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martes, 7 de septiembre de 2021

CÓMO CONFLUYERON LAS DIFERENTES CIVILIZACIONES EN MESOPOTAMIA.

 Es evidente que el primer imperio, el de Babilonia, fue el primero creado por el hombre. En éste vivieron al menos durante un tiempo Sem, Cam y Jafet, y ellos o sus descendientes fueron los que después de la confusión de lenguas, se dispersaron por todo el globo terráqueo.


Los primeros lugares en habitarse fueron los más cercanos a este origen geográfico. Por lo tanto, lugares que hoy día corresponden con países como Irán, Iraq, Turquía, Egipto, Afganistán, Siria, Arabia Saudita, Omán, Yemen, Armenia, Georgia, Azerbaiyan, Chipre, Pakistán, Tukmenistán fueron los primeros en habitarse.

Después de estos, otros miles, emigrarían a otros países de Europa, África, Asia, América y Oceanía. Lo que está claro es que eran tiempos de violencia, donde cada tribu o pueblo quería prevalecer sobre los otros. No solo luchaban por recursos, sino por poder. En algunos lugares estaban más avanzados que en otros, dependiendo su nivel de conocimiento y de acceso a los recursos.

Es en el inicio de estos tiempos, donde el lugar con más longevidad, prevalecía sobre los nuevos asentamientos, como es el caso de la zona mesopotámica.

En los tiempos de Abrahán (2018 a. E. C-1843 a. E. C), solo unos 200 años después de la dispersión de los pueblos, lo que serían unas 10 generaciones, cuatro reyes aliados, encabezados por el rey mesopotámico Kedorlaomer, lograron aplastar a cinco reyes cananeos que se habían rebelado, Sodoma y Gomorra fueron saqueadas.

Abrahán vivía en la lujosa ciudad de Ur.

Esto da a entender que el rey mesopotámico gobernaba sobre estos reyes cananeos.



Canaán antes de su conquista por los israelitas.

 


En época de los patriarcas era la zona mesopotámica la que gobernaba a resto. En esta zona existían ciudades-estado que luchaban unos contra otros. También los fenicios, los cananeos, se hacían fuertes, al igual que los egipcios, quienes después se convertirían, en la primera potencia mundial.






TURQUÍA.



Yacimientos neolíticos del Oriente Próximo. Hacilar aparece anotada como Hagilar (denominación italiana).


Figurillas femeninas.

Maqueta del yacimiento arqueológico de Nevalı Çori expuesta en el Museo Arqueológico de Sanliurfa.

En la zona que corresponde con la Turquía actual vivía el antiguo imperio hitita, diferente de los hititas mencionados en la Biblia .





                                               

Pueblo que descendió de Het, el segundo hijo de Canaán mencionado por nombre. Por lo tanto, los hititas eran de origen camítico. 

Abrahán tuvo alguna relación con los hititas, que residían en Canaán antes de que él se trasladase allí. Jehová había prometido dar a la descendencia de Abrahán la tierra de Canaán, que estaba habitada por varias naciones, una de las cuales era la hitita. Sin embargo, Jehová le dijo a Abrahán que “todavía no [había] quedado completo el error de los amorreos [término que se usa a menudo para englobar a todas las naciones de Canaán]”. Por lo tanto, Abrahán respetó el derecho de propiedad de los hititas, y cuando su esposa Sara murió, negoció con Efrón, el hijo de Zóhar el hitita, la compra de una cueva donde enterrarla. 

En los días de Josué, los hititas habitaban la tierra comprendida entre “el desierto y este Líbano hasta el gran río, el río Éufrates, es decir, toda la tierra de los hititas”. Al parecer vivían principalmente en la región montañosa, que debía incluir el Líbano y tal vez algunas zonas de Siria.

La religión de los hititas era pagana, probablemente una forma de adoración fálica como la de las demás religiones cananeas.

