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viernes, 27 de enero de 2023

PEPITA, LA DE NERJA. UNA JOVEN DE HACE MILES DE AÑOS EN IBERIA.



En este lugar, desde muy pronto, desde que los hombres empezaron a hacerse muchos (¿2000 a. E. C?), se pobló la comarca. De seguro, al principio, al ser muy pocos, se ubicaron en las cuevas de los lugares en los que hubieran. Aquí la había y por tanto la utilizaron. En ella, se encuentran dibujos de focas hechos por este grupo de personas.


Ya, en lo que es considerado el Paleolítico superior, se encuentra un primer poblado. ¿Qué personas y cuántas la componían? Quizás como mucho, algunas centenas.


De este tiempo es el esqueleto en cuestión, encontrado en esta cueva.


Llamada Pepita, no era muy alta. Medía unos 1,50 cm.
Al morir tendría unos 19 años. Quizás murió en el parto o el posparto. Solo es una teoría.

Tuvo una otitis severa en su oído izquierdo, en la infancia, que le dejó cicatriz pero se curó.

Presenta huesos muy gráciles y poseía una musculatura débil, por lo que no parece que hubiera practicado actividades físicas muy intensas. Eso sí, se descubrió que el trabajo que realizaba, lo hacía de cuclillas.



El estudio de las inserciones musculares y la longitud de los huesos del brazo izquierdo revelan que era zurda.

Las proporciones esqueléticas se asemejan a las presentes en algunas poblaciones actuales africanas, aunque realmente no muestra similitudes con otras poblaciones  de su época.

El estudio isotópico señala que su dieta se basaba en el consumo mayoritario de carne y de alimentos vegetales recolectados, y tenían una escasa importancia los productos del mar.

Propuesta por los expertos como el rostro de la mujer llamada Pepita. Podemos notar una migración norteafricana hacia el sur de Iberia en aquellos tiempos.


Aquí la editamos con el pelo largo y sonriendo.

Con el pelo largo.

      
Aquí la editamos con una pequeña variación de rostro.

      
              Editada con una variación más negroide.

En 2012, se analizaron parte del genoma de dos cazadores del Mesolítico encontrados en el yacimiento de La Braña-Arintero, en Valdelugueros (León). Las muestras permitieron entonces secuenciar el uno por ciento del ADN de estos individuos y determinar que las poblaciones ibéricas actuales no proceden genéticamente de estos individuos.

Casi un año después, en marzo de 2013, un golpe de suerte hizo que el equipo dirigido por Lalueza-Fox analizara la raíz del tercer molar de uno de los individuos, el bautizado como La Braña 1, una muestra que estaba muy bien conservada y que permitió descifrar el genoma completo del individuo.
Pertenecía al Y-haplogrupo C1a2 y mtDNA U5b2c1.

Las pruebas de ADN han confirmado antiguos haplogrupo U5 como el linaje europeo hembra dominante durante el Mesolítico, aunque también se encontraron unas pocas muestras U2E y U4 en el noreste de Europa. Curiosamente, los asturianos mesolíticos pertenecían a U5b2c1, un subclade que no se ha encontrado en la España moderna, sino en Francia, Gran Bretaña y Alemania.


                                   Lugar de La Braña.



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Desde el llamado Neolítico siguió la civilización en este lugar, progresando hacia la cultura argárica. Características de este pueblo fueron la habilidad hacia la agricultura y la ganadería, y el desempeño de labores artesanales, como la cerámica, la confección de tejidos y la metalurgia.

El ADN cromosómico Y de los agricultores neolíticos se ha probado en varios sitios en Europa sudoriental, central y occidental, y todos ellos incluyen una mayoría de haplogrupo G2a. Los haplogrupos F, I1 e I2 se encontraron junto a G2a en varios sitios probados.

Los linajes maternos traídos por los agricultores neolíticos de los Balcanes y Anatolia se pueden determinar con seguridad por la gran cantidad de ADNmt antiguo ya probado. Incluyeron haplogrupos HV, H2a2, H5a, H13, H20, J1c, K1a, N1a, T2 y X.

Los investigadores determinaron que uno de los individuos momificados de Egipto perteneció a un grupo ancestral (o haplogrupo) llamado I2, que se cree que se originó en Asia occidental.

