Fue el nombre dado por los romanos a un conjunto de antiguos pueblos que habitaban en el norte de la península ibérica y cuyo territorio se extendía en tiempos de las guerras cántabras por la práctica totalidad de la comunidad autónoma de Cantabria, el norte de la provincia de Burgos y de Palencia, el noreste de la provincia de León, el este del Principado de Asturias y la parte más occidental de Vizcaya. Tenía por ciudad principal Amaya y eran vecinos de autrigones, turmogos, vacceos y astures.
Habitantes: Etnia de los celtas. Tribus: avariginos, blendios, concanos, coniscos, orgenomescos, plentusios, tamáricos, vadinienses y morecanos.
El mayor hallazgo arqueológico de esta época desconocida es el castro de Los Baraones (Valdegama), en el núcleo del antiguo territorio cántabro, con 7 capas que van desde el 1200 a. e. c. hasta el 400 a. e. c.
En rojo el lugar del yacimiento.
Durante la Edad del Bronce, por lo tanto, parece improbable hablar de un pueblo cántabro sino de un pueblo o pueblos, culturalmente desconocido precántabro.
Es probable que se definieran como pueblo entre los siglos VIII y IV a. e. c.
Pueden rastrearse documentalmente hasta el siglo III a. C.
Descripciones en las fuentes clásicas
La primera cita histórica documentada sobre este pueblo nos la proporciona Catón el Viejo en su obra Orígenes, de la que se conservan varios fragmentos. Uno de ellos habla de la campaña que el propio Catón realizó por la Península Ibérica cuando era cónsul en el año 195 a. C. Dice:
«[...] fluvium Hiberum: is oritur ex Cantabris, magnus atque pulcher, pisculentus.»
«[...] el río Ebro: nace en tierra de cántabros, grande y hermoso, abundante en peces.»
Marco Porcio Catón, "el Viejo". Orígenes (VII), 195 a. C.
Este tipo de referencias nos muestra que la denominación de estos pueblos como Cantabri era conocida en el siglo III a. C., lo que permitiría datar su génesis entre finales de la Edad de Bronce y principios de la Edad de Hierro. A partir de ese escrito de Catón, las citas de historiadores y geógrafos griegos y latinos son numerosas, sobre todo durante su resistencia en las guerras cántabras, nombre con el que se conocen las guerras de cántabros y astures contra Roma.
Nos han llegado algunos fragmentos que describen a estos indómitos pueblos, como el verso del poeta Horacio: «Cantabrum indoctum iuga ferre nostra», que significa «El cántabro, no enseñado a llevar nuestro yugo», o el extracto del geógrafo romano Estrabón que se recoge a continuación:
"Estos se alimentan, en dos tiempos del año, de bellota, secándola, moliéndola y haciendo pan de la harina. Forman bebida de cebada; tienen poco vino, y el que llega lo consumen luego en convites con los parientes. Usan manteca en lugar de aceite. Cenan sentados, dispuestos a este fin asientos en las paredes. La edad y la dignidad llevan los primeros lugares. Mientras se sirve la bebida bailan a son de gaita y de flauta. Vístense todos de negro con sayos, de que forman cama, echándolos sobre jergón de hierbas. Tienen vasos de cera como los celtas, y las mujeres gastan ropas floridas o de color de rosa.
En lugar de dinero conmutan una cosa por otra, o cortan algo de una lámina o plancha de plata.
A los condenados a muerte los precipitan desde una roca, y a los patricidas los cubren de piedras fuera de sus términos o de sus ríos.
Los casamientos son al modo de los griegos; y a los enfermos los sacan al público, como los egipcios, a fin de tomar consejo de los que hayan sanado de semejante accidente.
Hasta el tiempo de Bruto usaban barcas de cuero; ya tienen algunas de troncos de árboles.
