las diferencias pueden ser ilustradas con los ejemplos siguientes; por ejemplo, los hablantes de armenio oriental usan (թ) como una "t" aspirada (como la t- inicial de un sílaba tónica en inglés), (դ) como la "d" inicial del inglés, y (տ) como una oclusiva tenue, con un sonido intermedio entre las dos anteriores. En armenio occidental este sistema de oclusivas se ha simplificado hasta dar una simple diferencia entre dos tipos de oclusivas aspiradas sordas frente a sonoras simples. La serie aspirada se corresponde con la serie tenue del armenio oriental y la aspirada del dialecto oriental, mientras que la serie sonora del armenio occidental coincide con la del armenio oriental son sonoras y aspiradas. Así en los dialectos occidentales tanto (թ) como (դ) suenan como aspiradas, mientras que (տ) se pronuncia como una sonora. No existe una frontera precisa entre un dialecto y otro debido a que casi siempre se encuentra una zona de transición entre las variedades orientales y occidentales.

Muchos de los dialectos de armenio occidental han desaparecido en gran parte por causa del genocidio armenio. Además, dentro de ambos bloques dialectales no existe homogeneidad, siendo distinguibles en ambos bloques subdialectos. Aunque tanto el armenio occidental como el armenio oriental se describen frecuentemente como la misma lengua, existe subdialectos de ambos bloques que son directamente inteligibles entre ellos. Sin embargo, un hablante competente de una de las dos grandes bloques dialectales comprende directamente el otro dialecto sin grandes dificultades.

Ejemplos
GLOSA Armenio oriental Armenio occidental
Ayo (այո) Ayo (այո)
No Voč' (ոչ) Voč' (ոչ)
Perdón Neroġout'ioun (ներողություն) Neroġout'ioun (ներողութիւն)
Hola Barev (բարև) Parev (բարև)
¿Cómo estás? (formal) Vonts' ek (ո՞նց եք) Inč'bes ek (ինչպէ՞ս էք)
¿Cómo estás? (informal) Inč' ka č'ka (ի՞նչ կա չկա) Inč' ga č'ga (ի՞նչ կայ չկայ)
Por favor Khntrem (խնդրեմ) Khntrem (խնդրեմ), Hadjiss (հաճիս)
Gracias Šnorhakal em (շնորհակալ եմ) Šnorhagal em (շնորհակալ եմ)
Muchas gracias Šat šnorhakal em (շատ շնորհակալ եմ) Šad šnorhagal em (շատ շնորհակալ եմ)
Bienvenido Bari galoust (բարի գալուստ) singular: Pari yegar (բարի եկար)
plural o formal: Pari yegak' (բարի եկաք)
De nada Khntrem (խնդրեմ) Khntrem (խնդրեմ)
Adiós C'tesout'ioun (ցտեսություն) C'desout'ioun (ցտեսութիւն)
Buenos días Bari louys (բարի լույս) Pari louys (բարի լոյս)
Buenas tardes Bari òr (բարի օր) Pari ges òr (բարի կէս օր)
Buenas noches (víspera) Bari yereko (բարի երեկո) Pari irigoun (բարի իրիկուն)
Buenas noches (medianoche) Bari gišer (բարի գիշեր) Kišer pari (գիշեր բարի)
Te amo Yes k'ez siroum em (ես քեզ սիրում եմ) Yes ëzk'ez gë sirem (ես զքեզ կը սիրեմ)
Soy armenio Yes hay em (ես հայ եմ) Yes hay em (ես հայ եմ)
Te echo de menos Yes k'ez karotum em (ես քեզ կարոտում եմ) Yes k'ezi garodtzadz em (ես քեզի կարօտցած եմ)
Otros dialectos distintivos incluyen el homshetsi o habla de los hemshin y el lomavren de los bosha o lom.

El armenio clásico es una lengua muerta usada como lengua litúrgica de la Iglesia armenia. Mientras que el armenio oriental y el armenio occidental siguen usándose ampliamente. El armenio de la República de Armenia, Rusia e Irán es de tipo oriental; mientras que el armenio de Turquía y de la diáspora armenia de Occidente es armenio occidental. La diferencia principal está en las consonantes oclusivas, que el armenio occidental ha transformado (p. ej.: p > b, b > p); así, mientras el oriental dice «barev», el occidental dice «parev».

La clasificación de Adjarian de 1909, basada en criterios morfológicos, distinguía tres grupos: el que emplea -owm (la mayor parte del oriental), el que emplea gë (el occidental y parte del oriental: Kars, Gyumri y el noroeste del Cáucaso) y el que emplea -el (Artvin-Ardahan-Oltu e Igdir-Maku-Khoy-Maragheh).

El armenio es una lengua indoeuropea de difícil clasificación. Desde el punto de vista léxico, tiene importante cantidad de vocablos prestados de origen iranio, especialmente de origen parto. Por esa razón el armenio fue considerado inicialmente de manera errónea como una lengua irania, hasta el trabajo de Heinrich Hübschmann (1897) que probó que el armenio constituía una rama independiente dentro de las lenguas indoeuropeas. Ciertas evidencias sugieren que tiene una peculiar relación filogenética con el griego y otras lenguas paleobalcánicas, aunque el parentesco no es ni mucho menos cercano.

La hipótesis greco-armenia interpreta que las similitudes con el griego no son el resultado de contacto lingüístico en el pasado, sino que efectivamente el griego es el grupo indoeuropeo más cercano al armenio. Esta hipótesis fue apuntada por Holger Pedersen (1924), que apreció cognados léxicos greco-armenios en mayor proporción que con otras lenguas indoeuropeas. Meillet (1925, 1927) investigó la cuestión desde el punto de vista morfológico y fonológico, y llegó a proponer que existió un proto-greco-armenio. La hipótesis de Meillet se hizo popular con su Esquisse (1936). Solta (1960) no llega a proponer un estadio proto-greco-armenio, pero concluye que considerando la evidencia léxica y morfológica, el griego es efectivamente la lengua indoeuropea más cercanamente emparentada con el armenio. Eric P. Hamp (1976:91) apoya la tesis greco-armenia, considerando probable la existencia del proto-greco-armenio. El armenio comparte el aumento de imperfecto en los verbos, la existencia de una negación derivada de la expresión indoeuropea *ne hoiu kwid («de ninguna manera»), el resultado de vocales protéticas iniciales como resultado de la evolución de las laringales indoeuropeas y otras características morfológicas y fonológicas presentes solo en griego y armenio. La cercanía de estas dos lenguas arroja luz sobre el carácter parafilético (no-filogenético) de la isoglosa centum-satem. Sin embargo, diversos lingüistas entre los cuales está Fortson (2004) señalan que «hacia la época de los primeros registros en armenio en el siglo V d. E. C., la evidencia del parentesco primitivo se había reducido a unas pocas piezas difíciles de encajar».

La mayor parte del léxico del armenio moderno es de origen iranio, seguido de léxico directamente heredado del proto-indoeuropeo, junto con algún léxico prestado del árabe, el turco, el siríaco y el griego koiné, además de un contingente no despreciable de origen hurrita-urartiano y un cierto número de formas del anatolio. En un recuento de raíces del armenio clásico, Hübschmann contabiliza el siguiente número:

686, de origen iranio (persa y parto),
438, patrimoniales, heredadas directamente del indoeuropeo,
512, de origen griego y
133, de origen siríaco.

IDIOMA TRACIO.

El idioma tracio era una lengua indoeuropea hablada en la antigüedad por los tracios en el sureste de Europa.

Excepto el dacio, cuya categoría como idioma tracio es polémica, el tracio fue hablado por un considerable número de personas en lo que es en la actualidad Bulgaria meridional, partes de Serbia, de Macedonia del Norte, en Grecia septentrional (sobre todo previo a la expansión de los macedonios), Albania, por toda Turquía europea y en partes de la Turquía noroccidental asiática (como Bitinia).

Incluyendo Dacia/Getas, fue hablado en Rumania, Bulgaria septentrional, partes de Serbia, de la República de Moldavia, centro oeste y sudoeste de Ucrania, el este de Hungría y en Eslovaquia.

Al ser un idioma extinto con solo un pequeño número de inscripciones atribuidas (ver abajo), lo conocemos muy poco. Algunas palabras tracias pueden encontrarse en antiguos textos griegos, entre ellas:

asa — una palabra besa para la pezuña.
bolinthos — "toro salvaje, Uro"
bria — "ciudad"
brynchos — "guitarra"; comparada con el rumano broancă, "un instrumento de cuerda" y el ruso brenčat' , "tocando un instrumento de cuerda"
brytos, bryton, brutos, bryttion — "un tipo de cerveza de cebada"
dinupula, *sinupyla — "calabaza silvestre"; comparado con el macedonio dinya , una sandía.
genton — "carne"
kalamindar — "plátano europeo (Platanus orientalis)"
kemos — "un tipo de fruta con folículos"
ktistai — "Tracios que viven en celibato, monjes"
mendruta — un nombre mesio para la remolacha o alternativamente falsa Heleborina o Heleborina rojo oscuro , Veratrum nigrum
rhomphaia — "una lanza"; más tarde el significado de "espada" está atestiguado.
skalme — "un cuchillo, una espada"
skarke — "una moneda"
spinos — "una piedra que hierve cuando se le echa agua"
torelle — "un lamento, un canto triste"
zalmos, zelmis — "piel"
zeira, zira — "un tipo de prenda de vestir de arriba"
zelas — "vino"
zetraia — "un recipiente cerámico"
zibythides — "los hombres y mujeres nobles de los tracios"
Además hay muchas palabras y probablemente antropónimos, topónimos, hidrónimos, orónimos y otros elementos lexicográficos encontrados en fuentes antiguas y en fuentes bizantinas:

-disza, -diza, -dizos — "un asentamiento fortificado"
-para, -pera, -paron, etc. — "una ciudad"
Una cantidad de probables palabras tracias se han hallado en inscripciones (la mayoría escritas en escritura griega ) en edificios, monedas y en otros objetos (ver inscripciones abajo).

Otra fuente para el vocabulario tracio son las palabras de desconocida o discutida etimología encontradas en el búlgaro (ver léxico búlgaro), rumano, macedonio y albanés, a veces consideradas derivadas del dacio o tracio, o descendientes del ilirio, con una combinación de daco-tracio; así el léxico albanés sería otra fuente.

También se han propuesto palabras tracias en el léxico antiguo griego. Elementos lexicográficos griegos pueden derivar del tracio, como balios ("moteado"; < PIE *bhel-, "brillar". Pokorny cita al ilirio como una posible fuente), bounos, "colina, montículo", etc.

Inscripciones
Sólo se han hallado cuatro inscripciones tracias. Una en un anillo de oro encontrado en 1912 en la ciudad de Ezerovo, Bulgaria. El anillo fue datado del siglo V a. E. C.. El anillo tiene una inscripción, escrita en alfabeto griego:

ΡΟΛΙΣΤΕΝΑΣΝ / ΕΡΕΝΕΑΤΙΛ / ΤΕΑΝΗΣΚΟΑ / ΡΑΖΕΑΔΟΜ / ΕΑΝΤΙΛΕΖΥ / ΠΤΑΜΙΗΕ / ΡΑΖ / ΗΛΤΑ
rolisteneasn /ereneatil / teanēskoa / razeadom / eantilezy / ptamiēe / raz / ēlta
No se conoce el significado de la inscripción ni es parecida a ningún otro idioma. Tracólogos, como Georgiev y Dechev, sugirieron varias traducciones de la inscripción, pero son meras conjeturas.

Una segunda inscripción se encontró en 1965 cerca del pueblo de Kjolmen, en el distrito de Preslav , datada del siglo VI a. E. C. Consta de 56 letras en alfabeto griego, probablemente una inscripción de una estela funeraria similar a una frigia:

ΕΒΑΡ. ΖΕΣΑ ΑΣΝ ΗΝΕΤΕΣΑ ΙΓΕΚ.Α / ΝΒΛΑΒΑΗΕΓΝ / ΝΘΑΣΝΛΕΤΕΔΝΘΕΔΝΕΙΝΔΑΚΑΤΡ.Σ
ebar. zesa asn ēnetesa igek. a / nblabaēegn / nzasnletednzedneindakatr.s
Una tercera inscripción, también en un anillo, hallada en Duvanli, en el distrito de Plovdiv, cerca de la mano izquierda de un esqueleto. Data del siglo v a. C. El anillo tiene la imagen de un jinete con la inscripción alrededor de la misma. Sólo parcialmente legible (16 de 21 iniciales):

ΗΖΙΗ ..... ΔΕΛΕ / ΜΕΖΗΝΑΙ
ēziē ..... dele / mezēnai
ΜΕΖΗΝΑΙ es probable que corresponda a Menzana, la "deidad equina" mesapia a la que eran sacrificados los caballos, comparado también con el albanés mes, mezi y el rumano mânz "potro", derivado de "caballo".

Estas son las inscripciones más largas conservadas. El resto son, principalmente, sólo palabras o nombres en vasijas y otros objetos. Además, elementos lexicográficos tracios han sido dibujados en inscripciones en griego o latín.

En una inscripción latina de Roma que habla de un ciudadano de la provincia romana de Tracia, se ha hallado la frase Midne potelense; se ha interpretado que indica el lugar de origen del tracio, siendo midne el equivalente tracio del latín vicus, "pueblo". Si es correcto, la palabra tracia estaría próxima del cognado (mitne, "una vivienda") en letón, un idioma báltico. Podría estar conectada también con el término búlgaro para vivienda "mitnitsa".

Clasificación
El tracio era un idioma indoeuropeo, un idioma satem. Los detalles de su afiliación y sitio dentro de los restos indoeuropeos están poco claros.

Extinción
La mayoría de los tracios o bien fueron helenizados (la provincia de Tracia) o romanizados (Dacia, etc.). Sin embargo, pequeños grupos de tracios quizá existieran cuando llegaron los eslavos a los Balcanes en el siglo vi, y teóricamente algunos tracios pudieron ser eslavizados. Hay eruditos[¿quién?] que han propuesto que los actuales albaneses pueden ser descendientes directos de los tracios, quienes no fueron asimilados dentro del pueblo invasor, pero esto es controvertido.

LENGUA MEROÍTICA.


El idioma meroítico fue el lenguaje utilizado por la antigua civilización de Nubia, el actual Sudán. A pesar de que el alfabeto fue descifrado en 1911, parece ser imposible de traducir.



Los intentos por relacionarla con algunas lenguas sudanesas modernas, principalmente de las familias afro-asiáticas y Nilo-Sahariana, han sido bastante inútiles.

IDIOMA ETEOCRETENSE O MINOICO.


El idioma eteocretense o minoico es un idioma no descifrado y muy probablemente sin ninguna relación con el griego, que era la lengua hablada por los minoicos y usada en la isla de Creta antes de la invasión de los ejércitos micénicos.

Dado que no se ha tenido éxito a la hora de descifrar el alfabeto y no se ha podido establecer ninguna relación con otras lenguas modernas, este lenguaje se ha convertido en un verdadero rompecabezas para los lingüistas y arqueólogos.

IDIOMA DACIO.

La tierra de Dacia, que se corresponde con la actual Rumania, fue la cuna de una cultura guerrera conquistada por los romanos durante la época del emperador Trajano en siglo I d. E. C.

La lengua dacia fue una lengua indoeuropea hablada en la Antigüedad por el pueblo de los dacios. Se considera que fue una variante septentrional del tracio o bien que ambas lenguas eran parientes cercanos.

El dacio era una de las lenguas más extendidas de la Europa sudoriental, encontrándose desde el Este de la actual Hungría hasta la costa del mar Negro. Hallazgos arqueológicos sugieren que los orígenes de la cultura dacia podrían ubicarse en Moldavia, identificada como la evolución de la Cultura de Basarabia en la Edad del Hierro.