Los resultados mostraron que Tutankamón pertenecía a un perfil genético, conocido como haplogrupo R1b1a2, al que pertenecen más del 50 por ciento de todos los varones de Europa occidental, lo que indica que comparten un ancestro común.

Entre los egipcios de hoy día, este haplogrupo constituye menos del 1 por ciento, según iGENEA.

Ötzi, la momia europea más antigua, hallada en los Alpes italianos en 1991. Los autores del trabajo destacan la presencia del haplogrupo del cromosoma Y G2a4 (que da pistas sobre el origen común de los diferentes pueblos), que se ha encontrado en Europa con una frecuencia significativa en la zona de las islas tirrenas (Cerdeña y Córcega).

Otra expansión neolítica originada en Oriente Medio parece haberse difundido en el norte de África cuando el clima era más húmedo y más verde que en la actualidad. Estas tribus neolíticas podrían haber sido esencialmente pastores de cabras de la Creciente Fértil que emigraron hacia el sur hasta la península Arábiga, a través del Mar Rojo hasta el Cuerno de África (Etiopía, Somalia), Sudán, Egipto, luego hacia el oeste hasta el Magreb, llegando finalmente a Andalucía. hace unos 7.000 años, donde establecieron la cultura de La Almagra Pottery. Según las correlaciones entre Y-DNA y mtDNA en Medio Oriente y el noreste de África, estas personas habrían pertenecido a Y-haplogrupos J1-P58 y T1a y a mt-haplogrupos HV, N1, J, K, T y U3.

Aunque todavía no se ha probado el ADN-Y megalítico, el ADNmt megalítico de Bretaña es una mezcla típica de linajes mesolíticos (U5b) y neolíticos (K1a, N1a, X2), en continuidad directa de las culturas de cerámicas lineales y cerámicas de cardium. En consecuencia, las personas megalíticas eran predominantemente personas G2a, con minorías de I2a1a, E1b1b y quizás también J o T.

R1b había avanzado desde la llanura húngara hasta Bohemia y Alemania (presencia de R1b confirmada por Lee at al. 2012), y continuó su migración hasta la costa atlántica, llegando a Gran Bretaña y el oeste de Francia en e Irlanda. Estos hombres R1b fueron los Proto-celtas y su Y-DNA ahora se encuentra en más de la mitad de los hombres españoles y portugueses.

Todavía no está claro cuál hubiera sido la composición exacta del haplogrupo de los celtas de Hallstatt, excepto que seguramente poseían un gran porcentaje de R1b-U152. También podrían haber llevado los linajes G2a3b1 y J2b2, entre otros. Por extraño que parezca, mientras que R1b-U152 se encuentra en todas partes en la península ibérica, su frecuencia nunca supera el 5%.

El 40% de los varones españoles y portugueses presentan una variante genética única (R1b-DF27), ausente casi por completo en otros países de Europa, que solo puede explicarse por la existencia de un antepasado común, un remoto tatarabuelo que vivió hace unos 4.200 años, en la transición del Neolítico a la Edad de Bronce.

El haplogrupo R del cromosoma Y se originó en el norte de Asia. Este haplogrupo ha sido identificado en los restos de un niño de miles de años de la región de Altai, en el centro sur de Siberia (Raghavan et al., 2013). Este individuo pertenecía a una tribu de cazadores de mamuts que pudieron haber vagado por Siberia y partes de Europa durante el llamado Paleolítico.

La presencia de restos humanos de personas adultas en el yacimiento ibérico del Puig de la Nau de Benicarló, ha permitido la identificación del ADNmt correspondiente, a través del cual se ha constatado la pertenencia de los individuos analizados al haplogrupo V que se encuentra actualmente en el País Vasco y en Escandinavia.

Este resultado contradice, sin embargo, los resultados de un estudio publicado recientemente en el que se analizaron 21 también muestras iberas, en este caso de Cataluña (Sampietro et al., 2005). Ninguna de las muestras estudiadas en dicho trabajo puede atribuirse al haplogrupo V, encontrado en las muestras de Puig de la Nau. Todas ellas pertenecen, sin embargo, a los principales haplogrupos Europeos: H(52.9%), U(17.6%), J (11.8%), pre-HV (5.9%), K (5.9%), T (5.9%). La conclusión de este estudio es que los antiguos iberos no eran significativamente
diferentes de las poblaciones actuales. 

