Flag Counter

domingo, 29 de enero de 2023

LOS CÁNTABROS.

Fue el nombre dado por los romanos a un conjunto de antiguos pueblos que habitaban en el norte de la península ibérica y cuyo territorio se extendía en tiempos de las guerras cántabras por la práctica totalidad de la comunidad autónoma de Cantabria, el norte de la provincia de Burgos y de Palencia, el noreste de la provincia de León, el este del Principado de Asturias y la parte más occidental de Vizcaya. Tenía por ciudad principal Amaya y eran vecinos de autrigones, turmogos, vacceos y astures.





Idioma oficial: Celta o europeo precelta. Primeras referencias en 195 a. e. c.

Habitantes: Etnia de los celtas. Tribus: avariginos, blendios, concanos, coniscos, orgenomescos, plentusios, tamáricos, vadinienses y morecanos.

El mayor hallazgo arqueológico de esta época desconocida es el castro de Los Baraones (Valdegama), en el núcleo del antiguo territorio cántabro, con 7 capas que van desde el 1200 a. e. c. hasta el 400 a. e. c.

                             En rojo el lugar del yacimiento.

Durante la Edad del Bronce, por lo tanto, parece improbable hablar de un pueblo cántabro sino de un pueblo o pueblos, culturalmente desconocido precántabro.

Es probable que se definieran como pueblo entre los siglos VIII y IV a. e. c.

Pueden rastrearse documentalmente hasta el siglo III a. C. 

Descripciones en las fuentes clásicas

La primera cita histórica documentada sobre este pueblo nos la proporciona Catón el Viejo en su obra Orígenes, de la que se conservan varios fragmentos. Uno de ellos habla de la campaña que el propio Catón realizó por la Península Ibérica cuando era cónsul en el año 195 a. C. Dice:

«[...] fluvium Hiberum: is oritur ex Cantabris, magnus atque pulcher, pisculentus.»

«[...] el río Ebro: nace en tierra de cántabros, grande y hermoso, abundante en peces.»

Marco Porcio Catón, "el Viejo". Orígenes (VII), 195 a. C.

Este tipo de referencias nos muestra que la denominación de estos pueblos como Cantabri era conocida en el siglo III a. C., lo que permitiría datar su génesis entre finales de la Edad de Bronce y principios de la Edad de Hierro. A partir de ese escrito de Catón, las citas de historiadores y geógrafos griegos y latinos son numerosas, sobre todo durante su resistencia en las guerras cántabras, nombre con el que se conocen las guerras de cántabros y astures contra Roma.

Nos han llegado algunos fragmentos que describen a estos indómitos pueblos, como el verso del poeta Horacio: «Cantabrum indoctum iuga ferre nostra», que significa «El cántabro, no enseñado a llevar nuestro yugo», o el extracto del geógrafo romano Estrabón que se recoge a continuación:

"Estos se alimentan, en dos tiempos del año, de bellota, secándola, moliéndola y haciendo pan de la harina. Forman bebida de cebada; tienen poco vino, y el que llega lo consumen luego en convites con los parientes. Usan manteca en lugar de aceite. Cenan sentados, dispuestos a este fin asientos en las paredes. La edad y la dignidad llevan los primeros lugares. Mientras se sirve la bebida bailan a son de gaita y de flauta. Vístense todos de negro con sayos, de que forman cama, echándolos sobre jergón de hierbas. Tienen vasos de cera como los celtas, y las mujeres gastan ropas floridas o de color de rosa.

En lugar de dinero conmutan una cosa por otra, o cortan algo de una lámina o plancha de plata.

A los condenados a muerte los precipitan desde una roca, y a los patricidas los cubren de piedras fuera de sus términos o de sus ríos.

Los casamientos son al modo de los griegos; y a los enfermos los sacan al público, como los egipcios, a fin de tomar consejo de los que hayan sanado de semejante accidente.

Hasta el tiempo de Bruto usaban barcas de cuero; ya tienen algunas de troncos de árboles.

La rusticidad y fiereza de sus costumbres proviene no sólo de las guerras, sino de vivir apartados de otras gentes, y faltando comunicación falta también sociedad y humanidad. Hoy se ha remediado algo por el trato con los romanos después de sujetarlos Augusto; pero los que tienen menos comunicación son más inhumanos, contribuyendo para ello la aspereza de los montes en que viven.

Lávanse con orines que dejan pudrir en las cisternas, y hombres y mujeres se limpian con ellos los dientes.

Las madres mataban a los hijos en tiempo de la guerras cántabras para que no cayesen en manos de sus enemigos. Un mozo, viendo a sus padres y hermanos prisioneros, los mató a todos por orden del padre, que le dio el hierro para ello. Otro, llamado a un convite, se arrojó en el fuego.

Parécense a los celtas, a los de la Thracia y Scitia.

Las mujeres labran los campos, y cuando paren hacen acostar a los maridos y ellas les sirven. Cuéntase también en prueba de la demencia cantábrica que algunos, viéndose clavados en cruces por sus enemigos, cantaban alegremente, lo que indica fiereza.

De una hierba semejante al apio forman un veneno activísimo que mata sin dolor, y lo tienen a la mano para usarlo en cualquier adversidad, especialmente por si daban en manos de romanos.

Otras cosas, dice, usan no tan de fieras, como es que el varón dota la mujer; que instituyen herederas a las hijas y éstas casan a los hermanos, lo que no es muy civil por incluir algún imperio de la mujer sobre el hombre."

Enrique Flórez — Estrabón. La Cantabria, 1768.

Estela cántabra de Barros (Cantabria). De piedra arenisca y con espigón de base, sus dimensiones son de 1,70 m de diámetro y 0,32 m de espesor.

Origen

El estudio de los yacimientos arqueológicos de la zona donde actualmente se cree que se asentaron los cántabros revela, sobre un substrato neolítico , objetos de factura característica de poblaciones de la región del Danubio y la cultura funeraria de Campos de Urnas que podrían haber llegado durante el Bronce para asentarse posteriormente, en torno al alto Ebro.

Tanto los gentilicios usados por algunas tribus o clanes cántabros —en particular el de los orgenomescos/¿argentomescios? desplazados finalmente al interior más montano—, así como los cultos equinos, son similares a los de los sármatas y Moesios, Mekhi o Micénicos. Estos últimos, de lengua indoeuropea también, procedían de las regiones al norte del Danubio y emigraron a lugares muy remotos conservando sus nombres originales o variantes, según James P. Mallory. Aunque lo expuesto anteriormente no permite precisar con certidumbre la procedencia original de estos grupos, estudios genéticos realizados en la actual población de la región, detectan en los genes masculinos un porcentaje mayoritariamente afiliado al haplogrupo R-SRY2627 de procedencia europea, -con origen entre el Paleolítico Superior final y el Neolítico-, y en menor medida al haplogrupo E E-M81 procedente del norte de África. Entre los Pasiegos cántabros vinculados a los Pésicos astures se ha detectado la presencia en un 41% del haplogrupo E3B de claro origen africano -cultura de ganaderos vacunos del sáhara- playa nabta,  precursores de los antiguos egipcios y bereberes; relacionados con la cultura megalítica y que se caracterizaban por una alto desarrollo de la astronomía y la cantería monumental. 8,6 % del Haplogrupo E3B en Cantabria. La presencia simultánea de estos haplotipos de procedencia africana entre la población masculina es considerada originaria, y la gran variedad de procedencia de los haplogrupos mitocondriales entre los que destacan los usualmente encontrados en el norte de África, sugieren varios posibles influjos sucesivos de poblaciones celtas cercanas a los Ilirios que podrían proceder de la región del Mar Egeo, Macedonia, Bulgaria, Albania y la antigua Tracia donde tales genes se encuentran hoy también. Alternativamente, algunos de estos subgrupos genéticos de procedencias tan dispares pudieron haber llegado posteriormente a Cantabria durante el dominio cartaginés o romano de la península ibérica, incluso durante la breve dominación musulmana sobre la zona sur de la región.