No se sabe cuándo exactamente dejó de hablarse la lengua dacia, ni si tiene descendientes vivos. La conquista romana inicial de parte de Dacia no terminó con la lengua, ya que tribus libres de dacios como los carpianos pudieron haber continuado usándola en Moldavia y regiones limítrofes hasta el siglo VI o VII d. E. C., donde influyó en cierta manera en la formación de las lenguas eslavas.

De acuerdo con una hipótesis, una rama del dacio continuó con la lengua albanesa (Bogdan Hasdeu 1901); otra hipótesis conecta el albanés no con el dacio, sino con las lenguas ilirias.

El dacio podría haber formado gran parte del sustrato del protorrumano, que se desarrolló a partir del latín vulgar hablado en los Balcanes al norte de la línea Jireček, que divide las zonas de influencia del latín y el griego.

Si el dacio conforma realmente el sustrato del proto-rumano es discutido (ver Origen de los rumanos), así como si esta teoría no relaciona la romanización de la Dacia, dado que el dacio era hablado también en Moesia y al sur y norte de Dardania. Cerca de 300 palabras en las lenguas romances orientales (rumano, arumano, megleno-rumano, istro-rumano) podrían derivar del dacio, dado que muchas de ella poseen un carácter satem, como se esperaría de palabras daco-tracias (ver Sustrato romance oriental).

Descripción lingüística
Muchas de las características del dacio son desconocidas o discutidas. No hay apenas documentos escritos en dacio. Lo que se conoce de dicha lengua proviene de:

los topónimos, hidrónimos, nombres propios (nombres de reyes incluidos) y nombres dacios de unas cincuenta plantas escritas por fuentes griegas y romanas.
las palabras del sustrato contenidas en la moderna lengua rumana, la lengua hablada hoy en casi todos los territorios que los dacios poblaron: hay cerca de 400 palabras de origen desconocido (como brânză = queso, balaur = dragón, vatrâ= horno antiguo de pan, etc.), algunas de las cuales tienen cognados en albanés. Estas palabras podrían provenir de los restos del antiguo dacio.
Inscripciones en dacio; Decebalus Per Scorilo es la mayor inscripción conocida. El poeta romano Ovidio afirmaba haber aprendido dacio tras haber sido exiliado a Tomis (hoy Constanza) en Dacia. En sus obras Tristes y Epistulae ex Ponto contaba que compuso poemas en lengua dacia. Si los poemas existieron, no se preservaron.
Clasificación
En la década de 1950, el lingüista búlgaro Vladimir Georgiev publicó una obra donde se demostraba que la fonología de la lengua dacia es cercana a la del albanés, contribuyendo así a la hipótesis de que el dacio perteneciese a la misma rama que el albanés, una grupo denominado Daco-Moesio (o Daco-Misio), donde el Moesio (o Mesio) sería un dialecto de transición entre el dacio y el tracio. Hay cognados entre daco-tracio y albanés que podrían ser la evidencia de la afinidad lingüística daco-tracia-albanesa, y muchas palabras de sustrato en rumano tienen su correspondencia en albanés.

Evolución fonética desde el Protoindoeuropeo
Artículo principal: Evolución fonética del protoindoeuropeo al dacio
Las consonantes sonoras aspiradas *bh- y *dh en PIE devinieron en sonoras: b, d (Dacio -dava < PIE *dhe-, "fijar, sistematizar", etc.). PIE *b- permanece como b (Dacio -balus; kinuboila < -uboila < PIE *abel-, etc.), y *d permanece como d- (Dacio Decebalus etc.).

Una correspondencia encontrada entre dacio y tracio es una variación de vocal, a (dacio)/e (tracio). Cfr. dacio Zalm- (< Zalmoxis1​), tracio zelmis (< PIE *kel-, "cubrir"), "piel, cuero"; dacio Zald- (< Zaldapa), tracio zeltas (< PIE *ghel-, "resplandecer"); dacio reconstruido *barz- (< rumano barza, "cigüeña"), tracio Berz- (< Berzobis, Berzana; PIE *bherəg-, "blanco"); v. Olteanu et al. Esta es una de las numerosas evidencias a favor de la existencia de una rama daco-tracia del indoeuropeo.

A pesar de que los romanos no erradicaron el idioma, el lenguaje quedó en el olvido después de que los dacios decidieran pasarse al latín. Aún así, algunos nombres de lugares y palabras parecen tener origen en el dacio.

IDIOMA ILIRIO.

Inscripción funeraria con un nombre en ilirio (siglo II a. E. C.)

Las lenguas ilirias son un grupo de lenguas indoeuropeas habladas por los pueblos ilirios en los Balcanes occidentales y por los mesapios en la región itálica de Apulia. Es posible que la lengua de los Vénetos, el Idioma venético, también perteneciera a esta rama, pero aunque Heródoto los nombra como parte de las tribus ilirias no hay pruebas lingüísticas que lo acrediten ciertamente.

Se sabe con certeza que fue hablada al menos entre el siglo VI a. E. C. y principios del V d. E. C., aunque con probabilidad fuera utilizada desde finales del II milenio a. E. C..

Poco se sabe de su relación con otras lenguas, debido al desconocimiento por parte de lingüistas y arqueólogos causado por la escasa cantidad de textos reveladores hallados. Gran parte de las deducciones se basan en la onomástica y la toponimia.

Existen al menos dos lenguas ilirias distintas dentro del grupo de las lenguas ilirias:

Ilirio, hablado en la provincia romana de Iliria o Illyrium.
Mesapio, hablado en la región italiana de Apulia.
Por otra parte está el idioma venético. Aunque Heródoto menciona a los vénetos como parte del grupo ilirio, no hay pruebas lingüísticas que certifiquen su pertenencia a este grupo lingüístico. Y siendo que el venético parece compartir rasgos con otras lenguas itálicas y de Centroeuropa.

Tradicionalmente se había considerado al albanés como descendiente directo de las lenguas ilirias. Los detractores de la filiación iliria del albanés suponen que esta lengua fuera el resultado de una migración procedente del este de los Balcanes, y para ello se fundamentan principalmente en dos cuestiones:

El vocabulario marítimo albanés es fruto de préstamos procedentes de otras lenguas vecinas, lo que chocaría con la conocida tradición marinera de los antiguos ilirios, un pueblo asentado en la costa del Adriático.
Gran parte de la toponimia albanesa no se explica a través de una etimología típicamente albanesa, y en cambio topónimos de la región de Moesia, zona traco-dacia, sí encajarían. Además los términos prerrománicos del rumano muestran que el substrato dacio de dicha lengua está emparentado con el albanés moderno.

La poca información existente no ha permitido dilucidar aún si las lenguas ilirias son centum o satem, habiendo testimonios tanto de uno como otro comportamiento. Ejemplos:

Evidencias en favor de centum: ilirio Vescleves < PIE *wesu + *klewes > sánscrito Vasuśravas '[que tiene] buena fama'.
Evidencias en favor de satem: ilirio Bulsinus < PIE *bhlk-
El idioma venético, del cual no está clara su pertenencia a esta familia, era una lengua centum.

La mayor distribución de vocabulario centum (Argyruntum, Vescleves, Peuceti Cornuinus, Rega, Regontius) se centra en la zona noroeste de Iliria (Liburnia), que comparte onomástica con el Véneto, Istria y Alpes orientales (zona onomástica noroccidental), lo que daría pie para afirmar que posiblemente se deba a una lengua distinta, como el liburnio.

No se han encontrado inscripciones en lengua iliria, salvo algunas glosas en textos griegos y latinos, así como nombres propios. En cambio, en mesapio sí se conocen unas 300 inscripciones, aunque casi todas son fórmulas onomásticas que no aportan tanto como para descifrar la lengua.

Las inscripciones mesapias están escritas en un alfabeto derivado del griego, llamado alfabeto mesapio.

Orígenes
Hay distintas teorías acerca de la antigüedad de las lenguas ilirias. Generalmente se acepta que el ilirio surgiera sobre el primer milenio a. C. tras la llegada a la zona de poblaciones portadoras de la cultura de Hallstatt, aunque hay quien piensa que la población autóctona habría asimilado a los nuevos invasores, manteniendo la lengua, que sería probablemente una evolución del antiguo europeo.

Teoría del Panilirismo
La teoría del panilirismo fue desarrollada por J. Pokorny y H. Krahe y estipulaba que el pueblo que originó una serie de hidrónimos a lo largo de toda Europa era el ilirio. La forma de estos hidrónimos no se explicaba por ninguna de las lenguas indoeuropeas conocidas, aunque guardaban cierta semejanza con las lenguas ilirias. Esto les hizo suponer que el pueblo ilirio habría habitado casi toda Europa antes de las invasiones de los pueblos indoeuropeos históricos. Actualmente se ha desligado al ilirio y se llama a la lengua de los hidrónimos Antiguo Europeo (Alteuropäisch).

Extinción
El antiguo griego, así como el macedonio antiguo, habrían supuesto una importante influencia en los hablantes del ilirio situados en tierras adyacentes a los antiguos griegos y macedonios, a decir de la adopción de nombres griegos por parte de ilirios relevantes (Cleitus, Glaukias) en el sur. Conforme la influencia griega aumentaba, algunos ilirios irían abandonando su lengua en favor del griego.

El ilirio entró en contacto también con las lenguas celtas, a causa de invasiones de pueblos celtas que se asentaron en tierras hasta entonces de dominio ilirio. Hubo un intenso contacto en lo que hoy son Bosnia, Croacia y Serbia, tanto que aún no está claro si algunas tribus eran ilirias o celtas, como los Scordisci. Estas dudas son fruto también de fuentes clásicas confusas. El ilirio tuvo contacto además con tracios y peonios. La tribu de los dárdanos es evidencia de la mezcolanza traco-iliria, que compartían unos cuantos nombres, como Langaro.

A pesar de todo, no fueron dichas lenguas, sino el latín, quien comenzó a desplazar al ilirio por encima de la línea Jirecek. En el siglo III a. E. C., tras enviar la reina Teuta una flota a Sicilia, entra en guerra con Roma. Los romanos conquistaron todas las tierras donde había hablantes de lenguas ilirias, comenzando la romanización y la sustitución progresiva por el latín. Sin embargo, esta desaparición fue muy lenta y se sabe por San Jerónimo (de origen ilirio) que aún en el siglo V d. E. C. la lengua estaba viva, pero no hay constancia de que lo siguiera estando al comienzo de las invasiones eslavas de los Balcanes.

Este tema, no obstante, sigue siendo objeto de discusión, pues si se considera al albanés un descendiente de las lenguas ilirias, es obvio que la romanización no fue suficientemente profunda.

IDIOMA OSCO, FALISCO Y UMBRO.

Tenían mucho en común con el latín, aunque también hay muchas diferencias notables y muchos grupos de palabras comunes del latín estaban ausentes o representados por formas completamente diferentes. Por ejemplo, el latín volo, velle, volui, y otras formas del protoindoeuropeo *welh₁- ('a voluntad') en osco y en umbro estaban representadas por las palabras derivadas de *ǵʰer- ('desear'): osco herest ('él querrá'), cognado del latín hortor ('animar').

IDIOMA VENÉTICO.


El venético es una lengua itálica extinta, usualmente clasificada como una lengua indoeuropea independiente, hablada en la antigüedad en la región italiana del Véneto, entre el delta del río Po y las estribaciones meridionales de los Alpes, así como en partes de la actual Eslovenia.

Se conservan en torno a 300 inscripciones cortas datadas entre el siglo VI a. E. C. y el siglo I, aunque se supone que se usaba desde el siglo XII a. E. C. Sus hablantes se han identificado con el antiguo pueblo llamado por los romanos como vénetos y enetoi por los griegos.

Historia
Los vénetos antiguos del siglo XII a. E. C., llamados también paleovénetos, fundaron varias ciudades como Altino, Este, Padua (ya amurallada en el siglo XII a. E. C.) y Gainaga (asentamiento del siglo XIII a. E. C. situado en el término municipal de Cittadella). El idioma pudo haber sido una rama independiente en la familia de las lenguas itálicas.

Esta lengua no debe confundirse con el veneciano, una lengua romance hablada actualmente en la misma región.

Extinción
El venético dejó de hablarse tras la asimilación cultural que sufrieron los territorios conquistados o controlados por la emergente Roma. Primero deja de usarse como lengua escrita, y luego desaparece también como lengua vernácula, en torno al siglo I. Tras unirse los vénetos a la República romana en el siglo I a. E. C., las inscripciones comienzan a usar el alfabeto latino, aunque el alfabeto venético no fue abandonado del todo, pues muchas inscripciones llevaban textos en latín y en venético.

El venético es claramente una lengua indoeuropea, aunque el parentesco exacto con otras lenguas indoeuropeas ha sido objeto de debate entre los especialistas. Lo que sí está establecido es que esta lengua comparte similitudes obvias con las lenguas itálicas y, por lo tanto, se clasifica como una lengua itálica. Sin embargo, dado que también comparte algunas similitudes morfológicas con las lenguas celtas y las lenguas germánicas, algunos lingüistas prefieren considerarlo una lengua indoeuropea independiente, aunque las similitudes con estas lenguas pueden ser arcaísmos que se perdieron en las demás lenguas itálicas. El venético también puede haber estado relacionado con las lenguas ilirias que se hablaban una vez en los Balcanes occidentales; sin embargo, la teoría de que las lenguas ilirias y el venético están estrechamente relacionados es refutada por los estudios actuales.​

Algunos eruditos consideran al venético claramente como una lengua itálica, más estrechamente relacionada con las lenguas osco-umbras que con el latín; muchas autoridades sugieren, en vista del sistema verbal divergente, que el venético no formaba parte del núcleo itálico y se separó más tempranamente de las otras ramas.​ Una clasificación alternativa a este problema es que el venético se clasifique como la lengua itálica más primitiva e independiente dentro del grupo.​ Otros autores basándose en sus características lingüísticas conservativas lo agrupan en el subgrupo de las lenguas latino-faliscas como más cercano al latín que con el osco-umbro, puesto que el venético no sufrió el cambio de -kw- a -p-, betacismo de -gw-, ni fricatización de fonemas -b-, -p- y -d, fricatización o aspiración de los grupos -kt, -pt- y -ks-, aspiración o pérdida de ciertas -g- ante -e-, -i-. Además comparte con dicho grupo el desarrollo de una vocal epentética -o- en las líquidas silábicas -l-, -r- dando lugar a -ol-, -or-, la reducción de -gw- a -w-, la pérdida de -s- ante -n- y tenía alrededor de seis o siete casos nominales y cuatro conjugaciones (similar al latín). Esta clasificación es la tradicionalmente aceptada si se clasifica como lengua itálica. ​Es muy posible que la división entre Itálico Q (latino-falisco) e Itálico P (osco-umbro) no tenga valor filogenético, ya que el venético parece haber sido la primera lengua en separarse del resto, debido a sus arcaísmos perdidos en las otras lenguas itálicas.

Investigaciones recientes han concluido que el venético era una lengua relativamente arcaica significativamente similar al celta, sobre la base de la morfología, mientras que ocupa una posición intermedia en el grupo italo-celta entre el celta y el itálico nuclear, sobre la base de la fonología. Sin embargo, estas similitudes fonológicas pueden haber surgido como un fenómeno de área. También se han señalado similitudes fonológicas con el rético.

Radoslav Katičić ha demostrado igualmente que la antroponimia de la zona noroeste de la antigua provincia romana de Iliria (zona noradriática), siendo Liburnia parte de un espacio antroponímico más extenso, comprende el Véneto, Istria y los Alpes orientales. La zona antroponímica contigua, la dalmato-panonia, corresponde a la Dalmacia y Japidia en época romana y se prolonga hasta Panonia, con numerosos trazos comunes con la primera. Estos descubrimientos proporcionan una nueva visión de las lenguas itálicas, cuyo territorio se prolongaría hasta la Europa Central.

