En la restauracion de España, los Españoles, que se habian recogido á las montañas de Vizcaya, Burgos, Asturias, Galicia Navarra, Cataluña, Aragon y montes Pirineos, adonde con la aspereza de la tierra, y con algunos fuertes que se edificaron, se defendieron valerosamente de los Arabes, y visto que habia muerto el Rey D. Rodrigo, alzaron por su Rey y Señor natural al Infante D. Pelayo para que los acaudillase, año 714; en los Pirineos á D. Carcia Gimenez y en Cataluña en la Cueva de Pavon á D. Garcia Iñiguez, Caballeros principales de los Godos; cada uno, por su parte, comenzóla restauracion, haciendo Casas fuertes, adonde se recogían, y de donde podian hacer daño á sus enemigos; las cuales son los verdaderos y antiguos solares de la Nobleza de España, y á los caudillos de ellas los llamaron Infanzones, y éstos y sus descendientes eran los Nobles. Desde ellas ganaban tierras y despojos, con que se hicieron ricos y poderosos, pero se hacían de estimar, tanto el primogénito, que heredaba el cargo y casa, como los segundos y demas descendientes; aunque fueren pobres se llamaban Infanzones; igual que sucedió en tiempo del Conde Fernan Gonzalez, y que tienen en Vizcaya, Aragon y Cataluña; pero siendo pobres les llamaban Escuderos, porque servían á los Ricoshombres llevándoles las armas y el Escudo; y lo mismo es Gentil-hombre porque asi se nombran en la Casa Real y en las de los Señores los criados de estimacion. No solo se tienen por casas solariegas aquellas primitivas, sino las fundadas despues en otras partes por haberse trasplantado en ellas ramasdeaquellas, ó dádolesorigen hechos famosos, ó serlo sus fundadores ú otras causas. En Navarra se intitulan Palacios, en Aragon casales y en otras partes otros nombres.
A principios del siglo VIII, por los años de 710 á 715, por causas bien conocidas y espresadas ya en el curso de esta obra *, hicieron los moros irrupcion en España, sin que pudiera contrarestarlos el animoso rey Don Rodrigo, que puesto al frente de un ejército esforzado é imponente, pero numéricamente muy inferior á las hordas moriscas, voló á su encuentro y les libró batalla en las orillas del rio Guadalete.
Vencido y fugitivo Don Rodrigo, ó tal vez muerto en la pelea, pues jamás se ha sabido con fijeza cuál fué su desventurada suerte, internáronse los invasores en la Península, abalanzándose cual densa nube de voraces langostas sobre todos sus reinos, comarcas y provincias.
Solamente las montañas de Cantabria y de los Pirineos, en toda su estension desde el mar Océano hasta el mar Mediterráneo , se vieron libres de tan desastrosa plaga por el poco atractivo que ofrecian á los africanos sus áridas y nevadas sierras, y mas aun por la desesperada resistencia que opusieron un puñado de españoles guarecidos en sus cavernas y atrincherados en sus escarpados riscos é inaccesibles peñascos.
Fueron pues aquellas montañas como una inmensa muralla ó un incontrastable baluarte, opuesto á los agarenos 2 por próvida naturaleza y ofrecido á los españoles como áncora de salvacion, por no estar decretada en los altos é inescrutables designios del cielo la ruina completa y total pérdida de España.
Pelayo con unos mil aguerridos montañeses de Galicia, Leon y Cantabria, reunidos en la sierra de Covadonga, y despues Garci-Gimenez con unos 300 no menos aguerridos montañeses de Aragon, Cataluña y Navarra, reunidos en las montañas de Sobrarbe, tomaron la heróica resolucion de resistir á los africanos y aun de reconquistar la patria , disputándoles palmo á palmo el territorio dela Península.
Y desde entonces empezó una lucha que duró 700 años, la mas encarnizada , tenaz y heróica que han presenciado y admirado los siglos, logrando al fin los españoles por premio de su valor, constancia y heroismo, salvar y libertar á España, dando muerte en reñidos combates y sangrientas batallas á millares de sarracenos y arrojando á los demás mas allá de los mares, en las costas y desiertos de Africa, de donde por su desventura y la nuestra habían hecho irrupcion en España.
De modo que, si bien todos los pueblos del Norte de la Península rivalizaron en arrojo, intrepidez y valentía para rechazar á los moros, sin embargo, á Galicia y Aragon cupo la gloria de ser los dos primeros y principales centros de resistencia.
Y entre las mas famosas y decisivas batallas libradas y ganadas contra los moros, descuella la de Alcoraz, cerca de Huesca, ganada por el rey Don Pedro I de Aragon con sus leales y valientes aragoneses, cuya señalada victoria se atribuyó en gran parte al poderoso ausilio y visible proteccion del ínclito y glorioso San Jorge; por lo cual, penetrado el rey del mas vivo agradecimiento y conforme con las ardientes aspiraciones de su pueblo, le reconoció y proclamó por patron del reino de Aragon, cuyos esforzados hijos han procurado en todos tiempos desde aquella remota época, obsequiarle y moslrarle su acendrado amor y piedad, edificando templos, levantando altares y formando asociaciones para tributarle culto y pelear en su santo nombre contra los mahometanos y demás enemigos.
En una de estas asociaciones ó cofradías, á la vez piadosas y guerreras, tuvo su origen la de los ricos-homes y caballeros de San Jorge, que al través de tantos siglos, de tantas guerras, trastornos, disturbios y vicisitudes, se ha conservado hasta nuestros dias, sin amenguarse en lo mas mínimo las prendas guerreras y preclaras virtudes de sus ilustres individuos, á quienes han colmado de gracias, mercedes y privilegios nuestros reyes por los grandes é importantes servicios que han prestado en todos tiempos á la patria y á la religion.
Fuente:
- Nobiliario de los reinos y señorios de España
(revisado por A. Rujula y Busel).
Antonio Rújula y Busel
1859
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