En el pueblo pasiego las pruebas en 2001 a 32 personas, determinan que el 30 por ciento de los participantes en el estudio pertenecen al haplogrupo R1a, cuando en el resto de España la prevalencia apenas alcanza el 2 por ciento.

Esto avalaría las teorías que sitúan a los pasiegos como un pueblo nómada procedente de Europa oriental o de Asia, donde este haplogrupo es predominante, aunque no se sabe cuándo y cómo llegaron a asentarse en la zona de la península ibérica.

Hasta el momento, se han realizado pruebas de ADN a 32 personas y todavía se van a realizar otra decena de test. Los resultados del estudio se pondrán a disposición de aquellos que investigan sobre el origen del pueblo pasiego.

"Se ha analizado la variabilidad del ADN mitocondrial de los restos humanos recuperados de la cueva de El Mirón (Ramales de la Victoria, Cantabria). Aunque se trata de una muestra pequeña, tiene gran importancia para ampliar nuestro conocimiento sobre los grupos de cazadores-recolectores de la región cantábrica. El linaje mitocondrial obtenido en El Mirón, corresponde al rCRS perteneciente al haplogrupo H. Hasta el momento, este linaje mitocondrial solo se ha detectado en otro cazador-recolector procedente de la cueva de la Pasiega, también en Cantabria; sin embargo sí se ha encontrado en los agropastoralistas de la franja cantábrica y de otras regiones de Europa, lo que lo que nos lleva a proponer que la diversidad del haplogrupo H aumentó a partir del Neolítico.

Los datos del ADNmt de los individuos cazadores recolectores de la región cantábrica existentes hasta el momento (El Mirón, La Pasiega, La Chora, Erralla, Aizpea y La Braña) (Hervella et al. 2012; Sánchez-Quinto et al. 2012), constituyen una limitada muestra, en la que se observa una gran diversidad haplotípica [5 linajes mitocondriales diferentes obtenidos de 6 individuos (0.9833 ± 0.1217)], que no obstante se clasifica en solo dos haplogrupos diferentes: H y U5 .

El haplotipo mitocondrial del individuo de El Mirón se ha encontrado asimismo en la cueva de La Pasiega (Puente Viesgo, Cantabria). Sin embargo, el resto de los individuos cazadores-recolectores de esta región, La Chora (Cantabria), Erralla (Gipuzkoa), Aizpea (Navarra) y La Braña (León), son portadores de otros haplotipos mitocondriales diferentes (Hervella et al. 2012; Sánchez-Quinto et al. 2012). La Chora presenta el haplotipo ht24 clasificado dentro del haplogrupo H6, Erralla el haplotipo ht21 que pertenece al haplogrupo U5, Aizpea presenta el haplotipo ht25 perteneciente al haplogrupo U5b1 y La Braña presenta el haplotipo ht26 clasificado dentro del haplogrupo U5b2c1.

En los grupos cazadores-recolectores de finales del Paleolítico Superior de Centro Europa (n = 22) y Escandinavia (n = 19) (Bramanti et al. 2009; Malmström et al. 2009; Skoglund et al. 2012; 2014) no se ha encontrado ningún individuo que presente el haplotipo ht2 descrito en El Mirón (y en La Pasiega), ni tampoco se han encontrado los haplotipos obtenidos en La Chora, Aizpea y La Braña (pertenecientes a los haplogrupos H6 y U5) (Tabla 2). Sin embargo en los cazadores–recolectores europeos sí se ha hallado el haplotipo mitocondrial descrito en Erralla (ht21, haplogrupo U5).

En los cazadores-recolectores de la región cantábrica encontramos un 50% del haplogrupo H y un 50% del haplogrupo U (todos U5) "

(Fuente: "El ADN mitocondrial de los cazadores-recolectores de la región cantábrica: nueva evidencia de la cueva de El Mirón (Ramales de la Victoria, Cantabria, España") 

Montserrat Hervella Afonso

Universidad del País Vasco (UPV/EHU), Facultad de Ciencia y Tecnología. Departamento de Genética, Antropología Física y Fisiología Animal.)

El clan dominante en la zona más fértil y de acceso a los pasos de altura, los plentusios/¿plentuish?, está relacionado con la cultura posterior de La Tène (480-50 a. e. c.), propiamente céltica y proveniente del bajo Rin. Pudiera ser de las primeras tribus desalojadas por tribus germanas con anterioridad al 300 a. e. c. Estos son, quizás, similares en etimología e identidad a los Pelendones celtibéricos entre los ríos Ebro y Duero.

Concanos, coniscos, salaenos y otros pueblos pudieron haber sido relegados a zonas menos favorables de pastoreo. Dentro de la comunidad tribal al parecer representan grupos célticos del Hallstatt (800 - 500 a. e. c.) o gentilidades matriarcales paleolíticos afines a los vascos como señala Joaquín González Echegaray.


IDIOMA.

Los cántabros hablaban una lengua aún desconocida cuyos restos se conservan en algunas inscripciones ya romanizadas. A partir de estos restos y de la toponimia de los lugares que ocuparon se han formulado dos corrientes. 

  1. Hablaban una lengua preindoeuropea preceltica, quizá similar o de parecido origen al protovasco. 
  2. Los cántabros terminaron por estar altamente influidos por la cultura celta, y su lengua era fundamentalmente céltica, y por lo tanto indoeuropea, con escaso o incluso nulo sustrato preindoeuropeo. Cabe destacar que el mismo término "cántabros" esta formado por la raíz celta "kant-" (roca, piedra, peñasco) y el sufijo "abr-", siendo los dos muy comunes dentro de las lenguas indoeuropeas. La conjunción del mismo significa algo como "pueblo/tribu que habita en las peñas" o "montañeses". Otro argumento de gran peso para recalcar el origen indoeuropeo / celta de los cántabros: Siempre aparecen luchando al lado de pueblos como los vacceos (celtas) o los aquitanos (indoeuropeos), mientras que los autrigones y berones apoyaron siempre a Roma.

TRIBUS CÁNTABRAS.

Varias fuentes clásicas citan siete tribus cántabras. Sin embargo, dos más aparecen documentadas únicamente en Mela (avariginos y salaenos), una más en Estrabón (coniacos) y la existencia de dos más se infiere por el vacío en las fuentes y los datos arqueológicos (noegos y moroecanos).

Los avariginos eran una de las tribus centrales de la antigua Cantabria, en torno a algunos tramos del río Nansa. Su posición exacta está discutida. Fueron citados únicamente por el historiador romano Mela.  Vivían en pequeños poblados sobre las colinas, circunstancia que les daba ventaja a la hora de vigilar los valles.