El alfabeto usado por los antiguos vénetos, de origen etrusco, fue adoptado en el período 550 a. E. C.-450 a. E. C., con la inevitable dificultad intrínseca que supone el utilizar un alfabeto diseñado para otro sistema lingüístico. Por ejemplo, la lengua etrusca no poseía oclusivas sonoras (/b/, /d/, /g/), y por tanto los signos griegos correspondientes no se usaban en el alfabeto que aprendieron los vénetos. Para estos sonidos se emplearon los signos etruscos Φ, z y χ, como puede verse en los ejemplos de inscripciones. De la misma forma, para representar el sonido /f/ usaban vh.

El alfabeto latino utilizado por los romanos comenzó a afianzarse en el entorno véneto en torno al 100 a. E. C. Muchas de las letras del alfabeto latino son idénticas a las del venético, apenas redondeadas o simplemente especuladas. El venético, de hecho, se escribía en modo bustrofedon, es decir, líneas escritas alternativamente en direcciones opuestas: de izquierda a derecha en una línea, y de derecha a izquierda en la siguiente.

Inscripciones
El venético se conoce por un alto número de inscripciones provenientes mayoritariamente de la ciudad de Este, que es considerado el centro principal, así como de Padua, Vicenza, el valle del Piave y otros lugares como Trieste y Carinzia. Las inscripciones se hallan en diversos objetos votivos.

Un ejemplo de inscripción en venético, encontrado en un clavo de bronce en Este (Es 45):
Venético: mego donasto sainatei Reitiai porai Egetora Aimoike louderobos
Latín (literal): me donavit sananti Reitiae bonae Egetora Aemoque liberis
Español: me dono la sanante Reitia, la buena Egetora, Aemo y los libres
(Prosdocimi en Pellegrini 1967: 149-150)
O alternativamente:
Venético: mego donasto Fugia Fougontia sainssei Reitiai
Latín (literal): Me donavit Fugia Fougontia sanatrici Reitiae
Español: me dono Fugia Fougontia y Reitia la sanadora
(EIEC: 621)
Otra inscripción, encontrada en una situla (urna) en Cadore (Ca 4 Valle):
Venético: eik Goltanos doto louderai kanei
Latin (literal): hic Goltanus dedit liberae cani
Español: Goltano dio este libre can
(Prosdocimi in Pellegrini 1967: 464-468)
Otros ejemplos de inscripciones venéticas:

Ejemplo I:

Venético: Ego Fontei Ersinioi vineti karis vivoi oli alekve murtuvoi atisteit
Latín (literal): Ego Fontei Ersini vineti caris vivo illi aliquem mortuo astat
Español: Yo Fontei Ersini del viñedo caro, él vivo, alguien muerto queda.
Ejemplo II:

Venético: Klutavikos doto donom sainatei
Latín (literal): Klutavikos dedit donum sananti
Español: Klutavikos dio el don al sanante
Ejemplo III:
Venético: Alkomno metlom sikos enogenes Vilkenis horvionte donatsan
Latín (literal): Alkomno mellum siccus innocens Vilkenis horreant donatam
Español: Los Vilkenis donaron horrendamente la miel sobria e inocente de Alkomno.
(Pisani, p. 255)
Puntuación
Una interesante característica de la escritura venética (presente esporádicamente también en algunos textos etruscos) es la denominada "puntuación", esto es, la evidencia de algunas letras marcadas con un punto antes y otro después. Más concretamente, se puntuaban las consonantes no seguidas de vocal (por ejemplo, en dona.s.to, la s seguida de la consonante t) y las vocales no seguidas de consonantes (por ejemplo, en .o.p, el sonido o al inicio de palabra). Esta curiosa costumbre es importante para la historia del alfabeto, pues permite apreciar cómo el alfabeto etrusco-venético, proveniente del fenicio (una lengua semítica) a través del alfabeto griego, tuvo, de manera semejante, un origen más silábico (abugida) que alfabético, por lo cual cada letra era considerada en realidad una sílaba de la forma consonante + vocal, con lo que los signos con valor único (una sola vocal o consonante) eran considerados "particulares", y como tal se reflejaban.

Vocabulario[editar]

Muestra de vocabulario venético
EspañolVenéticoLatínOsco-umbroProto-itálicoCeltaGermánico*Proto-Indoeuropeo
yoegoegoeho (umbro)ego-ich (alemán)*eghom
memegomemehe (umbro)megomé (irlandés)mich (alemán)*me(gho)
caballoekvomequus-ekwoseach (irlandés)eoh (anglosajón)*ekwos
hermanofratereifrāterfrater (umbro)fraterbráthair (irlandés)brother (inglés)*bhrāter
librelouderoboslīberislovfreis (osco)louderosllysiau (vegetales) (galés)liudan (crecer) (gótico)*leudh- (crecer, prole)
tener/haberhabeithaberehabe (umbro)xabeogafael (agarrar) (galés)give (dar) (inglés)*gʰebʰ
bosque sagradoloukolūcusvuku (umbro)loukosloukus (blanco) (galo)loh (campo) (antiguo alto alemán)*leuko
sanantesainateisanantisanis (umbro)sanossaneti (galo)zoen (beso) (neerlandés)*sāno-s (salud)
hijofileafiliusfeliuf (umbro)feilios--*dehjlios
y (conjunción)kequepe (umbro)kwecé (irlandés)-*kwe
asísselboisibīseifi (peligno)seibei-selbo (antiguo alto alemán)*se-, *suēdh-
vivovivoivīvusbivus (osco)gwiwosbyw (galés)qius (gótico)*gweī (vivir)
hechofagstofactumfito (umbro)faktomdéanta (irlandés)done (inglés)*dēh-
este/estoeikhiceice (osco)xeike--*geike
terminótermoniosterminusteremenniu (osco)termenios--*termene
sextosegstosextus-sekstosseisear (irlandés)saihsta (gótico)*sweks-to
regalo/dondonomdōnumdunum (osco)donomdán (irlandés)-*dō-
huirfougontaifugere-fougo--*bheug-
muertomurtuvomortuus-mortwosmarw (galés)-*mr̥tuo

IDIOMA MESAPIO.

El mesapio o mesápico es una lengua muerta testimoniada epigráficamente en unas 300 inscripciones. Fue hablada en lo que actualmente es la región de Apulia (en italiano Puglia), en el sureste de Italia.

El ilirio y el mesapio se supone que son espacialmente cercanos, basándose tanto en testimonios históricos como arqueológicos que hablan del origen ilirio de los mesapios. A pesar de ello la evidencia lingüísica es bastante escasa, debido a que al no existir inscripciones ilirias ésta debe basarse en nombres de persona (epónimos) y nombres de lugares (topónimos).

IDIOMA MACEDONIO.

El antiguo macedonio era una lengua griega usada por los antiguos macedonios. Se hablaba en Macedonia durante el primer milenio a. E. C. Fue dejando de usarse a partir del siglo V a. E. C., y se cree que desapareció en los primeros siglos de nuestra era. Probablemente se hablaba sobre todo en las regiones interiores, lejos de la costa.

El antiguo macedonio es un dialecto griego. Por otra parte, todavía se discute la relación del antiguo macedonio con el de una lengua cercana al proto-griego.

Documentación en macedonio

El conocimiento de la lengua está muy limitado porque no hay ningún texto sobreviviente indiscutiblemente escrito en la lengua, aunque un cuerpo de auténticas palabras macedonias ha sido reunido de fuentes antiguas, principalmente de las inscripciones en monedas, y del léxico de Hesiquio de Alejandría en el siglo v, con unas 700 palabras y nombres propios. La mayoría de estos son con seguridad identificables como griego, pero algunos de ellos no son fácilmente conciliables con el patrón de la fonología griega.

La Tablilla de maldición de Pella (el katádesmos de Pella, una tabella defixionis), un texto escrito en un dialecto dórico, fue encontrado en Pella en 1986, y datado entre el siglo IV a. E. C. y III; a raíz de ella se ha argumentado que el antiguo idioma macedonio fue un dialecto griego noroccidental, parte de los dialectos dóricos (O. Masson, 1996). Antes de este descubrimiento se había propuesto que el dialecto macedonio era una forma antigua de griego, hablada junto al propio dórico en ese momento (Rhomiopoulou, 1980).

Clasificación
Debido a los testimonios documentales fragmentarios y divergentes, diversos autores han hecho diferentes interpretaciones sobre la clasificación filogenética del antiguo macedonio:​ Las interpretaciones históricas del macedonio incluyen:

Un dialecto griego, de parte del noroeste (locrio, etolio, focidio, epirota) variantes del dórico, sugerido por N. G. L. Hammond (1989) y O. Masson (1996).
Un dialecto griego septentrional, relacionado con el eólico y tesalio, sugerido entre otros por A.Fick (1874) y O.Hoffmann (1906).
Un dialecto griego mezcla de idioma ilirio y de idioma tracio, sugerido por Kretschmer (1896) y E. Schwyzer (1959).
Un dialecto griego cuyo sustrato no tenía influencias indoeuropeas, sugerido por M. Sakellariou (1983).
Un dialecto "ilirio" mezclado con griego, sugerido por K. O. Müller (1825) y por G. Bonfante (1987).
Un idioma indoeuropeo independente cercano al griego, tracio y frigio, sugerido por A. Meillet (1913) y I. I. Russu (1938).
La discusión está estrechamente relacionada con la reconstrucción del idioma protogriego.

Grupo helénico (greco-macedonio)
Algunos lingüistas consideran que la lengua macedonia era una lengua hermana a todos los dialectos griegos antiguos, y no simplemente un dialecto griego. Si esta visión es correcta, entonces el macedonio y el griego podrían ser dos subramas de un grupo dentro de la indoeuropea, formando un grupo greco-macedonio, a veces también referido como grupo helénico. Esta terminología podría conducir a malentendidos, ya que la "rama helénica del indoeuropeo" es también usada sinónimamente con la rama griega (que contiene todos dialectos griegos antiguos y modernos) en un sentido más estrecho.

Un número de palabras macedonias, particularmente en el léxico de Hesiquios, son discutidas (i.e., algunos no las consideran verdaderas palabras macedonias) y algunas podrían haber sido corrompidas en la transmisión. Así "abroutes", puede ser leído como "abrouwes" (αβρουϝες), con tau (Τ) sustituyendo a digamma (F).​ Si esta palabra podría incluirse en un dialecto griego; sin embargo, otras (e.g. A. Meillet) véase la dental como auténtica y esta palabra podría quizá pertenecer a una lengua indoeuropea diferente del griego.

Antiguo dialecto griego
Otra escuela mantiene que el macedonio fue un dialecto griego. Aquellos que están a favor de una naturaleza puramente griega del macedonio, como un dialecto septentrional, son numerosos e incluyen a eruditos como H. Ahrens y O. Hoffmann.​ Una reciente propuesta de esta escuela fue la del Professor Olivier Masson, quien en su artículo sobre el antiguo idioma macedonio, en la tercera edición del Oxford Classical Dictionary, sugirió que el macedonio estaba relacionado con los dialectos noroccidentales griegos: m

Como en macedonio β, δ, γ = griego φ, θ, χ, Claude Brixhe sugiere que es un desarrollo posterior. Las letras no designan consonantes sonoras, i.e. [b, d, g], sino fricativas sonoras, i.e. [β, δ, γ], debido a la pronunciación de las fricativas sordas [φ, θ, x] (= Ático [ph, th, kh]). Brian Joseph añade que la remota evidencia está abierta a diferentes interpretaciones, ya que una respuesta definitiva no es posible", pero advierte que "el antiguo macedonio no es simplemente un antiguo dialecto griego a la par con el ático o el eólico". En este sentido, algunos autores también lo consideran un "dialecto griego pervertido."

Idioma paleobalcánico independente
Algunos lingüistas consideran que el idioma macedonio no era sólo una lengua separada, sino que pertenecía a una rama indoeuropea diferente de la rama helénica (o rama greco-macedonia), y sugieren que no era especialmente cercana al griego. Rechazan las correspondencias griegas encontradas en macedonio y prefieren tratarlo como un idioma indoeuropeo de los Balcanes, ubicado geográficamente entre Iliria al oeste y Tracia al este.

Algunos​ lanzan la hipótesis de que lingüísticamente el macedonio estaba entre el ilirio y el tracio, un tipo de idioma intermedio entre los dos. Un idioma del grupo traco-ilirio es muy discutido debido a que carece de importantes evidencias (véase Traco-ilirio), y una genética traco-iliria-macedonia es especulativa, aunque un Sprachbund en la zona es considerada probable. Recientemente, A. Garrett (1999) ha conjeturado que el macedonio pudiera en su primera etapa haber sido parte de un continuo dialectal que abarcaba los antiguos dialectos de todas las lenguas indoeuropeas sudoccidentales (incluyendo el griego), pero se quedaba secundario para los procesos irreales posteriores de convergencia que produjo el propio griego. Arguye que bajo esta perspectiva el cambio de sonido que isoglosas como la deaspiración de las oclusivas sonoras podría ser lo que limitó el valor de diagnóstico, mientras que últimamente la cuestión de si el macedonio pertenece o no a una unión genética con el griego es dudosa.

El antiguo léxico macedonio revela algunas palabras que no tienen cognados en griego, aunque lo tienen en otras lenguas indoeuropeas. Hay también algunas palabras que no tienen cognado en ninguna otra lengua, y pueden ser restos de un sustrato preindoeuropeo, tal vez relacionado con el sustrato prehelénico.

Fuentes clásicas
Hay algunas referencias clásicas que han conducido a numerosos eruditos a creer que los antiguos griegos veían a los antiguos macedonios como una tribu no helénica, aunque otros eruditos mantengan que sí lo eran. Entre las referencias que pueden indicar que el macedonio es un dialecto griego, está el diálogo que existe entre un ateniense y un macedonio en un fragmento del siglo V a. E. C. de la comedia Macedonios del ateniense Estratis, donde el discurso macedonio es presentado como una forma del griego.

El historiador Quinto Curcio sugiere que el idioma macedonio no era inteligible para el término medio de hablantes (Hist. Alex. 6.11.4): "Él (sc. Filotas) encontró al pueblo de Frigia y Paflagonia ridículos, y no estaba avergonzado, aunque había nacido en Macedonia, de tener un intérprete con él cuando escuchaba a la gente hablar en su propio idioma." Sin embargo, este testimonio no es concluyente.


Surge el dialecto koiné
En el período helenístico se dio la necesidad de unificar lingüísticamente el vasto imperio conquistado por Alejandro Magno en Asia. Por ello, los macedonios tomaron como base el dialecto ático y también el jónico, para las construcciones sintácticas. De esta mezcla surgió el dialecto koiné (llamado lengua común), que poco a poco se impuso como su principal idioma, y a través de los siglos, el antiguo macedonio decayó y fue relegado a remotas zonas rurales interiores. Pronto la koiné lo suplantó por completo, y el idioma original macedonio se extinguió durante los primeros siglos de nuestra era.