Se “identifican” tres grupos. En Anatolia (Asia Menor), englobada en lo que hoy es Turquía, se han desenterrado numerosas inscripciones antiguas en un lugar llamado Bogazköy, anteriormente conocido como “Hattusa”. Esta fue la capital de una tierra que los eruditos modernos han llamado Hatti y donde el idioma que se hablaba era el “hatti”. A este primer pueblo lo conquistó otro que impuso un idioma diferente, que, según los investigadores, era de la familia indoeuropea. Este idioma empleaba la escritura cuneiforme, y recibe el nombre de “hitita cuneiforme”. Con el tiempo lo reemplazó otro idioma, también de origen indoeuropeo, que en lugar de usar caracteres cuneiformes empleaba escritura jeroglífica. Recibe el nombre de “hitita jeroglífico”. Se afirma que se han hallado algunas inscripciones en este idioma en Asia Menor y el N. de Siria. Los eruditos dicen que estos tres idiomas representan tres grupos étnicos. No obstante, no existe prueba alguna que relacione a ninguno de ellos con los hititas de la Biblia. Martin Noth dijo con referencia al llamado hitita cuneiforme: “El término ‘hitita’ no se encuentra en los textos antiguos; es una creación de la ciencia moderna que se basa en la conexión histórica entre esta lengua y el reino de Hatti en Asia Menor”. Y continúa diciendo sobre los “jeroglíficos hititas”: “El término convencional de ‘hitita’ aplicado a estos jeroglíficos es inapropiado y desconcertante” (El mundo del Antiguo Testamento, 1976, pág. 242). Otro historiador, E. A. Speiser, llega a esta conclusión: “El problema que plantean los hititas de la Biblia es [...] complejo. Para empezar, hay que averiguar a qué hititas se hace referencia en un determinado pasaje bíblico: los hattis, los indoeuropeos de escritura cuneiforme o los de escritura jeroglífica” (The World History of the Jewish People, 1964, vol. 1, pág. 160).

De lo anterior se desprende que cualquier supuesta identificación de los hititas de la Biblia con el “Imperio hitita” que tenía su capital en Hattusa es simple conjetura y no ha sido probada. Por esta razón, las referencias que se hacen en esta publicación a los “hititas” de la historia seglar suelen escribirse entre comillas para recordar al lector que tal identificación no está probada y que no creemos que la prueba tenga las suficientes garantías como para considerarla definitiva.

La capital del llamado "Imperio hitita", diferente del bíblico, fue Hattusa. Hablaban una lengua indoeuropea, escrita con jeroglíficos o caracteres cuneiformes tomados de Asiria. Su reino reunió a numerosas ciudades-estado de culturas muy distintas entre ellas y llegó a crear un influyente imperio gracias a su superioridad militar y a su habilidad diplomática, por lo que fue la «tercera» potencia en Oriente Próximo de la época, junto con Babilonia y Egipto. Perfeccionaron el carro de combate ligero y lo emplearon con gran éxito. Se les atribuye una de las primeras utilizaciones del hierro en Oriente Próximo para elaborar armas y objetos de lujo.

Después llegan los frigios. Los frigios (en griego: Φρύγες, Phruges o Phryges) fueron un antiguo pueblo indoeuropeo, que habitaba inicialmente en los Balcanes del sur —según Heródoto— bajo el nombre de Bryges (Briges), cambiándolo a Phryges después de su migración final a Anatolia, a través de los Dardanelos.

El estado de Frigia surgió en el siglo VIII a. C. con su capital en Gordium (actual Turquía). Durante este período, los frigios se extendieron hacia el este e invadieron el reino de Urartu, los descendientes de los hurritas, un antiguo rival de los hititas.

Mientras tanto, el reino frigio se vio abrumado por los invasores cimerios alrededor del 690 a. C., luego conquistado brevemente por su vecina Lidia, antes de pasar sucesivamente al Imperio persa de Ciro el Grande y al imperio de Alejandro y sus sucesores, fue tomado por la dinastía atálida de Pérgamo y, finalmente, se convirtió en parte del Imperio romano. La última mención de la lengua frigia en la literatura data del siglo V d. C. y probablemente se extinguió antes del siglo VII.




LLEGAN LOS CIMERIOS A TURQUÍA.

Los cimerios o gómeres​ eran antiguos nómadas ecuestres que, según el historiador griego Heródoto (siglo V a. C.), habitaban originariamente en la región norte del Cáucaso y el mar Negro, en la actual Rusia y Ucrania, entre el siglo VIII a. C. y el VII a. C. Registros asirios además los ubican en la región de Azerbaiyán en el 714 a. C.