En su vida cotidiana comían según su orden jerárquico y edad, en bancos corridos junto a los muros de sus viviendas, y pasándose los alimentos unos a otros. Sus recipientes o vasijas eran de madera, calentado su contenido con piedras o cantos sacados de la hoguera que introducían en los mismos. Esta práctica se sigue utilizando hoy en día por los pastores de la montaña en Cantabria. Dormían sobre camas de paja, se lavaban con agua fría y utilizaban su propia orina para limpiarse la boca. Sus adornos eran de gran belleza, destacando hebillas de bronce, alfileres y arracadas de oro en forma de luna.

Los blendios o plentusios habitaron la zona central de la actual Cantabria, desde Campoo hasta la costa. En su territorio se libró la batalla por Aracillum y se construyó Portus Blendium. Se cree que los pobladores de la zona donde se asentó Julióbriga también eran blendios. Liderados por el temible Caudillo Numa.

Los camáricos o tamáricos eran una tribu cántabra que habitaba las tierras de la meseta, ya en el norte de la actual provincia de Palencia.

Los concanos eran una de las tribus antiguas existente en el territorio de la actual Cantabria. Su capital era la ciudad de Concana, que el geógrafo alejandrino Ptolomeo sitúa en el mismo meridiano que Julióbriga, siendo la ciudad más septentrional de Cantabria según este, pero la misma longitud la atribuye Ptolomeo a Lucentum (Alicante), lo que exige prevenirse ante la inexactitud de su obra.
Actualmente su situación es desconocida. Algunos autores han señalado erróneamente su relación con el topónimo Santillana, en realidad procedente del hagiónimo Santa Juliana. Para otros, podría estar localizada en Liébana, cerca del actual pueblo de Congarna, ya que los datos aportados por Ptolomeo pudieran ser erróneos debido a la concepción especial del mapa de Cantabria que este poseía.

Los coniacos, que habitaban junto a los plentusios las fuentes del Ebro según Estrabón. Probablemente la voz coniacos sea una desfiguración o variante de la de concanos, y éstos sean en realidad el mismo pueblo.
Los coniscos habitaban, según se deduce actualmente de las fuentes clásicas, la zona oriental de la actual Cantabria, en el valle del Asón y el norte de la actual provincia de Burgos. El primer vestigio de los mismos esta datado del año 1650-1400 a.C. En la cueva de Liusa, en Ogarrio, se encontraron tres espadas de bronces con remaches de plata, creyéndose que este conjunto se trataba de un ajuar funerario. Se sabe que las armas que portaban los Coniscos son la falcata, hacha de doble filo, maza de madera, lanza y escudo.

Mis antepasados de Laredo pudieron pertenecer a esta tribu cántabra.

Los orgenomescos eran una tribu cántabra asentada en el norte de España, entre el río Sella en Asturias y la zona oeste de Cantabria. Su nombre proviene del céltico org-no - golpear, matar, saquear, y mesk - locura, borrachera; por lo que se puede traducir su nombre por «los que se embriagan en la matanza».

Siendo esta tribu dirigida por un terrible guerrero llamado Corocotta. Es bien conocida la valentía y el coraje de este gran líder cantabro, ya que no se sabe bien si por arrogancia o por otros motivos, fue capaz de entregar el mismo su propia cabeza ante el emperador Augusto para cobrar la recompensa de 200.000 sextercios. Este acto dejo tan impresionado al emperador que le perdono la vida y le dio la recompensa.

Los salaenos, que vivían junto al río Saunio, sobre el que existen diversas hipótesis. Tan solo han sido mencionados por Mela.

Esta tribu surgió como una división de los cántabros orgenomescos. Tenían como capital la desaparecida población de Octaviolca y extendían sus dominios hasta Colunga, Arriendas y Llanes.

Los vadinienses fueron una tribu cántabra. Su nombre procede de la ciudad de Vadinia, de la cual se desconoce el emplazamiento aunque se discuten diversas posibilidades. Su ámbito geográfico abarcaba el oeste de Cantabria, el este de Asturias y el noreste de León (España). Dentro de la tribu se pueden distinguir cuatro clanes: arcaedunos, aroniaecinos, cantianos y corovescos. La tribu vadinense, como los demás pueblos cántabros y astures, combatió en un principio contra las tropas romanas, si bien al final aceptaron su dominio y cultura.

Los vellicos, en cuyo territorio estaba la ciudad de Vellica. Si el documento llamado Itinerario de Barros es fiable, pueden atribuírseles una larga serie de asentamientos castreños importantes, que los convertirían en una de las mayores tribus de la antigua Cantabria.

CIUDADES.


La antigua Cantabria puede dividirse en un territorio litoral o cimentano (litoral de Cantabria y de Asturias hasta el río Sella) y otro interior o cismontano (norte de Palencia y Burgos y sur de Cantabria). Se conocen las siguientes ciudades documentadas por los romanos en el territorio de la Antigua Cantabria:
CiudadCoordenadasTribuFuente coetáneaIdentificación actual
Aracillum¿C. cismontana?BlendiosLucio Anneo Floro¿Aradillos? ¿Castro de la Espina del Gallego?
Argenomescon12º / 44º 30'. C. cismontana​Ptolomeo
Amaya
Iuliobriga12º 10º / 44º. C. cismontana​PlentusiosPtolomeoRuinas de Julióbriga
Kamarica11º 45' / 44º 12'. C. cismontana​CamaricosPtolomeo
Konkana12º 10' / 44º 40'. C. cismontanaConcanosPtolomeo
Moreca11º 45º / 43º 50'. C. cismontana​MorecanosPtolomeo
Noega UcesiaC. cimentana¿Noegos?Ptolomeo
Octaviolca12º 40' / 44º 45'. C. cismontana​¿Orgenomescos?Ptolomeo¿Yacimiento arqueológico de Camesa-Rebolledo?
Vadinia11º 20' / 44º 25'. C. cismontana​VadiniensesPtolomeo
Vellica12º / 44º 25'. C. cismontana​VellicosPtolomeo
Además los cántabros disponían de una serie de castros menores y asentamientos desperdigados por toda su geografía.

Era costumbre entre los antiguos cántabros vivir en la zona sur de lo que hoy conocemos como "Cantabria", ya que el clima era menos riguroso y sus montes eran menos escarpados. No obstante, y contradiciendo muchas teorías, se han encontrado diferentes asentamientos cerca del mar: Castilnegro (Peña Cabarga), Peña Samano (Castro Urdiales) o La Garma (Omoño). Se cree que muchas de las tribus cántabras poseían una estructura claramente matriarcal, aunque no todas. En las que sí, las mujeres eran las encargadas de los cultivos y de la gestión del terreno, mientras que el hombre se dedicaba a la caza y a la guerra. La descripción del cántabro modelo era de un hombre fuerte y fornido, siendo una de las definiciones más curiosas la del poeta Silo Itálico, el cual hace referencia a un grupo militar cántabro dentro de las Guerras Púnicas, como no englobados en el bando de Anibal.

El miembro más destacado de esa milicia se llamaba Laro del que decía que "El cántabro Laro, aún desprovisto de dardos seguía siendo temible por la naturaleza de sus miembros y su gran corpulencia". Se sabe que dormían en el suelo, que se bañaban con agua fría y que comían una sola vez al día de manera abundante. Además eran aficionados a los bailes a los juegos atléticos y militares. Por desgracia para ellos se dice que sus conocimientos sobre medicina eran muy precarios, llevando a sus enfermos a los caminos a ver si alguien de los que por allí pasasen podría auxiliarle. Los romanos siempre achacaron sus bárbaras costumbres a varios factores: su carácter guerrero, la incomunicación de sus tierras y a la dureza del clima.

