Canis lupus signatus. Ejemplar del lobo ibérico.
HISTORIA DEL LOBO IBÉRICO EN ESPAÑA.
Alimentación: Es un animal carnívoro que se alimenta principalmente de grandes herbívoros y otros mamíferos de menos tamaño. Según un estudio de Félix Rodríguez de la Fuente, su dieta estaría compuesta de grandes mamíferos (como corzos, muflones, ciervos...) en un 35%, ovejas en un 24%, conejos en un 14%, ratones de campo en un 9%, carroña en un 7%, reptiles y aves en un 5%, insectos y vegetales en un 4%, y otros carnívoros (como zorros o perros) en un 2%.
Normalmente van en grupos de no más de siete individuos, en los que se encuentran la hembra y el macho alfa, que son los únicos que se reproducen en la manada y los primeros en comer, son pues los dominantes.
A la hora de cazar, siempre van a por las presas más débiles que serán las más fáciles de alcanzar. Además si van a cazar a un animal de un rebaño cooperan para ahorrar energía, poniendo en práctica la técnica del acecho. Para animales de menor porte como conejos, uno o varios lobos actúan a manera de batidores, mientras los demás se mantienen a la expectativa, por lo regular cerca de la entrada de la conejera, lugar al que la presa acosada acudirá buscando refugio. Para cazar presas grandes suelen hacer primero heridas en la zona ventral, y para presas de mediano o pequeño tamaño suelen centrarse en el cuello.
HÁBITAT Y ÁREA GEOGRÁFICA
Hasta el siglo XIX el lobo ibérico se distribuía por casi toda la Península Ibérica. No fue hasta el siglo XX que comenzó un proceso de regresión que alcanzó su máximo en los 70, cuando saltó la alarma. Entre las causas se encuentran que España puso en marcha una campaña entre 1950 y 1960 para exterminarlo, acabando con el lobo en casi todo el país, y que Portugal hizo algo similar acabando con los ejemplares de la zona del Rio Duero hacia el sur. En este momento se área se reducía a un núcleo principal en el noroeste peninsular, junto a pequeños grupos en el centro y sur muy aislados. A partir de este momento se empieza a recuperar gracias al abandono progresivo de las zonas rurales, a una menor persecución directa, por las campañas de sensibilización (un ejemplo fue Félix Rodríguez de la Fuente) y la ley de caza que prohibió el uso de veneno.
Hoy es un animal protegido y desde los años noventa se encuentra en franca expansión a lo que se añade el aumento de densidad en las zonas tradicionales. Se tiene noticia de que las poblaciones asentadas en Castilla y León están avanzando hacia Extremadura, Madrid, Aragón y Guadalajara. Las poblaciones de Andalucía han tenido menos suerte y parece que los últimos lobos de Sierra Morena han desaparecido en los últimos años. Es abundante al noroeste de la Península.
Portugal acoge aproximadamente al 10% de los individuos de lobo ibérico que habitan la Península. Se extiende por 18.000 km2 en el noreste de Portugal de manera contigua a la española y consta de 46 a 62 manadas localizadas (Carreira y Petrucci-Fonseca, 2000; Alexandre et al., 2000; Alvares et al., 2000; Barroso, 2003).
AMENAZAS
A pesar de que parece que su población se ha recuperado un poco en los últimos años, su conservación no está ni mucho menos asegurada y tiene importantes problemas a los que hacer frente:
La desaparición de su hábitat junto con el aumento de la presión humana aumenta el número de conflictos. Un ejemplo es la existencia de poblaciones de lobos en grandes fincas privadas del sur de España, que han sido exterminados ilegalmente por supuestos daños a la caza menor, aunque estos sean anecdóticos.
Además su hábitat ha sido fragmentado por infraestructuras como autopistas y vías de ferrocarril valladas que crean aislamiento poblacional y por lo tanto mayor riesgo de extinción de pequeñas poblaciones aisladas. Un aporte para evitar el problema sería la construcción de puentes con vegetación por encima de las carreteras para por lo menos hacer el problema menor.