ἄβαγνα ábagna 'rosas' (Hes. ático ῥόδα; quizás dórico ἀβός abós 'joven, exuberante' ἁγνός hagnós 'puro, casto, inmmaculado')
ἀβαρύ abarý 'orégano' (Hes. ὀρίγανον oríganon, quizás prefijo ático α a 'no' + βαρύ barý 'pesado')
ἀβροῦτες or ἀβροῦϜες abroûtes o abroûwes 'cejas' (Hes. Attic ὀφρῦς ophrûs acc. pl., ὀφρύες ophrúes nom., protoindoeuropeo *bhru-)
ἄγημα ágēma, 'vanguardia, guardias' (Hes. ático ἄγημα ágēma, PIE *ag-); cf. Polibio, Historias, 5.65.2
ἀγκαλίς ankalís 'peso, carga' o 'hoz' (Hes. ático ἄχθος ákhthos o δρέπανον drépanon, ático ἀγκαλίς ankalís 'fardo', o en pl. ἀγκάλαι ankálai 'mangas', ἄγκαλος ánkalos 'brazado, fardo', ἀγκάλη ankálē 'arma curvada' o 'cualquier cosa estrechamente envuelta', como the arms del mar, PIE *ank 'doblar')
ἀδῆ adē 'cielo claro' o 'el aire superior' (Hes. οὐρανός ouranós 'cielo', ático αἰθήρ aithēr 'éter, el superior, el aire más puro', de ahí 'cielo claro, cielo')
ἄδις ádis 'corazón' (Hes. ἐσχάρα eskhára, ático αἶθος aîthos 'fuego, temperatura ardiente')
ἄδραια ádraia 'buen tiempo, cielo despejado' (Hes. ático αἰθρία aithría, PIE *aidh-)
ἀκρουνοί akrounoí 'piedras miliarias' nom. pl. (Hes. ὃροι hóroi, ático ἄκρος ákros 'al final o extremidad', del ἀκή akē 'punta, filo', PIE *ak 'cumbre, punta' o 'puntiagudo')
ἀλίη alíē 'capros, `pez zieforme'
ἄλιζα áliza (también alixa) 'aliso' (Hes. ático λεύκη leúkē 'álamo', ático ἐλάτη elátē 'abeto, picea', PIE *ol-, *el-)
ἀμαλή amalē 'amable' fem. ἀμαλή, ático ἁμαλή, ἁπαλή hamalē, hapalē)
ἄξος áxos 'madera' (Hes. ático ὓλη húlē)
ἀορτής aortēs, 'espadachín' (Hes. ξιφιστής; Homero ἄορ áor 'espada'; ático ἀορτήρ aortēr 'correa de espada', moderno griego αορτήρ aortír 'correa de rifle'; de ahí aorta)
ἄργελλα árgella 'bathing hut' (cimerio ἄργιλλα árgilla 'vivienda subterránea' (Éforo en Estrb. 5.4.5), antiguo indio argala-ḥ, argalā 'picaporte, cerrojo', PIE *areg-, de ahí el rumano argea (pl. argele), 'construcción de madera', albanés ragal 'cabaña')
ἀργιόπους argiópous 'águila' ático ἀργίπους argípous 'vencejo', PIE *hrg'i-vainas < PIE *arg + PIE *ped)
ἀρκόν arkón ocio' ático ἀργός argós 'perezoso, ocioso' nom. sing., ἀργόν acc.)
ἄσπιλος áspilos 'torrente' (Hes. χείμαῤῥος kheímarrhos, ático ἄσπιλος áspilos sin mancha, inmaculado, puro')
βάσκιοι báskioi 'fasces' (Hes. ático δεσμοὶ φρῡγάνων desmoì phrūgánōn, macedonio βασκευταί baskeutaí, áticoφασκίδες phaskídes, quizás ático φάσκωλος pháskōlos 'saco de piel', PIE *bhasko-)
γοτάν gotán 'cerdo' acc. sing. (PIE *gwou- 'ganado', (ático βοτόν botón ' bestia', en plural βοτά botá 'pastoreo de animales')
γράβιον grábion 'antorcha' (PIE *grabh-, 'abeto (género Carpinus)', umbro Grabovius un dios-roble, etimológicamente conectado con el ático κράβ(β)ατος kráb(b)atos 'diván, cama', latín grabātus deriva del macedonio - de ahí en griego moderno κρεβάτι kreváti 'cama')
δανός danós 'muerte', δανῶν danōn 'murderer' (Hes. Attic thánatos θάνατος 'muerte', de la raíz θαν- than-)
δάρυλλος dárullos 'roble' (Hes. ático δρῦς drûs, PIE *doru-)
ἐταῖροι etaîroi 'camaradas' nom. pl. (ático ἑταῖροι hetaîroi, PIE *swe-t-aro < forma sufija de *swe)
ἴλαξ ílax 'encina, de hoja perenne o roble escarlata' (Hes. ático πρῖνος prînos, Latín ilex)
καλαῤῥυγαί kalarrhugaí 'acequias, zanjas' (Hes. τάφροι - atribuido a Amerias) -LSJ: palabra ambraciota, acc. del Sch.Gen. Iliad 21.259 (en la forma kalarua).
κάναδοι kánadoi 'mandíbulas' nom. pl. (ático γνάθοι gnáthoi, PIE *genu, 'mandíbula')
κάραβος kárabos
'portón, puerta' (Hes. ático 'carne asada sobre carbón'; ático karabos 'ciervo volante'; 'cangrejo de río'; 'luz de barco'; de ahí el moderno griego καράβι karávi)
'los gusanos de la madera seca' (ático 'ciervo volante, escarabajo cornudo; cangrejo de río')
'una criatura marina' (ático 'cangrejo de río, crustáceo espinoso; ciervo volante')
κίκεῤῥοι kí[k]erroi 'unos pálidos (?)' (Hes. ático ὦχροι ōkhroi, PIE *k̂ik̂er- 'guisante')
κλινότροχον klinótrokhon, según Teofrasto un tipo de arce de Estagira, Pokorny ático γλεῖνον gleînon), LSJ: γλῖνος glînos o γλεῖνος gleînos, arce cretense, Acer creticum', Teofr.HP3.3.1, 3.11.2.
κόμβους kómbous 'muelas' acc. pl. (ático γομφίους gomphíous, dim. de γόμφος gómphos 'un grande, wedge-shaped bolt o clavo; algún lazo o cierre', PIE *gombh-)
λακεδάμα lakedáma 'agua salada con ajo', Hes.; según Albrecht von Blumenthal,15​ -ama corresponde al ático ἁλμυρός halmurós 'salado'; laked- es el cognado del inglés puerro, posiblemente relacionado es Λακεδαίμων Laked-aímōn, el nombre de los lacedemonios espartanos.
λείβηθρον leíbēthron 'arroyo' (Hes. ático ῥεῖθρον rheîthron, también λιβάδιον libádion, 'un pequeño arroyo', dim. de λιβάς libás; PIE *lei, 'fluir'); notar el típico sufijo griego productivo -θρον (-thron)
Πύδνα Púdna, un topónimo (Pokorny ático πυθμήν puthmēn 'fondo, lenguado, base del vaso'; PIE *bhudhnā; Attic πύνδαξ pýndax 'fondo del vaso')
σάρισσα sárissa (también σάρισα sarisa), larga pica usada por la falange macedonia (Teofrasto, Polibio; etimológicamente desconocido – Blumenthal15​ reconstruye *skwrvi-entia- una raíz para 'cortar', pero esto es especulativo; quizás el ático σαίρω saírō 'enseñar los dientes, sonreír como un perro', esp. con desprecio o malicia, también 'barrer')

IDIOMA KURDO.

El kurdo o curdo​ (autoglotónimo: Kurdî) es un idioma indoiranio hablado en la región llamada Kurdistán, que incluye poblaciones kurdas en partes de Irán, Irak, Siria y Turquía. Lo hablan entre 25 y 40 millones de personas, aunque los datos no son exactos. Es lengua oficial en Irak, mientras que en Siria su uso está prohibido pues no se permite publicar material en kurdo. Antes de agosto de 2002, el gobierno turco puso restricciones severas al uso del kurdo, prohibiendo la lengua en medios de educación y de difusión. El alfabeto kurdo todavía no es reconocido en Turquía, y el uso de las letras kurdas X, W, Q, las cuales no existen en el alfabeto turco, ha conducido a la persecución judicial en 2000 y 2003. En Irán, aunque se utiliza en los medios y los periódicos locales, no se permite que sea enseñado en las escuelas. Consecuentemente, muchos kurdos iraníes han marchado a Irak, donde pueden estudiar en su idioma materno. Se escribe principalmente en alfabetos árabe y latino (aunque modificados ambos) mas también se puede escribir el idioma kurdo en cirílico.

La lengua kurda pertenece al subgrupo occidental de los idiomas iranios, pertenecientes a la rama indoirania de la familia indoeuropea. Los idiomas más cercanamente emparentados con el kurdo son el baluchi, el guilakí y el talish, que pertenecen a la rama noroccidental de los idiomas iranios. El idioma persa, perteneciente a la rama sudoccidental, se considera una lengua relacionada también.

Clasificación
La lingüística comparativa ha probado que el kurdo es una lengua irania noroccidental que comparte diversas isoglosas con el resto de lenguas de dicho grupo. Al igual que otras lenguas iranias noroccidentales está probablemente relacionada con el idioma hablado por los antiguos medos. Anteriormente a los medos, la región ocupada actualmente por los kurdos estuvo ocupada por hablantes del hurrita, que no es indoeuropeo y sobre el que se conjetura podría estar remotamente relacionado con las lenguas caucásicas nororientales (hipótesis alarodiana). Se supone que este substrato no indoeuropeo ejerció mucha influencia en el kurdo y otros idiomas indoeuropeos del área como el armenio.

El hurrita fue sustituido por las lenguas iranias, hacia el 850 a. E. C., con la llegada de los medos al Kurdistán. Algunos expertos creen que la influencia del hurrita en el indoiranio noroccidental y el kurdo es más evidente en su estructura ergativa y en su toponimia. Un grupo lingüístico también influyente en el kurdo, pero en menor grado, fue el grupo semítico, especialmente el arameo y el árabe.

IDIOMA FENICIO.

En el sarcófago del rey Ahiram de Biblos, de alrededor del siglo XI a. C., se halló la inscripción más antigua hecha con caracteres fenicios.

El fenicio (en fenicio 𐤃𐤁𐤓𐤉𐤌 𐤊𐤍𐤏𐤍𐤉𐤌, dabarīm kanaʿnīm o 𐤃‏𐤁‏𐤓‏𐤉‏𐤌‏ 𐤐‏𐤍‏𐤉‏𐤌‏, dabarīm pōnīm) fue una lengua semítica del subgrupo cananeo (semítico noroccidental), hablada en Fenicia (en fenicio 𐤊‏𐤍‏𐤏‏𐤍‏ kanaʿan o 𐤐‏𐤕‏ Pūt), en el territorio de los actuales Líbano y Siria al menos desde la segunda mitad del II milenio a. C. La colonización fenicia lo llevó también a Chipre, Sicilia, Cerdeña, Baleares, África noroccidental y el sur de la península ibérica. En oriente, el fenicio resistió la expansión del arameo en Palestina más que ninguna otra lengua de la región debido a su amplio uso en el comercio con las colonias de Cartago.​ Lingüísticamente es una lengua muy cercana al hebreo antiguo y amorreo, probablemente existía un buen grado de inteligibilidad entre esas lenguas. De hecho el alfabeto hebreo consta precisamente de los mismos 22 grafemas consonánticos que fueron tomados directamente del alfabeto fenicio. Frecuentemente se reserva el término púnico para designar a las variedades de fenicio occidentales del siglo IV a. C. al final del período.

El fenicio solo se conoce actualmente por una serie de inscripciones breves y uniformes de carácter oficial y religioso, y glosas ocasionales de libros escritos en otros idiomas. Autores romanos, como Salustio, aluden a ciertos libros escritos en púnico, pero ninguno ha llegado a nuestros días a excepción de algunas traducciones (v. g. el Tratado de Magón) o en fragmentos (v. g. en obras de Plauto). Los Cippi de Melqart, descubiertos en Malta en 1694, estaban escritos en dos idiomas, griego antiguo y púnico. Este hecho permitió al erudito francés Abbé Barthelemy descifrar y reconstruir el alfabeto cartaginés. A su vez, en 1964 se halló un tratado comercial realizado entre los etruscos y un grupo de fenicios, que permitió descifrar más el etrusco.

El fenicio (kanaʿnīm o pōnīm) está testimoniado más o menos desde el siglo XI a. C. y no se dejó de hablar totalmente antes del siglo VI. Ya en la antigua Historia de Unamón (1090-1064) se menciona cómo un capitán de barco podía leer fenicio (Historia de Wenamun II: 9-11).Originalmente el dialecto de una pequeña región de Canaán, Pūt (la franja costera alrededor de Tiro y Sidón), hacia el siglo X a. C. emergió como una lengua de prestigio debido a la hegemonía comercial y política de Tiro y Sidón. Desde aquí, el fenicio llegó a finales del segundo milenio a Cerdeña y a principios del primer milenio a Chipre, donde aparecieron numerosos reinos fenicios de pequeño tamaño, destacando entre ellos la ciudad-estado de Kition. Entre los siglos IX y VIII a. C., el fenicio llegó a convertirse en la lingua franca de Oriente Próximo. Sin embargo, la presencia fue mayor y más duradera hacia occidente, extendiéndose hasta Marruecos y el suroeste de la península ibérica. Con el auge de Cartago en el siglo V a. C., el fenicio se convirtió en una lengua de prestigio en el Mediterráneo, compitiendo con el latín y el griego. Se sabe que durante esta época se tradujeron obras de la literatura griega al fenicio, aunque apenas han quedado fragmentos de estas. De la literatura fenicia en sí no ha quedado más que una serie de inscripciones y monedas, fragmentos de la Historia de Sanjuniatón, la traducción al griego del viaje de Hannón el Navegante y el texto del Poenulus de Plauto.

Como toda lengua difundida por un territorio extenso, el fenicio siempre contó con una gran cantidad de dialectos, divergentes en mayor o menor grado del fenicio estándar, que en primera instancia se considera el de Tiro y Sidón y, posteriormente, el de Cartago, bajo la denominación convencional de púnico. A lo largo de todo el periodo en que se habló el fenicio experimentó, como es natural, un cambio lingüístico notable. Los cambios fonéticos son los más reconocibles en las inscripciones porque dejan un reflejo claro en la ortografía.

OTROS IDIOMAS.




Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), en la actualidad se hablan unas 6.000 lenguas por toda la Tierra. Hay idiomas hablados por centenares de millones de personas; otros, por solo unos cuantos centenares.

En estas fechas (sobre 2100 a. E.C), comenzaron otros idiomas, además del hebreo. Estos idiomas o lenguajes nuevos, fueron hablados por los descendientes de Cam y de Jafet. Evidentemente, a día de hoy, no se puede determinar cuáles fueron esos primeros lenguajes, o cuáles dejaron de existir. También es evidente, que muchos de los lenguajes de la actualidad son descendientes de estos primeros.

Los idiomas más antiguos conocidos, además del hebreo y el arameo  ya citados, son, el sumerio, el acadio (asirobabilonio) y el egipcio.

Parece ser que con el transcurso del tiempo las lenguas originales que resultaron de la acción divina en Babel produjeron dialectos emparentados. Estos dialectos se desarrollaron hasta formar idiomas separados, y su relación con los otros dialectos “hermanos” o con la “lengua fundamental común” se hizo en ocasiones prácticamente imperceptible. Incluso los descendientes de Sem, que al parecer no figuraron entre la muchedumbre de Babel, no solo hablaron hebreo, sino también arameo, acadio y árabe. Diversos factores han contribuido históricamente al cambio en los idiomas: separación por distancia o barreras geográficas, guerras y conquistas, deterioro de las comunicaciones e inmigración de otros grupos lingüísticos. Debido a estos factores, las principales lenguas de la antigüedad se han fragmentado; algunas se han fusionado parcialmente con otras, mientras que otras lenguas han desaparecido por completo, reemplazadas por las de los pueblos conquistadores.