Aún así, no se tendría referencia alguna sobre los cántabros inmersos en una guerra hasta el año 151 a. e. c, en la campaña de Lúculo, siempre obviando algo evidente como fue la participación de los mismos en las guerras Púnicas. Por suerte o por desgracia para este pueblo, ha sido mencionado en decenas de conflictos entre los diferentes pueblos celtas contra Roma. La siguiente afirmación de Silio Itálico en el siglo III (326-331 d. e. c) nos da a entender la fiereza de nuestros antepasados:

"El cántabro, invencible ante el frío, el calor y el hambre, se lleva antes que nadie la palma en toda clase de trabajos. ¡Admirable amor a su pueblo! Cuando la inútil edad senil comienza a encanecerle, pone fin a sus años, ya no aptos para la guerra, envenenándose con el tejo. Para él es imposible vivir sin la guerra, pues toda la razón de su vida la pone en sus armas, considerando un castigo vivir para la paz."

RECURSOS.


Sus recursos no eran ilimitados, consecuencia de varios factores como el clima, el terreno, etc. Debido a esto, por ejemplo, su nivel agrícola era bastante precario, y por esto su productividad era escasa. Su aportación agrícola o vegetal más importante venia de la recolección. Bayas, frutos, avellanas, castañas, nueces… el territorio que ellos poblaban eran rico y abundante en este tipo de alimentos. Además, su aporte energético más importante era la carne. La ganadería de las diferentes tribus, en muchas ocasiones, era de cabras. Este animal se adaptaba por completo a las duras condiciones que reinaban. Les proporcionaba leche, carne y una excelente piel con la que cubrirse. No obstante existen evidencias claras de que los cantabros se dedicaban a la pesca, marisqueo y caza de jabalís y corzos. Una de las prácticas que les proporcionaba beneficio era el pillaje. Las incursiones para robar ganado, pieles, alimento, eran constantes. Entre ellos solía haber cierta tendencia a respetarse, mientras que los autrigones, vacceos y turgomos eran sus victimas habituales. Todo por la supervivencia., y por que no por fastidiar a las tribus vecinas. Se sabe que también en aquella época tuvieron relaciones comerciales con otros pueblos de diversos orígenes: celtas, iberos, e incluso culturas extranjeras como por ejemplo pueblos de las islas británicas. Claro ejemplo de este comercio es el conocido "Caldero de Cabarceno". Expertos coinciden que esta maravilla de bronce puede proceder de irlanda o territorios cercanos.

RELIGIÓN.


Era común que todas las tribus del territorio venerasen a todo tipo de elemento natural: el sol, los montes, los lagos, los bosques… Uno de sus dioses más representativos, por los descubrimientos realizados hasta ahora, es un posible dios solar. Las estelas encontradas en Barros, Lombera y Zurita hacen entender que el astro rey era blanco de sus plegarias. Se cree que estos monumentos fueron creados antes del dominio romano en Cantabria, aunque también existe constancia de elementos religiosos de este tipo bajo el yugo de Roma. Por ejemplo, trasladándonos al municipio de Cabezón de Liébana podemos ver que existe una estela discoidea con inscripciones latinas. En la actual Cantabria y provincias limítrofes (Palencia, Burgos) se han encontrado infinidad de elementos que nos descubren la variedad de dioses que los antiguos cantabros adoraban: Existía un dios todopoderoso que con el paso del tiempo fue asimilado con el Júpiter romano. Cabe destacar que de este último se encontró una escultura de bronce en Herrera de Camargo, la cual le rendía culto. También nos encontramos con el dios "Erudinus" a quien se veneraba en el monte Dobra (Torrelavega). Se cree que uno de los iconos religiosos de la Edad de Hierro se llamaba "Cantabria", y no era un dios, sino una diosa tal vez relacionada con el culto a la Luna. Se encontró un ara en el Danubio dedicada a Cantabria. ¿Por qué tan lejos?, recordemos que los cantabros estuvieron enrollados en infinidad de guerras fuera de nuestras fronteras. Hablando de guerra, no debemos de olvidar a un dios de la guerra, que más tarde seria asimilado como Marte, al cual se le ofrecían en sacrificio cabras, prisioneros y caballos. Se encuentra reconocido el hecho de que los cantabros ofrecían prisioneros en gran número a sus dioses para ganarse su beneplácito.

Siguiendo con los numerosos objetos relacionados con la religión en Cantabria nos desplazamos hasta el Monte Cildá. Allí se encontró un ara dedicada a la diosa Mater Deva, diosa conocida en el entorno celta y relacionada con el elemento del agua. Gracias al nombre, podemos establecer un nexo entre el río Deva y el poder de sus aguas. Este afán de veneración al agua no solo se practicaba en el interior, sino también el la costa. En la zona de Castro Urdiales fue encontrado una pequeña escultura de bronce de la cual se cree que esta dedicada al dios del mar. Nuestro "neptuno" (asimilación posterior) cantabro es un joven imberbe con un collar en forma de media luna. Además aparecen otros elementos clásicos como pueden ser el delfín en la mano y el tridente en la otra. Con esta figura dejamos atrás una breve introducción sobre los diferentes dioses y su asociación, pero ¿Qué se sabe de los rituales funerarios en Cantabria?. Existe la tendencia a pensar que las cuevas que recorren nuestro territorio eran tomadas como parte fundamental en ritos funerarios, aunque de la forma o conjunto de los enterramientos tampoco hay gran información. Se presupone que los difuntos que no yacían en el campo de batalla eran incinerados. Los que allí morían era dejados, al aire libre, para que los buitres abriesen sus entrañas y transportase su alma al cielo (Estela de Zurita). Por otro lado, en varias lápidas encontradas por todo el territorio, aparecen animales como ciervos o caballos, interpretando que las antiguas tribus pensaban que estos animales también transportarían el alma a un lugar mejor. Bárbaros o no, se sabe a ciencia cierta que los cantabros tenían un lado espiritual bastante fuerte, que unido a su ansia de libertad e independencia hacían de cualquiera de ellos el guerrero perfecto, consciente de que el morir por su tierra era su destino.


ARA DEL MONTE DOBRA
Ara funeraria del Monte Dobra
En este pico Hermilio Alcalde del Río encontró en 1925 un ara, un altar dedicado al dios indígena Erudino (contiene una inscripción a deo Erudino) y datado originalmente en el año 399 d.C y en el 161 d.C a partir de la década de 1990.
La fórmula interpretada es la siguiente:

CORNE(lius) VICANVS

AVNIGAINV(m),

CESTI (i) F(ilius) ARA(m)

POSSUIT DEO

ERUDINO, X K(alend)is

AVGVS(sti) MA(nlio) EV(tropio) CO(n)S(ulibus)

Así mismo, la inscripción está ligada al grupo parietal Aunigainum, del cual se ha especulado que demuestra la pervivencia de rasgos culturales cántabros en la Cantabria romanizada.

Fuentes:
  • http://www.regiocantabrorum.es/historia/los_cantabros_antes_de_roma
  • Wikipedia.
  • https://seaf.es/images/seaf/papers/vol35/reaf_35_hervella.pdf
  • https://cadenaser.com/emisora/2021/04/08/radio_santander/1617888903_654810.html



viernes, 27 de enero de 2023

PEPITA, LA DE NERJA. UNA JOVEN DE HACE MILES DE AÑOS EN IBERIA.