La rusticidad y fiereza de sus costumbres proviene no sólo de las guerras, sino de vivir apartados de otras gentes, y faltando comunicación falta también sociedad y humanidad. Hoy se ha remediado algo por el trato con los romanos después de sujetarlos Augusto; pero los que tienen menos comunicación son más inhumanos, contribuyendo para ello la aspereza de los montes en que viven.
Lávanse con orines que dejan pudrir en las cisternas, y hombres y mujeres se limpian con ellos los dientes.
Las madres mataban a los hijos en tiempo de la guerras cántabras para que no cayesen en manos de sus enemigos. Un mozo, viendo a sus padres y hermanos prisioneros, los mató a todos por orden del padre, que le dio el hierro para ello. Otro, llamado a un convite, se arrojó en el fuego.
Parécense a los celtas, a los de la Thracia y Scitia.
Las mujeres labran los campos, y cuando paren hacen acostar a los maridos y ellas les sirven. Cuéntase también en prueba de la demencia cantábrica que algunos, viéndose clavados en cruces por sus enemigos, cantaban alegremente, lo que indica fiereza.
De una hierba semejante al apio forman un veneno activísimo que mata sin dolor, y lo tienen a la mano para usarlo en cualquier adversidad, especialmente por si daban en manos de romanos.
Otras cosas, dice, usan no tan de fieras, como es que el varón dota la mujer; que instituyen herederas a las hijas y éstas casan a los hermanos, lo que no es muy civil por incluir algún imperio de la mujer sobre el hombre."
Enrique Flórez — Estrabón. La Cantabria, 1768.
Origen
El estudio de los yacimientos arqueológicos de la zona donde actualmente se cree que se asentaron los cántabros revela, sobre un substrato neolítico , objetos de factura característica de poblaciones de la región del Danubio y la cultura funeraria de Campos de Urnas que podrían haber llegado durante el Bronce para asentarse posteriormente, en torno al alto Ebro.
Tanto los gentilicios usados por algunas tribus o clanes cántabros —en particular el de los orgenomescos/¿argentomescios? desplazados finalmente al interior más montano—, así como los cultos equinos, son similares a los de los sármatas y Moesios, Mekhi o Micénicos. Estos últimos, de lengua indoeuropea también, procedían de las regiones al norte del Danubio y emigraron a lugares muy remotos conservando sus nombres originales o variantes, según James P. Mallory. Aunque lo expuesto anteriormente no permite precisar con certidumbre la procedencia original de estos grupos, estudios genéticos realizados en la actual población de la región, detectan en los genes masculinos un porcentaje mayoritariamente afiliado al haplogrupo R-SRY2627 de procedencia europea, -con origen entre el Paleolítico Superior final y el Neolítico-, y en menor medida al haplogrupo E E-M81 procedente del norte de África. Entre los Pasiegos cántabros vinculados a los Pésicos astures se ha detectado la presencia en un 41% del haplogrupo E3B de claro origen africano -cultura de ganaderos vacunos del sáhara- playa nabta, precursores de los antiguos egipcios y bereberes; relacionados con la cultura megalítica y que se caracterizaban por una alto desarrollo de la astronomía y la cantería monumental. 8,6 % del Haplogrupo E3B en Cantabria. La presencia simultánea de estos haplotipos de procedencia africana entre la población masculina es considerada originaria, y la gran variedad de procedencia de los haplogrupos mitocondriales entre los que destacan los usualmente encontrados en el norte de África, sugieren varios posibles influjos sucesivos de poblaciones celtas cercanas a los Ilirios que podrían proceder de la región del Mar Egeo, Macedonia, Bulgaria, Albania y la antigua Tracia donde tales genes se encuentran hoy también. Alternativamente, algunos de estos subgrupos genéticos de procedencias tan dispares pudieron haber llegado posteriormente a Cantabria durante el dominio cartaginés o romano de la península ibérica, incluso durante la breve dominación musulmana sobre la zona sur de la región.