Entre las “familias” principales que mencionan los filólogos modernos están: la indoeuropea, la chinotibetana, la afroasiática, la japonesa y la coreana, la dravídica, la malayopolinesia y la negroafricana. Hoy día todavía es imposible clasificar muchos idiomas. Dentro de cada una de las familias principales hay muchas subdivisiones o familias más pequeñas. Por ejemplo, la familia indoeuropea incluye ramas como la germánica, la románica, la baltoeslava, la indoirania, la griega, la céltica, la albanesa y la armenia. A su vez, la mayoría de estas familias más pequeñas constan de varios idiomas. Por ejemplo, entre las lenguas románicas están: el francés, el español, el portugués, el italiano y el rumano.

LENGUA DE LOS HUNOS.

Podrías pensar que conquistar la mayor parte de Eurasia, y lograr que el mismísimo Imperio Romano hincase la rodilla (procurándose el apodo «azote de Dios») debería ser suficiente para hacer que la gente al menos intentase entender tu lenguaje.

Por desgracia, los hunos no se molestaron en cuidar y guardar su idioma por escrito. Sólo unas pocas palabras han logrado sobrevivir gracias a que unos pocos eruditos romanos se encargaron de recogerlas a tiempo.

El huno ha sido considerado como una lengua relacionada con la lengua turca hablada por los antiguos búlgaros y con el chuvasio moderno. Hoy en día, todas estas lenguas son clasificadas, junto con el jázaro y el turco-ávaro, como integrantes de la rama ogúrica de las lenguas túrquicas.​

La teoría de que el huno pertenece a la rama ogúrica proviene de la identificación de algunos de los nombres hunos como turcos, algunos registrados en la escasa literatura que aún subsiste y otros procedentes de los artefactos recuperados por los arqueólogos.

Otros nombres fueron clasificados como germánica e iranios. Las palabras medos, kamos, strava y, posiblemente, cucurun no parecen ser túrquicas.​ Se han estudiado estos registros durante más de un siglo y medio, y ningún intento de conectar con el resto de los nombres de cualquier idioma conocido grupo ha logrado un consenso académico. La inscripción en la placa de Khan Diggiz ha sido interpretada como una forma turca del nombre Dengizik, conocido como rey huno, hijo de Atila.

Así, esta conclusión se fundamenta en el razonamiento de que el vocabulario conocido de lengua huna muestra que ésta pertenece al tipo r- y l- de lenguas túrquicas y que la migración huna fue responsable de la aparición de esta lengua en el occidente.

El caso de idiomas de tipo r- y l- ("lir" túrquico) actualmente solo es observado en el chuvasio, el único miembro de la rama turca ogúrica que no ha desaparecido. Los demás idiomas túrquicos ("túrquico común" o "shaz"-túrquico) son de tipo z- y š-.

Las teorías más extendidas enlazan a los hunos con los nómadas xiongnu, los cuales eran vecinos del grupo étnico chino de los Han. Al igual que los hunos, los xiongnu probablemente también fueron analfabetos. Todo lo que sabemos de ellos es gracias a los registrado realizados por sus aterrorizados vecinos chinos.

LENGUA XIONGNU. 

Al igual que sucede con el idioma de los hunos se desconoce todo absolutamente de la lengua de estos nómadas de las estepas orientales, generalmente diseminados a lo largo del territorio de la actual Mongolia. 

IDIOMA OSETIO.

El osetio, osético u oseta es una lengua de la familia irania que se habla en Osetia (en osetio: Ирыстон, romanizado: Iryston), en las laderas centrales de las montañas del Cáucaso, en una zona fronteriza entre Rusia y Georgia. El área en Rusia es conocida como Osetia del Norte-Alania, mientras que el área sur de la frontera se llama Osetia del Sur, reconocida por Rusia, Nicaragua, Venezuela y Nauru como un Estado independiente, pero considerada por el resto de la comunidad internacional como parte de Georgia. El número de hablantes de osetio es de alrededor de 525 000, el 60 % de los cuales vive en Osetia del Norte y el 10 %, en Osetia del Sur. El osetio es pariente y posiblemente descendiente de las extintas lenguas escitas, sármata y alánica.

Historia

La lengua osetia pertenece a la rama irania nororiental de lenguas indoeuropeas. Es considerada la heredera de los dialectos escitas​ de la Antigüedad (de los que conserva y desarrolla las características fonéticas fundamentales que las separan de otras lenguas iranias antiguas) y de los alanos de la Edad Media.

Existe una tradición escrita en osetio (en ambas variedades, iriano y digorés) desde finales del siglo XVIII muchas epopeyas en osetio, siendo las más famosas las de los guerreros narts. La lengua literaria quedó establecida por el poeta Kostá Jetagúrov (1859-1906).

Extensión

El osetio es la lengua nacional y literaria de la nación osetia, que se extiende por el territorio de la República Autónoma de Osetia del Norte-Alania y en la autoproclamada República de Osetia del Sur.

A la región rusa se le llama Osetia del Norte-Alania (familiarmente Alania), con la capital Vladikavkaz), mientras que el lado georgiano es Osetia del Sur (capital en Tsjinval). Hay unos 500 000 hablantes del idioma osetio, de los cuales un 60 % vive en Osetia del Norte y un 15 % en Osetia del Sur.

IDIOMA SÁRMATA, ALANO.

Los sármatas fueron un grupo de pueblos nómadas que hablaban lenguas iranias vinculados con los escitas. Dominaron la llanura póntica durante los siglos III y IV d. E. C., correspondiente al área de las actuales Ucrania, Rumanía y sur de Rusia.

Los sármatas (en latín sarmatæ o sauromatæ —la segunda forma utilizada sobre todo por los antiguos escritores griegos y la primera por los romanos—) fueron un pueblo iranio al que Heródoto (Historias 4.21-117) ubica en el siglo V a. E. C. en la frontera occidental de Escitia, más allá del Tanais (actual río Don).

IDIOMA VÁNDALO.

El idioma vándalo fue una lengua germánica oriental y probablemente muy relacionada con el idioma gótico. Fue hablado por el pueblo vándalo, con sus ramas de asdingos y silingos, desde su origen en la costa báltica entre el río Vístula y el Óder, pasando por su migración a través de la Galia e Hispania junto con otros pueblos (visigodos, alanos y suevos), hasta su establecimiento en el reino vándalo en el norte de África en 429, en los territorios del antiguo Estado púnico.

Muy poco se sabe sobre la lengua vándala que no sea un pequeño número de nombres propios de origen vándalo en español.

El epigrama De conviviis barbaris contiene un fragmento en una lengua germánica que algunos autores estiman que podría ser vándalo, a pesar de que el fragmento mismo dice estar en gótico. Esto pudo deberse a que ambos idiomas eran germánicos orientales y estaban muy relacionados. El fragmento dice:

«Inter eils Goticum scapia matzia ia drincan! non audet quisquam dignos educere versus»

(entre los viva de los godos [y] vamos a comer y beber ninguno se atreve a proponer versos dignos).

En la Collatio Beati Augustini cum Pascentio ariano del seudo Augustín encontramos la frase: Froja armes ('Señor, ten piedad').

Durante los siglos XVI, XVIII y XIX, se creía que los eslovenos de Prekmurje, Somogy y Vas eran descendientes de los vándalos. En húngaro, latín y otros documentos, el Idioma prekmuro (dialecto del esloveno) se denomina idioma vándalo.

IDIOMA DE LOS SUEVOS.

Hablaban una lengua germánica, en general se acepta que los suevos hablaban una o más lenguas germánicas. Tácito se refiere a las lenguas suevas, lo que implica que había más de una a finales del siglo I. En particular, los suevos se asocian con el concepto de un grupo "germánico del Elba" de dialectos primitivos hablados por los irminones, que habían llegado a Alemania desde el este y que se originaban en el Báltico. A finales de la época clásica, estos dialectos, situados ya al sur del Elba y que se extendían por el Danubio hasta el imperio romano, experimentaron el cambio consonántico del alto alemán que define a las lenguas modernas del alto alemán y, en su forma más extrema, del altogermánico superior.

Los suevos tenían su propia cultura y lengua. Hablaban una lengua germánica conocida como el suevo. Esta lengua fue utilizada por la élite de la tribu, mientras que la mayoría de la gente hablaba dialectos celtas, francos o eslavos.

Dado que los suevos casi de inmediato adoptaron como idioma el latín vulgar local, quedan algunos restos del idioma germánico hablado anteriormente. Ha habido una cierta influencia sobre la lengua gallega y la lengua portuguesa, como lawerka (laverca en gallego y en portugués, con el significado de 'alondra').

Las lenguas germánicas son un subgrupo de la familia de lenguas indoeuropeas habladas principalmente por los pueblos germánicos. Todas derivan de un antecesor común, tradicionalmente denominado idioma protogermánico. La primera lengua germánica documentada con cierta extensión es el gótico (siglo IV, «Biblia de Wulfilas»), hablada por los godos y que prevaleció en la península de Crimea hasta la Edad Moderna. También son muy antiguas (s. II a IV) varias las Inscripciones de Vimose en alfabeto rúnico, grabadas en armas o joyas, que dan información sobre el germánico protonórdico de Escandinavia. El número de hablantes que hablan alguna lengua germánica como lengua materna supera los 550 millones.

Las lenguas germánicas se dividen comúnmente en tres ramas: la germánica oriental, la germánica septentrional (lenguas nórdicas) y la germánica occidental. La rama oriental está extinta en su totalidad; a ella pertenecían idiomas como el gótico, el vándalo y el burgundio. Las lenguas germánicas existentes en la actualidad son el inglés, el escocés, el alemán, el bajo alemán, el sueco, el islandés, el danés, el neerlandés, el afrikáans, el noruego, el luxemburgués, el frisón, el feroés y el yidis, además de otras hablas que podrían considerarse bien idiomas bien dialectos, como el austro-bávaro y el sajón de Transilvania, derivados de distintas ramas del alto alemán.

El nombre de «Alamannia» es la latinización de una frase en alto alemán antiguo: Alle Mannen («todos los hombres»), que engloba a todos los pueblos que habitaban esa zona en tiempos de Julio César (teutones, bucinobantes, cuados, hermiones, etc.) y fue transmitido a varias lenguas modernas, como el árabe (ألمانيا), catalán (Alemanya), galés (Yr Almaen), córnico (Almayn), francés (Allemagne), gallego (Alemaña), portugués (Alemanha), español (Alemania), y turco (Almanya), frente a los derivados del latino Germania, como el inglés (Germany). Aunque, el etnónimo Alamanni ya aparece en las fuentes clásicas y deriva del protogermánico *allai manniz («todos los hombres») El nombre «Germani» es la latinización de una palabra en lenguas renanas: Germanen («de este lado del Rin»), que fue usada por Julio César para referirse específicamente a los eburones de la Galia Bélgica (al oeste del Rin).

Clasificación


Lenguajes germánicos en el siglo X:

     Nórdico antiguo occidental

     Nórdico antiguo oriental

     Gútnico antiguo

     Idioma anglosajón

     Lenguas germánicas occidentales

     Gótico de Crimea

El grupo germánico se divide en tres ramas o grupos:

El grupo occidental es el que cuenta con más hablantes. A su vez se distingue entre:

Germánico del Mar del norte (anglofrisio) que incluye, entre otras lenguas, al inglés.

Germánico del Rin-Weser que dieron lugar al neerlandés, al afrikáans y el bajo alemán. Existen numerosos creoles de base neerlandesa en todo el mundo.

Germánico del Elba que es el origen del alto alemán antiguo, el moderno alemán estándar, el luxemburgués (variedad de alto alemán con rango de lengua oficial en Luxemburgo) y el vilamoviciano (una variedad local del alemán hablado en Polonia, con menos de 100 hablantes nativos al iniciarse el siglo xxi). También pertenece a este grupo el pensilfaanisch, alemán hablado en Pensilvania (EE. UU.), es discutido considerarlo una lengua independiente -ya que el mismo criterio se podría aplicar a otras comunidades alemanas en otros lugares del mundo, como los influyentes menonitas en Paraguay-.

El grupo nórdico comprende el sueco, danés, noruego, feroés e islandés. De ellas, el islandés se destaca por lo arcaizante de sus estructuras gramaticales y por el purismo léxico.

El grupo oriental está extinto, y a él pertenecía la lengua hablada por los godos, que hacia el S. II d. E. C. abandonaron sus sedes en el sur de la península escandinava. Un último vestigio de la lengua gótica prevaleció hasta el siglo XVI en la península de Crimea (hoy en Ucrania).

El papiamento, hablado en las Antillas Neerlandesas, es un criollo en el cual se mezclan fuertes influjos españoles y portugueses con mucha influencia neerlandesa.

Las lenguas germánicas, a excepción del gótico, mantuvieron una situación de contacto fluido hasta al menos el siglo V d. E. C., en que se acelera la diferenciación.

Germánico occidenta

La zona occidental y meridional de la actual Alemania se encontraba en manos de las tribus celtas hasta la llegada de los pueblos germánicos a consecuencia de las grandes migraciones, entre las más importantes, la de los teutones y la de los cimbrios entre los años 120 y 116 a. E. C.. En época de Tácito, hacia el año 100 d. E. C., los germanos ya se habían asentado a las orillas del Rin y del Danubio y se habían dividido en tres grandes grupos compuestos por diferentes tribus. Más adelante se daría nombre a estos grupos: francos, sajones y suevos, pero los historiadores romanos los denominan istveones, ingueones y (h)erminones.

Germánico del mar del Norte (grupo anglofrisio):

Anglosajón: kéntico, sajón y ánglico

Antiguo frisio

Germánico del Rin-Weser (grupo bajogermánico)

Antiguo bajo franconio

Antiguo sajón (antiguo bajo alemán).

Germánico del Elba (grupo altogermánico)

Alto alemán antiguo

Alto alemán medio

Alemán estándar

Germánico nórdico

Las lenguas germánicas nórdicas habladas en la actualidad son: el danés, el sueco, el dalecarliano, el noruego, el islandés y el feroés. Todas ellas y otras ya extinguidas (como el norn y el gútnico) derivan del protonórdico y del nórdico antiguo, y son habladas en Dinamarca, Noruega, Suecia, las Islas Feroe, Åland, Islandia y Groenlandia, así como por una significativa minoría sueca en Finlandia y por grupos de inmigrantes en América del Norte y Australia. Aproximadamente 20 millones de personas de los países nórdicos tienen una lengua escandinava como lengua materna.

Germánico oriental

La única lengua razonablemente bien documentada de este grupo es el gótico. El resto de lenguas germánicas orientales están pobremente documentadas. Sobre la lengua de los gépidos, los burgundios, los cuados, los vándalos y otros pueblos que presumiblemente habrían hablado lenguas germánicas orientales no existe una documentación extensa que permita describir sus dialectos. La mayor parte de la información está basada en antropónimos y topónimos.


IDIOMA GÓTICO.

Fragmento del Codex Argenteus, una traducción parcial al gótico de la Biblia griega.

El gótico (autoglotónimo *gutiska razda, *gutisk o *gutrazda) es una lengua germánica extinta hablada por el pueblo godo y sus dos ramas: ostrogodos en Italia y visigodos en España.

Es la lengua germánica atestiguada más antigua y actualmente no existen lenguas derivadas de ella. El texto más antiguo que se conserva es una parte de la traducción de la Biblia realizada por el obispo godo Ulfilas en el siglo IV, por lo que es la única lengua germana oriental con un corpus significativo. De todas las otras, burgundio y vándalo inclusive, se tienen indicios de su existencia únicamente por antropónimos que han subsistido en relatos históricos.