En este lugar, desde muy pronto, desde que los hombres empezaron a hacerse muchos (¿2000 a. E. C?), se pobló la comarca. De seguro, al principio, al ser muy pocos, se ubicaron en las cuevas de los lugares en los que hubieran. Aquí la había y por tanto la utilizaron. En ella, se encuentran dibujos de focas hechos por este grupo de personas.


Ya, en lo que es considerado el Paleolítico superior, se encuentra un primer poblado. ¿Qué personas y cuántas la componían? Quizás como mucho, algunas centenas.


De este tiempo es el esqueleto en cuestión, encontrado en esta cueva.


Llamada Pepita, no era muy alta. Medía unos 1,50 cm.
Al morir tendría unos 19 años. Quizás murió en el parto o el posparto. Solo es una teoría.

Tuvo una otitis severa en su oído izquierdo, en la infancia, que le dejó cicatriz pero se curó.

Presenta huesos muy gráciles y poseía una musculatura débil, por lo que no parece que hubiera practicado actividades físicas muy intensas. Eso sí, se descubrió que el trabajo que realizaba, lo hacía de cuclillas.



El estudio de las inserciones musculares y la longitud de los huesos del brazo izquierdo revelan que era zurda.

Las proporciones esqueléticas se asemejan a las presentes en algunas poblaciones actuales africanas, aunque realmente no muestra similitudes con otras poblaciones  de su época.

El estudio isotópico señala que su dieta se basaba en el consumo mayoritario de carne y de alimentos vegetales recolectados, y tenían una escasa importancia los productos del mar.

Propuesta por los expertos como el rostro de la mujer llamada Pepita. Podemos notar una migración norteafricana hacia el sur de Iberia en aquellos tiempos.


Aquí la editamos con el pelo largo y sonriendo.

Con el pelo largo.

      
Aquí la editamos con una pequeña variación de rostro.

      
              Editada con una variación más negroide.

En 2012, se analizaron parte del genoma de dos cazadores del Mesolítico encontrados en el yacimiento de La Braña-Arintero, en Valdelugueros (León). Las muestras permitieron entonces secuenciar el uno por ciento del ADN de estos individuos y determinar que las poblaciones ibéricas actuales no proceden genéticamente de estos individuos.

Casi un año después, en marzo de 2013, un golpe de suerte hizo que el equipo dirigido por Lalueza-Fox analizara la raíz del tercer molar de uno de los individuos, el bautizado como La Braña 1, una muestra que estaba muy bien conservada y que permitió descifrar el genoma completo del individuo.
Pertenecía al Y-haplogrupo C1a2 y mtDNA U5b2c1.

Las pruebas de ADN han confirmado antiguos haplogrupo U5 como el linaje europeo hembra dominante durante el Mesolítico, aunque también se encontraron unas pocas muestras U2E y U4 en el noreste de Europa. Curiosamente, los asturianos mesolíticos pertenecían a U5b2c1, un subclade que no se ha encontrado en la España moderna, sino en Francia, Gran Bretaña y Alemania.


                                   Lugar de La Braña.



--------------------------------------------------------------------------------------

Desde el llamado Neolítico siguió la civilización en este lugar, progresando hacia la cultura argárica. Características de este pueblo fueron la habilidad hacia la agricultura y la ganadería, y el desempeño de labores artesanales, como la cerámica, la confección de tejidos y la metalurgia.

El ADN cromosómico Y de los agricultores neolíticos se ha probado en varios sitios en Europa sudoriental, central y occidental, y todos ellos incluyen una mayoría de haplogrupo G2a. Los haplogrupos F, I1 e I2 se encontraron junto a G2a en varios sitios probados.

Los linajes maternos traídos por los agricultores neolíticos de los Balcanes y Anatolia se pueden determinar con seguridad por la gran cantidad de ADNmt antiguo ya probado. Incluyeron haplogrupos HV, H2a2, H5a, H13, H20, J1c, K1a, N1a, T2 y X.

Los investigadores determinaron que uno de los individuos momificados de Egipto perteneció a un grupo ancestral (o haplogrupo) llamado I2, que se cree que se originó en Asia occidental.

Los resultados mostraron que Tutankamón pertenecía a un perfil genético, conocido como haplogrupo R1b1a2, al que pertenecen más del 50 por ciento de todos los varones de Europa occidental, lo que indica que comparten un ancestro común.

Entre los egipcios de hoy día, este haplogrupo constituye menos del 1 por ciento, según iGENEA.

Ötzi, la momia europea más antigua, hallada en los Alpes italianos en 1991. Los autores del trabajo destacan la presencia del haplogrupo del cromosoma Y G2a4 (que da pistas sobre el origen común de los diferentes pueblos), que se ha encontrado en Europa con una frecuencia significativa en la zona de las islas tirrenas (Cerdeña y Córcega).

Otra expansión neolítica originada en Oriente Medio parece haberse difundido en el norte de África cuando el clima era más húmedo y más verde que en la actualidad. Estas tribus neolíticas podrían haber sido esencialmente pastores de cabras de la Creciente Fértil que emigraron hacia el sur hasta la península Arábiga, a través del Mar Rojo hasta el Cuerno de África (Etiopía, Somalia), Sudán, Egipto, luego hacia el oeste hasta el Magreb, llegando finalmente a Andalucía. hace unos 7.000 años, donde establecieron la cultura de La Almagra Pottery. Según las correlaciones entre Y-DNA y mtDNA en Medio Oriente y el noreste de África, estas personas habrían pertenecido a Y-haplogrupos J1-P58 y T1a y a mt-haplogrupos HV, N1, J, K, T y U3.

Aunque todavía no se ha probado el ADN-Y megalítico, el ADNmt megalítico de Bretaña es una mezcla típica de linajes mesolíticos (U5b) y neolíticos (K1a, N1a, X2), en continuidad directa de las culturas de cerámicas lineales y cerámicas de cardium. En consecuencia, las personas megalíticas eran predominantemente personas G2a, con minorías de I2a1a, E1b1b y quizás también J o T.

R1b había avanzado desde la llanura húngara hasta Bohemia y Alemania (presencia de R1b confirmada por Lee at al. 2012), y continuó su migración hasta la costa atlántica, llegando a Gran Bretaña y el oeste de Francia en e Irlanda. Estos hombres R1b fueron los Proto-celtas y su Y-DNA ahora se encuentra en más de la mitad de los hombres españoles y portugueses.

Todavía no está claro cuál hubiera sido la composición exacta del haplogrupo de los celtas de Hallstatt, excepto que seguramente poseían un gran porcentaje de R1b-U152. También podrían haber llevado los linajes G2a3b1 y J2b2, entre otros. Por extraño que parezca, mientras que R1b-U152 se encuentra en todas partes en la península ibérica, su frecuencia nunca supera el 5%.

El 40% de los varones españoles y portugueses presentan una variante genética única (R1b-DF27), ausente casi por completo en otros países de Europa, que solo puede explicarse por la existencia de un antepasado común, un remoto tatarabuelo que vivió hace unos 4.200 años, en la transición del Neolítico a la Edad de Bronce.

El haplogrupo R del cromosoma Y se originó en el norte de Asia. Este haplogrupo ha sido identificado en los restos de un niño de miles de años de la región de Altai, en el centro sur de Siberia (Raghavan et al., 2013). Este individuo pertenecía a una tribu de cazadores de mamuts que pudieron haber vagado por Siberia y partes de Europa durante el llamado Paleolítico.