Con todo, no se han encontrado haplogrupos actualmente ampliamente extendidos por la península ibérica como V, X, I o W.

Los haplogrupos africanos U6 (norteafricano) y L (subsahariano) también están ausentes entre los antiguos iberos, de lo cual se sigue que la llegada de U6 a la península anterior a la conquista musulmana del siglo VIII, como algunos autores sugirieron, sigue sin estar probada.

Con todo, el tamaño de la muestra utilizada es demasiado pequeño para excluir una posible contribución norteafricana en la génesis de los iberos.

No existe un estudio adecuado de los subclades profundos de ADNmt para España o Portugal, pero una estimación aproximada es que entre el 15% y el 30% de los linajes maternos se remonta a los invasores indoeuropeos, ya sean celtas, romanos o germánicos.

Los romanos habrían traído linajes muy similares a los celtas de Hallstatt (R1b-U152, E-V13, G2a3b1 y J2b2), siendo descendientes de una migración anterior (hacia 1200 a. C.) de Hallstatt Italo-Celtas. Pero los romanos también asimilaron muchas tribus vecinas en Italia, incluidos los etruscos y los griegos, que habrían transportado los linajes E-V13, E-M34, G2a, J2a, R1b-L23 y T. El impacto genético de los romanos es el más difícil de medir ya que sus haplogrupos se parecen esencialmente a una mezcla de celtas de Hallstatt y griegos. Comparando las frecuencias de R1b-U152 y R1b-L23, y deduciendo la parte atribuible a otros grupos étnicos, podría haber entre 1 y 15% de ADN-Y romano en varias regiones de Iberia. El nivel más alto probablemente se encuentre a lo largo de la costa mediterránea, en Andalucía occidental y en Extremadura, porque es donde R1b-L23, J2 y E-V13 son los más altos, pero también porque aquí es donde se encontraron los principales centros de población romanos.

Edad del cobre. Un caso particular es la identificación de un individuo perteneciente al haplogrupo L1b en el yacimiento Camino de Las Yeseras, cerca de Madrid. Este grupo es casi el más frecuente actualmente en el este y centro de África, y apunta a una conexión con las costas del norte y este de este continente en tiempos prehistóricos. “Iberia era un crisol de influencias y poblaciones en el extremo occidental del Mediterráneo” concluye Manolo Rojo, de la Universidad de Valladolid.

La mayoría de los linajes paternos ibéricos son indoeuropeos (R1b, G2a3b1, J2b2 y una pequeña cantidad de R1a), lo que puede atribuirse a los invasores celtas Proto-Celtic y Hallstatt, y en menor medida a los colonos romanos y germánicos posteriores. En total, estos representan 50-85% de Y-DNA español y 60% de Y-DNA portugués. Los linajes maternos, por otro lado, parecen tener un origen mayoritariamente neolítico y mesolítico, notablemente haplogrupos H1, H3, HV0, K1a, J1c, J2a1, J2b1a, T2, U5b, V y X, que constituyen más del 80% del ADN mitocondrial en regiones como el País Vasco o Asturias, y siempre más del 50% de la población de cualquier región.






Volviendo a Nerja, no tendremos más noticias de la historia de esta localidad hasta una vez entrada la Era Cristiana. Solo se conocen pueblos que se asentaron cerca, como bastetanos y fenicios. El dominio del mar Mediterráneo por parte de los griegos trajo consigo el nacimiento de pueblos como Homeroskopeion y Mainake, a veintisiete kilómetros de lo que hoy es Málaga. Asimismo, crearon el Templo de la Luna en la playa de Torre del Mar, lugar sacro donde los griegos oraban antes de emprender sus viajes. Es la entidad helena más próxima a Nerja, pero tampoco dejaron huella en ésta.


La península ibérica fue dominada por Roma en el 210 a. C. Fundaron tres poblaciones en la Málaga oriental: Maenoba (Vélez), Claviclum (Torrox), y Detunda (Maro). En esta última se hallaron numerosos restos romanos como monedas, tumbas o ánforas. También se conocen vestigios de la misma cultura en lugares del término municipal de Nerja, como cimentaciones de argamasa, un acueducto derruido, o un horno de fundición en el Río la Miel.

Fuentes:
  • Wikipedia.
  • Eupedia.
  • https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/5716/1/Lucentum_25_02.pdf



















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