En el pueblo pasiego las pruebas en 2001 a 32 personas, determinan que el 30 por ciento de los participantes en el estudio pertenecen al haplogrupo R1a, cuando en el resto de España la prevalencia apenas alcanza el 2 por ciento.
Esto avalaría las teorías que sitúan a los pasiegos como un pueblo nómada procedente de Europa oriental o de Asia, donde este haplogrupo es predominante, aunque no se sabe cuándo y cómo llegaron a asentarse en la zona de la península ibérica.
Hasta el momento, se han realizado pruebas de ADN a 32 personas y todavía se van a realizar otra decena de test. Los resultados del estudio se pondrán a disposición de aquellos que investigan sobre el origen del pueblo pasiego.
"Se ha analizado la variabilidad del ADN mitocondrial de los restos humanos recuperados de la cueva de El Mirón (Ramales de la Victoria, Cantabria). Aunque se trata de una muestra pequeña, tiene gran importancia para ampliar nuestro conocimiento sobre los grupos de cazadores-recolectores de la región cantábrica. El linaje mitocondrial obtenido en El Mirón, corresponde al rCRS perteneciente al haplogrupo H. Hasta el momento, este linaje mitocondrial solo se ha detectado en otro cazador-recolector procedente de la cueva de la Pasiega, también en Cantabria; sin embargo sí se ha encontrado en los agropastoralistas de la franja cantábrica y de otras regiones de Europa, lo que lo que nos lleva a proponer que la diversidad del haplogrupo H aumentó a partir del Neolítico.
Los datos del ADNmt de los individuos cazadores recolectores de la región cantábrica existentes hasta el momento (El Mirón, La Pasiega, La Chora, Erralla, Aizpea y La Braña) (Hervella et al. 2012; Sánchez-Quinto et al. 2012), constituyen una limitada muestra, en la que se observa una gran diversidad haplotípica [5 linajes mitocondriales diferentes obtenidos de 6 individuos (0.9833 ± 0.1217)], que no obstante se clasifica en solo dos haplogrupos diferentes: H y U5 .
El haplotipo mitocondrial del individuo de El Mirón se ha encontrado asimismo en la cueva de La Pasiega (Puente Viesgo, Cantabria). Sin embargo, el resto de los individuos cazadores-recolectores de esta región, La Chora (Cantabria), Erralla (Gipuzkoa), Aizpea (Navarra) y La Braña (León), son portadores de otros haplotipos mitocondriales diferentes (Hervella et al. 2012; Sánchez-Quinto et al. 2012). La Chora presenta el haplotipo ht24 clasificado dentro del haplogrupo H6, Erralla el haplotipo ht21 que pertenece al haplogrupo U5, Aizpea presenta el haplotipo ht25 perteneciente al haplogrupo U5b1 y La Braña presenta el haplotipo ht26 clasificado dentro del haplogrupo U5b2c1.
En los grupos cazadores-recolectores de finales del Paleolítico Superior de Centro Europa (n = 22) y Escandinavia (n = 19) (Bramanti et al. 2009; Malmström et al. 2009; Skoglund et al. 2012; 2014) no se ha encontrado ningún individuo que presente el haplotipo ht2 descrito en El Mirón (y en La Pasiega), ni tampoco se han encontrado los haplotipos obtenidos en La Chora, Aizpea y La Braña (pertenecientes a los haplogrupos H6 y U5) (Tabla 2). Sin embargo en los cazadores–recolectores europeos sí se ha hallado el haplotipo mitocondrial descrito en Erralla (ht21, haplogrupo U5).
En los cazadores-recolectores de la región cantábrica encontramos un 50% del haplogrupo H y un 50% del haplogrupo U (todos U5) "
(Fuente: "El ADN mitocondrial de los cazadores-recolectores de la región cantábrica: nueva evidencia de la cueva de El Mirón (Ramales de la Victoria, Cantabria, España")
Montserrat Hervella Afonso
Universidad del País Vasco (UPV/EHU), Facultad de Ciencia y Tecnología. Departamento de Genética, Antropología Física y Fisiología Animal.)