La presencia de restos humanos de personas adultas en el yacimiento ibérico del Puig de la Nau de Benicarló, ha permitido la identificación del ADNmt correspondiente, a través del cual se ha constatado la pertenencia de los individuos analizados al haplogrupo V que se encuentra actualmente en el País Vasco y en Escandinavia.

Este resultado contradice, sin embargo, los resultados de un estudio publicado recientemente en el que se analizaron 21 también muestras iberas, en este caso de Cataluña (Sampietro et al., 2005). Ninguna de las muestras estudiadas en dicho trabajo puede atribuirse al haplogrupo V, encontrado en las muestras de Puig de la Nau. Todas ellas pertenecen, sin embargo, a los principales haplogrupos Europeos: H(52.9%), U(17.6%), J (11.8%), pre-HV (5.9%), K (5.9%), T (5.9%). La conclusión de este estudio es que los antiguos iberos no eran significativamente
diferentes de las poblaciones actuales. 

Con todo, no se han encontrado haplogrupos actualmente ampliamente extendidos por la península ibérica como V, X, I o W.

Los haplogrupos africanos U6 (norteafricano) y L (subsahariano) también están ausentes entre los antiguos iberos, de lo cual se sigue que la llegada de U6 a la península anterior a la conquista musulmana del siglo VIII, como algunos autores sugirieron, sigue sin estar probada.

Con todo, el tamaño de la muestra utilizada es demasiado pequeño para excluir una posible contribución norteafricana en la génesis de los iberos.

No existe un estudio adecuado de los subclades profundos de ADNmt para España o Portugal, pero una estimación aproximada es que entre el 15% y el 30% de los linajes maternos se remonta a los invasores indoeuropeos, ya sean celtas, romanos o germánicos.

Los romanos habrían traído linajes muy similares a los celtas de Hallstatt (R1b-U152, E-V13, G2a3b1 y J2b2), siendo descendientes de una migración anterior (hacia 1200 a. C.) de Hallstatt Italo-Celtas. Pero los romanos también asimilaron muchas tribus vecinas en Italia, incluidos los etruscos y los griegos, que habrían transportado los linajes E-V13, E-M34, G2a, J2a, R1b-L23 y T. El impacto genético de los romanos es el más difícil de medir ya que sus haplogrupos se parecen esencialmente a una mezcla de celtas de Hallstatt y griegos. Comparando las frecuencias de R1b-U152 y R1b-L23, y deduciendo la parte atribuible a otros grupos étnicos, podría haber entre 1 y 15% de ADN-Y romano en varias regiones de Iberia. El nivel más alto probablemente se encuentre a lo largo de la costa mediterránea, en Andalucía occidental y en Extremadura, porque es donde R1b-L23, J2 y E-V13 son los más altos, pero también porque aquí es donde se encontraron los principales centros de población romanos.

Edad del cobre. Un caso particular es la identificación de un individuo perteneciente al haplogrupo L1b en el yacimiento Camino de Las Yeseras, cerca de Madrid. Este grupo es casi el más frecuente actualmente en el este y centro de África, y apunta a una conexión con las costas del norte y este de este continente en tiempos prehistóricos. “Iberia era un crisol de influencias y poblaciones en el extremo occidental del Mediterráneo” concluye Manolo Rojo, de la Universidad de Valladolid.

La mayoría de los linajes paternos ibéricos son indoeuropeos (R1b, G2a3b1, J2b2 y una pequeña cantidad de R1a), lo que puede atribuirse a los invasores celtas Proto-Celtic y Hallstatt, y en menor medida a los colonos romanos y germánicos posteriores. En total, estos representan 50-85% de Y-DNA español y 60% de Y-DNA portugués. Los linajes maternos, por otro lado, parecen tener un origen mayoritariamente neolítico y mesolítico, notablemente haplogrupos H1, H3, HV0, K1a, J1c, J2a1, J2b1a, T2, U5b, V y X, que constituyen más del 80% del ADN mitocondrial en regiones como el País Vasco o Asturias, y siempre más del 50% de la población de cualquier región.






Volviendo a Nerja, no tendremos más noticias de la historia de esta localidad hasta una vez entrada la Era Cristiana. Solo se conocen pueblos que se asentaron cerca, como bastetanos y fenicios. El dominio del mar Mediterráneo por parte de los griegos trajo consigo el nacimiento de pueblos como Homeroskopeion y Mainake, a veintisiete kilómetros de lo que hoy es Málaga. Asimismo, crearon el Templo de la Luna en la playa de Torre del Mar, lugar sacro donde los griegos oraban antes de emprender sus viajes. Es la entidad helena más próxima a Nerja, pero tampoco dejaron huella en ésta.


La península ibérica fue dominada por Roma en el 210 a. C. Fundaron tres poblaciones en la Málaga oriental: Maenoba (Vélez), Claviclum (Torrox), y Detunda (Maro). En esta última se hallaron numerosos restos romanos como monedas, tumbas o ánforas. También se conocen vestigios de la misma cultura en lugares del término municipal de Nerja, como cimentaciones de argamasa, un acueducto derruido, o un horno de fundición en el Río la Miel.

Fuentes:
  • Wikipedia.
  • Eupedia.
  • https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/5716/1/Lucentum_25_02.pdf



















domingo, 8 de enero de 2023

BIOGRAFÍA DE DAVID.

 David era el más joven de 8 varones, hijos de Jesé. Nació en el año 1.107 a. E. C. Además tenía 2 medio hermanas (Abigail y Zeruyá), cuyo padre era Nahás, primer esposo de la esposa de Jesé.

Como el hijo más joven, David era el encargado de pastorear el rebaño de ovejas de su familia.

Samuel lo unge como rey siendo jovencito, quizás con 12 o 13 años.

Unos años más tarde, fue músico de la corte por recomendación de un consejero de Saúl, quien describió a David no solo como “diestro en tocar”, sino también como “valiente y poderoso y hombre de guerra y persona que habla con inteligencia y hombre bien formado, y Jehová está con él”. (1Sa 16:18.)

Así, David se convirtió en el arpista del atribulado Saúl y en su escudero.

Más tarde, por razones que no se registran, David volvió a la casa de su padre por un período indeterminado. En una ocasión fue a llevar provisiones a sus hermanos que estaban en el ejército de Saúl. Tendría quizás, unos 17 años. En aquel momento el ejército israelita y el filisteo estaban estacionados frente a frente, y David se indignó cuando vio y oyó a Goliat escarnecer a Jehová. Así que preguntó: “¿Quién es este filisteo incircunciso para que tenga que desafiar con escarnio a las líneas de batalla del Dios vivo?” (1Sa 17:26), y después añadió: “Jehová, que me libró de la garra del león y de la garra del oso, él es quien me librará de la mano de este filisteo”. (1Sa 17:37.) Una vez que se le concedió permiso, David, que había matado a un oso y a un león, se encaminó hacia Goliat con las siguientes palabras: “Yo voy a ti con el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de las líneas de batalla de Israel, a quien tú has desafiado”. Al instante, lanzó una piedra con su honda y derribó al paladín enemigo. Entonces, con la propia espada de Goliat, lo decapitó y volvió al campamento con la cabeza y la espada del gigante como trofeos de guerra.