El gótico fue decayendo a mediados del siglo vi debido en parte a la derrota militar que sufrieron los visigodos a manos de los francos, la eliminación de los ostrogodos en la península itálica y la conversión masiva al catolicismo romano de habla latina de los visigodos de España, así como por su aislamiento geográfico.[cita requerida] La lengua sobrevivió en España no más allá del siglo viii y el autor franco Walafrido Strabo escribió que todavía se hablaba en la zona baja del Danubio y en regiones montañosas aisladas en Crimea a principios del siglo ix (el gótico de Crimea, descendiente moderno, perduró hasta el siglo xviii). En manuscritos posteriores al siglo IX han aparecido expresiones parecidas al gótico, pero que presentan notables diferencias en morfología y fonética.

En los valles del Tirol italiano se hallaron inscripciones germánicas datadas hacia el siglo X, las cuales, aunque corruptas, no pertenecen ni al lombardo ni a la lengua de los colonos germánicos procedentes de Baviera que poblaron posteriormente la región. Por lo tanto, se ha especulado que, salvando la posibilidad de que se tratara de colonos góticos supervivientes, las inscripciones provendrían de letrados que aprendieron el gótico para leer o traducir los por entonces aún extensos libros escritos en esta lengua.

Fuentes para su conocimiento

Solo han sobrevivido unos pocos documentos en gótico, lo que no es suficiente para una reconstrucción completa del idioma. La mayoría de las fuentes en lengua gótica son traducciones o glosas de otros idiomas (sobre todo del griego), por lo que elementos lingüísticos extranjeros influyeron en los textos. El grueso del corpus lingüístico es la traducción gótica de la Biblia, realizada en la región de los Balcanes por personas en estrecho contacto con la cultura griega. Este texto fue llevado por los visigodos cuando se desplazaron hacia el oeste, y se mantuvo en uso en su reino hasta, probablemente, el siglo VII. También fue utilizado por los ostrogodos en Italia hasta la guerras con los romanos del este. Aparte de los textos bíblicos, el único documento gótico extenso que aún existe, y el único que se compuso originalmente en lengua gótica, son los Skeireins, unas pocas páginas de comentarios sobre el Evangelio de Juan.

Muy pocas fuentes secundarias medievales hacen referencia a la lengua gótica después de aproximadamente 800. En De incrementis ecclesiae Christianae (840–842), Walafrido Strabo, un monje franco que vivía en Suabia, informa sobre ciertos asentamientos en Scythia (Dobruja), especialmente alrededor de Tomis, hablaban un sermo Theotiscus («lenguaje germánico») que usaban en la liturgia, lo que ha hecho pensar en una supervivencia del gótico.

Estas son las fuentes primarias que han sobrevivido:

El cuerpo más grande de documentación sobreviviente consta de varios códices, en su mayoría del siglo VI, que copian la traducción de la Biblia que fue realizada por el obispo arriano Ulfilas (311–382), líder de una comunidad de cristianos visigodos en la provincia romana de Mesia,quien además creó un alfabeto para el gótico. De esta traducción han sobrevivido aproximadamente las tres cuartas partes del Nuevo Testamento y algunos fragmentos del Antiguo Testamento. Los textos existentes, se hallan en los siguientes códices:

Codex Argenteus (Upsala), incluido el fragmento de Speyer: 188 hojas

Es el manuscrito gótico mejor conservado, data del siglo VI, fue transmitido por los ostrogodos del reino de Italia. Contiene una gran parte de los cuatro evangelios. Dado que es una traducción del griego, el lenguaje del Codex Argenteus está repleto de palabras griegas prestadas y con una sintaxis calcada de esta lengua.

Codex Ambrosianus (Milán) y Codex Taurinensis (Turín), con un total de 193 hojas. Contiene pasajes dispersos del Nuevo Testamento (incluyendo partes de los evangelios y las Epístolas), del Antiguo Testamento (Nehemías) y algunos comentarios conocidos como Skeireins. El texto probablemente había sido algo modificado por los copistas.

Codex Gissensis (Gießen): una hoja con fragmentos de Lucas 23–24 (aparentemente un texto gótico-latino) hallado en una excavación en Antinoë en Egipto en 1907 y fue destruida por daños por agua en 1945, después de que ya se habían hecho copias.

Codex Carolinus (Wolfenbüttel): cuatro hojas, fragmentos de Romanos 11–15 (un texto bilingüe gótico-latino).

Codex Vaticanus Latinus 5750 (Ciudad del Vaticano): tres hojas, páginas 57–58, 59–60 y 61–62 de los Skeireins. Este es un fragmento del Codex Ambrosianus E.

Gothica Bononiensia (también conocido como Codex Bononiensis), un fragmento de palimpsesto, descubierto en 2009, de dos folios con lo que parece ser un sermón, que contiene además de texto no bíblico una serie de citas y alusiones directas, ambas de partes previamente atestiguadas, de la Biblia gótica (el texto está claramente tomado de la traducción de Ulfilas) y de otras no testificadas anteriormente (por ejemplo, Salmos, Génesis).

Fragmenta Pannonica (también conocidos como fragmentos Hács-Béndekpuszta o Tabella Hungarica), los cuales consisten en fragmentos de una placa de plomo de 1 mm de espesor con restos de versos de los Evangelios.

Una dispersión de documentos antiguos: dos escrituras (las escrituras de Nápoles y Arezzo, en papiros), alfabetos (en la Gothica Vindobonensia y la Gothica Parisina), un calendario (en el Codex Ambrosianus A), glosas encontradas en varios manuscritos y un pocas inscripciones rúnicas que se sabe o sospecha que son góticas, lo que es negado por algunos expertos. Además, se han encontrado en Mangup, en Crimea, inscripciones cristianas de finales del siglo IX que utilizan el alfabeto gótico, no runas, y que copian o imitan la ortografía gótica bíblica.

Un pequeño diccionario de más de 80 palabras y una canción sin traducir, compilado por el flamenco Ogier Ghiselin de Busbecq, el embajador de los Habsburgo en la corte del Imperio Otomano de 1555 a 1562. Busbecq tenía curiosidad por conocer el idioma gótico y por acuerdo se reunió con dos hablantes de dicha lengua procedentes de Crimea; en base a sus informes realizó un listado que incluyó en su libro: C Cartas turcas. Estas palabras, mil años después de Ulfilas, no son representativas del idioma que aparece en la Biblia de este obispo; por lo que la investigación de Busbecq es difícil de interpretar.

Los informes sobre el descubrimiento de otras partes de la Biblia de Ulfilas no han sido corroborados.

LENGUAS INDOEUROPEAS.

Con el nombre de lenguas indoeuropeas se conoce a la mayor familia de lenguas del mundo en número de hablantes. La familia indoeuropea, a la que pertenecen la mayoría de las lenguas de Europa y Asia meridional, incluye más de 150 idiomas hablados por alrededor de 3200 millones de personas (aproximadamente un 45 % de la población mundial). De estas, unos 1200 millones corresponden a hablantes de las lenguas indoiranias, unos 950 millones de hablantes de las lenguas románicas y unos 820 millones de hablantes de las lenguas germánicas.

     Lengua(s) IE(s) habladas mayoritariamente.
     Alguna lengua IE es oficial.
     Lengua (s) IE(s) habladas por una minoría importante pero sin reconocimiento oficial.



Distribución actual aproximada de las diferentes ramas de las lenguas indoeuropeas en Eurasia:
     Helénico (griego)     Itálico (románico)     Indoiranio     Céltico     Germánico
     Armenio     Báltico     Eslavo     Albanés     Lenguas no-indoeuropeas
Las áreas rayadas indican áreas multilingües.




Distribución aproximada de las lenguas indoeuropeas en América, por países:
Romance:     Español     Portugués     Francés
Germánico:     Inglés     Neerlandés


Esta familia está formada por las siguientes subfamilias: albanesa, armenia, báltica, céltica, eslava, germánica, griega, indoirania (que incluye las lenguas indoarias y las iranias) e itálica (que incluye el latín y las lenguas románicas). A ellas se suman dos subfamilias hoy desaparecidas: la anatolia (que incluye la lengua de los hititas) y la tocaria. Desde la segunda mitad del siglo XVIII, y durante todo el siglo XIX, la lingüística histórica y la neogramática intentaron reunir datos suficientes para demostrar que este conjunto de lenguas, aparentemente diversas, formaban parte de una única familia.

Los documentos del sánscrito y del griego clásico (los más antiguos de las lenguas indoeuropeas si exceptuamos los hititas, que por entonces no estaban descifrados) presentan las formas características propias de las lenguas indoeuropeas, lo que demuestra la existencia de una lengua madre común. Las relaciones entre el sánscrito, el griego clásico y el latín se habían comprobado ya hacia principios del siglo XIX.


Idioma sánscrito.

Palabras derivadas indirectamente de un término sánscrito

ajedrez (préstamo del árabe, pero de origen sánscrito: chatur anga, ‘cuatro miembros’).

alcanfor: al (árabe) + karpūrā: ‘sustancia química’

añil (del árabe hispano anníl o annír, este del árabe clásico níl[aǧ], este del persa nil, y este del sánscrito nīla).

azúcar (del árabe hispánico assúkkar, este del árabe clásico sukkar, este del griego σάκχαρι /sákhari/, este del pelvi šakar,100​ y este del sánscrito shuklá: ‘azúcar blanco’101​ o de sukha ‘felicidad, dulzura’).

azufre (préstamo del árabe, de origen sánscrito śulbāri: ‘enemigo del cobre’; siendo śulbā o śulva: ‘cobre’; āri: ‘enemigo’).

azul (quizá alteración del árabe hispano lazawárd, este del árabe lāzaward, este del persa laǧvard o lažvard, y este del sánscrito rajavarta,102​ ‘lapizlázuli’).103​
costo (Costus villosissimus): hierba de flores amarillas originaria de la India (del latín costus, este del griego κόστος, y este del sánscrito kusthah,104​ que significa ‘mal parado’, siendo ku: ‘mal’, y stha: ‘está’).

jengibre (del latín zingĭber, zingibĕris, este del griego ζιγγίβερις, y este del sánscrito shringavera (siendo shringa: ‘cuerno’ y vera: ‘cuerpo’ o ‘boca’),​ aunque según la RAE proviene de la inexistente palabra sánscrita singavera).

laca (del árabe hispano lákk, este del árabe lakk, este del persa lāk, y este del sánscrito laksha, que ya aparece en el Átharva-veda, de fines del II milenio a. C.). Quizá se relacione con lakshá (el número 100 000), quizá en referencia a la gran cantidad de insectos parecidos a la cochinilla que con sus picaduras hacen que este tipo de árbol exude esta sustancia resinosa, traslúcida, quebradiza y rojiza.

lacha: vergüenza, pundonor (de layyá).

lila (del francés lilac, este del árabe līlak, este del persa lilang, y este del sánscrito nila, «azul oscuro»).

lima. Comparte su etimología con la palabra «limón». Deriva del árabe hispano lima , este del árábe līmah, este del persa لیمو /limú/, y este del sánscrito nimbú,109​110​
limón (del árabe hispano lamún o laimún, este del árábe laymūn, este del persa limú, y este del sánscrito nimbú, que en realidad se refería a la ‘lima ácida’.

naranja (del árabe hispano naranǧa, este del árabe nāranǧ, este del persa nārang, y este del sánscrito naranga,112​ que posiblemente proviene del sánscrito nagá-ranga (‘el color de la localidad’, el árbol naranjo). También aparece como , nagáruka, nagá vriksha (‘el árbol de la serpiente’), nagara (ciudad, pueblo), naringa, naringui y narianga.

El arcaísmo del sánscrito, particularmente en el sistema consonántico, se aprecia cuando se compara con otras lenguas antiguas, como el latín, el griego, o incluso lenguas modernas que retienen un buen número de arcaísmos, como el lituano. Aunque todos estos idiomas han experimentado considerables cambios fonéticos y gramaticales que han apartado su estructura de la del protoindoeuropeo clásico, mantienen algunas similitudes notables. J. P. Mallory usa un proverbio lituano (escrito en sánscrito, en lituano y en latín) para mostrar el gran parecido existente:

Sánscrito: «Devas adadāt datás, Devas dat dhānās».
Lituano: «Dievas davė dantis, Dievas duos duonos».
Latín: «Deus dedit dentes, Deus dabit panem».
Español: «Dios dio dientes, Dios dará pan».

De todos los lenguajes indoeuropeos, el griego es, después del sánscrito (que ya no se habla), el más antiguo, entre el 1500 a 1000 a. E. C. y muchos consideran que es el lenguaje más altamente desarrollado así como el más claramente definido.

La época de oro de la koiné, o griego común, se extendió desde alrededor del año 300 a. E.C. hasta aproximadamente 500 E.C. Se trataba de una mezcla de diferentes dialectos griegos, entre los que predominaba el ático. Con el tiempo se convirtió en lengua internacional, con una importancia que no tenían otras lenguas de la época. Koiné significa “[lengua] común” o “[dialecto] común a todos”. Tal era su extensión, que tanto los decretos de los gobernadores imperiales como los del senado romano se traducían a la koiné para distribuirse por todo el Imperio romano. Por ello, la acusación que se fijó en el madero sobre la cabeza de Jesucristo no solo estaba escrita en latín, la lengua oficial, y en hebreo, sino también en griego (koiné.)

Alfabeto. Todos los alfabetos europeos de la actualidad se derivan directa o indirectamente del alfabeto griego. Sin embargo, los griegos no inventaron su alfabeto, sino que lo adoptaron del semita. Una prueba que apoya esta afirmación es que las letras del alfabeto griego (de alrededor del siglo VII a. E.C.) se parecían a los caracteres hebreos (de alrededor del siglo VIII a. E.C.). También tenían el mismo orden general, con pocas excepciones. Además, la pronunciación de los nombres de algunas de las letras es muy similar; por ejemplo: ál·fa (griego) y ʼá·lef (hebreo), bḗ·ta (griego) y behth (hebreo), dél·ta (griego) y dá·leth (hebreo), etc. La koiné tenía veinticuatro letras. Cuando los griegos adaptaron el alfabeto semita a su propio idioma, hicieron una valiosa aportación, porque usaron las letras hebreas que no tenían correspondencia en griego (ʼá·lef, heʼ, jehth, ʽá·yin, waw, y yohdh) para representar los sonidos vocálicos a, e (breves), ē (larga) o, y, e i.

Por otro lado, los gramáticos de la India elaboraron una clasificación sistemática de los elementos que constituyeron antiguamente el sánscrito. El estudio realizado en la India se completa con otro estudio sistemático y comparativo de los sistemas fonéticos y gramaticales de las lenguas europeas.

LENGUAS CELTAS.

Las lenguas celtas derivan de un conjunto de dialectos del protoindoeuropeo que históricamente ocupan una posición intermedia dentro de la familia indoeuropea, pues hicieron su aparición después de las lenguas anatolias (2000 a. E. C.), el griego (1400 a. E. C.), las lenguas índicas (1000 a. E. C.), las lenguas iranias (700 a. E. C.) y las lenguas itálicas (600 a. E. C.), pero antes de las lenguas germanas (siglo I d. E. C.), las lenguas eslavas (siglo IV), el armenio (siglo V), el tocario (siglo VII), las lenguas bálticas (siglo XV) y el idioma albanés (siglo XVI).