Los conflictos con intereses de ganaderos y el desinterés de las autoridades que en muchos casos deniegan o se retrasan en el pago de las indemnizaciones a los ganaderos perjudicados por asaltos de lobos también es una amenaza. Muchas veces se persigue y envenena a los lobos por los ataques al ganado.
Además ningún cazador furtivo de lobos ha sido jamás multado a pesar de que se calcula que entre un 70-80% de los lobos que mueren cada año lo hacen a manos de estos cazadores.
Aunque no supone amenaza tan grave, cabe tener en cuenta el problema de la pérdida de la identidad genética de la especie por el cruce con perros asilvestrados y la desaparición de su organización social por verse obligados a vivir en condiciones inadecuadas como es el adaptarse al carroñeo en basureros.
En lo mitológico, es un animal que ha sido relacionado con creencias de ultratumba, y que frecuentemente se presenta como arquetipo de ferocidad. En el libro "El lobo ibérico: biología y mitología" de Ramón Grande del Brío se incluye una descripción a fondo del lobo en la mitología ibérica.
© Carlos Sanz
En el ataque a las presas, suelen poner en práctica los lobos tres tipos de técnicas, en función del tamaño de la presa. Así contra las presas de gran tamaño, como vacas, caballos o ciervos, los lobos infieren heridas en la parte posterior del cuerpo, centrándose sobre todo en la región ventral. Contra las presas de mediano tamaño, como los jabalíes, los suelen agarrar por las orejas, uno por cala lado, mientras que un tercero lo hace por la cola, y el resto le infringen heridas por el vientre, para provocar la salida de las vísceras; mientras que en los ejemplares de pequeño tamaño como ovejas, cabras, corzos, cervatillos, perros, zorros, otros carnívoros o conejos, los lobos proceden mordiendo en el cuello, buscando la fractura de la región cervical, y el desgarro de la tráquea y la glotis.
Longevidad: Puede vivir hasta los 14 ó 15 años, aun cuando lo normal es que3 no supero los 6-8 años en estado salvaje.
Celo: Un solo celo, entre finales de enero y principios de abril.
Gestación: La gestación dura unos 60 días.
Época de parto: El parto suele coincidir el final de la primavera.
Parto: El lobo tiene una camada anualmente, dando a luz de entre tres a ocho cachorros, entre mayo y junio.
© Carlos Sanz
Loba amantando a sus lobeznos
Infancia: Los lobos pesan al nacer unos 500 gramos y nacen con los ojos cerrados y totalmente indefensos, por lo que la madre se muestra en éste período muy hostil en su defensa. Abren los ojos y comienza a ver entre los 11 y 15 días. La loba amamanta a sus cachorros mientras que el macho le alimenta a ella, cazando y regurgitando la comida que ha ingerido durante la caza. La lactancia dura alrededor de un mes y medio o dos meses. Los lobeznos (cachorros de edad inferior a cuatro meses) son alimentados indistintamente por cualquier miembro de la manada. Hacia los cuatro meses de edad, cuando han cambiado la dentición de leche por la definitiva, los lobeznos pasan a llamarse lobatos.
© Carlos Sanz
Cachorros jugando entre el cuerpo de la madre
Madurez sexual: En su segundo invierno de vida, y antes de cumplir los dos años, alcanzan la madurez sexual y se convierten en lobos adultos. En el grupo solo copulan y crían los ejemplares dominantes, que suelen denominarse macho y hembra “alfa”.
Alimentación: El lobo es un carnívoro depredador. La mayor parte de su dieta está compuesta por presas cazadas, aunque ocasionalmente puede competir con aves carroñeras por los restos de animales que han muerto de forma natural o por accidente, así como por restos provenientes de vertederos cercanos a núcleos de población humana. También es conocido el hábito, en determinadas estaciones, de consumir alimentos de origen vegetal, tales como frutos silvestres. El lobo también aprovecha la carroña como complemento de su dieta.