Estos acontecimientos en seguida lanzaron a David del anonimato de pastor al protagonismo ante los ojos de todo Israel. Colocado delante de los hombres de guerra, se recibió a David con danzas y regocijo cuando volvió de una expedición victoriosa contra los filisteos. Un canto popular fue: “Saúl ha derribado sus miles, y David sus decenas de miles”. (1Sa 18:5-7.) “Todo Israel y Judá amaban a David”, y Jonatán, el propio hijo de Saúl, celebró con él un pacto de amor y amistad mutuos de por vida, cuyos beneficios se extendieron a Mefibóset y Micá, el hijo y el nieto de Jonatán respectivamente.

Esta popularidad despertó la envidia de Saúl, quien continuó “mirando a David [...] con sospecha desde aquel día en adelante”. Por dos veces arrojó una lanza con la intención de clavar a David en la pared mientras este tocaba el arpa como en ocasiones anteriores, pero en ambas ocasiones Jehová lo libró. Saúl había prometido que daría su hija a aquel que matase a Goliat, pero entonces se mostraba reacio a dársela a David. Por fin consintió en que David se casase con su segunda hija, con tal de que le llevase “cien prepucios de los filisteos”, una petición irrazonable que creyó que significaría la muerte de David. Sin embargo, el valeroso David dobló la dote: se presentó a Saúl con doscientos prepucios, y se casó con Mical. 


                  Representación figurativa de Mical.

Mical estaba enamorada de David, pero no por su espiritualidad, al parecer por los acontecimientos posteriores, sino por su fama y valentía, desde el punto de vista humanos y también por su físico.

Por lo tanto, dos de los hijos de Saúl, movidos por amor, habían celebrado pactos con David, y esto hizo que se acrecentase aún más el odio de Saúl. (1Sa 18:9-29.) Cuando David estaba de nuevo tocando ante Saúl, el rey procuró clavarle en la pared por tercera vez. Por esta razón, David huyó al amparo de la noche, Mical, su esposa, le ayudó a escapar y solo volvería a ver a Saúl en circunstancias muy diferentes y, en cierto modo, extrañas. (1Sa 19:10.)

FUGITIVO.

Durante la larga ausencia de David, Saúl le dio en matrimonio a Mical a Paltí, el hijo de Lais de Galim. (1Sa 19:11-17; 25:44.)

Los padres de David fueron llevados a vivir en Moab para su proteccion.

Después de estos incidentes, David vivió en continua huida de un lugar a otro durante varios años, sufriendo la persecución implacable de un rey terco y malvado que estaba resuelto a matarle. Primero David se refugió con el profeta Samuel en Ramá (1Sa 19:18-24), pero cuando este dejó de ser un escondite seguro, se dirigió a la ciudad filistea de Gat, deteniéndose en el camino para ver al sumo sacerdote Ahimélec en Nob, donde obtuvo la espada de Goliat. (1Sa 21:1-9; 22:9-23; Mt 12:3, 4.) 

Sin embargo, para salir con vida de Gat, tuvo que pasar por loco, haciendo con torpeza signos de cruz en la puerta y dejando correr la saliva por la barba. (1Sa 21:10-15.) Los Salmos 34 y 56 de David se basan en esta experiencia. Luego huyó a la cueva de Adulam, donde su familia y unos cuatrocientos hombres desafortunados y angustiados se unieron a él. Puede que tanto el Salmo 57 como el 142 aludan a su estancia en esta cueva. David continuó en constante movimiento, desde allí hasta Mizpé, en Moab, y después volvió al bosque de Héret, en Judá. (1Sa 22:1-5.) 

Mientras vivía en Queilá, se enteró de que Saúl estaba preparándose para atacar, después de lo cual él y sus hombres, que en ese momento ascendían a unos seiscientos, salieron hacia el desierto de Zif. Saúl continuó la persecución de un lugar a otro, desde el desierto de Zif, en Hores, hasta el desierto de Maón. Cuando estaba a punto de capturar a su presa, llegó el informe de una incursión filistea. Como resultado, abandonó por un tiempo la persecución, lo que permitió al fugitivo escapar a En-guedí. (1Sa 23:1-29.) Los hermosos salmos de alabanza a Jehová por proveer liberación milagrosa se basan en este tipo de experiencias. (Sl 18, 59, 63, 70.)

Fue en En-guedí donde Saúl entró en una cueva para hacer del cuerpo. David, escondido al fondo de la cueva, se acercó silenciosamente y cortó la falda de la prenda de Saúl, pero le perdonó la vida. Dijo que era inconcebible de su parte hacerle daño al rey, porque “es el ungido de Jehová”. (1Sa 24:1-22.)

Después de la muerte de Samuel. 

Después de la muerte de Samuel, David, todavía exiliado, empezó a morar en el desierto de Parán. Nabal, un rico ganadero establecido en Carmelo, al S. de Hebrón, y a quien David y sus hombres habían mostrado bondad, los trató con desaire e ingratitud. La rápida reacción de Abigail, esposa de Nabal, impidió que David exterminara a los  varones de la casa, pero Jehová hirió a Nabal, así que murió. Después David se casó con la viuda, de modo que tuvo dos esposas: Ahinoam de Jezreel y Abigail de Carmelo; durante la larga ausencia de David, Saúl había entregado a su hija Mical a otro hombre. (1Sa 25:1-44; 27:3.)



 Representaciones figurativas de Ahinoam y Abigail.

Por segunda vez David se refugió en el desierto de Zif y de nuevo empezó la persecución. David asemejó a Saúl y a sus tres mil hombres a aquellos que buscan “una sola pulga, tal como se corre tras una perdiz sobre las montañas”. Una noche David y Abisai entraron con cautela en el campamento de Saúl mientras todos dormían y se hicieron con la lanza y la jarra del agua de Saúl. Abisai quería matar a Saúl, pero David le perdonó la vida por segunda vez, diciendo que desde el punto de vista de Jehová era inconcebible para él alargar su mano contra el ungido de Dios. (1Sa 26:1-25.) Esa noche fue la última vez que David vio a su adversario.

David se estableció en Ziqlag, dentro del territorio filisteo, por un período de dieciséis meses, fuera del alcance de Saúl. Varios hombres poderosos desertaron de las fuerzas de Saúl y se unieron a los exiliados en Ziqlag, lo que le permitió a David hacer incursiones en las ciudades de los enemigos de Israel, en el S., y de ese modo aseguró los límites de Judá y fortaleció su futura posición como rey. (1Sa 27:1-12; 1Cr 12:1-7, 19-22.) Cuando los filisteos se preparaban para atacar a las fuerzas de Saúl, el rey Akís, pensando que David era “un hedor entre su pueblo Israel”, le invitó a que le acompañara. No obstante, los otros señores del eje rechazaron a David por considerarle una amenaza para su seguridad. (1Sa 29:1-11.) En la batalla que culminó en el monte Guilboa, murieron Saúl y tres de sus hijos, entre ellos Jonatán. (1Sa 31:1-7.)

Entretanto, los amalequitas saquearon y quemaron Ziqlag, y se llevaron todas las mujeres y niños. Acto seguido, las fuerzas de David persiguieron y alcanzaron a los merodeadores, y recuperaron a sus esposas e hijos, así como todos los bienes. (1Sa 30:1-31.) Al cabo de tres días, un amalequita le llevó a David la diadema y el brazalete de Saúl, alardeando falsamente de que había dado muerte al rey cuando este había sido herido y esperando recibir una recompensa. Aunque el amalequita había mentido, David ordenó que le matasen por alegar que había dado “muerte al ungido de Jehová”. (2Sa 1:1-16; 1Sa 31:4, 5.)