Sus hablantes eran los pueblos celtas, una serie de tribus y clanes de la Europa Central y Occidental que compartían unas características culturales similares: creencias religiosas, estructura social, estilos artísticos, sistemas de producción, y sobre todo una lengua común, o más bien una serie de dialectos inteligibles entre sí. Utilizaron diversos nombres para denominarse a sí mismos:

keltikoi 'los elevados' o 'los luchadores': (Célticos de la Beturia). Fue el nombre adoptado por los geógrafos griegos en la primera mitad del I milenio a. C. para referirse a estos pueblos (keltoi), término que resultó después latinizado como celtae, para dar origen al actual celtas. El nombre se construye sobre la raíz PIE *kel-t- 'elevarse, alzarse': lituano kélti 'alzarse',​ o bien sobre la raíz *kel-t 'golpear': antiguo sajón hild 'luchar, golpear'​
galloi 'gallardos, valientes' (Gálatae o Gálatai, gálatas de la provincia romana del centro de la actual Turquía llamada Galatia). Fue el nombre adoptado por los romanos para referirse a los pueblos galos de la Gallia, región que comprendía básicamente Francia y Bélgica). Galloi se forma desde la raíz PIE *gelH- en su grado-cero *glH-n > gall-, mientras que gálatai procede de un grado pleno *gelH-tai > gélatai > gálatai.​ Gaelige (celtas de Irlanda).
wedeloi 'salvajes, del bosque, cazadores'. Nombre utilizado por los galeses para referirse a los irlandeses (goidelos < galés gwyddel iirlandés'). Desde la raíz PIE *weid- 'bosque', a través del céltico *wēdu 'selvático, salvaje' > *wēdelo.
Aunque se encuentran esparcidas diversas alusiones a los celtas en Hecateo de Mileto, Heródoto y Aristóteles, la primera referencia a este pueblo se halla en la Ora Maritima de Avieno, procónsul en África en el 336 d. E. C., quien se basó en un original griego del siglo VI a. E. C. Los romanos los llamaban galli (pronunciado gal-li).

Existen varias hipótesis respecto a la aparición de las lenguas celtas, de las cuales varias son mutuamente excluyentes. Estas hipótesis han afectado a la clasificación filogenética de las lenguas celtas: algunos autores clasifican las lenguas célticas insulares como una unidad frente a las lenguas célticas continentales. Otra clasificación propugna la existencia de una relación galo-britónica de un origen más arcaico, frente al goidélico, el idioma celtíbero y el idioma lepóntico.

Si bien en la Antigüedad fueron habladas ampliamente en Europa occidental en el primer milenio a. E. C., las lenguas celtas han experimentado un declive gradual desde los tiempos romanos, bien reemplazadas primero por el latín y luego por las lenguas romances en Francia, Portugal, Italia y España, bien desplazadas y sustituidas por otras ramas como la germana en las islas Británicas y Europa Central o la eslava en los Balcanes, o bien por la disipación e integración del pueblo celta y de sus lenguas dentro de nuevas realidades históricas. A pesar de estos hechos, hubo pequeñas islas lingüísticas que sobrevivieron bastante tiempo a este influjo, hallándose testimonios de gálatas hablantes de lengua celta en el siglo IV d. E. C.

Las lenguas celtas mantuvieron mayor vigor en las islas británicas. Allí las lenguas nativas gaélicas y britónicas mantuvieron su hegemonía hasta la Edad Media, siendo la lengua predominante en el Reino de Escocia y en los condados y reinos irlandeses y galeses. Su declive en Gran Bretaña comenzó con las invasiones anglosajonas, quedando reducida su presencia tras la Muralla de Offa a Gales y al Reino de Escocia. Unos siglos más tarde, también empezaron a perder peso y presencia las lenguas célticas en estas regiones y en Irlanda debido principalmente la pérdida de independencia política y cultural, así como por el aislamiento económico, en detrimento del entonces pujante Reino de Inglaterra en el siglo XVI, si bien este proceso se dio de manera lenta y constante desde siglos atrás. La lengua hablada en la isla de Man se vería muy influenciada por aportes nórdicos, fruto de las sucesivas invasiones vikingas.

El origen del bretón, si bien se podría pensar fácilmente debido a su situación geográfica que es un reducto de la lengua gala hablada en época prerromana en la actual Francia, se remonta a migraciones de británicos (principalmente de las zonas de Cornualles y Gales) en el siglo V d. E. C. que huían de las invasiones anglosajonas a Gran Bretaña, estableciéndose tras cruzar el canal de la Mancha en la costa de Armórica, la actual Bretaña. Algunos de estos britanos llegaron incluso a la península ibérica, concretamente al norte de la Gallaecia, región histórica que incluía la Galicia actual y buena parte de Asturias y el norte de Portugal, donde fundaron el obispado de Britonia, al frente del cual estaría el célebre obispo Mailoc, mencionado en los concilios galaicos de Lugo y de Braga en el siglo VI de nuestra era.

Pese a su lento declive, hoy día aún sobrevivien cuatro lenguas de la rama céltica, limitadas a pequeñas regiones de Europa: el irlandés o gaélico irlandés en Irlanda, el gaélico escocés en Escocia (nombre que lleva a la confusión con el también llamado escocés, idioma germánico), el galés en Gales y el bretón en Bretaña. Asimismo, hasta el siglo xviii en Cornualles se hablaba el idioma córnico, de gran semejanza con el bretón y el galés. Hasta principios del siglo XX en la isla de Man se hablaba el idioma manés. También, fruto de la emigración, hay pequeñas colonias de hablantes de lengua celta en la Patagonia argentina y en algunas partes de Canadá.

Sin embargo, en mayor o en menor medida pero en la mayoría de los casos muy reducido, generalmente las lenguas posteriormente habladas en regiones de lengua celta mantienen un sustrato céltico en su vocabulario, como pueden ser el español, el francés, el portugués, el gallego, el asturiano, el inglés o el alemán.

LENGUAS BÁLTICAS.

Las lenguas bálticas son un grupo de lenguas pertenecientes a la familia lingüística indoeuropea. Son habladas principalmente en Europa Septentrional.

Distribución e historia
Distribución geográfica
Aunque el nombre de Repúblicas bálticas se suela usar para referirse a Estonia, Letonia y Lituania, el estonio es una lengua ugrofinesa, sin relación con el lituano, ni con el letón, ni con ningún idioma indoeuropeo.

Los hablantes de las lenguas bálticas modernas se concentran principalmente dentro de las fronteras de Lituania y Letonia, y en comunidades de emigrantes en Estados Unidos, Canadá, Australia, Brasil, Argentina, Paraguay y los antiguos estados soviéticos. Históricamente estos idiomas se hablaron en un área mayor: por el oeste hasta la desembocadura del Vístula en la actual Polonia, por el este al menos hasta el río Dniéper en la actual Bielorrusia, quizá incluso hasta Moscú, y por el sur quizá hasta Kiev. Se encuentran evidencias de alguna lengua báltica en estas regiones, en los hidrónimos (nombres de masas de agua) que tienen características bálticas. El uso de los hidrónimos por lógica, determinan la extensión de la influencia de estas culturas, pero no la fecha del origen de dicha influencia. La expansión histórica del uso de las lenguas eslavas por el sur y por el este, y de las lenguas germánicas por el oeste redujo la distribución geográfica de las lenguas bálticas hasta una fracción del área que originalmente ocupaban.

Historia
Según una teoría, las tribus indoeuropeas hablantes de los idiomas que posteriormente darían lugar a las lenguas bálticas probablemente se asentaron en la zona al sur de la costa báltica alrededor del siglo XIII a. E. C., y posteriormente migraron hacia la costa donde se encontraron con un poblamiento de pescadores y granjeros que hablaban una lengua protofínica. Se cree que esta población indígena acabó asimilándose entre los pueblos bálticos. La evolución natural divergente que se dio entre estos idiomas en ese periodo de tiempo, habría sido el motor que produjo, las diferentes lenguas que se dieron en el I milenio.

Aunque las diversas tribus bálticas fueron mencionadas por historiadores antiguos desde el año 98 a. E. C., los primeros testimonios de un idioma báltico son de alrededor de 1350, con la creación del Vocabulario de Elbing, un diccionario para la traducción entre el alemán y el prusiano. El primer testimonio del lituano se da en la traducción de un himno en 1545; el primer libro impreso en lituano, un catecismo de Martynas Mažvydas, fue publicado en 1547. El letón apareció en un himno en 1530 y en un catecismo impreso en 1585. Una razón para estos testimonios tan tardíos es que los bálticos se resistieron a la cristianización más que los demás europeos, lo cual retrasó la introducción de la escritura y aisló sus idiomas de las influencias externas.

Con el establecimiento de un estado alemán en Prusia y el realojo de gran parte de la población báltica prusiana en el siglo XIII, los prusianos comenzaron a ser asimilados, lo cual dio como resultado la extinción del antiguo prusiano a finales del siglo XVII.

Durante los años de la Mancomunidad Polaco-Lituana (1569-1795), los documentos oficiales se escribían en polaco, ruteno y latín, siendo el lituano casi exclusivamente un lenguaje oral entre las clases humildes.

Tras las Particiones de Polonia, gran parte de las tierras bálticas acabaron bajo gobierno del Imperio ruso, bajo el cual a veces se prohibía la escritura o el uso público de los idiomas vernáculos.

LENGUAS ESLAVAS.

Las lenguas eslavas son un conjunto de lenguas pertenecientes a la familia lingüística indoeuropea. Se hablan en gran parte de Europa central, los Balcanes, Europa oriental y el norte de Asia. En la escritura se usan los alfabetos cirílico y latino. Antiguamente, se usaban además el alfabeto glagolítico y el abyad árabe.

Se plantea que descienden de la protolengua llamada protoeslavo, hablado durante la Alta Edad Media, el cual a su vez se plantea que desciende del protobaltoeslavo temprano, vinculando las lenguas eslavas con las bálticas en un grupo baltoeslavo del indoeuropeo. Los primeros textos eslavos documentados están escritos en antiguo eslavo eclesiástico documentado a partir del siglo IX. Las lenguas eslavas, habladas por más de 315 millones de personas a principios del siglo XXI.

Eslavo orientalEslavo occidentalEslavo meridional
  • Ruso
  • Bielorruso
  • Ucraniano o ucranio
  • Rusino (ruteno)
  • Antiguo eslavo oriental †
  • Eslovaco
  • Checo
  • Moravo
  • Lenguas sorbias
    • Alto sorbio
    • Bajo sorbio
  • Polabo †
  • Polaco
  • Casubio
  • Silesio
  • Esloveno
  • Serbio
  • Croata
  • Bosnio
  • Montenegrino
  • Macedonio
  • Búlgaro
  • Antiguo eslavo eclesiástico †
IDIOMA ALBANÉS.

El albanés (en albanés: gjuha shqipë, lengua albanesa; /ˈɟuˌha ˈʃciˌpə/) es una macrolengua indoeuropea hablada por unos 5 a 6 millones de personas, la mayor parte de ellas en Albania, Macedonia del Norte y en el parcialmente reconocido país de Kosovo, ya que en ambos países el albanés es su lengua mayoritaria. Existen también comunidades albanesas que lo hablan en Montenegro, Grecia e Italia. El dialecto hablado en este último país se conoce como "arbëreshë".

Clasificación
El primer libro escrito conservado en albanés que se conoce es Meshari ('Misario'), escrito por el clérigo católico Gjon Buzuku en 1555.

En la década de 1850 se demostró que el albanés es un idioma adriático,​ y constituye actualmente una rama propia dentro de la familia de las lenguas indoeuropeas, descendiente de las lenguas paleobalcánicas.

Inicialmente se sugirió que era la única lengua superviviente de las lenguas ilirias que antiguamente se hablaron en el suroeste de los Balcanes. Sin embargo, actualmente existe una prueba más sólida de su parentesco con el antiguo dacio que se habló en Mesia y Dacia. La principal evidencia son préstamos prerromanos en el rumano moderno, presumiblemente procedentes del dacio, que claramente están emparentados con el moderno albanés. Tampoco está claro si la lengua dacia y la rama iliria pertenecieron a distintas ramas del indoeuropeo, aunque la mayor parte de los académicos piensan que así fue.

Por otra parte, estudios del vocabulario derivado del protoindoeuropeo y usando técnicas de la lingüística cuántica encontraron que el albanés puede estar estrechamente relacionado con las lenguas germánicas y que junto formarían un grupo más amplio denominado "germano-albanés" similar al grupo ítalo-celta que une a las lenguas itálicas con las lenguas celtas. Este grupo amplio también puede incluir a las lenguas ilirias emparentadas con el albanés. Sin embargo estos grupos "amplios" generalmente no son aceptados por muchos lingüistas ya que requieren más evidencias lingüísticas para probarlos.

Estatus oficial
El dialecto tosco es la lengua oficial de Albania. El albanés también es una de las lenguas oficiales de la parcialmente reconocida República de Kosovo, de algunos cantones de Macedonia del Norte y de algunas comunas del sur de Italia.

Dialectos

Las variedades de guego, tosco, arbanita y arbërésh.
El albanés es una lengua que está dividida en diversos dialectos agrupados en dos grupos dialectales: el guego (gheg) y el tosco (tosk), este último oficial en Albania. La frontera tradicional entre ambos grupos dialectales ha sido el río Shkumbin: el guego se habla al norte del río y el tosco, al sur.

Ambos grupos se diferencian tanto en rasgos fonológicos como en rasgos léxicos. En Italia, las comunidades de origen albanés establecidas desde fines del siglo xv hablan un subdialecto del tosco llamado arbëreshë. También el arbanita, muy extendido en el siglo xix en Grecia, es un subdialecto tosco.

EL LATÍN.

El latín aparece hacia el año 1000 a. C. en el centro de Italia, al sur del río Tíber, con los Apeninos al este y el mar Tirreno al oeste, en una región llamada Latium (Lacio), de donde proviene el nombre de la lengua y el de sus primeros habitantes, los latinos; sin embargo, los primeros testimonios escritos datan del siglo VI a. C., como la inscripción de Duenos y otras similares.

En los primeros siglos de Roma, desde su fundación hasta el siglo IV a. C., el latín tenía una extensión territorial limitada: Roma y algunas partes de Italia, y una población escasa. Era una lengua de campesinos y pastores.

Así lo demuestran las etimologías de muchos términos del culto religioso, del derecho o de la vida militar. Destacamos los términos stipulare ('estipular'), derivado de stipa ('paja'), o emolumentum ('emolumento'), derivado de emolere ('moler el grano'), en el lenguaje del derecho.

LENGUAS QUE SE HABLABAN EN ESPAÑA ANTES DEL LATÍN.


De origen desconocido estos idiomas que hablaban los habitantes de Iberia eran el euskera (eusquera o vasco), llamado también vasco-aquitano en la antiguedad, el tartésico, lenguas celtas desconocidas y el íbero.


Estela funeraria en idioma aquitano, de la época romana con los nombres UMMESAHAR, NARHUNGESI y ABINSUNHARI (encontrada en Lerga, Navarra).

IDIOMA TARTÉSICO.




No se sabe aún cuándo surgió o cuándo llegó al Sudoeste de la península la lengua tartésica. En el caso de que se demostrara que la lengua de las estelas epigráficas del Sudoeste (estelas cynéticas o conias) es la misma que fue usada por los tartesios, cabría apuntar que esta sólo aparece en una serie de estelas cuya datación es poco clara, pero que correspondería, al menos, a los siglos VII/VI al V a. C.; mientras que hay discrepancia sobre si la escritura/lengua de la ceca de Salacia (Alcácer do Sal, Portugal) de hacia el 200 a. C. corresponde realmente a la lengua de las estelas, aunque la transcripción de la ceca permite reconocer un significativo final en "-ipon".

Tampoco se conoce con exactitud cuándo se dejaría de hablar la lengua tartesia, pero se puede suponer que, al igual que en el resto del sur peninsular, la aculturación causada por los romanos sería relativamente rápida al producirse la reorganización administrativa en provincias y las colonizaciones latinas, tras las derrotas militares de las anteriores jerarquías de poder.