La nación que descendió de Gómer ( nieto de Noé y primer hijo de Jafet mencionado por nombre; nació después del Diluvio. Él y sus hijos —Askenaz, Rifat y Togarmá— aparecen entre “las familias de los hijos de Noé según sus descendencias familiares”), se relaciona históricamente con los antiguos cimerios, una raza aria que se estableció en la región que se halla al N. del mar Negro. En el siglo VIII a. E.C., durante el reinado del rey asirio Sargón, los escitas forzaron a estos antiguos cimerios a cruzar el Cáucaso (la zona montañosa que está entre el mar Negro y el mar Caspio). En su recorrido, los cimerios penetraron por la parte oriental de Asia Menor y atacaron el reino de Urartu (Ararat). El nombre griego para Capadocia, Gamirkʽ, posiblemente refleje esta invasión. Pero enfrentados al potente Imperio asirio en la zona oriental, los cimerios se extendieron hacia el O., lo que les llevó a luchar contra los frigios y lidios. Finalmente, el rey Alyates, antepasado de Creso, los expulsó de Lidia.




Alrededor de 1200 a. E. C., la costa occidental de Anatolia fue poblada por los griegos. Toda la zona fue conquistada por el Imperio persa durante los siglos VI y V a. C. y más tarde por Alejandro Magno en 334 a. E. C.​ 

Anatolia fue posteriormente dividida en una serie de pequeños reinos helenísticos (incluyendo Bitinia, Capadocia, Pérgamo, Pontus) y Galacia (una antigua región en el centro de Anatolia donde se asentaron algunas tribus migratorias de origen galo procedentes de las tierras germanas a principios del siglo III a. E. C. La región tomó su nombre de estos galos y sus habitantes se llamaron gálatas), todos los cuales habían sucumbido a Roma a mediados de siglo I a. E. C.

En 324 d. E. C., el emperador romano Constantino I eligió Bizancio como sede de la nueva capital del Imperio romano, que paso a llamarse Nueva Roma (Constantinopla y más tarde Estambul). Después de la caída del Imperio romano de Occidente, se convirtió en la capital del Imperio bizantino (Imperio romano oriental).

LOS ESCITAS EN AZERBAIYÁN.




Con base en lo que es hoy Ucrania, la Rusia europea meridional y Crimea, los escitas occidentales eran gobernados por una clase rica conocida como los Escitas Reales o Regios. Los escitas establecieron y controlaron la ruta de la seda, una vasta red comercial que conectaba Grecia, Persia, la India y China, contribuyendo quizás al florecimiento contemporáneo de aquellas civilizaciones. Trabajadores del metal sedentarios confeccionaban objetos decorativos para los escitas. Estos objetos sobreviven principalmente en metal, formando un arte escita distintivo. En el siglo VII a. C., los escitas cruzaron el Cáucaso y frecuentemente saquearon Oriente medio junto con los cimerios, teniendo un papel importante en los desarrollos políticos de la región.

Durante la Antigüedad clásica, los escitas dominaron la estepa póntica, la cual recibió el nombre de Escitia.

La arqueología ha descubierto testimonios de la cultura escita en los montículos funerarios de Ucrania y el sur de Rusia.

Se sabe que tuvieron sus antecedentes desde el año 2000 a. C., pero su primera aparición en la historia es una alianza con los asirios en el siglo VII a. C. Siglos después colaboraron con los medos —tribu irania emparentada con los persas— para desmembrar al Imperio asirio.

Alrededor de 650–630 a. C., los escitas dominaron brevemente a los medos de la meseta iraní occidental,​ extendiendo su poder a las fronteras de Egipto. Después de perder el control sobre Media, los escitas continuaron interviniendo en los asuntos de Oriente Medio, con un papel destacado en la destrucción del Imperio asirio en el Saqueo de Nínive en el año 612 a. C. Los escitas posteriormente se implicaron en frecuentes conflictos con el imperio aqueménida. Los escitas occidentales sufrieron una gran derrota contra Macedonia en el siglo IV a. C.