La trágica noticia de la muerte de Saúl afligió mucho a David. Lo que le entristecía no era tanto la muerte de su enconado enemigo como la caída del ungido de Jehová. A modo de lamento, David compuso una endecha titulada “El arco”. En ella llora la muerte de Saúl, su enconado enemigo, y la de su mejor amigo, caídos juntos en batalla: “Saúl y Jonatán, los amables y los agradables durante su vida, y en su muerte no fueron separados”. (2Sa 1:17-27.)

-1077 a. E. C. David sube al trono de Judá en Hebrón a los 30 años.

Is-bóset, hijo de Saúl, fue hecho rey sobre las otras tribus. Unos dos años más tarde, Is-bóset fue asesinado, y sus agresores le llevaron su cabeza a David esperando recibir una recompensa, pero también a ellos se les dio muerte como había ocurrido con el presunto asesino de Saúl. (2Sa 2:1-4, 8-10; 4:5-12.) Este hecho preparó el camino para que las tribus que hasta entonces habían apoyado al hijo de Saúl se uniesen a Judá, y, finalmente, se le unió a David una fuerza que ascendía a 340.822 hombres y lo hicieron rey sobre todo Israel. (2Sa 5:1-3; 1Cr 11:1-3; 12:23-40.)

David gobernó en Hebrón siete años y medio antes de trasladar la capital por dirección de Jehová a Jerusalén, la fortaleza que les había arrebatado a los jebuseos.

Mientras vivía en Hebrón, tomó más esposas y tuvo con ellas varios hijos e hijas.

"Durante ese tiempo, David tuvo hijos en Hebrón. Su primogénito fue Amnón, hijo de Ahinoam de Jezreel. El segundo fue Kileab, hijo de Abigaíl, la viuda de Nabal el carmelita, y el tercero fue Absalón, e hijo de Maacá, hija de Talmái, el rey de Guesur. El cuarto fue Adonías, hijo de Haguit, y el quinto fue Sefatías, hijo de Abital. Y el sexto hijo de David fue Itream, de su esposa Eglá. Estos fueron los hijos que David tuvo en Hebrón". (2 Samuel 3:2-5)

Maacá.

Abital.


Haguit.

Eglá.

Bat-Seba.

Abner intentó celebrar un pacto con David, este rehusó verle a menos que llevase con él a Mical. David hizo llegar su petición a Is-bóset, hijo de Saúl, por medio de un mensajero, y como resultado Paltiel (Paltí) perdió a su esposa —Mical— y fue devuelta a David. (2Sa 3:12-16.)

David ya era rey cuando hizo llevar el arca del pacto a Jerusalén y demostró su júbilo por la adoración de Jehová danzando eufóricamente “ceñido con un efod de lino”. Mical lo observaba desde una ventana y “empezó a despreciarlo en su corazón”. Una vez que David regresó a su casa, Mical expresó sus sentimientos con sarcasmo, mostró falta de aprecio por el celo que David había demostrado por la adoración de Jehová y calificó de indigna su actuación. David la reprendió y también debió castigarla no teniendo relaciones sexuales con ella a partir de ese momento, pues murió sin descendencia. (2Sa 6:14-23.)

Mical solo crio a sus 5 sobrinos, hijos de su hermana Merab cuando esta murió.

-1070 a. E. C. David sube al trono de todo Israel. Tenía 37 años; hace de Jerusalén la capital.

Después de trasladarse a Jerusalén, se consiguió aún más esposas y concubinas, que, a su vez, le dieron a luz más hijos. 

"Después de venir de Hebrón, David tomó más concubinas y esposas en Jerusalén, quienes le dieron más hijos e hijas. Estos son los nombres de los hijos que tuvo en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón, Ibhar, Elisúa, Néfeg, Jafía, Elisamá, Eliadá y Elifélet".

"Los hijos que tuvo en Jerusalén fueron estos: Simeá, Sobab, Natán y Salomón. La madre de los cuatro era Bat-Seba hija de Amiel. Y otros nueve hijos fueron Ibhar, Elisamá, Elifélet, Noga, Néfeg, Jafía, Elisamá, Eliadá y Elifélet. Todos esos, además de los hijos que tuvo con las concubinas, fueron los hijos de David. Tamar era hermana de ellos".

(2Sa 5:13-16; 1Cr 3:5-9; 14:3-7.)

Amnón, hijo primogénito de David con Ahinoam, violó a su propia medio hermana Tamar, y posteriormente fue asesinado por el hermano de ella, lo que ocasionó gran congoja a su padre. (2Sa 13:1-33.) 

Representación figurativa de Tamar, hija de David y Maacá.

Más tarde, Absalón, el tercer hijo de David con Maacá la siria, y el amado de su padre, no solo intentó usurpar el trono, sino que despreció de forma manifiesta a su padre y lo deshonró públicamente al cohabitar con sus concubinas. (2Sa 15:1–16:22.) 

Por último, la humillación alcanzó su grado máximo cuando una guerra civil sumió al país en una lucha de hijo contra padre, y finalizó con la muerte de Absalón, para tristeza de su padre y en contra de su deseo. (2Sa 17:1–18:33.) Cuando huía de Absalón, David compuso el Salmo 3, en el que dice: “La salvación pertenece a Jehová”. (Sl 3:8.)

En los últimos días de su vida, el rey David, ya con setenta años y confinado en su cama, continuó segando calamidad dentro de su familia. Sin que David lo supiera o diera su consentimiento y, lo que es más importante, sin la aprobación de Jehová, su cuarto hijo, Adonías, hijo de Haguit, intentó coronarse rey. Cuando estas noticias llegaron a David, obró con rapidez para que su hijo Salomón, escogido por Jehová, fuese instalado oficialmente como rey y se sentase en el trono. (1Re 1:5-48; 1Cr 28:5; 29:20-25; 2Cr 1:8.) David entonces aconsejó a Salomón que anduviera en los caminos de Jehová, guardase sus estatutos y mandamientos y que actuase con prudencia en todo. Si obraba así, prosperaría. (1Re 2:1-9.)

Después de reinar cuarenta años, David falleció y fue sepultado en la Ciudad de David. Fue merecedor de aparecer en la notable lista que Pablo realizó de los testigos que sobresalieron por su fe.

-1037 a. E. C. Salomón sucede a David que tenía 70 años, como rey de Israel.



ESPOSAS DE DAVID

Mical

esposas y concubinas (no nombradas) (Ibhar, Elisúa (Elisamá), Noga, Elifélet (Elpélet), Néfeg, Jafía, Elisamá, Beeliadá (Eliadá), Elifélet, Jerimot), (no nombrado)

Ahinoam (Amnón)

Abigail (Kileab)

Maacá (Absalón, Tamar)

Haguit (Adonías)

Abital (Sefatías)

Eglá (Itream)

Bat-seba (Salomón, REY DE ISRAEL, Simeá, Sobab y Natán)

HIJOS DE DAVID

AMNÓN

DANIEL (Kileab)

ABSALÓN (Abisalom)

Tamar

ADONÍAS

SEFATÍAS

ITREAM

IBHAR

ELISÚA (Elisamá)

NOGA

ELIFÉLET (Elpélet)

NÉFEG

JAFÍA

ELISAMÁ

BEELIADÁ (Eliadá)

ELIFÉLET

JERIMOT

(no nombrado)

SIMEÁ (Samúa)

SOBAB

NATÁN

SALOMÓN (Jedidías)