La escritura de las estelas es una escritura paleohispánica muy similar, tanto por la forma de los signos como por el valor que los signos representan, a la escritura ibérica suroriental que expresa lengua ibérica. Sobre el origen de las escrituras paleohispánicas no hay consenso: para algunos investigadores su origen esta directa y únicamente vinculado al alfabeto fenicio, mientras que para otros en su creación también habría influido el alfabeto griego y hasta algunos signos tomados de una tradición local indígena.

Con la excepción del alfabeto greco-ibérico, el resto de escrituras paleohispánicas comparten una característica tipológica distintiva: presentan signos con valor silábico para las oclusivas y signos con valor alfabético para el resto de consonantes y vocales. Desde el punto de vista de la clasificación de los sistemas de escritura no son alfabetos ni silabarios, sino escrituras mixtas que se identifican normalmente como semisilabarios. La particularidad de la escritura tartesia es la sistemática redundancia vocálica de los signos silábicos, fenómeno que en las otras escrituras paleohispánicas es residual. Algunos investigadores consideran esta escritura como un semisilabario redundante, mientras que otros la consideran un alfabeto redundante. El fenómeno de la redundancia vocálica de los signos silábicos fue descubierto por Ulrich Schmoll y permite clasificar la mayor parte de los signos de esta escritura en silábicos, vocálicos y consonánticos. Aun así, su desciframiento aún no se puede dar por cerrado, puesto que no hay consenso entre los diferentes investigadores que han hecho propuestas concretas.

Reproducción de la Estela de Fonte Velha (Bensafrim, Lagos).


Estela de Herdade de Abobada (Almodôvar) en el museo de Beja.


                                                 Estela de Fonte Velha
El estado actual del desciframiento del semisilabario es parte provisional e inacabado. Existen signos cuya lectura no es segura y los textos casi nunca presentan separación entre palabras. Por ello, un intento de traducción o incluso de lectura es muy arriesgado, aunque sobre la mayoría de las inscripciones (dado su carácter breve, con una serie de palabras repetidas respecto a un aparente nombre propio siempre diferente) hay cierta unanimidad al respecto de que se tratarían de inscripciones funerarias.

En el estado actual de conocimientos poco puede decirse más que dar una visión genérica a partir de las transcripciones. Se distinguen 5 vocales: "a", "e", "i", "o" y "u"; habiéndose notado la presencia de los diptongos /ai/ y /oi/. También se ha apreciado el uso del signo "u" en función semiconsonática de /w/. Como en íbero se distinguen signos para los tres órdenes de oclusivas orales de tipo velar, dental y labial; pero debe notarse que aunque la transcripción se haga con las sordas "k", "t" y "p" no serían indicativas de si eran sordas o sonoras; de la misma manera, aunque en ocasiones se transcribe la labial como "b", ello no implica que sea sonora y no sorda (nótese pues que "paare" y "baare" son dos transcripciones distintas de las mismas letras tartesias. Están claramente documentadas las consonantes "l" y "n", así como dos "s" (tal vez una de ellas palatal) y dos "r" (de distinción desconocida); mientras que el uso de "m" sólo se produciría ante "u", así como una posible aspirada de tipo "h" (con un sonido del tipo jota) que solo se encontraría ante "a".

Los términos más repetidos son las 'palabras': "paare" y "naŕkeentii", del que existen diversas variantes en su final como "naŕkeenii", "naŕkeeii" o "naŕkeenai" (entre otras) y formas tal vez abreviadas (?) como "naŕkee" o "naŕkeen". Es interesante indicar que, de forma excepcional, el primer término presenta variantes con terminaciones similares a los del segundo ("paaren", "paarentii"; razón por la cual se ha propuesto que ambos fuesen verbos. En menor medida son recurrentes también otros elementos como "(paa) tee ero", "iru" (para Untermann un pronombre o un adverbio), "paane" o "uarpaan", término éste sobre el que Correa ha señalado que podría ser un título honorífico o magistratura que indicaría el rango del difunto.

De los presuntos nombres propios se ha indicado que suelen presentar unos finales característicos (que podrían ser sufijos típicos de la formación de antropónimos)como "-on", "-ir" o "ea"; que pueden ir también juntos en casos como "on-ir" o "ir-ea". Algunos posibles antropónimos serían: aarkuuior, aipuuris, akoolion, arpuuiel, koopeelipoon, lokoopooniir, ooŕoir, pootiiea, śutuuiirea, taalainon, tiirtoos, uarpooiir o uursaar.

No está claro si la lengua era flexiva o aglutinante, aunque se ha señalado la aparente existencia de sufijos, como los ya vistos al tratar de las variantes de la fórmula y los de los antropónimos, así como otros relativamente frecuentes, como "-śe" o "-ne".

IDIOMA ÍBERO.


La lengua ibera es una lengua paleohispánica que está documentada por escrito, fundamentalmente, en signario ibero nororiental (o levantino) y ocasionalmente en signario ibero suroriental (o meridional) y en alfabeto greco-ibérico. Las inscripciones más antiguas de esta lengua se datan a finales del siglo V a. C. y las más modernas (ánforas halladas en Vieille-Toulouse, Haute-Garonne)5​hacia la primera mitad del siglo II d. C.

Los textos en lengua ibera se saben leer razonablemente bien, gracias al desciframiento del alfabeto por Gómez-Moreno pero en su mayor parte son incomprensibles, puesto que la lengua íbera es una lengua sin parientes suficientemente cercanos de su época que sean comprensibles, para haber sido útil para la traducción de textos.

Después de los años transcurridos desde el desciframiento se han producido una serie de lentos avances que, aun siendo poco espectaculares, permiten ya un atisbo de comprensión de inscripciones de poca extensión (principalmente funerarias o de propiedad sobre instrumentum), además de intuir algunas características gramaticales o tipológicas.

Los íberos (o iberos) utilizaron tres escrituras diferentes para representar su lengua. Los contextos arqueológicos más antiguos las sitúan a finales del s. v a. C., mientras que las más modernas son de finales del s. i a. C. o quizás de principios del s. i d. C.

signario íbero nororiental
Variante dual
Variante no-dual
signario íbero suroriental
alfabeto greco-ibérico
Además, existen dos textos en escritura latina de ibericidad no segura.

Mapa del 200 a.C., por Fraga da Silva (2010) 
No indoeuropeas:

     Idioma tartesio     Idioma turdetano     Idioma ibero     Idioma aquitano

Indoeuropeas:

     Celtas / Celtíbero     Idioma lusitano




Distribución de topónimos ili- / -briga y principales hallazgos de inscripciones. Pueblos paleohispánicos C1: Galaicos / C2b: Brácaros / C3: Cántabros / C4: Astures / C5: Vacceos / C6: Turmogos / C7: Caristios / C8: Várdulos / C9: Berones / C10: Pelendones / C11: Belos / C12: Lusones / C13: Titos / C14: Olcades / C15: Arevacos / C16: Carpetanos / C17: Vetones / C18-C19: Célticos / C20: Conios / L1: Lusitanos / I1: Ceretanos / I2: Ilergetes / I3: Lacetanos / I4: Indigetes / I5: Layetanos / I6: Ilercavones / I7: Sedetanos / I8: Edetanos / I9: Contestanos / I10: Oretanos / I11: Bastetanos / I12: Turdetanos / G21: Galos / G1: Griegos / P1: Fenicios/Cartagineses / B1: Bereberes.

El idioma celtibérico o celtíbero fue una lengua paleohispánica perteneciente al grupo de las lenguas célticas de la familia indoeuropea. Fue hablada en el área central de la península ibérica, en el antiguo territorio de Celtiberia, teniéndose conocimiento de ella gracias a unas 200 inscripciones escritas fundamentalmente en signario celtibérico, pero también en alfabeto latino.

Estas inscripciones celtibéricas se distribuyen por el valle del Ebro y las cabeceras del Tajo y el Duero: monedas de plata y bronce, téseras de plata y bronce, plaquetas de bronce, cerámicas de barniz negro, ánforas, fusayolas, placas de piedra, etc.

Aunque la cronología precisa de la mayor parte de las inscripciones celtibéricas es desconocida, las más antiguas se documentan en la primera mitad del siglo II a. C. y las más modernas a finales del siglo I a. C. o quizás a principios del I d. C.

De entre las lenguas célticas continentales, el celtíbero está peor documentado que el galo, pero mejor que el lepóntico y el gálata.




A juzgar por el registro arqueológico, los celtas llegaron a la península ibérica en el siglo XIII a. C. con la gran expansión de los pueblos de la cultura de los campos de urnas, ocupando entonces la región noreste. En el siglo VII a. C., durante la cultura de Hallstatt se expanden por amplias zonas de la meseta y Portugal, llegando algunos grupos a Galicia. Sin embargo, tras la fundación griega de Masalia (actual Marsella), los íberos vuelven a ocupar el valle medio del Ebro y el noreste peninsular a los celtas, dando pie a nuevos establecimientos griegos (Ampurias). Los celtas de la península quedaron así desconectados de sus parientes continentales, de manera que ni la cultura celta de La Tène ni el fenómeno religioso del druidismo les llegarían nunca.

De este modo, con el tiempo, el aislamiento y la muy posible influencia de otras lenguas pre-indoeuropeas habladas en la península se desarrolló una lengua independiente del celta común, el idioma celtíbero.

Esta fue la lengua hablada por los celtíberos, un conjunto de tribus y pueblos que habitaban en el noreste del área central de la península ibérica, de cultura céltica pero con influencia ibérica, adoptando de éstos, entre otros rasgos, su sistema de escritura como más adelante se expondrá. Su territorio se extendía por el sistema Central y el valle alto del Ebro, y entre ellos se encontraban principalmente los arévacos, los pelendones, los lusones, los titos, los belos, y tal vez también se podría incluir aquí a los antiguos olcades, los turboletas, y los berones. En el 133 a. C., tras la caída de Numancia, su territorio pasó a formar parte de la provincia romana de Hispania Citerior.

La escritura celtibérica es una adaptación casi directa de la escritura ibérica nororiental a las particularidades de la lengua celtibérica. Como su modelo, esta escritura presenta signos con valor silábico, para las oclusivas, y signos con valor alfabético para el resto de consonantes y vocales. Desde el punto de vista de la clasificación de los sistemas de escritura no es ni un alfabeto ni un silabario, sino una escritura mixta que se identifica normalmente como semisilabario. Este signario presenta los inconvenientes propios de los silabarios, puesto que no pueden representarse correctamente ni los grupos de oclusiva+líquida, ni las oclusivas finales, que a diferencia de la lengua íbera sí poseía el idioma celtíbero. El signario básico está formado por 26 signos, en lugar de los 28 del signario ibérico nororiental original, puesto que se elimina una de las dos vibrantes y una de las tres nasales. El signario celtibérico tiene dos variantes diferenciadas por los valores de los signos nasales: en la variante oriental la nasal eliminada es la que en ibérico se identifica con m´, mientras que en la variante occidental la nasal eliminada es la que en ibérico se identifica con m, circunstancia que se interpreta como prueba de un doble origen. Además, cabe destacar que algunas de las inscripciones de la variante occidental presentan indicios de uso del sistema dual que permite diferenciar los silabogramas oclusivos dentales y velares sordos de los sonoros con un trazo añadido: la forma simple representa la sonora y la forma compleja la sorda.





Lenguas identificables
Las variedades hispano-célticas bien caracterizadas incluyen dos grupos:

Celtibérico que es una variedad oriental, la de corpus más extenso y aceptado como "celta", el celtíbero, que Cólera propone denominar "hispano-céltico nororiental"; y
Celta galaico que es una variedad occidental, en la zona atlántica (al oeste de la Vía de la Plata), donde un limitado corpus de inscripciones latinas contienen algunos rasgos claramente celtas, y que permitirían reconstruir el celta galaico.

Esta última variedad, menos atestiguada, que Cólera propone denominar "hispano-céltico noroccidental", puede ser asociado probablemente a las tempranas inscripciones de estelas del suroeste peninsular, que algunos investigadores creen representar una lengua céltica relacionada con el idioma tartésico. Todo este material representa más de un dialecto. Hay numerosos ejemplos de genitivo plural en -um y -on, así como -un, y al menos una inscripción con dativo plural en -bor. "Hispano-céltico occidental" es un concepto que se usa para agrupar todo este grupo de dialectos de la zona atlántica.

Además hay otros topónimos celtas más difíciles de asignar a una variedad lingüística concreta, por lo que una mejor calidad de los datos podría permitir reconstruir alguna otra lengua celta además de las dos anteriores. De hecho, todo el material céltico existente en la península correspondería a más variedades que a las reconocibles, así la lengua de etnias como los astures, galaicos, cántabros, los vacceos, los carpetanos, los célticos y otros habrían sido de lengua celta, pero no está claro hasta qué punto las variedades lingüísticas habladas por ellos constituían lenguas diferentes del celtibérico o del celta galaico, o eran dialectos de alguna de estas últimas.

LENGUAS MUERTAS DE EUROPA Y ALREDEDORES
PeríodoLenguas muertas
Edad AntiguaOsco (290 a. C.), latín (circa siglo vii), griego antiguo (c. siglo iii), íbero (c. s. i), celtibérico (c. s. i), etrusco (c. s. i), hitita (c. s. xi a. C.), egipcio clásico (c. s. vii a. C.), huno (c. s. vi y V d. C.), acadio (c.s. iii a. C.), galo (vi d. C.), Nórdico antiguo (XIV d. C.)
Edad MediaIdioma gótico (c. s. ix), mozárabe (c. s. xii), tocario (c. s. x), picto (c. s. ix),
Edad ModernaGuanche (s. xvi), arameo medio (c. s. xiii), copto (c. s. xv), antiguo prusiano (c. s. xviii), polabo (c. s. xviii), córnico (la última hablante, Dolly Pentreath, murió en 1777).
Edad ContemporáneaDálmata (el último hablante: Antonio Udina, murió en 1898), manés (el último hablante, Ned Maddrell, murió en 1977), ubijé (el último hablante, Tevfik Esenç, murió en 1992), livonio (la última hablante: Grizelda Kristiņa, murió en 2013), yagán (la última hablante: Cristina Calderón, murió en 2022)
Lenguas muertas «clásicas»
El latín, el griego clásico y el sánscrito son lenguas que se consideran habitualmente lenguas muertas. Sin embargo, hay también quien argumenta que no lo son si se tiene en cuenta que determinadas ciencias todavía utilizan una gran cantidad de su léxico y que existen todavía muchas personas que son capaces de hablarlas como segunda lengua, aunque es totalmente dudoso que existan hablantes con la misma intuición para juzgar la gramaticalidad de ciertas expresiones.

Por ejemplo, el latín es la lengua oficial de la iglesia católica. Según un artículo de Pierre Georges en su crónica de Le Monde, el latín se habría enriquecido con unas 60.000 palabras y locuciones nuevas en los últimos siglos. Como ejemplos nombra vis atomica para «poder nuclear», res inexplicata volans para «ovni», etc. El latín continuó en uso en textos científicos y filosóficos mucho tiempo después de su muerte, costumbre que se mantuvo por lo menos hasta el siglo xix.

Según Paul Valéry, no fue hasta después de la Primera Guerra Mundial que el conocimiento del griego clásico dejó de ser habitual en Francia en personas formadas. En su juventud no era nada extraño ver a un hombre instruido leer a Tucídides en el texto original.

Este tipo de «vida» es posible para un pequeño número de lenguas que están asociadas a una cultura con el suficiente prestigio y que permita el mantenimiento de la lengua para el uso científico, legal o eclesiástico. Por sus usos litúrgicos se han conservado por ejemplo el eslavónico, el avéstico, el copto, el sánscrito, el ge'ez, etc.

Determinadas organizaciones emplean lenguas muertas o raras para ayudar a producir un cierto ambiente o dar prestigio. Un ejemplo de este uso es la Wikipedia: existen versiones en sánscrito, latín, anglosajón y gótico.