En la Antigüedad tardía fueron sometidos por los sármatas, un pueblo culturalmente afín (iranio, procedía de Asia central)​ que terminó sustituyéndolos como amos de las estepas.

En el siglo II a. C., los escitas orientales (Saka) de la estepa euroasiática fueron atacados por los yuezhi, wusun y xiongnu, impulsando a muchos de ellos a emigrar hacia el Sur de Asia, donde pasaron a ser conocidos como indo-escitas.

En algún momento, quizá tan tarde como el siglo III de nuestra era después de la desaparición de la dinastía Han y el Xiongnu, los escitas orientales cruzaron las montañas del Pamir y se asentaron en la cuenca del Tarim occidental, donde están documentados los idiomas escitas jotanés y tumshuqués en escrituras brahmi de los siglos X y XI. El reino de Jotán, al menos en parte saka, fue luego conquistado por el kanato qarajánida, que llevó a la islamización y turquificación del noroeste de China. En Europa oriental, a principios de la Edad Media, los escitas y los sármatas, tan estrechamente relacionados con ellos, fueron al final asimilados y absorbidos (esto es, eslavización) por la población protoeslava de la región.

La mayor parte de lo que se conoce sobre los escitas procede de fuentes extranjeras, concretamente griegas y latinas. Las principales de ellas son el libro IV de la Historia de Heródoto (440 a. C.), la Geografía de Estrabón y el poema de Ovidio Epístola desde el Ponto, que describe principalmente la Escitia Menor, ambos de la misma época (circa 13 d. C.)

Arquero escita, tondo de un plato de figuras rojas de Epicteto, c. 520 a. C.–500 a. C., Museo Británico (E 135).


La tumba-kurgán catalogada como Arzhan-2, en la República de Tuvá (Rusia), en la que descansaban un rey y una reina escitas pertenecientes a la cultura Aldy-Bel  (siglos VII  al III a. C.), y que fue excavada en 1997 y estudiada entre 2001-2003 por una expedición ruso-alemana, fue en su día uno de los descubrimientos más extraordinarios jamás realizados por una expedición de arqueólogos.


Los pueblos asociados con las culturas escitas incluyen hablantes de las lenguas escitas , como los masagetas , sármatas , saka y escitas , y los cimerios . Los pueblos de la estepa del bosque también formaban parte de las culturas escitas. Los orígenes de esos pueblos son oscuros.  Es posible que entre ellos existieran los primeros pueblos eslavos , bálticos y finno-ugros . La población asentada en las áreas culturales escitas también incluía a los tracios. A pesar de pertenecer a culturas materiales similares, los pueblos de las culturas escitas pertenecían a muchos grupos étnicos separados. 

RESUMEN.

A modo de resumen se podría decir que el primer imperio fue el babilónico. Sin embargo, la primera potencia mundial fue Egipto. Posteriormente, Asiria jugó este papel. Por fin, Babilonia llegó a ser la tercera potencia mundial. Después el Imperio Medo-Persa y finalmente Grecia y Roma. Hubo otras civilizaciones, otros pueblos o tribus, como las anteriormente descritas, que fueron contemporáneas de todas estas.

EGIPTO-(d. 1600 a. E. C-siglo VIII a. E. C).
ASIRIA (siglo VIII a. E. C-607 a. E. C).
BABILONIA (607-539 a. E C).
MEDOPERSIA (539-331 a. E. C).
GRECIA (331-30 a. E. C).
ROMA (30 a. E. C-siglo V).

Pongamos el ejemplo de España, este país tuvo primero influencia egipcia, a la par que fenicia y griega. A su lado crecieron las civilizaciones púnicas y romanas. Estas pugnaron por su conquista hasta que finalmente fue conquistada por Roma. En España, llegaron primero unas civilizaciones que pudiéramos decir prototartésicas y protoibéricas. Quizás estos pueblos o tribus fueron las que tuvieron contacto e influencia de Egipto. Posteriormente llegan pueblos célticos. Esto pueblos también tienen contactos mercantiles con el norte de Europa e Inglaterra. Al estabilizarse los pueblos como iberos, celtíberos y celtas, como se dijo, empezaron a recibir la influencia de Grecia y de Fenicia. Posteriormente de Cartago y de Roma, hasta que fue conquistada por esta.

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