Hábitats: El lobo es una especie generalista, que habita desde el nivel del mar hasta los 2.000 metros de altitud, aun cuando el histórico enfrentamiento que viene manteniendo con el hombre ha limitado su presencia a territorios donde poder esconderse y de difícil contacto visual.
Huellas: Marca cuatro dedos, con sus uñas, siendo su aspecto muy similar a la de un perro grande, pero más ancha y con las impresiones de las almohadillas digitales más alargadas y separadas, con una fuerte escotadura posterior en la almohadilla plantar, que también aparece muy marcada. El tamaño medio está en torno a los 10x11 cms. para el pie anterior y 7x8 para el posterior.
Excrementos: Van a depender en su coloración y aspecto del alimento consumido, aunque por lo general son de color gris oscuro, grandes y cilíndricos, de 10-15 cms. de longitud y 2-4 cms. de grosor, siendo habitual la presencia de pelos. Suele depositarlos en lugares elevados.
Otros rastros: Muy variados, como GUARIDAS, que son parecidas a las tejoneras, pero con agujeros moderadamente profundos y una entrada bien marcada, con grandes cúmulos de tierra en la entrada procedentes de la actividad cavadora. DESPOJOS: su costumbre de no terminar de devorar a sus víctimas, así como el tamaño de ellas, es un buen indicio para constatar su presencia en un territorio, aun cuando perros asilvestrados pueden ocasionar daños similares a los del lobo, que frecuentemente se atribuyen a los lobos En algunas ocasiones el lobo arranca un trozo del animal, para llevárselo a enterrarlo en tierra, como hacen los perros, costumbre heredada de los lobos. En invierno y en lugares con nieve abundante, también pueden enterrar a estos restos en nieve.
Dimorfismo sexual: El macho es mayor que la hembra. También son visibles los testículos del macho y el pene.
Enemigos naturales: El hombre es el único y tradicional enemigo natural del lobo, al no contar en nuestro territorio con otros enemigos naturales importantes. Los cachorros, aunque son muy indefensos en los primeros días de vía, son defendidos con virulencia por la madre.
Curiosidades mitológicas: Desde la antigüedad el hombre se ha sentido atraído por el lobo. Ha sido una relación ambivalente de miedo y admiración hacia la especie, rodeado todo ello de misticismo y leyendas, como las conocidas leyendas de Rómulo y Remo en la mitología romana o la de Gárgoris y Habidis en la mitología griega, que presentan en su descripción situaciones similares, en las que cachorros humanos son amamantados por lobas salvadoras.
Principales problemáticas: Los daños que el lobo ocasiona en el ganado doméstico y en las especies cinegéticas, ha generado una ancestral persecución del lobo por el hombre, que lo ha llevado al exterminio en amplios territorios. Planes de gestión que prevean mecanismos de compensación e indemnización rápida y completa, a los afectados por los daños de los lobos, es una necesidad vital para esta especie.
EL LOBO EN LA SIERRA DE BAZA
Es una especie actualmente extinguida, aun cuando estuvo presente hasta comienzos del S. XX (se estima que el último lobo de nuestra zona murió hacia el año 1920), habiendo dejado un importante legado toponímico en nuestra geografía serrana. En la publicación “El lobo ibérico en Andalucía. Historia. Mitología. Relaciones con el hombre” de la que es autor Víctor Gutiérrez Alba son profusas las referencias a la presencia histórica del lobo en la Sierra de Baza, donde está documentada la presencia de ejemplares errantes hasta la Guerra Civil Española (1936-1939) siendo numerosas las referencias escritas al oficio de lobero en nuestra zona, el que estaba tan arraigado que a comienzos del S. XVII el encargado en Baza de pagar los premios por las capturas y organizar las batidas recibía el sugestivo y revelador nombre de Comisario de la Matanza de lobos. Como se cita el curioso caso de un morisco de Baza llamado Diego Alfaro especializado en la captura y muerte de lobeznos, de modo que entre los años 1533 y 1551 presentó ante las autoridades bastetanas 37 camadas y ni un solo ejemplar adulto.