El clan dominante en la zona más fértil y de acceso a los pasos de altura, los plentusios/¿plentuish?, está relacionado con la cultura posterior de La Tène (480-50 a. e. c.), propiamente céltica y proveniente del bajo Rin. Pudiera ser de las primeras tribus desalojadas por tribus germanas con anterioridad al 300 a. e. c. Estos son, quizás, similares en etimología e identidad a los Pelendones celtibéricos entre los ríos Ebro y Duero.
Concanos, coniscos, salaenos y otros pueblos pudieron haber sido relegados a zonas menos favorables de pastoreo. Dentro de la comunidad tribal al parecer representan grupos célticos del Hallstatt (800 - 500 a. e. c.) o gentilidades matriarcales paleolíticos afines a los vascos como señala Joaquín González Echegaray.
IDIOMA.
Los cántabros hablaban una lengua aún desconocida cuyos restos se conservan en algunas inscripciones ya romanizadas. A partir de estos restos y de la toponimia de los lugares que ocuparon se han formulado dos corrientes.
- Hablaban una lengua preindoeuropea preceltica, quizá similar o de parecido origen al protovasco.
- Los cántabros terminaron por estar altamente influidos por la cultura celta, y su lengua era fundamentalmente céltica, y por lo tanto indoeuropea, con escaso o incluso nulo sustrato preindoeuropeo. Cabe destacar que el mismo término "cántabros" esta formado por la raíz celta "kant-" (roca, piedra, peñasco) y el sufijo "abr-", siendo los dos muy comunes dentro de las lenguas indoeuropeas. La conjunción del mismo significa algo como "pueblo/tribu que habita en las peñas" o "montañeses". Otro argumento de gran peso para recalcar el origen indoeuropeo / celta de los cántabros: Siempre aparecen luchando al lado de pueblos como los vacceos (celtas) o los aquitanos (indoeuropeos), mientras que los autrigones y berones apoyaron siempre a Roma.
TRIBUS CÁNTABRAS.
CIUDADES.
Ciudad | Coordenadas | Tribu | Fuente coetánea | Identificación actual |
---|---|---|---|---|
Aracillum | ¿C. cismontana? | Blendios | Lucio Anneo Floro | ¿Aradillos? ¿Castro de la Espina del Gallego? |
Argenomescon | 12º / 44º 30'. C. cismontana | Ptolomeo | ||
Amaya | ||||
Iuliobriga | 12º 10º / 44º. C. cismontana | Plentusios | Ptolomeo | Ruinas de Julióbriga |
Kamarica | 11º 45' / 44º 12'. C. cismontana | Camaricos | Ptolomeo | |
Konkana | 12º 10' / 44º 40'. C. cismontana | Concanos | Ptolomeo | |
Moreca | 11º 45º / 43º 50'. C. cismontana | Morecanos | Ptolomeo | |
Noega Ucesia | C. cimentana | ¿Noegos? | Ptolomeo | |
Octaviolca | 12º 40' / 44º 45'. C. cismontana | ¿Orgenomescos? | Ptolomeo | ¿Yacimiento arqueológico de Camesa-Rebolledo? |
Vadinia | 11º 20' / 44º 25'. C. cismontana | Vadinienses | Ptolomeo | |
Vellica | 12º / 44º 25'. C. cismontana | Vellicos | Ptolomeo |
RECURSOS.
RELIGIÓN.
- http://www.regiocantabrorum.es/historia/los_cantabros_antes_de_roma
- Wikipedia.
- https://seaf.es/images/seaf/papers/vol35/reaf_35_hervella.pdf
- https://cadenaser.com/emisora/2021/04/08/radio_santander/1617888903_654810.html