Ejemplar de Lobo Ibérico abatido a mediados de los años 50 en la Sierra de Villafranca (Ávila).
Distribución del lobo ibérico en el 2008.
El lobo ibérico estuvo presente en toda la Península Ibérica durante siglos, tanto es así que llegó a habitar casi todo el territorio peninsular hasta principios del siglo XX; no obstante, estuvo a punto de extinguirse en los años 70 del siglo XX, debido a que en España y durante el gobierno de la dictadura franquista se promovió una campaña de exterminio motivada por la superabundancia de este animal, acaecida tras la guerra civil española, que tuvo lugar entre 1950 y 1970, cuyo resultado fue la práctica erradicación de esta subespecie en todo el país, exceptuando la parte noroeste y algunas áreas aisladas de Sierra Morena.
En Portugal, una política similar borró de sus campos al lobo de todo el territorio que abarca desde el Río Duero hacia el sur, sobreviviendo tan solo algunos grupos reducidos en áreas concretas como las comarcas zamoranas de Sanabria y Sayago. Si apenas pudo ser salvado, sería gracias a la labor de varios naturalistas y divulgadores como el español Félix Rodríguez de la Fuente.
Hoy es un animal protegido y desde los años noventa se encuentra en franca expansión a lo que se añade el aumento de densidad en las zonas tradicionales. Se tiene noticia de que las poblaciones asentadas en Castilla y León están avanzando hacia Extremadura, Madrid, Aragón y Guadalajara. Las poblaciones de Andalucía han tenido menos suerte y parece que los últimos lobos de Sierra Morena han desaparecido en los últimos años. Abunda al noroeste de la Península, principalmente en la provincia de Zamora, en alguno de cuyos términos municipales se le culpa de la muerte masiva de rebaños de ovejas, como las que ocurrieran en la localidad de Carbellino a principios de los 80.
Según algunos autores, hacia 1988 se estimó que la población del lobo en España era de entre 1500 y 2000 ejemplares. En el año 2002, se calcularían al menos unos 2000 lobos, y en Portugal se calculan de 300 a 400 ejemplares de lobo ibérico.
El lobo ibérico está catalogado como especie vulnerable en el Libro rojo de los vertebrados de España, y como especie casi amenazada en el Atlas de los mamíferos terrestres de España.
¿En qué sentido entra dentro de la categoría de este blog este tema?
Durante siglos, el lobo ha sido compañero, para bien o para mal de los españoles, y más cercanamente de los campesinos, agricultores, y pastores.
Contaban de uno de mis tatarabuelos Gabriel Pascual, de Espinosa de Cerrato, Palencia, que nació en 1846, que su sobrenombre o apodo era "tumbalobos" o "matalobos". Esta historia me la contó su nieta, que murió hace poco tiempo, con 98 años, quien tenía unos 10 años cuando murió su abuelo, que sería mi tatarabuelo. Otro detalle que contaba era que él era flautista, que iba de pueblo en pueblo tocando la flauta en las fiestas. Uniendo estos dos detalles, pudiera ser que a menudo se encontrara con lobos o que tuvo algún altercado con alguno, pues en todo el pueblo se le conocía con este mote. Esta es una de las muchas historias sobre lobos de las antiguas gentes.
Fuentes:- http://www.animalesextincion.es/articulo.php?id_noticia=104
- http://www.sierradebaza.org/Fichas_fauna/07_02_lobo/lobo.htm
- http://www.elpais.com/fotografia/sociedad/Caracteristicas/lobo/iberico/elpdiasoc/20071104elpepisoc_3/Ies/
- Wikipedia.